Alianza Forzada. Cherik. Wolv...

By midhiel

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Erik Lehnsherr, líder de Genosha, debe casarse y engendrar un vástago que continúe su linaje. El consorte ele... More

Capítulo Uno: Sacrificio
Capítulo Dos: Responsabilidad
Capítulo Tres: El Encuentro
Capítulo Cuatro: Ansiedad
Capítulo Cinco: El Secreto
Capítulo Seis: El Primer Beso
Capítulo Ocho: Regreso
Capítulo Nueve: La Unión
Capítulo Diez: El Destierro
Capítulo Once: Bridgecotton Moor
Capítulo Doce: Despertar
Capítulo Trece: Aprender
Capítulo Catorce: Ámbar
Capítulo Quince: Primera Misión
Capítulo Dieciséis: La Noticia
Capítulo Diecisiete: La Interrupción
Capítulo Dieciocho: Nueva Misión
Capítulo Diecinueve: Revelación
Capítulo Veinte: El Contacto
Capítulo Veintiuno: Otro Sacrificio Más
Capítulo Veintidós: En El Hospital
Capítulo Veintitrés: Limando Asperezas
Capítulo Veinticuatro: Descubrimiento
Capítulo Veinticinco: La Propuesta
Capítulo Veintiséis: Ayuda Desde Arriba
Capítulo Veintisiete: Llegada Por Partida Doble
Capítulo Veintiocho: Conexión
Capítulo Veintinueve: Misión Cumplida
Capítulo Treinta: Epílogo

Capítulo Siete: El Enlace

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By midhiel


Este fanfic participa del evento de la semana Cherik (del 3 al 9 de junio) para celebrar a nuestra pareja favorita. Le añado el hashtag "Cherikweek2019"

Muchas gracias a @KiKaLoBe, por su ayuda.

¡Felizcumpleaños a Jaylah Stark!

Alianza Forzada

Capítulo Siete: El Enlace

Erik utilizó la puertita que conectaba el vestidor de Charles con su dormitorio para ir a la cama sin salir por la puerta principal de los aposentos del telépata. Antes besó a Charles en la boca y trató de dejarle la llavecita pero él la rechazó. No quería saber nada de cerrarle la puerta e impedir las visitas nocturnas.

Cada uno durmió en su respectivo lecho y por la mañana continuaron con sus rutinas. Mientras que Erik se hallaba reunido con Azazel, Hank le enseñó a Charles el bosquejo de la máquina, quería llamarla "Cerebro" y al telépata le gustó la idea. Esa misma tarde le presentaron el proyecto a Logan cuando Peter terminaba de ordenar unas carpetas y se preparaba un licuado de frutilla.

A Logan le interesó la propuesta y les dio luz verde.

Por la noche Charles y Erik se reunieron para cenar en la sala de Magneto y terminaron en su cama. Al momento de darse placer, fueron más lento que la noche anterior porque la ansiedad ya no los consumía, y se dedicaron a explorarse con más caricias y besos. Charles sentía que en Genosha había encontrado el Paraíso y Erik no podía sentirse mejor.

Los días pasaron volando y al poco tiempo, llegó el jet de los Xavier transportando el mobiliario y demás pertenencias que Charles había dejado en Westchester. El psíquico acomodó algunos muebles en su recámara y a los otros los distribuyó por el castillo con la autorización de Erik. También buscó un espacio en su propia sala para montar la biblioteca.

A los pocos días llegó la familia Xavier para el enlace. El avión aterrizó en una pista preparada en los alrededores del castillo para darle a la familia intimidad al reencontrarse. Charles estaba ansioso y Erik sonreía detrás de los lentes de sol al observarlo.

Cuando la escotilla se abrió y vio bajar a su hermana, el joven corrió a abrazarla. Su madre bajaba detrás y también la fundió en un abrazo fuerte, solo a su padre le estrechó formalmente la mano porque Brian se la pasó antes de que su hijo alcanzara a abrazarlo.

Al saludarlo, sus padres y su hermana se dieron cuenta del cambio operado en él: se lo notaba más activo y tenía una sonrisa fresca que no le habían visto en mucho tiempo. Se alegraron al saber que se sentía cómodo en su nuevo hogar.

Erik saludó a su familia política cálidamente y los invitó al interior del castillo. Allí los aguardaban sus consejeros y Hank, que se acercó presuroso al senador. Quería contarle los progresos que estaba logrando junto a Charles al crear a Cerebro y su utilidad para los mutantes. Brian pareció interesarse pero su esposa, que lo conocía demasiado bien, se daba cuenta de que no le daba a la noticia la real importancia. Parecía ausente, como concentrado en algo más. Cuando al fin el matrimonio quedó solo en la habitación que le habían asignado, Sharon volteó feliz hacia su marido. Brian miraba por la ventana en lontananza.

-¿Qué opinas del cambio en nuestro hijo? – comentó ella entusiasmada, mientras abría una de sus maletas para desplegar algunos de sus vestidos. Tenían planeado quedarse más de una semana -. Se lo nota alegre y entusiasmado – suspiró -. Mira si después de todo, este lugar consigue curarlo. ¿Brian? – lo llamó al notar que no la escuchaba. Dejó la ropa y se le acercó -. Brian, ¿en qué piensas? ¿Por qué no me atiendes?

-Observa el paisaje, querida. ¿Qué ves?

La recámara quedaba en el tercer piso del castillo, que era el área reservada a los invitados. Tenían una vista privilegiada de la ciudad y de la isla en general, con sus colinas y abundante vegetación selvática. A los lejos podía observarse la línea celeste que marcaba el mar.

-Construcciones metálicas asombrosas – contestó Sharon, absorta con el paisaje. Genosha era fascinante -. Edificios altos, casi rascacielos. Más allá mucho verde, la naturaleza a pleno, y después, el mar azul.

Brian sonrió.

-Yo, en cambio, veo el reino que heredará nuestro nieto. Imagina, yo, senador, con una carrera política que se me abre a nuevas oportunidades, mientras que nuestro hijo traerá al mundo al mutante que gobernará esta joya. ¿Sabes la cantidad de alianzas que podremos establecer con Magneto? Los mutantes son poderosos y lo saben, saben que están por encima de nosotros, gente común sin poderes. Tenerlos de aliados será lo más inteligente que podremos lograr si queremos sobrevivir, Sharon. Esta es su tierra y nos abrieron las puertas con total confianza. Yo, con la responsabilidad política que cargo, seré la esperanza para la paz.

Sharon se alejó de la ventana, mientras sacudía la cabeza con pena. Su esposo seguía frustrándola con esa mente fría y calculadora a la que se le escapaba muchas veces cualquier signo de afecto. Era el político el que le estaba hablando, no el padre de su hijo. Ella y él eran tan diferentes que se preguntaba cómo habían durado tantos años casados. Tal vez el cariño que se guardaban podía ser la respuesta pero en ocasiones como esta, no le parecía suficiente.

-¿No te importa cómo se encuentra Charles después de casi un mes sin verlo? – le cuestionó desilusionada -. ¿No lo notaste mejor? ¿Más sano, alegre, feliz? No – suspiró -. Solo observaste el paisaje que heredarás por medio de tu nieto, porque en eso es en lo que piensas, ¿cierto? Que tú serás el heredero por medio del hijo de Charles.

-No heredero sino aliado – contestó Brian ausente, meditando la idea de establecer alianzas políticas y poner a su propia sangre al frente de Genosha -. Sabes que el futuro político serán las alianzas entre mutantes y no mutantes. Ahora mi pregunta es: ¿cuánto tiempo más podremos confiar en esta gente? ¿Por cuánto tiempo más podré conservar la paz?

-¡Brian, por favor! – exclamó su esposa, escandalizada -. ¿Puedes abandonar el papel del político y enfocarte en el de padre? ¿Puedes contemplar este paisaje y disfrutarlo sin pensar en el rédito que puedas obtener?

