Alianza Forzada. Cherik. Wolv...

By midhiel

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Erik Lehnsherr, líder de Genosha, debe casarse y engendrar un vástago que continúe su linaje. El consorte ele... More

Capítulo Uno: Sacrificio
Capítulo Dos: Responsabilidad
Capítulo Tres: El Encuentro
Capítulo Cuatro: Ansiedad
Capítulo Cinco: El Secreto
Capítulo Seis: El Primer Beso
Capítulo Siete: El Enlace
Capítulo Ocho: Regreso
Capítulo Nueve: La Unión
Capítulo Diez: El Destierro
Capítulo Once: Bridgecotton Moor
Capítulo Doce: Despertar
Capítulo Trece: Aprender
Capítulo Catorce: Ámbar
Capítulo Quince: Primera Misión
Capítulo Dieciséis: La Noticia
Capítulo Diecisiete: La Interrupción
Capítulo Dieciocho: Nueva Misión
Capítulo Diecinueve: Revelación
Capítulo Veinte: El Contacto
Capítulo Veintiuno: Otro Sacrificio Más
Capítulo Veintidós: En El Hospital
Capítulo Veintitrés: Limando Asperezas
Capítulo Veinticuatro: Descubrimiento
Capítulo Veinticinco: La Propuesta
Capítulo Veintiséis: Ayuda Desde Arriba
Capítulo Veintiocho: Conexión
Capítulo Veintinueve: Misión Cumplida
Capítulo Treinta: Epílogo

Capítulo Veintisiete: Llegada Por Partida Doble

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By midhiel


Alianza Forzada

Este fanfic participa del evento de la semana Cherik (del 3 al 9 de junio) para celebrar a nuestra pareja favorita. Le añado el hashtag "#Cherikweek2019"

Muchas gracias a @KiKaLoBe, por su ayuda.

Capítulo Veintisiete: Llegada Por Partida Doble

-¿Qué te ocurre, Charles? ¿Qué sientes? – preguntó Erik desesperado.

Charles no podía explicar pero sentía que dentro suyo algo se había desprendido, desgarrado, pero sin un dolor demasiado agudo. Fue una punzada breve en la parte baja del vientre. Preocupado, se concentró y percibió que las mentes de sus hijos estaban sanas. Esto lo tranquilizó y contestó:

-Los niños están bien.

Erik alzó el tubo para llamar a Azazel porque el obstetra estaba en el centro de cuidados a esa hora y tardaría en llegar al castillo. Después trató de calmarse porque su esposo lo necesitaba sosegado y lo cargó hasta la cama. Lo arropó y se sentó en la punta del colchón.

Charles no protestaba pero empezó a hacer muecas de dolor.

-Son contracciones, ¿cierto? – quiso confirmar su miedo.

Erik le acarició la mejilla. En medio de la angustia, el telépata notó y valoró el esfuerzo que estaba haciendo para mantenerse tranquilo.

-No lo sé, amor – respondió Erik con suavidad -. Eso lo determinará Azazel.

-Todavía no llegué al octavo mes.

-No te preocupes – quiso consolarlo.

-¡Erik! – sollozó finalmente -. ¡No quiero que les pase nada!

Erik lo abrazó con fuerza.

-No dejaré que nada les pase ni a ellos ni a ti – le prometió. Era absurdo porque él no tenía medios para impedir un nacimiento inminente pero deseaba consolar a Charles a toda costa.

Azazel llegó y Magneto se hizo a un lado para que lo examinara. El médico les explicó lo que ellos ya sospechaban: Charles había entrado en trabajo de parto y debía someterse a una cesárea de urgencia. Pidió a Erik que llamara al centro de cuidados para que prepararan su llegada y quedó solo con el telépata para darle indicaciones sobre técnicas de respiración. Para su fortuna, Charles había tomado un curso para afrontar las contracciones aunque supuestamente no debía sufrirlas por la cirugía programada. Ahora le fue de gran auxilio.

Erik regresó enseguida a la habitación para ayudar a su esposo a prepararse y preparar él lo que necesitaran para la internación.

