Pov Alba.
Mi primera noche en Madrid fue diferente. Pensaba continuamente en que esa noche era el principio de una nueva vida, de nueva gente y mejores cosas que vivir. Duchándome estuve dándole vueltas a la fiesta de esta noche. Sabela me dijo que eran bastante pero todos buena gente. Que Maria me fliparia, que la locura de Marta me haría reír hasta darme dolor de tripa y cosas buenas del resto que faltaban. Me había dicho el nombre de todos, pero mucha información en muy poco tiempo.
Joan se había ido a cubrir el turno de mañana en el bar que trabajaba. Desayunamos Sabela y yo solas. Quería aprovechar para saber más cosas.
-¿Alguien de la gente que viene hoy saben algo sobre mi?- Pregunte con más miedo que curiosidad.
-Bueno, saben que eres hermana de Joan, que vas a vivir aquí, pero no saben nada mas.- Por lo visto Joan se encargo de esconderme bien. Suspire mirando mi taza de café.
-Alba- Me dijo cogiéndome la mano- Aqui vas a ser una más. Nose nada de ti ni de tu pasado, pero a mi me da igual y se que al resto también. Tu hermano está contento de que estés aquí y esta noche tienes la oportunidad de encontrar una nueva vida y muy buena, no tengas miedo.- Asentí ya mucho más tranquila.
Sabela tenía el don de hacerme sentir bien. Sus palabras me calmaron y me dieron ganas de que fuera ya esta noche.
-¿Tu prima vendra?- Ahora si que preguntaba con curiosidad.
-Claro, ella no se pierde ni una.- sonrió.
Tenía ganas de verla y no sabía porque. No habíamos hablado ni una palabra, pero de alguna forma era como que sabía quién era o como era a pesar de no tener aún claro ni el tono de su voz. Digamos que fue atracción a primera vista. Estaba acostumbrada a tener a quien quisiera, es decir, si me gustaba alguien iba asaco a por él o a por ella dándome igual las consecuencias, pero sabía que por mucho que me atrajese con ella no podía tener nada. Quería conocerla, pero para formar parte de su vida como si fuese alguien de su familia. Aunque eso de querer follar con alguien de tu familia no suena muy bien.
En media hora empezaría a llegar gente. Estaba un poco nerviosa, pero al mismo tiempo tenía ganas. Antes de salir al salón me di un último repaso en el espejo. Tenía el maquillaje perfecto. Algo suave pero llamativo. Me había puesto unos pantalones militares junto con mis botas negras, un top negro con una chaqueta también negra finita. El pelo me lo había dejado suelto con el flequillo recto. Ni tan mal, pensé antes de salir.
Faltaban 15 min cuando llamaron a la puerta por primera vez en la noche. Abrió Sabela y seguidamente vi como entraba ella y Natalia detras. Seria, como la ultima vez que la vi. Fueron directamente a la cocina, ni siquiera saludo. ¿Que problema tendría esa chica conmigo? Al rato empezó a llegar gente. Ya habían llegado Maria, Marta, Julia, Marilia y Noelia. El resto estaba comprando el botellon que faltaba. No sabía muy bien como integrarme con la gente y a lo visto Maria se dio cuenta.
-Oye rubia- llamó mi atención- Vamos a la cocina a por una cerveza, ¿no?- La seguí.
-Hombre Nat, no te había visto- saludó al entrar en la cocina.
-Pues aquí estoy Mari, preparada para empezar bien la noche- Dijo sonriendo mientras ponía tres chupitos de jagger.
Era la primera vez que la veía reírse. Le quedaba mejor eso que su cara seria.
-¿Me pones uno a mi?- Pregunte poniéndome a su lado cara a la encimera de la cocina.
-Claro.- Me contestó sin mirarme.
Maria y Sabela cogieron los suyos y nos disponíamos a brindar. Mientras Maria hacía señal de que nos esperásemos que primero hablaría, Natalia y yo nos miramos por primera vez en la noche. Desvió la mirada al segundo para mirar a Maria.
-El primer brindis se lo vamos a dedicar a la rubia- Me dijo mirándome. Seguro que mi cara ya era un tomate- Y también porque esta noche sea la hostia nenas- gritó subiendo el vaso de chupito.
