Epilogo

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Pov Natalia.

Todo este último año habia sido una locura. Alba volvió a dibujar como lo hacía antes. Abrió una cuenta en instagram para colgar fotos de sus dibujos y obras. En poco tiempo tenía muchísimos seguidores y un museo de Madrid contacto con ella. Querían que sus obras formaran parte del museo y su sueldo era una locura. Dejo el bar, pero siempre era nuestro sitio de las quedadas para luego salir de fiesta. No hemos vuelto a tener problemas de miedo ni hemos discutido por temas del pasado. Seguimos con las mismas ganas y queriéndonos más, si se puede. Ahora nuestra casa está decorada con cosas de las dos. Fotos de algún viaje que hemos echo, también fotos con el grupo y ahora en nuestras muñecas compartimos unas pulseras con la inicial de las dos. Las compro en la misma parada de la feria en que le compre el colgante. Colgante que ya no se a vuelto a quitar. Por otro lado, María y Marta siguen también juntas. Hace poco que se mudaron a un piso muy cerca de aquí. Sobra decir que desayunamos las cuatro juntas muy a menudo. Carlos y Júlia dejaron atrás sus rayadas y tonterías y ahora también son pareja. La gran sorpresa fue el enterarnos que Damion y África tambien estaban juntos. Nadie lo diría, pero han callado muchas bocas. Joan y Sabela pronto nos harán tias a Alba y a mi, mejor no pueden estar. Mi vida aparte de la relación con Alba, también a cambiado mucho. Una noche fuimos a un bar de micro abierto. Me hicieron el lio y acabe cantando delante de todos. El dueño del bar me propuso trabajar allí cantando algunos días de la semana. Tarde unos días en aceptar, pero con los ánimos y la gran capacidad para convencerme que tenía Alba, acabe aceptando. Con todo perdí el miedo y la vergüenza a la gente y a cantar delante de ellos, así que decidí abrir un canal de YouTube y colgar algunas canciones que tenía compuestas. Ya tienen millones de reproducciones y mucha gente me reconoce por la calle. Al principio me costó, pero ahora ya estoy mas acostumbrada. Es una locura como a cambiado todo en un año.

Estaba preparando la comida, esperando a que Alba llegara del museo. Hoy tenía una reunión con el jefe.

Ayer un "caza talentos" se quedó alucinado con un cuadro de Alba. Quería proponerle que sus próximos cuatro cuadros fueran a su galería. Pagarle el precio de cada uno y hacerle una gran promoción. Conocerían a Alba por toda España y hoy tenía que leer y firmar el contrato si todo le parecía bien.

-Hola amor.- saludó Alba entrando en casa.
-Hola cariño.- Se acerco y me dio un beso.- ¿como a ido?- le pregunté sentándome a su lado.
-Una locura Nat. Quieren que vaya a promocionarme al museo del hombre este y luego reunirme con los mejores museos de España para que también lleguen allí mis cuadros.- dijo agobiada.
-Pero eso es increíble amor.- dije abrazándola emocionada.
-Si, pero no sé si estaré a la altura.- dijo en un susurro mirando al suelo. Le cogí las manos y se las apreté para que me mirara.
-Eres Alba Reche, amor, no hay nada que hagas mal.- le dije haciendo que sonriera.

Después de un rato más comimos y nos tumbamos al sofá. Teníamos cuatro horas por delante hasta que tuviera que ir al bar a cantar.

Alba estaba tumbada en el sofá con la cabeza apoyada en mis piernas mientras yo la acariciaba.

Esta mujer me había cambiado la vida. De pasar a ser una rutina y aburrida, a ser una buena vida. Y todo gracias a ella. Ya no podía imaginarme un futuro sin Alba. Quería todo con ella, sus triunfos, los míos, los de nuestra gente, pero todo a su lado.

Alba Reche se había convertido en mi vida y joder, que vida más bonita.

Pov Alba.

Habíamos quedado todos, a escondidas de Natalia, en ir al bar que cantaba. Hoy le esperaba una sorpresa.

Hacía tres días, un hombre llamó al teléfono fijo de casa. Natalia no estaba y conteste yo. Resultó ser el dueño de una gran discográfica que quería ficharla y producirle un disco. No le dije nada, ya que hoy iría al bar a hacerle la proposición, y como claramente aceptaría, queríamos estar todos y vivir ese momento con ella.

-Venga date prisa. Me dijo que llegaría a las 20:30 al bar.- le dije a María que estaba acabando de vestirse.
-Tranquila nena. ¿Ya están allí todos?- me pregunto.
-Si, solo faltamos nosotras.- le conteste mientras salíamos del piso.

Llegamos al bar y como de costumbre estaba lleno. Todos con su mirada atenta en Natalia. Tenía un poder de captación cuando se subía en el escenario.

Cantaba tranquila, ajena a todo lo que le venía. Vi a un hombre trajeado entrar en el bar. Ese era.

Se acerco a la barra a esperar a que Natalia acabara. Cuando hizo su descanso el hombre fue decidido hacía a ella y la invitó a sentarse en una mesa a hablar. Le mostro una tarjeta y abrió mucho los ojos.

Rápidamente me busco entre la gente. Cuando me miró, le lancé una sonrisa, en señal de confianza.

Estuvieron hablando casi una hora. Cuando el hombre se fue, Natalia se nos acercó aun con cara de no saber que coño pasaba. Yo me levante corriendo a abrazarla.

-¿Tu lo sabías verdad?- me pregunto al separarnos.
-Si. No te lo dije porque quería que fuera una sorpresa.- le respondí sonriendo.
-Por eso estáis todos aquí ¿no?- me pregunto mirando al resto.
-Si.- conteste.
-Esto es una locura Alba.- dijo sin creerse aún nada.

La cogí de la mano y nos acercamos a la mesa con todos.

Tras decirle todos lo que pensábamos y hacerle entender que era su momento, acabó su descanso y volvió a cantar.

Mientras la observaba cantar, pense en todo lo que había pasado este año.

En un año pase, de sentirme la peor persona, a sentirme la persona más afortunada del mundo. Natalia había arreglado todo con solo aparecer. Todo lo que estaba consiguiendo profesionalmente, todo el amor que sentía cuando me miraba Natalia y la gran amistad de todos los del grupo. Es que era todo increíble y no podía ser más feliz. 

Dejar todo atrás y empezar de cero fue lo correcto y ahora mismo mirando a Natalia cantar y a mis amigos alrededor de esta mesa, tengo claro que no podría haber echo nada mejor.

Natalia acabo su turno y nos fuimos a casa. De camino estuvo contándome lo que el hombre le había dicho. La semana que viene tiene una reunión donde hablarían sobre que hacer a partir de ahora. Estaba muy nerviosa, no paraba de sonreír y repetía varias veces que no se creía nada.

Cuando llegamos a casa cenamos y nos fuimos a dormir. Había sido un día muy intenso y no podíamos más. Me acurruqué en su pecho, como de costumbre y ella me rodeó con sus brazos pegándome más a su cuerpo.

-Gracias.- le susurre.
-¿Porque?- me preguntó extrañada.
-Por quedarte en mi vida, a pesar de todo.- le dije abrazándola más fuerte.
-Voy a quedarme en tu vida para siempre.- dijo dándome un beso en la cabeza.

Me incorpore un poco, quedando cara a cara con ella. Me miraba con un amor indescriptible.

-Te quiero.- le dije acercándome a ella.
-Te quiero mas.- me contesto para luego unir nuestros labios.

Esto si que es una vida envidiable.

                                          Fin.

Espero que hayáis disfrutado leyendo esta historia igual que lo he echo yo escribiéndola.

Muchas gracias por el apoyo, votos y comentarios, sois increíbles❤️❤️

Tengo otro fic en mente. No se si subiré el primer capítulo esta noche o esperare un poco.

En fin, nos leemos😉

Stay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora