28

14.7K 611 47
                                    

Pov Alba.

¿Que acababa de hacer? Acababa de joder todo lo bueno que tenía. Natalia esta enamorada de mi y yo le he dicho esas cosas que ni siento. Joder.

Vamos Alba, ve detrás de ella, corre. No me van las piernas. Dios, que he echo. Me duele el pecho, no puedo respirar, no paro de llorar.

-Eso te pasa por hija de puta- Repite mi mente una y otra vez. ¿Cuanto hace que estoy aquí parada sin moverme? ¿Donde esta Natalia? Se a ido llorando.

Tengo que hablar con ella, pero ahora no puedo. Maria. Ella puede ayudarme.

La discoteca sigue atope, esquivo como puedo a la gente y llego al reservado. Maria esta con Marta sentadas.

-María.- la llamo con la voz temblando.
-Alba, ¿que te pasa? ¿Estas bien?- pregunta levantándose y coge mi cara.
-Natalia.- digo rompiéndome otra vez.
-¿Que pasa con Natalia?- me pregunta Marta levantándose.
-Se-se ha ido llorando.- digo sin parar de llorar.
-¿Donde se ha ido, Alba?- pregunta Marta cogiendo mi brazo.

Yo no puedo contestar. No me sale la voz. Mi cabeza se a bloqueado.

-Vamos fuera.- Maria tiro de mí hasta salir.

¿Donde estaría Natalia? Me duele el alma.

-Alba mírame.- Maria cogió mi cara otra vez.- ¿Que a pasado con Natalia?- No me salía la voz.- tranquilízate y dime con calma que a pasado.- cogí aire y empecé a hablar.
-La he cagado Maria. Hemos salido aquí fuera, estaba rayada, le he dicho cosas malas. Hemos discutido y se ha ido llorando.- hable muy rápido.
-¿Donde se ha ido, Alba?- me pregunto Marta.
-No lose.- mire hacia arriba intentando calmarme.
-¿Que le has dicho?- Ahora pregunto Maria.
-Estaba muy rayada tia, muy agobiada, le dije que se estaba confundiendo, que yo no quiero nada con ella. Le dije cosas sin sentido. Porque estaba muy rallada y no pensé.- Marta se puso delante de mi.
-¿Como le haces eso? Has jugado con ella y ahora ya le pegas la patada ¿no?- me dijo con rabia.
-Marta cálmate.- le dijo María.
-No me calmo joder.- le contestó.- Natalia esta enamorada de ti, hoy iba a decirtelo todo. Ella pensaba que sentías lo mismo y mira con lo que sales.- volvió a dirigirse a mi.
-¡Y siento lo mismo!- le grite.
-Tu no sabes lo que es sentir.- me reprochó.- me voy a buscarla.- le dijo a Maria y se fue.

Me puse a llorar otra vez. Maria me abrazo fuerte. Ella sabe la verdad. Lo que siento, pero sabe mis miedos.

-La he perdido Maria.- dije contra su pecho.
-¿En que estabas pensando para decirle eso Alba?- me pregunto.
-No lose Mari. Hoy me he agobiado mucho, todos insinuando que estábamos juntas, y quería evitarla pero todo se me ha ido de las manos, me he cabreado y todo a la mierda.- lloré otra vez.
-Pero tu quieres estar con ella Alba, no te mientas mas.- dijo separándome de ella para mirarme.
-Yo no puedo estar con ella Maria, no quiero hacerle más daño.- le dije.
-¿No te das cuenta que le haces daño alejándola de ti?- me pregunto.
-Pero le haría más estando con ella, yo no estoy echa para querer a nadie ni para que me quieran.- dije mirando al suelo.
-Ella si te quiere, dándole igual todo lo hace, piensa eso.- volvió a abrazarme.

Tiene razón. Natalia me quiere o al menos hace 1 hora lo hacía. Tenía que hablar con ella. Arreglar esto. Pero ¿como lo hago? Si ahora mismo me debe odiar.

Pov Natalia.

Marta llevaba tumbando mi puerta 10 minutos. No podía abrirle, no era capaz de levantarme de la cama.

-Se que estas ahi. Ábreme.- gritaba Marta.- Nat porfavor no me hagas esto, ábreme.

Escuchaba como sollozaba. No podía hacerle esto a ella. Me levante como pude y le abrí.

Nada mas abrirle se me echó encima a abrazarme. Me rompí a llorar otra vez. Abrazada a ella lloraba sin parar. Después de nose cuanto rato en la misma posición fuimos al sofa. Yo estaba reclinada con la cabeza en su pecho mientras acariciaba mi pelo.

-Alba nos a contado a Mari y a mí lo que a pasado, más o menos.- al oír su nombre me pincho el corazón.- ¿me lo puedes contar tu bien?- me pregunto.

