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Pov Natalia.

Me desperté antes que Alba. Seguía dormida abrazada a mi. En ese mismo momento, no se porque, me acorde de el despertar que me dio en la cabaña de Teruel. Pensé en hacerle lo mismo.

Me separé de ella, despacio para no despertarla. Retire el nórdico que nos tapaba y la mire. Con la camiseta blanca larga, que ya era suya, le cubría hasta la mitad de los muslos. Se la subí un poco, quedando frente a sus bragas. Se las retire poco a poco sin querer que se despertara.

Le abrí mas las piernas, quedando completamente expuesta a mi. Me coloqué en medio de estas y sin pensármelo más pegue mi boca en su centro. Al principio lo hacía lenta, sin presionar mucho. Ella empezó a moverse soltando gruñidos.

-Nat...-dijo en un susurro.

Ya estaba un poco despierta, así que presione fuerte mi lengua contra su clitoris haciendo que soltara un gemido.

-Dios Natalia.- gritó levantando un poco la cabeza para mirarme.

Empecé a mover más rápido mi lengua haciendo que volviera a tumbarse del todo en la cama cerrando los ojos. Estaba bastante mojada, así que le metí dos dedos a lo que ella respondió con un gemido más alto. Sus gemidos se oían por toda la habitación. Sus movimientos me incitaban a ir más rápido. Movía su cadera sin parar. Bajo su mano a mi cabeza presionándome mas. Quería más. Añadí un tercer dedo. Soltó un grito seguido de diversos no pares. Movía rápido y fuerte mis dedos dentro de ella, intentando llegar lo más profundo posible. Vi como su pecho subía y bajaba rápido. Se le cortaba la respiración en cada gemido. Note como empezaba a contraerse. Cada vez me costaba mas entrar y salir de ella, así que retire un dedo dejando solo dos. Sus paredes apretaban fuerte mis dedos. Estaba cerca.

-Me voy a correr.- dijo con la voz entrecortada.

Moví mis dedos más rápidos y dejé mi lengua quieta sobre su clitoris para que se moviera contra ella como quisiera. El orgasmo llego, dejando todo empapado. Había sido muy intenso.

Cuando las pequeñas convulsiones pararon, subi hasta ella, dejando besos por todo su cuerpo hasta quedar cara a cara.

-Buenos dias amor.- dije acariciando su mejilla que estaba muy roja.

Giró rápidamente nuestros cuerpos quedando ella arriba.

-¿Buenos dias? ¿Enserio?- repitió lo mismo que dije yo aquel día en la cabaña. Me hizo reír.- No lo vuelvas a hacer, podría acostumbrarme a despertarme así y no es plan.- dijo con una sonrisa.
-¿Crees que me importa despertarte así todos los días?-le pregunté poniendo su pelo detrás de la oreja.- Si no recuerdo mal, un día dijiste que me querías a mi entre tus piernas. Yo hago lo que tú quieras.- dije haciéndola reír.
-Te quiero y te quiero por todos los sitios.- me contesto para luego besarme.

Quería contestarle, pero el beso se intensificó y ya no pude. Me deje llevar por lo que sentía cuando ella me besaba así. Me levanto la camiseta hasta quitármela. Yo hice lo mismo con ella. Luego me quito las bragas, quedando las dos desnudas.

-Me toca.- dijo con una sonrisa pícara.

Empezó besando mi cuello y fue bajando poco a poco. Repaso mis pechos con su lengua y yo soltaba gemidos. Estaba muy caliente y ahora era yo la que la quería entre mis piernas.

No tardo nada en llegar. Pasaba sus dedos con suavidad, haciéndome volver loca. No siguió mucho con la tortura, ya que rápidamente sentí su lengua pasar una y otra vez sobre mi clitoris, haciéndome gemir mas alto. Note su dedo acariciar mi entrada, sin llegar a meterlo. Mi respiración era un desastre. Mis puños envolvían fuerte la sabana. Iba a explotar en cualquier momento.

Stay.Where stories live. Discover now