-Princesa... ven, necesitamos hablar - me llamó mi madre.
-¿De qué? - pregunté, sinceramente con algo de miedo, cuando me acerqué a ella.
-Tú ya sabes de que... - asumió y sin más remedio me senté a su lado, me puse a la defensiva en cuanto tomo una de mis manos entre las suyas - Ay, Valery, no sabes cuánto gusto me da que finalmente hayas entrado en juicio, mi amor... Que bien que ya entendiste que cuando te aconsejo algo es por tu propio bien - me decía maravillada - Hoy en la noche va a venir a cenar Harry Styles...
-Sí, eso me imaginé cuando te vi charlar con él anoche - respondí.
-¿Y no te da gusto? - parecía ofendida con mi falta de emoción - Ese muchacho está muy interesado en ti... Le brillan los ojos cuando te ve... Imagínate si te casas con él, todos nuestros problemas se solucionarían...
-Mamá, entiéndelo, por favor... - le pedí horrorizada con lo que estaba escuchando - Para ti Harry puede ser perfecto, pero para mí no es así...
-¿Por qué sigues empeñada en no darte la oportunidad de conocerlo? Si lo tratas vas a terminar totalmente enamora de él... Te lo aseguro, sólo neces-
-Mamá, uno no se enamora así porque sí - interrumpí.
-¿Qué es lo que le falta a Harry para que te enamores de él? - preguntó - ¿Qué le falta?
-¡Nada! - grité molesta - ¡Seguramente no le falta nada! Pero en el corazón no se manda... No puedo simplemente fingir que me interesa un hombre por el cual no siento nada...
-Pues no sientes nada porque sigues atontada con el musiquillo ese que solo quería verte la cara - dijo, dándome una puñalada en el corazón - Hizo que vaciaras tu fideicomiso y se lo entregaras... Te recuerdo, princesita, que se fue de la ciudad y te dejo aquí como una estúpida... ¿O no, mi amor?
-No, mamá - negué a pesar del nudo que tenía en la garganta - Yo sé perfectamente que hay una explicación a todo esto...
-Por supuesto que hay una explicación - me interrumpió - La explicación te la vino a dar esa muchachita... Ese mequetrefe sólo se dedica a estafar a jovencitas... estúpidas... como tú.
No me molesté en ocultar las lágrimas que volvían a brotar y sin dejar que me dijera nada más, me levanté del sillón en el que estábamos dejándola llamándome para que regresara a su lado. Me crucé con mi nana antes de salir al jardín y ella le dio una mirada de total desaprobación a mi madre antes de salir corriendo detrás de mí.
-¿Y ahora qué fue lo que te hizo tu madre? - me preguntó preocupada.
-Volvió a echarme en cara lo de Luke - la acusé sollozando - Y no sabes cómo me duele, nana...
-¿Qué es lo que te duele? ¿Qué hable mal de él... o que tenga razón? - me preguntó y por primera vez no supe que responder, por lo que ella continuó - Así son los hombres, mi vida, aprovechados, malagradecidos... Bueno, no todos... pero si muchos de ellos.
-Todavía no sé cómo no me di cuenta que me estaba engañando - admití - Como no me di cuenta que me estaba viendo la cara... Que tonta fui... que tonta...
-Es que ellos tienen sus modos - me excuso mi nana - Cuando ven que uno está enamorada, dispuesta a todo por amor... Más se aprovechan...
-He estado pensando mucho las cosas... Y Luke siempre buscaba pretextos para no hablar con mi papá - confesé - Excusas para no enfrentarlo... Siempre se justificaba con que mi familia no lo iba a aceptar... Pero la verdad es que era un cobarde... Me dijo que nos fuéramos de Londres, ¡Y yo le creí! Le creí todo, que quería estar conmigo... Por eso le di el dinero, por eso le creí... Y se fue sin decirme nada.
-¿Cómo pudiste creerle a alguien así? - me preguntó Bridgett cuando volvió a abrazarme, las lágrimas comenzaban a caer con más desesperación.