Azazel los acompañó hasta su coche y manejó para que Erik se sentara en la parte trasera con Charles. Los esposos se abrazaron durante todo el viaje. El telépata seguía conectado a las criaturas.

-Sabes, siento sus mentes sanas y también que están formadas – comentó esperanzado.

Erik le acarició el pelo.

-Eso significa que están bien – lo consoló.

-Pero me refiero a que están formadas, completas, Erik. Tal vez – gimió con una nueva contracción – . . . tal vez los niños estén listos para nacer.

-Se está avanzando en los estudios de gestación mutante – opinó Azazel con la vista puesta en el camino -. Todavía no hay estadísticas pero se comentan casos aislados de criaturas que nacieron completamente desarrolladas antes de los nueve meses humanos.

Erik no quería ilusionarse porque estaba asustado y hacía lo imposible para que Charles no detectara su temor. Oprimió el abrazo para prácticamente pegar al telépata a su cuerpo. Charles se apartó apenas con otra contracción.

-Se suponía que con la cesárea programada no pasaría por esto – se quejó, apretándose los dientes y el vientre. Inhaló y exhaló largo y profundo -. Erik, había que avisarle a Peter.

-Lo hice – le contestó Magneto -. Llamé a su departamento pero estaba entrenando y no contestó. Entonces, llamé a Logan.

En ese momento sintieron las llantas que subían a la rampa de la zona de estacionamiento de emergencia. Un grupo de médicos con el obstetra los estaba aguardando y llevaron a Charles rápido a la sala de cirugía. Erik entró decidido con él y se calzó la bata y el gorro para acompañarlo. Después se pegó a la cabecera y le apretó una mano mientras le inyectaban la anestesia y le preparaban el vientre con el líquido antiséptico para la operación.

Charles se sintió reconfortado con el apriete de su esposo y le presionó los dedos. Cerró los ojos para ver las mentes brillantes de sus hijos. Parpadeaban con haces de luz intensa. Definitivamente estaban sanas y formadas. Si sus organismos se encontraban igual, no necesitarían de cuidados intensivos cuando nacieran. De cualquier forma, ya se habían preparado incubadoras para depositarlos. La hoja del bisturí rasgó la piel del telépata sin que lo sintiera. Charles seguía conectado a las mentes. De pronto, sintió cómo una de ellas se movía y abrió los ojos con un suspiro. Oyó que Erik reía emocionado junto a su oreja.

El médico estaba retirando al primer bebé de su vientre. Lo alzó con las manos enguantadas. Enseguida escucharon su llanto.

-Es una niña – declaró el galeno detrás del barbijo.

Charles le liberó la mano a su esposo para que pudiera cargarla. Una enfermera enseñó a Magneto una mesa preparada para que él mismo pudiera cortarle el cordón mediante las indicaciones. Entretanto el telépata se concentró para acompañar a la criatura que aún permanecía adentro. El obstetra la alzó sin problemas y se la entregó a otro enfermero. Charles se relamió los labios, excitado, y sonrió cuando la oyó llorar también.

-Es otra niña – dictaminó el médico.

Erik estaba alzando a su primera hija, llorando de emoción, y la entregó al enfermero para cortar el cordón de la otra. Después acomodó a cada una en un brazo y se volvió hacia Charles, que también lloraba y reía. Se sentó a su lado, sosteniendo a las bebés, mientras suturaban la herida de su esposo. Eran pequeñas, más que un recién nacido de peso normal, estaban arrugaditas y muy flaquitas. Parecían hilitos rosados y chillones. Pero se veían completas y saludables.

-Te amo – fue todo lo que Magneto alcanzó a murmurar en medio del llanto. Con cuidado, depositó a la primera niña en los brazos de su esposo, mientras él seguía sosteniendo a la segunda -. Son hermosas, Charles – sonrió entre lágrimas.

El telépata las estudió en medio de la emoción. Las dos parecían sanas y se veían fuertes. Por precaución, el médico las depositó en las incubadoras después de examinarlas minuciosamente. Sin embargo, lloraban con tanta fuerza que quedaba clara la potencia saludable de sus pulmones.