Iba pasando la noche y cada vez estaba mas agusto. Los amigos de Joan eran increíbles. Cada uno tenía su punto y me sentía bien con ellos. Como si los conociese de siempre. Hablé con todos, a veces en grupo o solos mientras bebíamos algún chupito o cerveza. Con todos menos con Natalia. Hacia unos minutos había salido a la terraza a fumar. Me levante en su dirección. Si no quería ni almenos conocerme quería que me lo dijera.
Estaba sentada en el suelo mientras fumaba. Miraba al frente. No se dio ni cuenta de que estaba ahí. Me senté a su lado y se percató de que estaba ahi, pero no me miro, seguia mirando a algún punto en concreto.
-¿Siempre eres así de seria?- Dije mirándola.
-Si- Seguia en la misma posición.
Vi que a su cigarro le quedaban pocas caladas. Sabia que al acabárselo se levantaría e iría dentro dejándome ahí sin mas. Así que decidí seguir hablando a ver qué podía sacar.
-¿Tienes algo en contra de mi?- Fui directa.
-No te conozco para eso.- Giro su cabeza. Estábamos cerca, con la mirada clavada una en la otra. Sus ojos no se apartaban de los míos y simplemente me salió sonreír. Ella me siguió y le salió una pequeña sonrisa sin llegar a enseñar los dientes. Después de dos frases frías estábamos sonriéndonos vete tu a saber porque.
-¿Te haces un chupito conmigo?- Me salio sin pensar. Se levantó. Yo la miraba desde el suelo sin entender.
-¿Vamos?- Me levante seguida de ella aun con la sonrisa en la cara y fuimos a la cocina. Los demas seguían por ahi en pequeños grupos. Unos riendose, otros bebiendo mientras hablaban o haciéndose fotos. Una vez en la cocina se puso a preparar los chupitos.
-¿Alguna vez has probado un TGV?- Me preguntó mientras sacaba tres botellas.
-¿Que es eso?- Dije poniéndome a su lado igual que en el primer chupito de la noche.
-Es tequila, ginebra y vozka en un mismo chupito- Mi cara fue de sorpresa y ella soltó una carcajada. Yo le seguí la risa.
-¿Quieres matarme o que?- Dije cogiendo el vaso de chupito.
-Bienvenida a Madrid- Me dijo mirándome fijamente.
-¿Porque brindamos?- Le pregunte alzando un poco el vaso. Ella se quedó pensativa sin apartar la mirada de mi.
-Por la hermana de Joan y por una noche en familia.- Sonreí como una idiota. Brindamos y bebimos el chupito. Iba a decir algo más pero unos gritos nos interrumpieron.
Pov Natalia.
Llevaba toda la noche evitándola. No tenía nada en su contra, pero su simple presencia me ponía nerviosa. No sabía que coño me pensaba con ella. No la conocía de nada aunque sabía que me atraía. Nunca me había fijado en una chica. Bueno, digamos que desde que lo dejé con mi ex no me había vuelto a fijar en nadie. No quería saber de amores y complicarme la vida.
No sabía muy bien porque había dicho eso en el brindis, pero ya iba algo perjudicada y me salió solo. Se había acercado a mi cuando yo solo la iba esquivando, que menos que hacerla sentir bien.
Maria nos gritó desde el salón para que fuéramos. Seguramente ya quería jugar a algún juego de esos que en cuatro rondas ya van todos borrachos. Efectivamente estábamos todos en círculo en el suelo sobre la alfombra apunto de empezar.
-Bueno a ver Alba- empezo- aqui las preguntas van a saco. El juego es yo nunca, se dice algo y si lo has echo bebes. No hay mas. No hay que explicar nada. Simplemente eres sincera bebes y nos reímos.- Mire a Alba y en sus ojos brillantes pude ver algo de miedo. Esperaba que nadie preguntara algo que la pudiese comprometer, aunque en el fondo quería saberlo todo sobre ella. Bueno y malo.
-Empiezo yo chavales- Gritó Julia- Yo nunca he visto porno.- Empezabamos suaves, pensé- Carlos, Miki, Maria, África y Alfonso bebieron.
