37

16.4K 696 139
                                    

Pov Natalia.

Hoy Alba trabaja. Hemos quedado en ir hoy por la noche al bar. Aprovecharé para luego hablar con ella. Nada de más tiempo, nada de mas miedos y nada de seguir sin ella.

-Estoy nerviosa Marta.- dije mientras nos dirigíamos ya al bar.
-Tia tranquila. Ahora ya queréis las dos lo mismo. No te agobies mas hostia.- bufaba ya un poco harta de mis cosas.

No la culpo, yo ya la habría mandado a la mierda. Bueno no, pero también estaría harta.

-¿Ya estáis ahí?- preguntaba Marta por teléfono a Maria.-Yo se lo digo. Vale. Yo tambien.- colgo y me miro.
-¿Que pasa?- le pregunto.
-Pues Mari me a dicho que hoy Alba maneja un humor de perros...así que piensa bien que vas a decirle para no cagarla.

Vale. Genial. Mas presión. Si es que de verdad, esto me pasa por gilipollas.

Llegamos al bar y como Maria había dicho, Alba estaba muy seria. Mas de lo normal. Vino a tomarnos nota a Marta y a mi y ni siquiera nos miro. La vista fija en la libreta. Nos trajo lo que pedimos su compañero.

-¿Y os fuisteis sin mas?- pregunto Julia alarmada mirando a Maria.
-A ver, aqui tu amiga no llevaba un duro y yo menos.- señaló a Noelia.
-Me dijiste que íbamos a dar una vuelta. Yo que sabía que acabaríamos tomándonos cincuenta cervezas.- replicó Noelia.
-Pero con la Mari eso se sabe siempre.- Dijo África.
-Tendrías que verla correr.- Se echo Maria a reír.- con su metrito cincuenta voló.
-Que venia el hombre ese detrás de mi por tu culpa.- contestó también riéndose.- no vuelvo a hacer un simpa en mi vida.- sentenció.

Todos se echaron a reír, pero yo tenia mi vista fija en Alba. Estaba tan metida en su mundo, que parecía no enterarse de nada. Seria, cabizbaja, centrada en organizar botellines detrás de la barra.

Ni una vez se acercó a nosotros. Y mucho menos a mi, que ni me miro. Así que decidí ir yo.

Me senté en el taburete de la barra. Cuando levanto la cabeza y me vio se quedó quieta mirándome, pero su expresión seguía seria.

-¿Podemos hablar luego?- le pregunté.
-No.- contestó volviendo a agacharse a seguir poniendo botellas.
-Solo será un momento.- insistí.
-Te he dicho que no.- dijo sin levantarse, con medio cuerpo dentro de la cámara de bebidas.
-Alba porfavor.- suplique.
-Estoy trabajando. Déjame tranquila.- contestó claramente enfadada yéndose hacia el almacén.

Me cagó en mi puta vida.

Volví a la mesa, mucho peor que antes.

"¿Que te ha dicho?"

Me pregunto Marta por mensaje.

"Que no quiere hablar conmigo, que la deje tranquila que está trabajando."

Le conteste.

"¿Y que vas a hacer?"

Me pregunto.

"Ahora nada. Cuando acabe lo volveré a intentar. No voy a volver a casa hasta no haber hablado con ella."

Conteste segura.

Vi como bufo bloqueando el movil.

Me da igual que no me lo ponga fácil. Voy a insistir hasta que ya no pueda más.

Así pasaron tres horas hasta que Alba acabó su turno. Se sentó en la mesa con nosotros, pero ni hablo ni nada, solo bebía un botellín de cerveza.

"Hablemos."

Le dije por mensaje.

Vi como cogió el movil, lo vio, pero no me contestó.

Stay.Where stories live. Discover now