Jaemin agradecía la existencia de el fin de semana.
Luego de haber tocado esa puerta sin cansancio durante dos días, Jaemin ya no tenía miedo de ser recibido por el hermano, padre o madre de ___.
Respiró hondo y se armó de valor para tocar otra vez esa puerta.
— ¿Si? —un muchacho alto apareció del otro lado de la puerta.
— Hola —Jaemin mostró su sonrisa más tierna— Busco a ___.
Jaehyun frunció su ceño observando detenidamente al adolescente frente a él.
Ningún chico antes había buscado a su hermana y mucho menos uno con una cara de tener otras intenciones.
— ¿Te debe dinero? —preguntó.
Jaemin soltó una risa nerviosa, la mirada de Jaehyun lo intimidaba mucho.
— No —negó rascandose la nuca— Necesito hablar con ella.
Jaehyun lo analizó con más recelo aún. ¿Hablar?
— ¿Y de qué? —insistió.
Jaemin empezaba a sudar.
— Bueno, en realidad necesito disculparme con ella —concluyó. Y, para ser sinceros, confesarle al hermano mayor el motivo de su visita fue el peor error de Jaemin.
— ¡Ah! disculparte —Jaehyun soltó una risa que dejaba ver esos adorables hoyitos, apariencia que le dio confianza a Jaemin.
El hermano mayor salió por completo de la casa aún con esa amplia sonrisa.
— ¿No vas a llamarla? —preguntó un confuso Jaemin al ver que el mayor cerraba la puerta dejándolos a ambos fuera.
Aún con esa sonrisa, Jaehyun se acercó hasta quedar lo más cerca posible al muchacho frente a el, quien dicho sea de paso, temblaba como una gelatina.
— Entonces, a ver si comprendo —utilizó un tono amable lleno de sarcasmo— Mi hermana llora, tiene fiebre, no quiere comer y mucho menos decirnos los motivos; todo por tí ¿No?.
Jaehyun empezaba a mirar penetrantemente al menor haciendo que este comenzara a entrar en pánico. Jaemin asintió levemente con miedo.
El mayor soltó una carcajada hechando su cabeza hacia atrás y tomó el rostro de Jaemin pellizcando sus cachetes.
Y de un momento al otro, el humor cambió.
— ¡No quieres que tu bonita cara quede metida en tu trasero! —lo alzó del cuello de su playera y acercó su rostro quedando a pocos centimetros — ¡Porque si te veo otra vez por aquí juro que tendran que operarte para desdoblar tu espalda!.
Jaehyun lo soltó empujandolo y haciéndolo caer sentado sobre el duro cemento.
Sacudió sus manos y dándose media vuelta volvió a ingresar al recinto.
La opción de seguir tocando la puerta se desvaneció por completo.
— ¿Quién era? —preguntó la madre aproximándose desde la cocina.
— Un testigo de Salomón —murmuró con algo de molestia.
La mujer ladeo la cabeza y frunció el cejo algo confundida. Hasta donde llegaba su conocimiento, Salomón no tenía algún tipo de club de fans.
Restó importancia al asunto dado que le causaba gran pereza salir hasta la calle a conocer al famoso "Testigo de Salomón".
— Oye, rata —Jaehyun trataba con mucho amor a su hermana.
— Cállate, feto en putrefacción —y era correspondido de la misma forma por la contraria.
La muchacha tenía algo de fiebre aún y se sentía débil por los días en cama, así que no tenía las fuerzas suficientes como para arrancarle los pelos a su hermano por andarla molestando.
— Vamos a salír, no te mueras mientras no estamos —le anunció.
— Malditos —habló débil postrada en su cama— ¿Se irán a comer helado conmigo en este estado?.
— Querrás decir sin tí —corrigió Jaehyun.
— En su conciencia les remordera —señaló a su hermano como si de lanzar una maldición se tratase— Larguense, luego me voy a poner bien y me vengare.
Se envolvió en las sábanas para seguir durmiendo.
Jaehyun se acercó y terminó de abrigar a su hermana, dio un beso en su frente y acarició un poco su cabello.
— No te mueras mientras no estamos —volvió a indicar esta vez en un tono más cariñoso.
Al salir de casa, Jaehyun se aseguró, dando toda una vuelta a la manzana, de que aquel molesto chico de cara bonita no andaba rondando por el lugar.
Luego de asegurarse que no había rastro del muchacho, se marchó junto con sus padres a lo que vendría a ser la salida especial que tenían cada mes como familia, salida a la cual no iría ___.
Desde la inestable rama de un débil árbol, un Jaemin bien sujetado observaba como se alejaba la familia Jung entre risas y comentarios.