Charles fue llevado a una sala común. Erik lo acompañó y más tarde telefoneó al castillo para avisar del nacimiento de sus hijas. Genosha tenía ahora dos herederas.

..................

Con el ajetreo y la anestesia, Charles quedó dormido enseguida. Erik le controló el suero, lo arropó y se dirigió a la sala de cuidados natales donde estaban sus hijas dentro de las incubadoras. Se sentó junto a las cunas y las observó a través del vidrio. Tenían sondas en la nariz y esto le provocó pena pero se notaba que estaban tranquilas y tanto Charles como el médico le habían asegurado que estaban sanas. Las dos dormían, una, la primera en nacer, tenía unos pocos mechones rojizos, y podía distinguírsele perfectamente la tonalidad porque yacía de lado con la cabecita apuntando hacia una lámpara con la luz adecuada para no dañarle la vista. Su hermana dormía boca arriba, con los puños cerrados junto a las mejillas, y su padre pudo notar un tono verdusco en el pelo lacio. Erik sonrió recordando el plateado de Peter. Ahora tenía un hijo de cabello platinado y otra de cabello verde. Pensó que serían especiales, únicos y especiales. Rio con orgullo porque estaba claro que lo serían si se trataba de sus hijos. Miró a la pequeña de tono rojizo y le sonrió. Sintió que ella tenía que ser Wanda Amber. Cuando Charles despertara, se lo propondría y elegirían el nombre para la otra pequeña.

-Papá – oyó a Peter a sus espaldas. Volteó y se encontró con el joven que le sonreía feliz -. ¡Wow! ¿Son estos los bebés? ¿Mis hermanos?

-Hermanas, hijo – le aclaró, lleno de orgullo.

El muchacho cerró los ojos y lo abrazó con fuerza porque estaba emocionadísimo. Luego, observó las incubadoras. Sin perder la sonrisa, se puso de cuclillas para que sus ojos se enfrentaran a las caritas dormidas, primero de Wanda y después de la otra niña.

-¿Cuánto tiempo van a quedarse allí, papá?

-El tiempo que determinen los médicos – le contestó su padre -. Lo importante es que están sanas y Charles también.

-Sí – afirmó Peter y se irguió -. Vine apenas Logan me lo contó y aquí me crucé con Azazel. Él me explicó que todo había salido bien y que Charles estaba descansando y las criaturas habían sido traídas hasta aquí. No quise que me dijera si habían sido niños o niñas porque quería que me lo dijeras tú – Erik rio -. Azazel pidió permiso para que yo pudiera pasar a verlas y te encontré a ti.

La pequeña de cabello verdusco se movió apenas en sueños. Padre e hijo la observaron como la cosa más maravillosa que pudiera haber. Wanda la imitó enseguida. Parecían sincronizadas.

-Espero que las saquen pronto porque ya quiero cargarlas – suspiró Peter con frustración -. Apretarles la nariz, hacerles morisquetas, ¡son tan pequeñitas! – se encogió de hombros -. ¡No sé cuánto voy a aguantar!

Erik sentía su misma ansiedad.

-¿Sabes qué es increíble, papá? – siguió hablando el joven -. Que hace menos de un año solo éramos tú y yo, y ni siquiera sabíamos que eras mi padre y yo tu hijo. Te consideraba mi tutor, lo recuerdo. Después conociste a Charles y ahora somos cinco. ¿No es increíble que nos hayamos transformado en una familia así de rápido? – y chasqueó los dedos para enfatizar.

Su padre lo miró seriamente.

-Te gustan estos cambios, Peter, ¿cierto?

-No podría estar más feliz, papá. Además, lo de Logan. Bueno – se rascó la nuca y así se refrenó de contar que habían tenido relaciones esa misma mañana. Peter era impulsivo pero estaba aprendiendo a controlarse -. Todo está saliendo increíblemente bien.

Erik asintió y extendió las manos para abrazarlo otra vez. Contemplaron a las niñas, que seguían tranquilas, y se dirigieron a la habitación para ver si Charles ya había despertado.

...................