Brian volteó hacia ella. Sonrió pero era esa sonrisa distante del que no logra empatizar con el otro.

Al notarla, Sharon prefirió enfocarse en seguir desempacando. Brian dejó de sonreír porque le molestaba cuando su esposa tomaba esa postura adusta y se encerraba en sí misma.

Los dos seguían sintiéndose afecto pero las diferencias los separaban. Sharon no podía entender cómo su marido podía anteponer sus ideas políticas al estado de su hijo y él no podía soportar que ella no se molestara en entender su sueño: llegar a la Presidencia y gobernar sobre no mutantes y mutantes, más tarde, por medio del nieto que Charles le daría.

...............

Raven había llegado bajo la forma humana de la jovencita rubia y alegre. Pero al saludar a Azazel y ver que tenía una mutación similar a la suya en cuanto al aspecto, sintió deseos de mostrarse tal cual era, y ya sola en su recámara, se volvió azul. Se observó en el espejo y, por primera vez, sintió orgullo de su verdadera apariencia. Estaba desnuda y su piel cerúlea llena de escamas le causó fascinación. De repente se dio cuenta de que lo que la había fascinado era ese hombre azul con aspecto de demonio pero mirada de ángel.

Raven rio bajito, enloquecida con Azazel Warner, el consejero y médico personal de Magneto.

................

-Es todo por hoy, Peter, nos vemos el miércoles porque mañana es el enlace y te daré el día libre – comentó Logan, mientras leía un documento.

Peter sonrió. No podía creer en su suerte: hoy se había enterado de que tenía una A en genética gracias a su último examen y ahora Logan le daba el día libre. Si esa no era la mano de la Fortuna, ¿qué más podía ser?

-Gracias – exclamó con su sonrisa y sus hoyuelos. Iba a marcharse pero lo dudó. Es que se sentía bien trabajando con Logan. Era divertido, el lobo podía ser duro y cortante pero a veces tenía salidas graciosas, hacía comentarios adrede para que Peter riera y el muchacho la pasaba bien -. ¿Puedo quedarme un poco más?

-¿Qué? – preguntó Logan y quedó tan confundido que dejó de leer por un momento.

Peter se arrojó en una silla y cruzó las piernas sobre la mesita. Logan no podría amonestarlo porque solía hacer lo mismo.

-Quiero quedarme un ratito, Logan. Quizás beber un licuado, no sé – sonrió otra vez.

-Bien, pero vas a prepararlo tú porque tengo que terminar con esto – señaló el documento.

-¡Claro! – se levantó de un salto.

-Y vas a preparar para mí también – decidió Wolverine con firmeza -. Tengo hambre.

Peter rio.

-Lo que digas, viejo.

-¿Qué dijiste?

Peter rio con más fuerza. Tanto lo apodaba mocoso que él había comenzado a llamarlo viejo a modo de cariño. Logan se hacía el ofendido pero lo divertía el nombre.

Peter entró a la cocinita que había al lado para preparar la bebida.

Logan dejó los papeles para esperarlo. Cuando el joven volvió, le preguntó.

-¿Cómo andan las cosas entre Erik y tú? ¿Estás entusiasmado con su boda?

Peter fue hasta la licorera para recoger los vasos y sirvió un poco de licuado en cada uno.

-Están mucho mejor, ya no me regaña tanto. Se le está yendo lo gruñón.

-O quizás tú no te estés metiendo en tantos problemas.

Peter rio otra vez mientras le pasaba el vaso. Para Logan era reconfortante verlo tan feliz y oír su risa cristalina.

-Puede ser, viejo. Charles es buena gente, gracias a él hoy aprobé genética.

-¡Al fin, Peter! – se alegró Logan -. ¿Cuánto sacaste?

-Una A – respondió el muchacho con orgullo.

-A brindar por tu calificación – decidió Logan, alzando el recipiente. Peter lo imitó y chocaron los vasos -. Felicitaciones, Peter. Erik va a sentirse muy orgulloso de ti.

-¡Sí! No veo la hora de contárselo pero no esta noche porque estará ocupado.

-Sí, los preparativos deben ser agotadores. ¿Por qué no regresas a tu casa después del licuado? Tienes que descansar para mañana.

Peter se encogió de hombros.

-¿No me quieres más por aquí?

Logan sonrió, creyendo que bromeaba.

-Te quiero mañana lúcido y preparado para la ceremonia y sin bostezos.

-No quiero volver a casa enseguida, Logan – explicó Peter con determinación -. Quiero quedarme un tiempo más aquí.

-¿Con este viejo lobo?

Peter asintió riendo.

Logan le sonrió. A él también le agradaba la cercanía del muchacho. Los dos se hacían buena compañía.

................

Erik compartió el almuerzo con Charles, sus futuros suegros y cuñada, y más tarde se excusó para atender asuntos del gobierno. A la mañana siguiente sería la boda y no se encargaría de problemas de Estado, así que quería trabajar para dejar todo listo.

Charles quedó solo con su familia y los invitó a dar un paseo por la ciudad. Les enseñó entusiasmado el mercado, que recorrieron, la plaza, donde Raven se sacó varias fotos posando bajo su apariencia humana desde diferentes ángulos, y después los llevó a conocer la granja comunitaria. Les habló de los edificios más relevantes contándoles lo que Erik le había contado a él, y se notaba en su voz lo cómodo y feliz que se encontraba.

Sharon se dio cuenta de que a su hijo le hacía bien esa isla de mutantes, con gente como él, y pensó si a Raven no le sentaría una temporada también. La jovencita no les causaba problemas, pero tenía dudas cosméticas por su aspecto azul, conviviendo entre humanos, y vivir entre gente como ella podía levantarle la autoestima.

Brian, por su parte, se alegraba de ver a su hijo reestablecido pero temía que la influencia de los mutantes lo alejara de él y de sus planes. Se planteó que en algún momento tendría que buscar un espacio para volver a tener la plática que habían tenido antes de que Charles se marchara para recordarle cuál era su deber dentro del enlace.

Por la noche la familia Xavier cenó con Erik y Peter en el comedor principal del castillo. Fue una velada amena y Peter se comportó correctamente, recordando todo lo que su mentor le había enseñado a lo largo de su vida sobre buenos modales. Sharon quedó fascinada con él y Raven rio cuando les enseñó, durante los postres, lo rápido que podía moverse. También mencionó a su mejor amigo Kurt, y contó anécdotas divertidas, nada que avergonzara a Magneto delante de los invitados. Cuando confesó al pasar que era el único hijo de Azazel, Raven sintió una comezón en el estómago y le costó mantenerse bajo su apariencia humana.

Charles sin querer percibió sus emociones y se llenó de celos. Ah, estaba a punto de casarse y le salía la sobreprotección de hermano mayor.

Después de la cena, cada uno se retiró a su alcoba. Tenían que levantarse a las primeras horas de la mañana para prepararse para el festejo, que sería a mitad del día. Charles le había pedido a Erik que esa noche no intimaran para estar frescos para la ceremonia y Magneto aceptó. Por tal motivo, se retiraron a dormir separados, imaginando la noche que los esperaría en menos de veinticuatro horas.

........................

Se había decidido que el enlace quedaría establecido con la firma del acta matrimonial. Luego los esponsales realizarían un recorrido por las calles de Genosha. En la plaza principal, se había alzado una tarima donde los esponsales intercambiarían anillos frente al pueblo. Acto seguido, regresarían al castillo y la ceremonia concluiría con un simple ágape en la sala central.

La firma tendría lugar en el salón de conferencias, cuyos ventanales se habían vestido con cortinas blancas. Sobre la mesa redonda estaba depositada la carpeta, que contenía los documentos, y la pluma de oro que Erik usaba para las firmas ceremoniales. Se presentaron los padres y la hermana de Charles, Peter, Logan y Azazel en su papel de consejeros, y el general Summers. Todos con sus trajes de gala. Raven dudó de la apariencia que usaría, ya que la presencia de Azazel la estaba entusiasmado y quería que él la notase bajo su forma verdadera, pero todavía se sentía insegura y finalmente decidió ir como una muchacha rubia.

Erik y Charles entraron juntos, vestidos con elegantes smokings negros, cuando los demás ya estaban presentes. Con un gesto de atención, Charles le acomodó el moño en el cuello de Magneto, que le sonrió amorosamente.

Azazel leyó el documento completo con voz clara y solemne. Acto seguido, Magneto estampó su firma e iba a pasarle la pluma a Charles, cuando se oyeron pasos ligeros en la antesala. Summers se puso en alerta, ubicándose junto a la pareja y sacó su pistola.

Sean abrió la puerta y parpadeó como si estuviera saliendo de un sueño profundo.

-Perdón – tartamudeó, mientras volvía a la realidad -. Yo estaba con los demás afuera vigilando y de entre la multitud salió. . .

Emma lo empujó para entrar.

-Gracias, cariño – le sonrió a Banshee, burlona -. Me fuiste de gran ayuda afuera. Agradece a tus compañeros también que fueron tan amables al abrirme las puertas del castillo. Bien – observó a todos -, no estoy invitada a la ceremonia y como la bruja malvada de la Bella Durmiente, vengo con noticias turbias pero esclarecedoras.

Summers iba a arrojársele encima pero quedó paralizado. Los demás, a excepción de Charles, sintieron mentalmente la orden de permanecer quietos y escucharla.

Charles se dio cuenta de que era telépata como él y quiso detenerla pero sintió una descarga en el cerebro, como si ella lo estuviera pinchando, y no podía bloquearla.

"No lo intentes, encanto," le respondió ella mentalmente. "Soy como tú y sé cómo defenderme."

Emma tomó su forma de diamante. Sharon y Brian, los únicos no mutantes, estaban sorprendidos, y Raven fascinada. Los demás que la conocían, sentían miedo porque era poderosa y no tenía escrúpulos.

-¿Puedo continuar? – reclamó Emma con su vocecita melosa -. Gracias. Este enlace carece de valor porque su finalidad no tiene sentido. El señor Xavier se enlazará con Magneto para darle un heredero que gobierne Genosha, pero Magneto ya tiene un hijo y heredero que es el joven Peter Maximoff – dejó de controlarlos y los presentes recuperaron su movilidad. Voltearon hacia Peter, que estaba temblando como una hoja, y Charles miró a Erik. Emma continuó, feliz del daño que estaba haciendo -. Peter Maximoff es tu hijo biológico, Magneto. Conocí a su madre cuando lo esperaba y le leí la mente. Ella guardaba un secreto: tú fuiste siempre su único amante, solo te decía que tenía varios para provocarte celos, y llevaba tres años sin intimar con el señor Eisenhardt, así que el niño es tuyo. Ella pensaba confesártelo después de que naciera pero ya conocemos su triste desenlace.

Erik quedó tieso. Summers quiso apresarla otra vez pero Magneto le hizo un gesto para que se detuviera.

Emma caminó impunemente hacia la mesa y se detuvo junto a Erik y Charles.

-Peter Maximoff es tu primogénito y heredero legítimo, Magneto. Peter es tu hijo y lleva tu sangre. Por eso él tiene derecho a convertirse en tu sucesor y gobernar Genosha y aunque no lo desee ahora, yo me encargaré de que tenga aliados que lo apoyen.

-¿Me estás amenazando? – inquirió Erik, lívido. Todo el metal del salón tembló y Magneto ya estaba controlando las varillas de bronce del cortinaje -. ¿Cómo te atreves a interrumpir una ceremonia de este calibre y soltar semejante mentira?

Emma miró a Charles. El telépata suspiró.

-Está diciendo la verdad, Erik – tuvo que aprobar Charles.