-Porque soy una estúpida - respondí - Mi mamá tiene razón, soy una ingenua, una tonta... No hay de otra...
-La culpa la tiene ese hombre, que nunca te quiso - sentenció - Porque cuando amas a alguien luchas contra todo y todos.
-Luke nunca luchó por mí, nunca me quiso... Y lo peor es que lo amo tanto, lo amo... Y no puedo dejar de pensar en él... Y me duele, me desgarra aquí... - le dije, señalando el lugar donde está mi corazón - Siento que me estoy muriendo por dentro.
-¡No, mi niña! No hables así, por favor... - me pidió asustada - Esta fue una muy mala experiencia... Pero el tiempo lo cura todo, ya verás... Y tú vas a olvidarlo, ahora sientes que no, pero yo sé que sí... Y por supuesto sé que no quieres pensar en esto que te voy a decir, pero deberías fijarte en alguien más, yo sé lo que te digo, un clavo saca a otro clavo...
Me quedé con Bridgett hasta que no tuve ninguna lágrima más que derramar, había pasado casi una semana desde la última vez que había visto a Luke y desde ese entonces no había sabido absolutamente nada de él, su teléfono estaba desconectado, no contestaba mis correos... Parecía como si se lo hubiera tragado la tierra.
¿Dónde estaba? ¿Por qué no me había llamado? ¿Lo que tuvimos fue real? ¿En algún momento me dijo la verdad? Esas eran las preguntas que no dejaron en paz a mi cabeza esa tarde que estuve encerrada en mi habitación, mientras decidía como avanzarían las cosas, lo que quería para mí y a quien incluiría en mis planes futuros.
Y por supuesto estaba Harry Styles. Harry Styles vendría a cenar a mi casa, ¿Cuántas no matarían por decir eso? Yo me mataría a mí misma con tal de no tener que cumplir con lo que me estaba imponiendo mi madre, eso era seguro... Me levanté de la cama al tiempo justo para arreglarme para la cena. "Vístete para impresionar" fue lo que (ordenó) sugirió mi madre desde el pasillo y así fue como o hice. Un vestido blanco liso, sin estampados, sin nada extravagante, un vestido blanco muy sencillo pero en extremo precioso, tenía un cuello de bote muy discreto y sin dejar de más a la vista, por debajo caía a penas por encima de la rodilla, era muy adecuado, muy decente y a mi gusto perfecto para impresionar a cualquiera; me hice una coleta bastante alta y estirada, para que también pudiera apreciarse el collar negro que decidí usar para hacer contraste con la pulcritud del vestido... Estaba muy conforme con lo que había logrado, después me di cuenta que el significado de "impresionar" de mi madre y el mío eran totalmente diferentes.
-Princesa, ya baja a la sala - ordenó mi madre entrando sin permiso a mi cuarto cuando yo estaba terminando de maquilarme - Harry no debe de tardar en llegar.
Rápidamente se acercó hasta donde yo estaba para observarme detenidamente, obligándome a ponerme de pie frente a ella, sus ojos escaneaban cada uno de los detalles que yo tenía, me dio una vuelta, prácticamente examinando la mercancía que tenía frente a ella.
-Está espantoso ese vestido - concluyó molesta - No me gusta para nada como te arreglaste para la cena de hoy... Tú sabes que de esta noche dependen muchas cosas, parece que lo que quieres es espantar a Harry...
-Tampoco me voy a ofrecer como si estuviera en venta, mamá...
-"No es que estés en venta, niñita" - me imitó - No te pido menos que lo que hacías para gustarle al musiquillo ese, eh - dijo, picando la herida - Y no llores, te vas a poner lo que te voy a escoger, sin rezongar, ni salir con tus cosas de "no me gustan"...
