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Pov Natalia.

Salí del baño y me encontré con una mirada burlona de Alba. Eso que me había echo en el baño había sido una jugada muy sucia. Estaba muy cabreada, pero al mismo tiempo tenía ganas de seguir con su juego. No estaba muy segura de que fuera a acabar bien, pero no iba a quedarme yo como la tonta a la que vacilaban.

-Voy fuera a fumar.- dije al grupo que seguía hablando y bebiendo sin parar.
-Te acompañó.- Me dijo Maria.

Una vez fuera suspiramos las dos a la vez. Nos sentamos apoyando la espalda en la pared. Mientras me encendía el cigarro vi que ella miraba hacia el cielo muy seria.

-¿Que te pasa Mari?- le pregunte mientras echaba el humo.
-Tu lo sabes de sobra, Nat.- dijo encogiéndose de hombros.
-Por eso mismo te pregunto. Como lo se de sobra no entiendo porque estes así.- si no quería nada con Marta, ¿porque le afectaba que pasara de ella?
-Que no quiera nada con ella no quiere decir que no sienta algo.- dijo a la defensiva.
-No te estoy juzgando Mari.- dije tranquila- pero si ella quiere mas y tu no se lo puedes dar es normal que se canse.- era algo lógico.
-Pero yo la quiero Nat- se le quebró la voz al decir eso.
-¿Entonces que haces Maria? ¿Porque la estás echando a perder?- le pregunte cogiéndole la mano.
-Porque no quiero hacerle daño.- en eso la entendía. Ella tenía una forma de vivir y de ver la vida que no todos compartían.- ¿Y tu con Alba que? Que colorido te a dejado el cuello eh- Me miro con una sonrisa pícara.
-No sabría decirte.- le dije encogiéndome de hombros.
-Se nota que os moláis muchísimo.- Aseguro.
-Ya, bueno- esa fue mi respuesta.
-Oye Nat.- dijo levantándose. Yo la seguí con la mirada.- no vayas a encoñarte mas de la cuenta. No quiero que lo pases mal.- me dio un beso en la cabeza y entro.

Maria iba borracha. Mas que yo, y estaba claro que si me decía eso era por algo. Ella tenía una forma demasiado sutil de ayudar. Me sonó el móvil.

"¿Te vas a quedar ahí fuera a vivir?"

Era Alba. Después de lo que Maria me había dicho y el alcohol que había en mi cuerpo, mi cabeza iba a mil por hora. Estaba muy rallada.

"Si."

Le conteste simplemente. No quería hablar ahora.

"¿Estás enfadada por lo del baño?"

No. Estoy enfadada porque se que estas jugando conmigo y yo me estoy dejando. Ojalá fuera capaz de decirle eso, pero no.

"No, solo me apetece estar aquí."

Vaya cobarde estas echa. Me dije a mi misma.

"¿Entonces lo del baño...?"

Otra vez estaba jugando. Lo peor es que yo creía poder jugar con ella también, pero yo no sabía jugar y más si asimilaba que cada vez me gustaba mas.

"Lo del baño...¿que?"

Quería que fuera clara.

"¿Te a gustado?"

Vaya egocéntrica estaba echa.

"Me hubiese gustado más sino me hubiese quedado a medias, pero bueno..."

Era la verdad.

"Eso tiene fácil solución. Si quieres dejamos a estos y nos vamos a tu casa."

¿Que? Eso si que no me lo esperaba. Tenía ganas, muchísimas, y ella por lo visto también. Así que era la oportunidad para devolverle lo frustrada que me hacía sentir.

"Quizás otro día. Hoy ya no me apetece."

Le conteste y entre de nuevo al bar. Lo primero que hice fue mirarla. Su mirada era de confusión. Así me tenia a mi continuamente.

Stay.Where stories live. Discover now