Dos días más tarde, el pediatra dio el alta a las niñas y ordenó que se las retirara de las incubadoras porque a pesar de ser sietemesinas, sus organismos estaban desarrollados por la mutación heredada de sus padres.

-Lorna – opinó Charles, mirando y sosteniendo a su hija de pelo verdusco. Al fin podía alzarlas y tocarlas, también contemplarlas sin que mediara el vidrio. La bebé le cabía en un solo brazo por su tamaño pero él la acunaba con los dos, extasiado de solo contemplarla -. Lorna Amber para que tenga la misma referencia que su hermana, ¿qué te parece?

Erik estaba junto a la ventana de la habitación con Wanda en brazos. Ahora que había podido sacarla de la sala de cuidados natales, quería observarle el tono rojizo bajo la claridad solar porque estaba fascinado con él ya que era el mismo que el suyo. Era la única de sus tres hijos que había heredado su pelo: el mismo color y tipo, fino y ondulado.

-¿Qué te parece, amor? – insistió Charles -. Wanda Amber y Lorna Amber, como un homenaje al sueño que tuviste de niño.

Erik le respondió regresando a su lado. Charles ubicó a Lorna ahora en un solo brazo para que su esposo pudiera colocar a su hermana en el otro. Así podía sostener a las dos, sus dos amores, sus dos tesoros.

-Wanda – le acarició Magneto el puente de la nariz -. Lorna – le tocó la mejilla con el pulgar y se sentó en la punta del colchón para estar cerca de su familia.

-¿Qué opina el pueblo de la noticia? – quiso saber Charles. Estaban en las nubes con sus hijas pero no olvidaba la implicancia política de su nacimiento.

-Opina que estas criaturas no podían haber llegado en un mejor momento – contestó Erik con orgullo y le pasó el brazo por los hombros para envolverlo en un cariñoso abrazo -. Ya sabes, después de la preocupación por el ataque y el alivio por la defensa, nacieron sus dos herederas sanas y salvas. Les dio esperanza, Charles, esperanza de que los mutantes podremos vivir tranquilos y en paz, con un futuro prometedor, porque tendrán a una líder preparada desde la cuna. Ah – recordó de pronto -. Tus padres llegarán mañana para conocerlas. Llamaron al castillo cuando me preparaba hoy. Tu madre quiere verte, me preguntó todo sobre la cirugía y cómo estabas, preguntó por nuestras hijas también pero tú eras su mayor preocupación. Tu padre, ya sabes, no deja de decir que una nieta suya heredará Genosha.

Charles sonrió resignado. Brian Xavier seguía siendo el senador Brian Xavier, y en cuanto a su madre, lo reconfortaba saber cuánto se preocupaba por él aun cuando estuviera feliz con el nacimiento de sus nietas.

Golpearon la puerta.

-Soy yo – anunció Peter del otro lado -. Vine con Logan para cargar a mis hermanas – y no esperó a que le dieran permiso para abrir y pasar. Entró rápido, sonriente, y enfiló hacia Charles, porque estaba sosteniendo a las niñas.

Logan entró pausado. Saludó a su amigo y al telépata y se sentó en una silla, mientras observaba al joven alzar a Lorna. Wanda protestó cuando movieron a su hermana con un chillido. Ya se le notaba el carácter decidido y un tanto gruñón.

Erik rio con la escena en tanto Charles, le murmuró palabras tiernas a su hija para calmarla.

Peter, entretanto, se entretuvo haciéndole morisquetas a Lorna, que apenas abría los ojos y los cerraba con sueño.

Por la tarde le dieron el alta también a Charles y regresaron al castillo con las niñas.

..................

Aunque estaban fascinados con las criaturas, siendo dos y con Charles recién operado, no fue fácil al principio. Las niñas eran demandantes por partida doble no solo con los horarios de comida y sueño, sino porque parecían realmente sincronizadas. Si una despertaba, despertaba a la otra, si una hacía un ruidito, su hermana la imitaba, y ni hablar del llanto. Wanda era quien solía iniciarlo y Lorna la seguía. Pero también hacían morisquetas y sin sonreír todavía, clavaban sus miradas inocentes en aquellos que les hablaran, deshaciendo a los adultos de ternura. Hasta a Logan le robaron el corazón al punto que una vez les hizo una mueca infantil para divertirlas, una que solo vio Peter.