Ella sacó de mi armario un vestido totalmente opuesto al que ya estaba vistiendo. Escogió el color rojo, por supuesto, un vestido mucho más corto que él ya tenía, y como si eso no fuera suficiente la parte de arriba también dejaba mucho que desear, tenía un cuello en "V" que no cubría demasiado. Seguro se preguntan porque tenía un vestido tan revelador en mi armario... Lo inapropiado del vestido era "ocultado" por algunas finas gasas que se desprendían de la cintura del vestido para darle un largo más cordial, al igual que de los hombros, cuyo cometido de esas gasas era cubrir un poco más mi pecho.
-Te vas a poner esto, y... - dijo poniendo sus dedos en mi perfecta coleta, desbaratándola de un tirón - Te vas a soltar el pelo y te lo vas a esponjar... - me decía aún con las manos en mi cabello, cuando escuchamos el sonido del timbre - ¡Ya llegó Harry! No tardes, eh princesa - me advirtió antes de salir de mi habitación.
Le permití a una lagrima recorrer mi mejilla, era la primera vez en días que no lloraba por Luke, mis lágrimas y el nudo que sentía dentro de mí eran por la impotencia y la desesperación que mi madre me causaba. Puse mi mente totalmente en blanco mientras me sacaba el elegante vestido para cambiarlo por el que mi madre había escogido. Cuando corregí los desbarajustes que ella había provocado volví a mirarme al espejo, esperando ver a una chica vulgar en el reflejo, pero la verdad es que el vestido no era tan espantoso como imagine que se vería, mi cabello, maquillaje y zapatos armonizaban perfecto, y a pesar de que todo se veía maravilloso no pude evitar sentir algo de asco dentro de mí misma.
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Narrador.
Harry entró en la casa y amablemente saludó la mujer que le abrió la puerta, ya la había visto varias veces, pero nadie se la había presentado, se veía realmente amable y agradable... El chico agradeció la cortesía y entró a la imponente casa para encontrarse con los padres de Valery en el recibidor. William Van Der Woodsen estaba tan formal y elegante como siempre, como el político que es, y a su lado estaba esa mujer que no terminaba de convencer a Harry, luciendo por supuesto radiante, pero había algo mal en ella, o eso es lo que percibía Harry cada vez que la tenía frente a él.
-Siempre es un placer verte - le dijo Serena.
-Gracias, señora... - dijo Harry, y la pregunta que hormigueaba sus labios no se hizo esperar - ¿Y Valery?
-Está arriba, terminando de arreglarse - explicó - Estaba muy emocionada con esta cena, ¡Ni siquiera sabía que ponerse! - comentó, haciendo un de una mentira un alboroto, pero se vio interrumpida al escuchar los tacones descender por la escalera - Pero mira, allí viene...
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Era un ángel, pero con ese vestido rojo también era la perdición. Ella bajó distraída y con la mirada pérdida, sin darse cuenta de la manera en que Harry la veía, como si el mundo se hubiera detenido, como si no existiera nadie más que ella, ella con esa hermosa cara, ella con ese delicado cabello, ella con ese vestido que no le hacía justicia a ningún otro vestido del mundo. Ella, quien finalmente levantó la mirada y se encontró con la de él, le sonrió algo apenada y él hizo lo mismo cuando se dio cuenta que prácticamente había comenzado a babear.
Se saludaron tímidamente e intercambiaron algunas palabras y cumplidos hasta que les avisaron que la mesa estaba servida. Y en todo ese tiempo no pudo quitarle los ojos de encima a la hermosa chica que estaba parada frente a él.
Fin narrador.
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-La cena está deliciosa, tienen una cocinera estupenda - alagó Harry cuando tuvo la oportunidad.
-Muchas gracias, pero todo el crédito debe ser de Valery - dijo mi madre, mintiendo y sorprendiéndome - Ella fue quien escogió el menú y cuidó todos los detalles de la maravillosa velada... Es que le gusta mucho la cocina, se la pasa metida allí... Pidiendo recetas y la verdad es que cocina delicioso nuestra bella princesa...