Suspire y me calme para poder contárselo bien. Al acabar ella tenía la boca abierta y yo estaba llorando otra vez.

-Lo a dicho sin pensar. Estaba agobiada y rallada.- la justificó.
-No la defiendas Marta.- le dije elevando mi voz.
-No lo hago Nat.- dijo calmada.- Pero ya sabes que ella es dificil.
-Me la suda que sea difícil.- me levante del sofá- he estado ahí para ella desde el primer minuto dándome igual todo. Su vida, sus miedos y todo lo que me podía hacer daño, y todo por no hacerle daño a ella.-otra vez llorando.- Ahora mismo solo quiero que desaparezca. No quiero volver a verla en mi vida.-dije con rabia.
-Sabes que eso va a ser difícil.- dijo en voz baja.
-Ya lo se.-suspire- Pero no quiero que se acerque a mi. De todas maneras a quedado claro que ella no sentía nada, así que no tiene porque buscarme.
-Tanto tu como yo, sabemos que si que siente y que cuando recapacite vendra a hablar contigo.- me dijo.
-Pues que no venga, porque le meto dos hostias.- Marta alzo las cejas mirándome.- Bueno, dos hostias no, pero no la quiero ver detrás de esa puerta.- señale a la puerta de entrada.

Le pedí que se fuera, que quería estar sola. Después de convencerla me fui a dormir. Bueno a dormir, a acostarme en la cama.

Mi cabeza aun no procesaba todo lo que había pasado. Tenía claro que Alba sentía lo mismo que yo, pero alguien tan cobarde, que es capaz de hacer ese daño a quien quiere, con tal de no mostrar lo que siente.

Toda la noche sin dormir, se veía venir. Sabela y Marta me habían llamado ya 30 veces cada una. No quería hablar con nadie, así que les mande un mensaje diciéndoles que ya hablaría con cada una, pero que de momento no.

Eran las 15:00 de la tarde. Me sentía vacía. Ya no lloraba, después de toda la noche y parte del día llorando, pues ya no me quedaban lagrimas. Oí mi teléfono sonar. Estire la cabeza para bien quien era. Maria. Lo siento pero no estoy para hablar. Otra llamada. Silencio. Otra llamada. Silencio. Otra llamada. Lo cojo.

-Joder Natalia tia, como te cuesta coger el teléfono.- bufo.
-¿Que quieres?- pregunte desganada.
-Vaya voz manejas nena.- me dijo.- Quiero hablar contigo.
-¿De que?- pregunte.
-Ya lo sabes.- me contesto.

Si algo amaba de María era que siempre es directa. No se anda con rodeos.

-Bueno, pues tu también deberías saber que paso de hablar de eso.- le dije.
-Nat, las cosas no son como crees.- suspiro.
-Me da igual como sean. No quiero hablar de esto Maria.- dije seria.
-Alba te quiere- bufe al oírla.- Lo sabes tu y lo sabemos todos.
-Que me la suda. Me da igual si me quiere o no. No quiero saber nada que tenga que ver con ella. Y lo siento, pero te voy a colgar.- asi lo hice. Le colgué.

No quiero saber nada de nadie. Ahora mismo me sobra gente en este mundo. Alba había jugado con mis sentimientos y me los había matado. Me daba igual todo el mundo.

Pov Alba.

-Se le pasará.- me decía Maria después de que le colgara.

Natalia me odiaba. Yo misma odiaba por lo que le había echo. Me sentía tan idiota ahora mismo. La única persona que me había querido de verdad y he acabado haciéndole daño. Joan tenía razón. No debí acercarme a ella. Ella no merecía esto. Escuchar su voz, me rompió mucho mas. Todo es mi culpa.

-Alba.- María llamo mi atención.- todo se arreglará.
-No hace falta que sigas intentándolo. Se de sobra que la he cagado y no se va a arreglar nada.- dije tirándome en la cama boca abajo.

El teléfono de Maria empezó a sonar. Era Marta.

-Vete con ella.- le dije.
-No, me quedo contigo.- me dijo.
-No, vete con ella, quiero estar sola.- le pedí.

Después de convencerla se fue. Nunca en mi vida me había sentido tan mal. Me odiaba como nunca. Esa era mi puta especialidad, hacerle daño a las personas que me querían.

Todo el mundo se habia dado cuenta de lo que pasaba entre Natalia y yo. Todos menos yo, que me dedique a negarlo y a negármelo a mi misma. Estoy enamorada de ella, como nunca lo he estado de alguien.

-Me cuentas ya de ya que le has echo a Natalia.- entro Joan de repente en mi habitación.

Mierda. Lo que me faltaba. Matadme ya, joder.

Stay.Where stories live. Discover now