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Pov Natalia.

Mientras me fumaba un cigarro en la terraza oí como alguien abria la puerta de la entrada. Había llegado el momento temido para Sabela. Me quede en la terraza para darles la intimidad de la primera impresión. A través del cristal vi a Sabela levantarse sonriendo hacia la entrada. Unos minutos después me apoyé en el marco de la cristalera viendo la escena. Primero apareció Sabela por el comedor mientras decia mirando hacia atrás que no se la imaginaba para nada así. Seguida de ella Joan sonreía nervioso. De repente apareció una chica rubia, bajita sonriendo tímidamente mientras miraba al suelo. Vestía unos vaqueros y una sudadera rosa. Llevaba el pelo corto suelto con flequillo. Al levantar la cabeza sus ojos se clavaron en los míos.

-Ella es Natalia, la prima de Sabela- Dijo Joan mientras me miraban ambos.

Se acercó ami y me agaché un poco para darle dos besos.

-Hola, soy Alba.- Dijo sin apartar los ojos de los míos.

No conteste. Simplemente no podía. ¿Como algo tan mono podía ser algo malo? Mantenía su mirada en la mia. Sus ojos grandes y expresivos me estaban dejando muda. El color era marrón pero con un tono verdoso que no sabría definir. Mi semblante seguía serio. Esta chica pensaría que era gilipollas o algo.

-Ven Alba, te enseño un poco el piso y la que será tu habitación- Hablo Sabela sacándonos de ese pequeño trance que fueron segundos, pero para mi un poco más.

Joan y yo nos sentamos en el sofa y vi como suspiraba sonoramente mientras se rascaba la nuca.

-¿Como a ido el reencuentro?- Pregunte para saber como estaba.
-No sabia que la echaba tanto de menos, pero estoy cagado Nat, ¿y si me la juega y pierdo todo lo que he conseguido este tiempo por su culpa?- En su voz note angustia.
-Es tu hermana, si en el fondo no supieras que es buena persona se que no te hubieras arriesgado a meterla en tu vida de nuevo.- Asintio como en respuesta así mismo.

A los minutos llegaron Sabela y Alba. Salimos a la terraza a tomarnos algo los cuatro para ir conociéndonos y no estar incómodos. Alba se sentó enfrente de mí, Sabela y Joan a los lados.

-Y bueno Sabela, ¿tu a que te dedicas?- Pregunto Alba mientras daba un sorbo a su cerveza.
-Trabajo en una clínica de rehabilitación. No es a jornada completa así que tengo bastante tiempo libre.
-Yo nada más encuentre estabilidad quiero buscar trabajo aquí, no quiero ser una carga y que me tengáis que mantener.- Se la veía perdida. Mas bien triste. ¿Que cosas malas habría echo esta persona?
-No te preocupes por nada Alba. Sabela y yo vamos a ayudarte con todo lo que podamos. No eres ninguna carga.- Le dijo Joan mientras le acariciaba la mano.

Después de varias cervezas y un poco mas de confianza entre ellos tres decidí que tenía que irme a casa. Eran las 22:00 y tenía bastante hambre.

-Bueno gente, una que se va.- Dije levantándome de la silla.
-¿Que dices Nat? Tu te quedas a cenar, vamos a llamar al Telepi.- Me dijo Joan.
-Que va Joan, tengo que ir a casa, ademas mañana tenemos plan, así que hoy de descanso que nos conocemos.- Dije abrochándome la chaqueta para salir.
-Hablame más tarde Nat- Me gritó Sabela desde la terraza. Le dije que si y me fui.

Una vez en casa repase las horas que acababan de pasar. En ningún momento hablé con Alba, ni pregunté nada mientras ellos sí lo hacían. Esa chica me había dejado perdida en mis pensamientos. No la podía mirar a la cara ni una sola vez mientras estuvimos en la terraza. Sus ojos me dejaban atontada por lo tanto decidí no mirarlos. Al ser bastante reservada y de apariencia seria de normal sabia que ni Sabela ni Joan iban a darse cuenta de que aquella chica había echo tal efecto en mi. Mi aparencia era seria, pero yo no lo era. Siempre decía tonterías y seguía el juego de cualquier estupidez que se le pasara a cualquiera por la cabeza, pero sino tenía confianza mi comportamiento era ese. Decidí hacerme la cena y ponerme alguna serie antes de dormir.

Pov Alba.

El primer encuentro había ido mucho mejor de lo que me pensaba. Sabela es un amor de persona. Ahora entiendo porque Joan tenía miedo. Si por mi culpa la perdiera no me lo perdonaría nunca, pero eso no iba a pasar. Llevaba pocas horas aquí, pero me sentía agusto. Mientras ellos hacían la cena yo deshacía mi maleta. Mi nueva habitación era grande, más que la de Elche. Tenía un armario empotrado con puerta corredera, todo blanco, como ami me gustaba. Ya con el tiempo la decoraría más, ya que ahora todo estaba vacío.

Durante la charla en la terraza Sabela me contó más sobre ella. No pude aguantarme la curiosidad que provocó su prima en mi. No me contó gran cosa. Me dijo que pasaba el mayor tiempo con ellos en el piso. Que era callada sino tenía confianza que no pensara que tenía algo en mi contra. Tampoco lo pensé ya que no me conocía, pero no sabía que le había podido contar Joan sobre mi. Su mirada hablaba mucho más que ella, ya que en toda la tarde no había hablado. Si no fuese porque hablo a la hora de irse pensaría que era muda o algo. Me hubiese gustado que interactuara mas con nosotros, conocerla un poco mas ya que en el momento que la vi apoyada en el marco de la cristalera me llamó la atención su mirada. Era como si su mirada gritara secretos escondidos, tenía mucho misterio e intensidad. Toda ella era misterio e intensidad. Su mirada, sus gestos, su cara, su cuerpo...básicamente todo. Mientras acababa con la maleta me dije a mi misma que ya tendría tiempo para conocerla e intentar también que se sintiera agusto conmigo, como creo que lo han estado Joan y Sabela.

Una vez sentados en la mesa nos pusimos hablar de si yo aun dibujaba. No quería hablar muchas cosas sobre mí así que una vez decir que lo hacia pero muy poco cambie de tema.

-¿Y que quería decir Natalia con que mañana teníais plan?- Si mañana iba a estar todo el dia sola quería saberlo.
-De normal los sábados nos juntamos aquí todo nuestro grupo de amigos y hacemos pequeñas fiestas, mientras bebemos, bailamos o simplemente hablamos en algún rincón del piso. Ya que estas aquí mañana haremos buena fiesta así que sea de bienvenida y te presentamos a todos.- Sabela hablaba tan tranquila explicándome el plan, mientras yo por dentro temblaba de miedo por tener que conocer a mas gente. Desde luego la tranquilidad con la que empeze a cenar poco a poco se me había ido. Si esta era la familia de Joan junto con sus amigos no quería hacer nada mal, y conocer a mas gente me daba pánico.

Stay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora