Lola;
Los labios de Valentín aún siguen sobre los míos, puedo sentir la intensidad con la que me besa, nunca sentí un chape de nosotros así, y no voy a negar que me encanta.
Sus manos van a mi espalda baja, sin pedir permiso va hacia mi culo y lo aprieta, suelto un jadeo involuntario.
Nos separamos en busca de aire, juntamos nuestras frentes y nos miramos a los ojos.
-Sos hermosa, Lo- Expresa. -Posta perdoname, no quería herirte
Lo miro sin saber que decir, ni me puedo acordar bien de las cosas que pasaron anoche. Solo lo recuerdo chapando a otra mina, y yo llorando como pelotuda.
-Con ese chape te perdono todo- Jodo. Obviamente con Valentín no podía enojarme, además de que no somos nada.
Me sonríe, yo lo hago. Siento que por más de perdonarlo, las cosas no quedaron del todo claras. No aclaramos el problema, y capaz que sea mi culpa por perdonarlo tan fácil.
Siempre fui fácil cuando se trata de vos, Valentín.
-Eu, posta que la chapé por celoso, te vi con Indra y reaccioné de esa manera. Te quiero una bocha, Lola- Me mira y siento que está hablando en serio. Sus ojos celestes perdieron el brillo que tenían hace unos minutos, ahora son oscuros y debo de admitir que me dan un poco de miedo.
-¿Con Indra?- Pregunto confundida.
¿Qué tiene de malo Indra? ¿Acaso Dam le contó todo lo que mi ex me hizo? Mi mente va dando un montón de vueltas y me siento un poco mareada, ¿qué carajos?
-Él le hizo daño a una persona que quise un montón, Lola- Declara con un tono de voz perdido, triste.
-¿Qué te hizo?- Cuestiono sin dejar de mirarlo.
Valentín e Indra se conocían de antes, ¿cómo no me di cuenta? Las miradas de odio que se tiran no son "celos", como dice Catalina. Siempre hubo algo más, y estoy a punto de descubrir el porque tanto odio entre ellos.
-Engañó, maltrató y manipuló mucho tiempo a mi mejor amiga, Lo. Llegó a un punto de ser tan celoso compulsivo que pensó que ella y yo teníamos algo, me lastimó y se metió con lo que más quería- Confiesa.
¿Indra así? Este pibe se debe de estar confundiendo, él nunca fue así conmigo, ¿por qué lo sería después/antes?
Ver como Valentín está perdido en un punto de la habitación, como si estuviera hundido en recuerdos me hace darle la razón, más después de ver como las lágrimas abandonan sus ojos para soltarlas por su cachete.
-Valen, no llores- Me acerco y lo abrazo, me acepta al instante y tiembla a causa de los sollozos.
Le acaricio el pelo con delicadeza, mientras le susurro mil veces que no tiene porque llorar, que todo ya pasó, no sé exactamente que pasó en realidad, pero diría cualquier cosa para calmarlo.
Escucharlo llorar me hace querer matarme por dudar de él hace unos segundos en mi cabeza. ¿Cómo voy a dudarlo? Indra también me engañó y sufrí bastante por ese pibe, ¿por qué no sería así con otra mina?
-Basta, no quiero llorar más, debo parecer cualquier cosa- Se burla, suelto una pequeña risa.
-Hasta llorando sos lindo- Declaro, me sonríe y me deja un pequeño beso en los labios.
No le pedí que me contara más, supongo que fue suficiente como para darme cuenta de varias cosas, hablaría con Indra, pero no quiero ocasionarle más problemas a Valen.
Un montón de voces acercándose a mi puerta me sacan de mi burbuja con Valentín, los dos nos miramos, tenemos los ojos grandes como platos.
Que no sea mi tía, mi tío, mi padre o mi madre.
Que no sea nadie, por favor.
Ruego una y otra vez, mis tíos están en la casa de mis padres porque venían a visitar a mi madre por su cumpleaños que, por cierto, es mañana. Pero ellos trabajan muchísimo y no pueden venir a pasar la tarde con la familia.
-Escondete- Susurro.
Le señalo el placard, me hace caso y en unos segundos ya está metido dentro, su risa retumba en toda mi antigua pieza, y creo saber porque es. Pajero, imbécil, pelotudo, lo insulto en mi mente mientras también me lo hago a mi misma.