Me le quedé viendo a mi madre unos segundos tratando de hacerle saber que detestaba todo su cinismo, pero como suele hacer, me ignoró y continuó guiando la conversación a su manera.
Mi padre hizo lo que pudo para intentar conocer al chico que estaba sentado a mi lado, y en contra de mis deseos me di cuenta de lo verdaderamente agradable y encantador que Harry Styles era. Escuché atenta y emocionada sobre los proyectos que One Direction a llevado a cabo en pro de diversas fundaciones y causas que apoyan, me di cuenta que teníamos algunas ideas políticas y sociales en común y eso nos entusiasmó bastante a ambos... pero lo que más me impresionó fue el agradecimiento y aprecio que tiene por sus fans y las personas que los han llevado hasta donde estaban. Era un chico que había surgido de la nada a ser figura pública mundial, y a pesar de eso tenía valores, ética y una sencillez que hacía mucho tiempo no veía.
-Bueno, yo me retiro, la verdad es que me siento un poco cansado - dijo mi padre después del postre, había sido una noche larga.
-Entonces yo también me retiro - anunció Harry y todos nos levantamos a la vez.
-Oh no, de ninguna manera... Tú todavía no te has terminado tu café - le negó mi madre al chico de los ojos verdes.
-Harry, quédate otro rato - insitió mi padre - Estás en tu casa... Escuché que tenías programado un viaje a America, ¿Planeas viajar pronto? - le preguntó.
-La verdad es que aún no decido nada - respondió Harry sin quitarme los ojos de encima, como si de mí dependiera su decisión.
-Bueno, entonces espero volver a verte de nuevo por aquí, en tu casa - dijo mi padre nuevamente y el chico agradeció la amabilidad de mi familia.
-Yo te acompañó - dijo mi madre de inmediato, por supuesto sus intenciones de dejarnos solos fueron demasiado obvias - Ustedes vayan al jardín, y yo en un momento los alcanzo.
Harry rápidamente acomodó su silla y me ayudo a mi a poner la mía en su lugar, sin pensarlo me ofreció su brazo y fascinada con sus modales lo tomé y lo dejé que me escoltara hasta el jardín, donde vimos un cielo estrellado, de esos que casi nunca ves en el cielo londinense.
-Sabes, no es fácil encontrar a una chica como tú... - admitió de repente.
-¿Por qué lo dices? - pregunté intrigada.
-Además de ser muy hermosa, eres brillante, sensible y muy divertida - me explicó, haciéndome sonrojar un poco.
-Bueno, pues la verdad es que tampoco es nada fácil encontrar a un muchacho como tú - correspondí - Una estrella del pop que es considerado con sus fans, que dedica también parte de su tiempo y sus ganancias a donarlo a diversas instituciones en pro de buenas causas... Mucha gente de... ah... nuestra posición, pues solamente piensa en ellos mismos. Pero tú eres diferente... - admití, impresionada yo misma por las declaraciones que estaba dando - Honestamente, además de mi papá yo no tengo una buena opinión de los hombres, y bueno, entonces apareces tú...
-Me alegra ser el primero en cambiar esa opinión - admitió.
-Por ahora... - respondí - Quien sabe después... Todavía no te conozco bien...
-Pues yo no tengo ningún problema en que me conozcas... en todos los sentidos... - susurró, deteniéndose frente a mí y posando las yemas de sus dedos suavemente en mi barbilla para poder mirarme a los ojos. Que ojos tan verdes tenía, desde aquel día en que nos encontramos en el puente no había tenido la oportunidad de volver a tenerlos observándome tan directamente, tenía los ojos más hermosos que había visto en mi vida, unos ojos que te hacían perderte, que te hipnotizaban... tanto que no me di cuenta que estaba acercándose peligrosamente a mis labios.
Y antes de que yo pudiera objetar algo, de que pudiera detenerlo... Sus labios presionaron suavemente los míos, y entonces nos besamos por primera vez.