El telépata pasó tres días en cama, levantándose únicamente lo justo y necesario, afortunadamente tenía a Sean para que ayudara a su esposo a atenderlo. Charles trataba de arreglárselas solo pero Erik no quería que se excediera, al menos hasta que le retiraran los puntos, cosa que ocurrió después de una semana.

Erik dejó el gobierno por un tiempo en manos de sus dos asesores, solo se ocupó de medidas especiales mediante llamados desde sus aposentos, y se dedicó a cuidar de las niñas con Charles. Tenía experiencia de sobra habiendo criado solo a Peter, sin embargo, las niñas eran dos y exigían el doble de atención. Pero lo hacía gustoso aunque le costara horas de sueño y lo agotara. Una noche, Charles salió de su recámara porque le llamaba la atención no oír ni a su esposo ni a sus hijas y se encontró con una escena que le arrancó una sonrisa: Erik se había dormido en el sofá con cada niña en un brazo y un biberón en cada mano. Cuidadoso con su sutura aun no cicatrizada, se inclinó para retirarle las bebés y depositarlas en los moisés, que estaban cerca, quitarle los biberones a su esposo durmiente de la mano, y arroparlo con una manta.

La pareja seguía por televisión las noticias del impacto del nacimiento en la isla. Eran esperanzadoras y la gente realmente estaba feliz con ellas. Se trataba de la primera generación de herederas de la incipiente Genosha, y aunque todavía no caían en la cuenta, Peter observó que las niñas estaban haciendo historia.

Los Xavier llegaron la mañana siguiente después del alta y quedaron encantados con sus nietas. Brian bajó del avión, arrogante, pensando en el futuro promisorio de aquella que heredara la isla, y en que su sangre lideraría a los mutantes, también imaginaba las posibles alianzas políticas que él podría llevar a cabo con una nieta gobernando Genosha. Su esposa ya se había cansado de recordarle que hiciera a un lado su papel senatorial cuando se tratara de su familia, así que no realizó ningún comentario. Pero cuando Charles, todavía agotado por el parto, le depositó en los brazos a Lorna, el senador se deshizo de ternura.

Sharon comentó por lo bajo que ni Charles había conseguido transformarlo así cuando nació.

Tres semanas después del nacimiento, se hizo la presentación oficial de las herederas de Genosha. En el mismo sitio de la plaza donde Erik se había enlazado con Charles, se levantó una tarima parecida a la de aquella vez. La pareja salió desde el castillo en un coche a recorrer las calles con sus hijas y la ceremonia culminó cuando subieron al estrado con las criaturas. Las dos estaban ataviadas con vestiditos blancos. Lorna se durmió desde el momento en que Charles terminó de prepararla en la nursery con Raven y no despertó hasta que regresaron al castillo. Wanda, en cambio, lloró todo el tiempo porque no se quería vestir, porque no quería dejar el castillo, porque el sol le molestaba las pupilas, porque no le gustaba el ruido de la gente y porque quería estar en su cuna y no dentro del coche ni arriba de una tarima. Sus padres se la intercambiaban con Lorna para ver si ya uno o el otro podían sosegarla pero Wanda no se calmó. Recién cuando terminó la presentación, cayó vencida por el sueño en brazos de su abuela y fue efectivamente el sueño y no otra cosa lo que hizo que se tranquilizara. Charles argumentó mitad en broma y mitad en serio que definitivamente tenía que haber heredado el carácter de Erik porque, según Sharon, él había sido el bebé más tranquilo de la Tierra.

Al regresar al castillo, se brindó un ágape con familiares y amigos. Tony y Steve no habían regresado a América y estaban viviendo en la isla como invitados. En realidad, ayudaban a Hank y a Summers a investigar el asunto de los Centinelas, intercambiando la información que Stark había recogido con su tecnología en Nueva York. Se tomó en cuenta la sugerencia de Charles de estudiar la trayectoria de los vuelos pero los datos resultaron insuficientes. Sin embargo, Tony concibió un nuevo plan, de esos que se le ocurrían a su mente genial, y pensó que Hank podría ayudarlo. Sabía que protocolarmente debía platicarlo primero con Magneto como líder de Genosha, pero Tony era Tony y tenía que sacar a relucir su intelecto privilegiado. Así que en medio del ágape, aprovechó para encarar a Hank, cuando este estaba distraído comiendo unos canapés.

-Necesito tu ayuda – fue directo a la orden. Estaba acostumbrado a ser obedecido -. Mira, mientras todos aquí festejaban el nacimiento de estas preciosuras y créeme que cuando las conocí no pude con su encanto, estuve investigando la estructura de los robots a partir de las partes que trajeron al castillo.

-¿En el laboratorio? – interrogó Hank, con la boca llena, porque se había pasado buena parte del tiempo allí y no lo había visto -. Creía que nos ayudabas con datos de investigaciones que hiciste en tu propio laboratorio. ¿Cómo tuviste acceso a las piezas de los robots si nunca te vi por el de aquí?

-No necesito tener las piezas conmigo para investigarlas – fanfarroneó Stark y le enseñó una pequeña máquina con una pantalla apagada donde guardaba imágenes que les había sacado a los Centinelas caídos la misma madrugada del ataque -. No importa, te lo explico luego. Lo que sí importa ahora es que por el trazado de su ensamblaje sé exactamente de dónde provienen porque conozco a la única persona en el mundo que puede fabricarlas así. Mira, sé quién está con ese Cráneo Rojo, sé dónde queda su laboratorio y sé cómo atacarlo.

-¿Por qué me lo cuentas a mí?

-Porque tú, chico listo – le tocó el pecho con el índice -, eres el único cerebrito aquí que puede meterse en las computadoras de ese laboratorio para desactivar su seguridad.

-Deberías contarle todo esto a Magneto – sugirió Hank nervioso.

-Pienso ir yo mismo mañana con el Cap y con el joven Worthington para acabar con esto de una buena vez. Mira a Magneto – se dio vuelta y observaron juntos a Erik, que reía con Azazel, mientras bebían champagne. De a ratos, volteaba hacia Wanda, que Raven tenía cerca en brazos para sonreírle o acariciarla -. Es un padre orgulloso y feliz y no creo que sea indicado que se meta ahora en una misión de este tipo. Vinimos con el Capitán para ayudar a Genosha y salvarla y eso es lo que haremos.

-Así que además de arrogante millonario también eres salvador de naciones mutantes – se le burló Logan a sus espaldas. Estaba abrazando a Peter de la cintura y tenía un habano apagado en la otra mano, que no se atrevía a encender por el momento por la presencia de las niñas -. ¿Qué es eso que dices del laboratorio secreto, que conoces al ensamblador de los Centinelas y cómplice de Schmidt, y toda la demás mierda junta, Stark?

Tony volteó hacia el lobo y le palmeó el hombro amistosamente. Hank miró a Peter y pasó saliva. Realmente ese gesto podía costarle que el mutante lo rebanara con sus garras.

-Olvidé que tu mutación animal te da un sentido auditivo elevado – le sonrió -. Sí, aquí le comentaba a McCoy que tengo planes para que nos saquemos de encima a esas máquinas y a su promotor, Schmidt, mañana mismo.

-¿Estás planeando esta misión a espaldas de Magneto, el líder de Genosha? – lo amonestó Howlett.

-Mira, creo que el líder de Genosha está muy entretenido con sus hi – no pudo terminar porque Wolverine lo alzó de la solapa de la camisa como a una pluma -. ¡Ey! – protestó.

Peter se liberó de su amante para enfrentar a Stark con el ceño fruncido. Estaba enojado con el comentario burlón hacia su padre.

-Cualquier opinión altanera hacia mi padre es para mí un asunto personal – dejó el joven asentado con una firmeza que solo Logan le conocía.

