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Pov Natalia.

Tenía mucho frío. Estaba temblando. Abrí los ojos como pude y vi a Alba agarrada a mi. Tenía la cabeza sobre su pecho y acariciaba mi pelo. Me moví un poco, si lo hacía más me explotaría la cabeza.

-Alba...tengo frío.- susurre. También me dolía la garganta.
-Nat, llevas rato temblando. ¿Te encuentras bien?- pregunto preocupada.
-No. Me duele mucho la cabeza y se que no es resaca.- conteste como pude.
-Tienes la voz fatal.-Puso su mano en mi frente.- creo que tienes fiebre.

Genial. Un resfriado de la hostia. Puta mala suerte. Me conocía y esos resfriados con fiebre incluida me tenían dias en la cama, como una inútil.

Alba salió a ver si ya estaban despiertos los otros. Eran las 12:30 así que podía ser.

Como pude me levante y me vestí. La cabeza me explotaba, me picaban los ojos y me temblaba todo el cuerpo.

Una hora después, eterna, estaba sentada en el coche. Esta vez Alba si vino en el mismo coche que yo y el camino de vuelta lo pasé recostada sobre ella. Necesitaba su calor.

-¿Quieres que suba contigo?- me pregunto Sabela.
-No. Voy a dormir directamente.- dije incorporándome para salir del coche.
-Si necesitas algo ya sabes.- me dijo.
-Si tranquila.- le di un beso en la mejilla a Alba antes de salir del coche.

No sabia tampoco como despedirme. Una vez en casa fui a tomarme el medicamento. Para mi buena suerte, no había. Genial otra vez.

Me metí directamente en la cama, quedándome solo en camiseta otra vez. Dios que mal me encuentro.

Cuando note la cama fría y grande. Aun podía sentir el calor de Alba en mi cuerpo. Necesitaba que estuviera aquí otra vez. Y también necesitaba las putas pastillas para el resfriado. Cogí el móvil y le envié un mensaje a Sabela pidiéndole que me lo comprara y me lo trajera. Me contesto enseguida. También le dije que cogiera las llaves que tenía ella. No podía ni levantarme a abrirle.

Quince minutos después oí abrirse la puerta del piso. La oí lejanamente, ya que estaba medio dormida. Cuando la puerta de mi cuarto se abrió vi a Alba.

-¿Que haces aquí?- pregunté abriendo un poco más los ojos.
-Sabela me dijo lo que hablasteis y le dije si podía venir yo.- la vi nerviosa.- pero si quieres me voy y que venga ella.- su voz era un temblor.
-No tranquila. Ahora eres mi enfermera particular, pero sin ir borracha.- bromeé para que se relajara.
-Que tonta eres.- dijo sonriendo.- te he traído esto. Voy a por agua y te lo tomas.- dijo saliendo de la habitación.

Me incorpore como pude en la cama. Con la espalda pegada a la pared, enrollada con la manta. Que frío joder.

Alba volvió con un vaso de agua y las pastillas.

-Toma.- me lo dio.

Me lo tomé y ella se sentó en la cama.

-Te veo mal eh.- me miro preocupada.
-Lo estoy. Tengo mucho frío.

Volvió a tocar mi frente.

-Tienes fiebre seguro.- Se levantó otra vez- ¿donde tienes el termómetro?- me pregunto.
-En el cajón de la tele.- salio a buscarlo.

Cuando volvió me lo puse. Cuando el aparato pitó, se lo di a ella.

-Tienes treinta y nueve y medio Nat. Es bastante.- me dijo mirándome.
-Se me pasara.- volvi a tumbarme en la cama.

Ella se quedó mirándome, sin saber que hacer. Sabia que no quería irse, pero tampoco como quedarse. Necesitaba que se tumbara conmigo. No sabia en qué punto estábamos ni que se suponía que éramos, pero mi cuerpo la necesitaba.

-Oye Alba.- Se giró a mirarme, ya que estaba guardando las pastillas.- Si te pido que te tumbes conmigo y me abraces, ¿lo harías?- le pregunté con miedo.
-Pues claro tonta.- dijo tumbándose a mi lado.
-Pero metete bajo las sábanas nena, poco vas a abrazarme así.- le dije riéndome.

Ella se levanto y se quitó los zapatos. Iba con vaqueros y no quería que estuviera incómoda.

-Coge de mi armario un pantalón de chándal, así estarás más cómoda.- le sugerí.

Me hizo caso. Empezó a quitarse el vaquero. Me dio la espalda. Dios su culo.