Sharon notó que su esposo estaba tanto o más furioso que Magneto y lo sujetó del brazo. Raven se puso tan nerviosa que mutó a su forma azul.

Logan controlaba los puños para no sacar a relucir sus garras, mientras que Azazel, recogía veloz los documentos para mantenerlos a salvo.

-¡Aprésenla! – ordenó Erik con autoridad.

-¿Vas a apresarla por decir la verdad, Magneto? – reclamó Brian, enojado.

Erik volteó hacia él con fría calma.

-Se la apresa por amenazar la paz y seguridad de la isla – dejó en claro y se preguntó con qué autoridad el senador se atrevía a cuestionar las órdenes que daba en la isla -. Por declarar que buscará llevar al pueblo pacífico de Genosha a una guerra y provocar disturbios.

-No, Magneto – lo desafió Brian y se liberó del apriete de su esposa -. Esta mujer está declarando que el hijo que Charles dé a luz no tendrá autoridad para sucederte. Gracias a su intervención, quedó claro que esta ceremonia inconclusa no tiene sentido y que el acuerdo no podrá cumplirse. Charles – miró a su hijo -, regresarás conmigo a casa.

-¿Cómo se atreve usted a desafiar al líder de Genosha en su propia isla? – cuestionó Sean con una autoridad que pocos le conocían. Ingresó en la sala y esposó a la señorita Frost enfrente de todos. Los presentes estaban pasmados -. Señor Magneto, la prisionera será escoltada hasta la prisión como lo ordenó.

Erik apenas refrenaba las ganas de estrangularla con las varillas, pero su papel de gobernante pudo más y se tranquilizó. Asintió en dirección a Sean.

Summers recuperó la compostura, asombrado de la actitud valiente de su soldado, y se acercó a Emma. Cada militar la tomó de un brazo y se la llevaron.

Apenas dejaron la sala, Brian se volvió hacia su hijo.

-Charles, el enlace queda anulado. Tu hijo no podrá suceder a Magneto y tu seguridad en la isla no está clara. Vendrás con nosotros.

-No, padre – respondió Charles serio y firme -. Permaneceré con Magneto – y resuelto, le hizo un gesto a Azazel para que le pasara el documento, y firmó con la pluma dorada -. El contrato ya fue establecido.

-¡Charles! – demandó su padre, furibundo. Sharon temió que se desmayara de la rabia -. ¿Qué estás haciendo? ¿No te das cuenta? ¡Son mutantes! ¡Son engañosos! ¡No son gente de fiar!

-Yo soy un mutante, padre – le recordó su hijo enojado.

Raven se sintió herida y se acercó a su hermano.

-¿Nos estás llamando mentirosos y falsos, padre?

Sharon se cubrió la boca, mientras que Brian miró a uno y otro hijo.

-Ustedes no son mutantes, ustedes fueron criados por su madre y por mí. Son humanos, son como nosotros. ¡No son traidores!

-¡Esto es el colmo! – exclamó Logan y no contuvo más las garras. Sharon soltó un grito al verlas y abrazó a su marido.

Erik estaba tan furioso, que las venas del cuello le saltaban. Pero se mantuvo frío y habló con autoridad.

-Senador Xavier, lo que está diciendo es una afrenta para mi raza y los pobladores de Genosha. Usted no es uno de los nuestros y, sin embargo, desde que llegaron no hemos hecho más que tratarlos con respeto, pero si usted nos desprecia y nos trata de ruines y traidores, le ordenaré que abandone la isla de inmediato. Señora – se dirigió a Sharon -, siento que tenga que pasar por esto.

-Nada me complacerá más que abandonar este lugar – contestó Brian -. Pero lo haré con mi familia: con mi esposa y con mis hijos.

-No – suspiró Raven y miró a su madre -. No me marcharé de esta manera.

-Yo no voy a marcharme – determinó Charles, plantado junto a Erik -. Firmé el acuerdo y, por lo tanto, estoy enlazado a Magneto.