-Está bien – aceptó Tony y lanzó una mirada a Howlett, que finalmente lo soltó. Ya Steve se había acercado, no para enfrentarse a Wolverine sino para ver en qué aprietos su amigo se había metido esta vez -. Miren, solo quiero ayudarlos y facilitarles el trabajo. No dudo de la capacidad de Magneto como líder, no me malinterpreten. Pero no necesito de la telepatía de Xavier para darme cuenta de que tiene dos hijas pequeñas, un esposo, un hijo del cual sentirse orgulloso contigo, muchacho, y un futuro como padre y marido demasiado arriesgado para una misión de este tipo. Por eso quiero tomar las cartas en el asunto – miró a Logan y a Peter a los ojos -. Quiero contar con ustedes también, ya conozco tu poder, Howlett, y me hablaron del tuyo, Peter, ¿cierto? También quiero proponérselo a Warren y a ese muchachito que dijeron que se transporta de un sitio al otro.

-Kurt Warren – comprendió Peter.

-Si están de acuerdo, quiero que nos reunamos abajo en el laboratorio después de esta fiesta.

-¿A espaldas de Magneto? – se amedrentó Hank.

-Oigan – Tony les hizo un gesto para que se les aceraran más y miró en dirección hacia donde estaba Scott -. Si llevamos a ese general y al otro soldado, que me dijeron que grita y rompe cristales, Cassidy, o algo así . . .

-¡Por Dios, Tony! – se sorprendió el Capitán -. ¿Cómo conoces tanto de los mutantes? ¿Quién te dijo tanto?

-Ya sabes que investigo, Steve – contestó Stark con aire de autosuficiencia y se volvió hacia los otros -. Creo que seríamos el equipo perfecto. Ah, lo olvidaba. También necesitaríamos a esa joven que cambia de forma, sería una espía excelente para infiltrarse allí.

-Te repito la pregunta de Hank – intervino Peter -. ¿Quieres que partamos en una misión a espaldas de Magneto?

-No quiero involucrarlo teniendo una familia y si tú no deseas participar porque eres su hijo y te protege, lo comprenderé.

-¿Por qué no querría participar? – cuestionó Peter. Si su lobo iría, ¿cómo no iba a acompañarlo él?

-De acuerdo, muchacho – respondió Tony y quitó una copa de la bandeja de un mozo, que pasaba -. Ahora a seguir disfrutando de este ágape. Ya más tarde, les contaré lo que sé – y bebió un sorbo antes de buscar a Warren con la mirada para contarle de su plan.

Howlett se alejó de ellos con Peter.

-¿Qué opinas, viejo? – quiso saber el muchacho con ansiedad -. ¿No es descabellado lanzarse en una misión así nomás? ¿Qué va a pensar papá?

Logan observó a Erik, que seguía platicando con Azazel y ahora cargaba él a Wanda. Lo veía tan feliz, tan entusiasmado, con tantos proyectos, que se planteó si valía la pena involucrarlo. Su amigo podría considerarlo una traición, que se marcharan a luchar contra el enemigo declarado de Genosha sin avisarle. Pero Logan pensó que esta vez deberían prescindir de Magneto y solucionar el asunto con Stark y Rogers. Total, lo que importaba era deshacerse de los Centinelas y eliminar a Cráneo Rojo a como diera lugar.

-Nos reuniremos con ellos en el laboratorio y, Peter – lo miró intensamente -, que no se te escape nada de esto.

Peter rio.

-¡Qué poca fe me tienes, viejo! – se burló fingiendo quejarse y le plantó un beso.

Logan se dejó besar y, luego, se relamió los labios antes de añadir.

-Me refería a que te cuides cuando pases cerca de Charles. Se nota lo entusiasmado que estás y si tus emociones son muy fuertes, puedes transmitírselas sin que él busque leerte.

-Ni siquiera sabe cuántas veces me hiciste el amor – le murmuró el joven, insinuante. Logan lo besó -. No soy más un chiquillo, Logan.

-Sé que no lo eres – le contestó convencido.

..........................

Tony no tuvo tiempo de comunicarse con Sean ni con Scott, aunque, a decir verdad, lo pensó dos veces y se dio cuenta de que como militares obedientes no verían con buenos ojos lanzarse a una misión a espaldas de su líder. Tampoco pudo avisar a Raven. Peter, en cambio, sí se comunicó con Kurt, que aceptó la propuesta por Genosha y porque Warren participaría también.