Natalia no mires joder.- me dije a mi misma.

Cerré los ojos hasta que note que abría la manta y se colocaba a mi lado. Una vez tapadas, la acerque a mi y me escondí en ella. Metí mi cabeza en su cuello y ella pasó los brazos por mi espalda abrazándome mas fuerte.

-Te echaba de menos.- me dijo de repente.
-Y yo a ti.- cerre fuerte los ojos. No quería llorar.
-Se que te lo dije en la carta, pero necesito decírtelo de esta manera.- Note como soltaba el aire.- Siento mucho todo lo que te dije y como te hice sentir. Es de lo que mas me arrepiento en mi vida y como ya sabes, tengo mucho por lo cual arrepentirme. Yo no era capaz de aceptar lo que sentía. Tenía muchísimo miedo, pero ya no lo tengo. Que te quede eso claro porfavor. Ya no tengo miedo de nada contigo.-su voz empezaba a quebrarse y por mi mejilla ya caían un par de lagrimas. Ella suspiró otra vez.- Eres lo mejor que me a pasado, lo sabes ¿no?- Se quebró del todo.

Levante mi cabeza, quedando cara a cara con ella. Le caían las lagrimas sin parar. Su respiración era rápida. Su pecho subia y bajaba.

-No llores porfavor.- dije cogiendo sus mejillas y secándole las lagrimas.
-Y tu tampoco.- copio mi acción.
-Tu también eres lo mejor que me a pasado. Me has cambiado todo de un día para otro. Solo te pido que no te vuelvas a ir. No vuelvas a hacerme eso. Porfavor.- empece a llorar otra vez.
-Eh Nat.- me acario la mejilla.- No mas salidas corriendo. Te lo dije y te lo voy a demostrar. Hace tiempo que lo que me dice mi hermano para mi es importante y el me aconsejo que si valía la pena que lo diera todo. Y tu vales la pena, y lo voy a dar todo. Se que tenemos que ir despacio, sin prisas para no cagarla, y voy a esperar lo que necesites. Quiero que tengas claro todo lo que te estoy diciendo, porque es lo que siento y lo que quiero.

El corazón se me iba a salir por la boca. Ella me miraba fijamente. Veía verdad en sus ojos. Estaba siendo sincera y yo no podía ser más feliz.

-Te quiero tanto Alba.- pegue mi frente a la suya. Cerré fuerte los ojos. Quería estar asi siempre.
-Te quiero mas.- dijo acariciando mi nuca.

Me separé para mirarla. Ya no estaba llorando, pero sus ojos seguían brillando.

-Dimelo.- le pedí.
-¿Que quieres que te diga?- pregunto extrañada.
-Una cosa que me dijiste en la carta. Quiero que me lo digas a la cara, mirándome a los ojos.- ella sonrió. Sabia a lo que me refería.
-Que vergüenza Nat, no me hagas esto.- Se tapo la cara con las manos. Estaba roja la muy tonta.
-Venga Alba.- le quite las manos de la cara.- necesito oírlo. Porfavor.- le pedí.
-Estoy enamorada de ti Natalia. Pero mucho.- me miro fijamente a los ojos mientras me lo decía.

La bese. Sin pensarlo o pensándolo mucho, nose. Pero la bese. Necesitaba hacerlo desde hace mucho.

Pov Alba.

Otra vez sus labios sobre los míos. Dios. Así para siempre todo, porfavor.

Nos tumbamos del todo en la cama. Yo un poco recostada sobre ella. Noto sus caricias en mi espalda.
Acaricio su cuello sin parar. La acercó más ami, me pegó más a ella. La necesito todo lo cerca que se pueda.

-Te quiero muchísimo Alba.-dice contra mis labios.
-Te quiero mas Nat.- le contesto.- te necesito siempre cerca de mi. Yo no me voy a ir nunca. No lo hagas tu porfavor.- digo con los ojos cerrados, contra su boca.
-Nunca.- me contesta volviendo a besarme. Abrazándome mas fuerte.

"Jure que jamas me volvería a pasar" me viene la canción que canto ayer Natalia. Eso mismo me jure yo. Nunca mas con nadie. Vaya mierda de juramento. El mejor juramento que podría hacerme ahora mismo es el de no cagarla mas. Cuidarla. No hacerle daño. Valorarla. Quererla como se merece. Estar siempre para ella. Estar con ella para siempre.

Lo juro.

Stay.Where stories live. Discover now