-Brian – intervino Sharon con firmeza y deshizo el abrazo para poner distancia. Su marido conocía ese tono y volteó hacia ella -. ¿Desde cuándo un diplomático de tu altura se atreve a despreciar a sus anfitriones? Te desconozco esta falta de cortesía. Además, ellos son mutantes como nuestros hijos, es la gente que has protegido y defendido desde que supimos de la telepatía de Charles. Estás armando un escándalo delante de todos y humillando a nuestro hijo. Por favor, compórtate y pide disculpas.

El senador se mordió los labios. Las manos le temblaban. Sharon tenía la capacidad de tranquilizarlo y ubicarlo cuando su arrogancia lo hacía cruzar los límites. Pero el resquemor que venía sintiendo por los mutantes y su propio orgullo herido, le salieron a flote.

-Esto es una afrenta, Sharon. Con lo que explicó esa mutante, no hay seguridad de que el hijo de Charles, si llega a engendrar uno, sea reconocido como el próximo gobernante de Genosha. El acuerdo no está claro que se cumpla. El motivo principal para cerrarlo era asegurar una línea sucesoria con nuestra sangre y Magneto ya cuenta con un heredero.

-Ese hijo del que tan distante hablas, será nuestro nieto – le recordó su esposa.

Charles pasó saliva.

Justo Summers volvía con Sean. Habían dejado a Emma confinada en una habitación pequeña dentro del castillo. La mutante no había puesto resistencia, feliz con el daño que ya había hecho. Los militares notaron la tensión y quisieron intervenir pero Erik se los impidió con un gesto.

Brian sacudió la cabeza.

-No hay motivos para que lo engendren – respondió con frialdad y giró hacia su hijo -. Charles, es la última vez que te ordeno que vengas conmigo.

El telépata alzó el acta con su firma estampada.

-El acuerdo está firmado, padre, y mi lugar está aquí.

El senador miró a Erik, que lo observaba con gélida distancia. Sin embargo, se le notaba en los ojos lo furioso que estaba y Brian sintió miedo.

Magneto habló al fin con la solemnidad y autoridad del líder que era.

-Lo acogí en nombre del pueblo de Genosha como a un amigo, senador Xavier. Los mutantes valoramos lo que ha hecho por nosotros en estos años y yo mismo estoy en deuda con usted por haberme ayudado. Pero la causa mutante y el respeto hacia nuestra gente transcienden la actitud que ha tenido recién. Con un comportamiento e ideas que le desconocía, me ha humillado a mí y a mi pueblo, y hasta a su propia familia, al agredirnos. Sus hijos son mutantes, senador, y aun así nos juzga como criminales. Por eso le exijo con la autoridad que me confiere el gobierno de la isla, que abandone esta tierra de inmediato. El general Summers dispondría de una patrulla para que lo escolte hasta su habitación, empaque y se dirija a su avión – miró su reloj -. Tiene dos horas para abandonar Genosha.

Magneto le hizo un gesto al general, que se apresuró con Sean a salir a buscar soldados.

-¡No me iré sin mis hijos! – reclamó Brian para demostrarle al líder de Genosha que, a sus ojos, Raven y Charles, dos mutantes, le pertenecían.

-Sus hijos son adultos y han decidido – le contestó Erik gélidamente y volteó hacia Sharon para dar por concluida la discusión con él -. Una vez más, señora, me disculpo por el mal momento que ha tenido que pasar y le dejo en claro que el problema no es con usted.

-¿Charles? – lo llamó Brian en un tono de mando.

Charles se mantuvo firme.

-Estoy enlazado a Magneto y permaneceré en la isla, padre.

-¡Muchacho impertinente! – gruñó el senador, fuera de sí, y alzó el puño para asentarle una bofetada.

Con un reflejo veloz, Erik le atajó el brazo antes de que llegara a su flamante consorte. Brian sintió su agarre de oso e hizo una mueca de dolor. Magneto estaba tan tenso que Xavier sintió cómo hacía vibrar el oro de su anillo de bodas.

-Por última vez le ordeno que se retire de la isla, senador – demandó Erik con una mirada de hielo y furia -. Para que le quede claro: lo estoy desterrando de Genosha.

-Brian, por favor – murmuró Sharon para poner paños fríos.

El senador observó a su alrededor. Logan continuaba con las garras salidas clavándole la mirada. No tendría empacho en atacarlo; Charles seguía firme y lo miraba sin miedo y desafiante por primera vez. Erik seguía sosteniendo su brazo con firmeza y dejándole en claro lo que podía pasarle si osaba tocar a Charles, y Azazel estaba moviendo su cola, nada complacido. Su esposa suspiraba agitada y Raven se había ubicado cerca de su hermano para defenderlo. Finalmente, a Brian no le quedó más opción que rendirse.

Erik lo soltó. Summers y Sean regresaron con tres soldados para que escoltaran al senador.

Ya no soportando más lo que consideraba una afrenta personal, Brian dio media vuelta y se marchó de la sala de conferencias sin despedirse de nadie.

Sharon se despidió atenta de Erik, abrazó con efusión a Charles, saludó a los presentes con la mirada y salió detrás de su esposo. Raven la imitó y siguió a sus padres. Los soldados los escoltaron con Sean a la cabeza con una mirada y postura de mando.

Erik seguía tenso pero se notó que el metal ya no vibraba como antes. Charles le acarició la mano para ayudarlo a relajarse. La caricia tuvo efecto y Magneto se tranquilizó un poco. Nadie iba a faltarle el respeto en su isla, y menos que menos, tocar a Charles. Lo tomó de la mano con la que el telépata lo mimaba y permanecieron enlazados para confortarse mutuamente.

La sala quedó envuelta en un silencio pesado que Logan rompió.

-¿Dónde está Peter?

Buscaron al joven con la mirada y se dieron cuenta de que se había escapado. Erik sintió un nudo en la garganta y solo deseaba que no se hubiera escabullido al sector norte de la isla. Charles notó su ansiedad y le acarició con los dedos la mano que mantenía enlazada a la de él.

-Scott, busca a Peter – ordenó Magneto al general.

-Espera – se adelantó Logan -. El muchacho está asustado y ver a soldados buscándolo puede ser contraproducente. Déjame a mí que vaya a traerlo, ¿sí? Me tiene confianza.

-De acuerdo – aceptó Erik.

Logan salió corriendo. Por el camino exclamó.

-¡Uso tu motocicleta, Summers!

Al general no le agradó la propuesta pero poco y nada podía hacer ante la urgencia.

-Aquí tengo la llave – le recordó, alzando el llavero.

-Tengo esto que igual enciende el motor – mostró Logan sus garras con aire de superioridad y sonrió internamente porque le encantaba contrariar al estricto soldado.

-¿Qué hacemos ahora, Erik? – preguntó Azazel. La firma no había salido de acuerdo con el plan pero se había hecho.

-La ceremonia debe continuar – decidió Erik, anteponiendo su papel de líder a su consternación y dolor personal -. El pueblo está esperando que recorramos las calles. Charles – lo miró -, ¿me acompañas?

-Por supuesto – contestó el telépata y le sonrió para darle confianza.

La pareja abandonó la sala con Summers escoltándolos. Afuera los aguardaba el coche en el que viajarían y la gente ya estaba agolpada frente al castillo para saludarlos. En medio de la confusión que sentía, Charles percibió el cariño que los mutantes de Genosha le tenían y cuánto respetaban a Erik. Esto lo tranquilizó un poco aunque su corazón siguiera como el de su consorte, preocupado por Peter. Además pensaba en su familia y cómo quedarían las relaciones con ellos.

Recién Charles valoraba lo que era el verdadero sacrificio de un líder y se dio cuenta de que Magneto tenía entregados el cuerpo y el alma por sus hermanos mutantes y la causa que los defendía. Sintió mucha admiración por él y se complació más de haberse enlazado.

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