Terminado el ágape, los involucrados se encontraron en el sótano. Tony los estaba esperando ya, y se entretenía en observar a Cerebro. Le pareció un invento magistral y adecuado para la mente telepática de Charles. También pensó en el uso que la CIA podría llegar a darle y se alegró, muy en el fondo, de que esta máquina estuviera resguardada en Genosha.

Cuando llegaron todos, Tony los reunió en círculo para explicarles rápido e informal lo que sabía. Le urgía que acabaran con la misión pronto. Comenzó por saludarlos y estaba por empezar su discurso, en el momento en que Logan alzó la mano para que se callara. El lobo olfateó y giró la cabeza hacia la puerta del ascensor. Las hojas se corrieron y vieron a Magneto junto con Summers y Sean. Atrás, casi escondido, estaba Charles que se abrió paso para salir primero con su esposo. La pareja tenía una mirada que hizo que Tony pasara saliva. Pero con su arrogancia, no se amedrentó y estudió interrogante a los que él había convocado para cuestionarles a quién se le había escapado mentalmente el sitio de la reunión para que el telépata lo leyera.

-Te leí a ti, Stark – lo acusó Charles directamente. A pesar de que tenía la voz calmada se le notaba el dejo de reproche -. Te preocupas de que los demás sean discretos en actitudes y pensamientos pero tú no lo eres precisamente. Sin embargo, no fue de gran ayuda hacerlo porque ya Magneto se había dado cuenta de tu plan durante la fiesta.

-Creíste que me engañarías convocando a mi gente a mis espaldas – lo amonestó Erik. Tony lo enfrentó desafiante hasta que un codazo mal disimulado de Steve lo obligó a bajar la mirada -. Mientras platicaba con Azazel escuché la propuesta que les hacías a Logan, mi consejero, y a mi hijo.

-Papá, yo. . .

-No trates de disculparte – contestó, calmo, a Peter -. Con la excusa tonta de que no debía involucrarme como padre de familia, preparaste una misión suicida, Stark.

-No es suicida – arremetió el científico.

-Sí, lo es – corrigió Charles -. Porque teniendo a mutantes poderosos como estos militares, Summers y Cassidy, a Magneto, o a mí, nos dejaste de lado. Por cierto, mi hermana y Azazel van a bajar pronto para unírsenos – y miró a Kurt, que bajó la cabeza ante la mención de su padre.

--Quiero que aclares para todos lo que sabes sobre Schmidt y el posible ensamblador de los Centinelas – ordenó Erik -. Luego veremos entre todos qué plan seguir – observó a su esposo -. Ahora que Charles ya puede conectarse a Cerebro, tenemos la mitad de la batalla ganada.

Tony aceptó asintiendo. Era soberbio pero sabía reconocer a un líder como Magneto. Aguardaron a Azazel y a Raven para empezar, y Charles aprovechó ese tiempo de espera para llamar desde el teléfono del laboratorio a su madre, que se había quedado al cuidado de sus hijas.

Mientras lo hacía, Erik le llegó por detrás y lo rodeó de la cintura.

-Gracias por apoyarme en esto, Charles – le dijo, cuando Charles colgó porque recordaba la discusión que habían tenido cuando el telépata entró en trabajo de parto.

-En ese momento no te apoyé, Erik, porque no tenía forma de ayudarte – explicó, apretándole las manos enlazadas en su cintura -. Ahora es diferente porque puedo conectarme y leer a Schmidt. Tal vez pueda congelarlo y detenerlo sin que tengas que enfrentarte a él en combate.

-Aquí llegaron los que faltaban – anunció Peter a todos.

Azazel y Raven salieron del ascensor y el médico lanzó una mirada admonitoria a su hijo, que se refugió observando cabizbajo a Warren.

Con un respeto inusitado, Tony pidió autorización a Magneto y dio inicio a la reunión que trazaría los planes para la misión de ataque.

......................

¡Hola! Perdón por el retraso pero estuve muy ocupada y con poco tiempo para escribir. Espero que les haya gustado.

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