Stay.

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Pov Alba.

Dos dias sin verla. Dos putos días dándome largas, poniendo cualquier excusa de mierda para no quedar. Dos dias sin quedar con el grupo y dos dias pasándolas putas.

No quería agobiarla, pero joder es que no entiendo nada. Podria al menos decirme si necesita tiempo o si pasa de mi. Cualquier cosa, pero nada.

-¿Que pasa rubia? ¿Como estas?- gritó Maria entrando en mi cuarto.
-No estoy para tonterias Mari.- dije hundiendo mi cara en la almohada.
-Tia, ya lo hemos hablado.- Se sentó en la cama.- Nat es asi. Se agobia, se raya y cuando peta no sabe por donde tirar. Dale tiempo.
-Estoy del puto tiempo hasta el coño.- dije levantándome de la cama. Ella me miraba sorprendida.- solo quiero que me diga algo Maria. Lo que sea y no esta indiferencia que me esta matando. Ayer le dije que si íbamos a tomarnos algo de tranquis, joder sin presión. ¿Y sabes que me contesto? Me duele mucho la cabeza voy a dormir ya. Dos putas horas se pego en línea con el teléfono. ¿Eso es normal?- estaba muy cabreada. Pero muy mucho. Ella aun me miraba con los ojos muy abiertos.- lo siento Mari- me senté a su lado.- es que no entiendo nada.
-Te quiere Alba. Quédate con eso.- dijo intentando animarme.
-¿Y de que me sirve que me quiera si pasa de mi?- pregunté. Ella se encogió de hombros, sin saber que decir.
-Veras como ahora te animas. Nos tomamos cuatro cervezas, te distraes y ya veremos luego que hacemos.- dijo acariciando mi espalda.

Hoy nos reuníamos aquí en el piso todos. Bueno todos, seguro que ella no aparecía.

Salimos del cuarto y empezaron a llegar. Faltaban Famous y Julia. Y de pronto apareció. Pitillos negros. Sudadera negra con la capucha puesta. Sus típicas botas y una riñonera.

Joder tia, como te pasas- pensé.

Me quede mirándola, muy fijamente, esperando que su mirada se cruzara con la mía, pero nada. Otra vez esa puta indiferencia.

Marta entraba detrás de ella. Rápidamente busco a Maria con la mirada y cuando la encontró, corrió hacia ella para abrazarla. Eso quiero yo. ¿Es tanto pedir?

Bufé cabreada y saqué el móvil. No miraba nada realmente, pero volver a tenerla enfrente y otra vez como si no nos conociésemos me dolía demasiado.

Note que alguien se sentaba a mi lado en el sofa. Giré mi cabeza y ahí estaba ella. Mirándome y ya sin la capucha puesta.

-Hola.- saludó.
-Hola.- dije en el mismo tono.
-¿Luego podemos hablar?- me pregunto.
-Si.- conteste y volví a mirar mi móvil.

Vale. Estaba ya todo claro. Me iba a mandar a la mierda. Al menos ya me habría aclarado algo.

Estos se empeñaron en poner el SingStar. Hoy no me apetecía cantar. A diferencia de ella, que canto unas 7 canciones. Lo hace tan bien joder. Bueno lo hace todo bien realmente.

Cuando se cansaron de cantar, ella cogió un cigarro y me señaló con la cabeza que saliera con ella a la terraza. Mire a María y me hizo un gesto de relajación.

Sali y estaba apoyada en la barandilla del balcón, como siempre. Me puse a su lado, como siempre.

-Tu diras.- le dije.
-Lo siento.- dijo echando el humo.
-Vale. Empiezas bien.- dije sinceramente.
-Se que últimamente he pasado un poco de ti- la corte.
-¿Un poco? Si parecía que no existiera. Mensajes cortos, sosos, nunca tiempo para quedar...no te he pedido mucho. Y tu indiferencia total.- le dije calmada.
-Lo se, pero necesitaba pensar.- las dos mirábamos enfrente sin girarnos.
-¿Y que has pensado?- le pregunté.
-Necesito más tiempo.- contestó.
-¿Para saber si quieres estar conmigo o no?- ahora si me giré a mirarla.
-No es eso.- agachó la cabeza.
-¿Entonces que es? Explícamelo porque no entiendo nada. Hemos estado bien después de lo que paso y ahora esto. No entiendo.
-No puedo depender de ti. No puedo agarrarme a ti como un salva vidas y darte el poder de que mi estado de ánimo dependa de si te veo o no.
-¿Porque no?- cogí su brazo para girarla y que me mirara.- ¿Porque no puedo ser yo la que te haga feliz con solo verme? ¿Porque no puedo ser tu salva vidas cuando estes triste? ¿Porque?- Nos mirábamos fijamente.
-Pues porque...- suspiró y agachó la cabeza.