-Coño vaya grupo de amigos más sosos tengo.- Dijo Maria causándonos risa.- Yo nunca he follado con una tia.- Siguió Maria- Todos los chicos bebieron y a ellos se sumaron Maria y para mi sorpresa Alba.- Hostia puta rubia, que tú eres de las mías- Grito tirandose encima de ella ya que la tenia al lado. Al levantarse le dijo- A ti te pega mucho ser bi- Maria la miraba fijamente con una sonrisa en la boca.
-Y lo soy- le contesto Alba.
Esa respuesta provocó algo en mi parte baja de la tripa. Es como que al saber eso mis ganas de ella van a mas y no lo entendía. Cuando me di cuenta ella me miraba fijamente. Clave mi mirada en ella. Sonreía tímidamente y a mí me salió una sonrisa pícara de lado. La voz de Marta me saco de trance.
-Yo nunca me he sentido atraída por alguien de este grupo- Sin pensarlo bebí, junto a Carlos, Julia, Maria, Marta, Sabela, Joan y Famous.- Oye Nat, eso no me lo has contado eh- Me dijo Marta riendose a lo que se sumaron todos.
-Todos tenemos algún secreto ¿no?- Dije queriéndome hacer la interesante. Mi mirada se fue a Alba, que ya la tenía puesta en mi.
Jugamos unas rondas mas y paramos porque íbamos ya bastante perjudicados. Vi que Alba fue al baño y yo me salí a la terraza a fumar. A los minutos la tenia a mi lado en la misma posición que antes. No habló ni la vi, pero su colonia era suficiente. Estuvimos un rato así, sin decir nada, aunque no era incómodo. Saque otro cigarro y la mire.
-¿No fumas?- Le pregunte.
-Ya no- Dijo sin mirarme.
-Que suerte poder dejarlo-Volví a mirar al frente. Ella giró su cabeza hacia ami.
-¿Suerte? No creo que esa sea la palabra- Dijo suspirando. Me giré para tenerla de frente. Nuestras miradas estaban conectadas. Estábamos cerca. Me entraron unas increíbles ganas de saltarle encima y comerle la boca. ¿Que coño me estaba pasando?
-Entonces, ¿cual sería la palabra?- Dije sin parar de mirarla.
-Obligación- Apartó su mirada de mi. ¿Obligacion? ¿Obligación de que?
-¿Porque?- Vi como se levantaba sin contestarme.
-Voy dentro.- Dijo cruzando la puerta de la cristalera dejándome ahi con mil preguntas en mi cabeza. Me acababa de dar cuenta de que Alba era un misterio para mi. Un misterio precioso, pero difícil. Seguía sin saber nada sobre ella, solo que era bisexual y que ya no fumaba, y aun solo con eso creia conocerla. Me atraía de todas las formas posibles y mi cabeza no tenía explicación para eso.
Salí y me fui a la cocina, necesitaba un chupito.
-Hola amiga- Gritó Marta detrás de mi.
-Hola nena- Le dije sonriendo.
-Mañana hablaremos eeeeh- Dijo arrastrando las palabras.
-Estas borracha Marta- Dije riéndome ante la situación.
-Si Nat, estoy borracha-Dijo mientras se ponía recta intentado dar credibilidad a sus palabras- pero no ciega- Alze las cejas.
-¿Que?- No sabia que estaba diciendo.
-Nada amiga, mañana hablamos.- Dijo saliendo por la puerta de la cocina alzando un dedo.
No entendía nada pero bueno ella creo que tampoco.
Unas horas más tarde la fiesta ya estaba demasiado descontrolada. Carlos y Júlia habían discutido por no se que y se habían marchado los dos. Miki lloraba emocionado por tener amigos como nosotros. Dave intentaba animar a los decaídos con chistes, pero ni Maria ni Marta estaban para risas. Nunca las había visto tan serias pero bueno, como había dicho Marta mañana hablaríamos. Alba no volvió a acercarse a mi. No debí pregúntale nada, pero no soy adivina. Joan le había dicho a Alba de salir a la terraza a hablar, supongo que estando borrachos era la hora de sincerarse. Yo no podía más así que decidí irme. Se lo dije a Sabela y me despedí de quien era consciente a estas horas. Mañana sería otro día, pensé bajando en el ascensor.