¿Quién me manda a dejar los calzones de osito en el placard?
Aclaro: Ya no los uso, solamente cuando quiero dormir cómoda, pero nadie me ve con esos. Además no vengo a quedarme en la casa de mis padres muy seguido.
-Lola- Me saca de mis pensamientos la gruesa voz de mi padre. -¿Estás dormida, Lolita?- Pregunta con un tono suave desde el otro lado de la puerta.
¿Dormida?
Hace unos minutos estaba chapando duro con Valentín, tan dormida no estoy.
-No pa, podes pasar- Aviso acercándome a la puerta.
Mi padre es más rápido que yo y abre la puerta antes de que yo lo haga. Está bastante apurado y cierra la puerta apenas está dentro de mi habitación, lleva una enorme caja en sus manos y sé que es el regalo de mi madre.
-Te voy a pedir que lo guardes vos, ella no va a sospechar- Anuncia, asiento y me da el pesado regalo.
-Dejame, yo lo hago- Dice mi padre.
Lo agarra en sus brazos, se acerca al placard y siento que mi cuerpo está a punto de desmayarme.
-¡No!- Grito involuntariamente.
Está a punto de abrir el placard cuando grité, haciéndolo sobresaltar y soltar la puerta del mismo casi al instante.
-¿Qué pasa? ¿Estás loca?- Pregunta haciéndose el canchero.
Lo miro. Pensá una excusa rápido, me exijo.
-Papá, me duele mucho la cabeza- Me agarro la parte donde "me duele", me siento en la cama como si me hubiera mareado.
-¿Querés que te traiga una pastilla?- Me toca la frente.
Asiento frenéticamente, mientras más tiempo me de para que Valentín se escape, mejor.
-Bueno, dejá que guardo el regalo y te la traigo- Expresa.
Me pongo pálida en el momento, él está a punto de abrir la puerta otra vez, hasta que se escucha un sonido fuerte venir de la planta baja.
Mi padre otra vez se sobresalta, putea por lo bajo y dice algo así como: "¿Qué mierda tienen con asustarme hoy?", haciéndome reír.
-Pa, vete a ver que pasó- Exijo. - Mirá si la tía, o mamá se cayeron, o peor; Mirá si les pasó algo grave- Me elevo de hombros. Obviamente nada les pasó.
-Tenés razón- Dice con una cara digna de un cuadro. -Vengo en 15, veo que pasó y te ayudo a guardar el regalo- Anuncia, niego con la cabeza.
-Yo puedo sola, pa- Digo haciéndome la fuerte. -Vos andá tranqui
Se despide con un beso en la frente como siempre, y sale casi disparado por la escalera. Abro el placard, sale un Valentín colorado y jadeando como perro.
-¡No hay aire ahí dentro!- Se queja.
Lo abrazo, espero que se recupere y mientras tanto le dejo besos en su cuello, algo que hace que sus jadeos empeoren.
-Te tenés que ir por la ventana- Le digo alejándome un poco.
Asiente y me besa en los labios otra vez con la misma intensidad de hoy. Nos miramos apenas nos separamos, unos segundos nos bastan para volver a juntar nuestros labios en un buen beso.
Nunca me cansaría de tenerlo así, lindo, tierno y sincero. ¿Cuándo volverás a ser ese, Valentín?
-Otro día te cuento la historia completa de ese- Hace referencia a Indra, asiento y me besa otra vez.
Se va por la ventana como si fuera un experto. Pobre, tenía que caer justo en la casa de mis padres.
Todo hubiera sido diferente si estuviéramos en mi departamento, igual y cogíamos ahre.
-Papá, mamá- Los llamo bajando las escaleras.
Por lo visto solo fue un golpe que se dio la perra de mis padres contra la pared, es media mogolica y recién nacida. Siempre que vengo a visitar a mis padres se da contra algo.
-Tengo que ir hasta mi departamento a buscar un poco de ropa, ¿ta?- Pregunto abriendo la puerta principal.
-Te queremos- Dicen al unisono.
Me voy con una sonrisa en la cara, después de todo, las cosa parecen estar tomando forma.
Y otra vez se deformaron.