Era el momento. Entraría por alguna ventana, se adentraria en el hogar y así lograría hablar con ___, le pediría disculpas, le entregaría lo que le había traído y ella lo amaría.
En la mente de Jaemin, aquel plan se oía perfecto.
"¡Vas a disculparte como el macho que eres!", recordó las palabras de sus buenos amigos.
Mientras tanto, ella dormía plácidamente en su habitación. Los días de fiebre, se supone, debían culminar hoy. Los escalofríos y desniveles de temperatura en su cuerpo habían cesado hasta casi desaparecer.
Desde que su hermano y padres salieron se durmió aproximadamente una hora.
— He vuelto a nacer —fue su expresión al tocar su frente y notar que ésta ya no ardía. Se sentía bien, algo mareada pero bien.
Estiró su cuerpo, desperezandose, e inhalo profundamente el aroma al incienso que dejó su madre aquella mañana.
Todo parecía estar normal.
Normal hasta que escuchó unos ruidos provenientes de la primera planta.
Se supone que no había nadie dentro de su hogar y se podía oír a Goon lloriquear desde el patio.
Los pelos se le pusieron de punta y los escalofríos otra vez volvieron.
Le aterro tremendamente la idea de que algún ladrón estuviese dentro de su casa.
Los ruidos seguían.
La chica salió de la cama algo indecisa. Sus cabellos estaban algo desordenados e intentó acomodarlos atando un extraño intento de coleta.
Abrió la puerta de su habitación y no pudo visualizar nada al otro lado, las luces estaban apagadas y todo se veía oscuro debido a la desaparición de el sol.
Dio lentos pasos avanzando a tientas por el angosto y pequeño pasillo en dirección a las escaleras.
— ___ —un voz gruesa habló desde la mitad de las escaleras.
No lo reconoció. Pegó el más escandaloso grito que jamás salió de lo más profundo de su garganta y dándose media vuelta volvió corriendo a su habitación.
— ¡Espera! —Jaemin corrió tras ella.
Y antes de que pudiera cerrarle la puerta este lo impidió empujando con más fuerza.
Ya con la luz de la habitación de la chica, esta pudo reconocer al dueño de tal susto.
— Jaemin... —al verlo recordó lo mal que lo había pasado a causa de él— ¡Vete!.
El resentimiento seguía ahí.
El sentimentalismo seguía siendo parte de ella y por esa misma razón las lágrimas no tuvieron que luchar mucho para salir de los ojos de la chica.
— Perdón —a Jaemin se le hacía demasiado tortuoso verla llorar; quiso acercarse a secar las lágrimas.
Ella lo alejó de un solo empujón.
— Ya lo sé —dio un suspiro—, ya sé que soy un grandisimo idiota, pero en verdad me siento arrepentido y aunque no puedo retroceder el tiempo y arreglar mi error, daría cualquier cosa por tu perdón.
La chica lo miró ofendida y completamente encolerizada. Dio unos pasos y cogio de la cabecera de su cama una de las grandes almohadas con las que dormía; la tiró al piso imaginando que se trataba se Jaemin.
La escena de la chica golpeando desalmadamente aquella almohada le hizo saber a Jaemin que ella realmente lo estaba odiando.
Jaemin agachó su cabeza en forma de arrepentimiento.
— ¿Has intentado ponerte en mi lugar? —la chica se levantó del suelo con lágrimas en los ojos aún— ¡ah! Es cierto. Tú solo piensas en tí.
Jaemin intentó avanzar unos pasos hasta la chica, pero esta lo detuvo alejándose de él.
— Perdón —volvió a pedir.
— Quiero que te vayas —la voz de la muchacha temblaba.
Escondió su rostro en sus manos agotada de ocultar su tristeza y dejó salír los más sonoros sollozos.
Sin pensarlo mucho Jaemin se acercó a abrazarla, esta vez ella no mostró rechazó al acto contrario.
— Ya no llores —pidió con una voz de pena y preocupación— por favor, ya no llores más.
Antes de que la chica pudiera apartar a Jaemin de ella la puerta de la habitación se abrió dando paso a un Jaehyun que cambió su rostro feliz por uno de furia al percibir a Jaemin cerca de su hermana.
— ¡Estás muerto!.
🌙🌙🌙
#HappyNanaDay.
(Algo tarde pero estoy de vuelta)
¡Sueño es a mí como legalidad es a Jaemin!.
AAAAAAAAAA
🌚
Disfruten el capítulo y... Pray for nana pa' que el Jae no lo mate...
:'v.
¡East is up!
Las amo de aquí hasta mi independencia, o sea, bien lejos.
🌿💓💓💓🌿