E-mail para Amy.
Sonic.
Me encontraba en casa de Knuckles. Nos habíamos reunido todos para ver un partido de fútbol, ya eran los últimos minutos. Mientras ellos miraban cada jugada con atención, yo respondía a los mensajes de Scourge, quería que le ayudara con una partitura.
—Tírale... Tírale... ¡Tírale, puñetas! —Exclamó Knuckles frustrado al ver cómo el jugador fallaba.
—Ellos no te escuchan, ¿lo sabes, verdad? —Cuestionó Shadow con ciertos aires de superioridad.
—¡Cállate! Tú no sabes ver fútbol. —Shadow sólo se limitó a poner los ojos en blanco.
—¡Ouuh! —Gritó Silver al ver la infracción.— ¡¿Viste cómo se le barrió?! ¡Qué falta!
—¿Penal?... ¡¿Penal?! ¡Va a ser penalti! —Saltó de alegría.
Ambos se colocaron frente a la televisión. Alcé la vista de mi móvil para mirar el tiro, mientras que Knuckles y Silver observaban con afición, Shadow y Tails se la pasaban hablando de lo imbécil que era gritarle a la tv.
El balón fue posicionado, el árbitro pitó, el jugador tomó carrera y disparó directo al fondo de la portería. Silver y Knuckles comenzaron a gritar apenas ver semejante acción, corrieron hacia mí y me sacudieron mientras yo sólo reía. No obstante, el partido terminó.
—¡Ganamos! Venga, Sonic, ¡Celebra! ¡Deja ese celular un rato!
En su ataque de euforia, Silver me quitó mi celular para que les pusiera atención.
—¡Hey! Dame eso. —Me levanté del sillón.
—Necesitas distraerte de Amy un minuto. —Argumentó.
—Ni siquiera es Amy, es un asunto de The Underground, mi banda. —Me regresó mi móvil con algo de desconfianza.
—Hablando de Amy. —Intervino Knux.— ¿Qué tal te fue con lo de hace dos semanas?
—Bien, ya lo solucionamos. ¿Creías que seguiríamos peleados por esa mierdita dos semanas?
—Las mujeres pueden durar mucho con un enojo. —Articuló.— Por ejemplo, Rouge me ha tenido bloqueado en estas dos semanas.
—Eso porque eres un friendzoneado de clóset. Aún no aceptas el hecho de que estás en la "zona del amigo". —Knuckles rió sarcásticamente por aquel comentario de Shadow.
—A mí me huele a celos. —Pronunció Silver burlesco.— Tú te la quieres dar —Miró a Knuckles.— y tú ya te la diste. —Vió a Shadow.
—Bueno... No me molestaría ser el amigo de leche. —Enunció el equidna, causando una mueca de asco a los demás.
—¡Eres un puto cerdo! —Exclamé riendo.
—Yo no me di a nadie. —Aclaró ofendido.
—Pero eso no quita el hecho de que le metiste la lengua hasta la garganta. —Bromeé.
—Estaba ebrio, no cuenta.
—Yo también estaba ebrio cuando me casé y hasta ahorita veo todo muy válido.
—¡¿No se supone que estaban hablando de Amy?! —Cambió el tema ya frustrado.
Las contestaciones de Shadow sólo causaban gracia y risas entre nosotros, era divertido ver a un sujeto serio y conservador desesperarse gracias a un grupo de idiotas con comentarios fuera de lugar.
Tras la frase emitida por el azabache, todos me miraron puesto que habíamos retomado el tema original.
—Pues... Lo aceptó, me pidió disculpas, le pedí disculpas, fin. No hay mucho que decir. —Intenté no darle importancia, no era un chico al que le gustara mucho hablar sobre mi relación a no ser que yo la hubiese cagado y necesitara ayuda.
—¿Y ya? ¿No te la... Ya sabes, eso? —Hizo una seña obscena metiendo repetitivas veces su dedo índice derecho en un aro hecho por su pulgar y dedo índice izquierdos.
—No pienso responder. —Reí.
—¡Vamos! Hace un tiempo sí nos contabas. —Insitó Knuckles.
—Pero esta vez es la excepción. —Sonreí con galanura.
—¿Esa sonrisa es un sí o un no? —Insistió.
—Es un claro no, aunque me quedé a dormir en su casa, sus padres estaban allí.
—¿No decías que te llevabas bien con ellos?
—¿Y eso qué? No porque les simpatise les voy a decir que le tengo ganas a su hija. —Argumenté irónicamente.
—¡Ja, ja, já! A pesar de que le llevaste flores, la quieres desflorar. —Bromeó Silver causando una estruendosa carcajada de parte de todos.
Les conté la anécdota, había dormido en la casa de Amy por esta ocasión, las lluvias y el granizo eran fuertes y pese a que tenía el auto, tanto ella como su madre insistieron en que me quedara. Hice caso, sin embargo, entre broma y broma su padre me mandó a dormir al sillón de una forma tan indirecta y discreta que ni yo me di cuenta cuándo acepté, aunque decidí no contradecirlo en cuanto lo vi trayéndome las cobijas al sofá.
A mitad de la noche tuve que ir al baño, cuando pasé a un lado de las escaleras me percaté de que éstas se encontraban bloqueadas por sillas amontonadas. ¿Quién de sus dos padres había sido el genio que pensó que con aquello podrían impedir "la pasión" —Comillas, comillas, muchas comillas.— entre ella y yo? Quién sabe. A pesar de no saberlo, fue inevitable no soltar una reverenda carcajada al contarles eso a mis amigos.
—¿Y ella no ha dormido en tu casa? —Cuestionó con un tono pervertido.
—Sí, pero tampoco pienso contarles nada. —Reí por su desesperación.
Mi teléfono celular vibró innumerables veces. Lo tomé, eran mensajes de Amy.
—Lo siento, damitas. Pero debo de irme, Amy me está esperando en mi departamento. —Me levanté del sofá.
Knuckles me vio con un semblante pícaro por lo previamente dicho. Mientras que yo percibía los ojos confusos de Shadow.
—¿Vive contigo en tu departamento o es que acaso tiene copia de tus llaves?
—Algo así... Todo comenzó hace unas semanas con un "¿Puedo dejar una blusa en el cajón?" Ahora he revisado y ya tiene montado todo un set de maquillaje, se está adueñando de mi propia casa lentamente. —Bufoneé.— Aunque supongo que esta vez habrá encontrado mis llaves de repuesto.
[...]
Llegué tranquilamente a mi hogar. Pese a la exorbitante cantidad de mensajes que me mandó para decirme que viniera urgentemente, decidí tomármelo todo con calma. Probablemente sólo se trataría de una arañita en la esquina de la habitación.
En cuanto abrí la puerta ella se me echó encima sin darme oportunidad de reaccionar.
—¡¿Por qué tardaste tanto?! —Gritó alargando la última O.
—Calma, calma. ¿Qué pasó? ¿Por qué tanto alboroto? ¿Estás drogada o algo? —Bromeé.
—¡Nathan!
—¿Nathan? ¿Qué Nathan? ¿Algún Nathan te está molestando? Manic me recomendó a un tipo, 2000 rings y se encarga de él.
—¿Eh? ¡No, no! Estoy hablando de Nathan Thomson, ¡Nathan Thomson! ¿Ya no lo recuerdas? El exitoso fotógrafo que estuvo en la galería de la vez pasada.
—Ah, ya. —Rodé los ojos al notar su entusiasmo por él.
—¡¿Adivina qué?! ¡Me mandó un correo para que trabaje en colaboración con él! ¡Aah! —Aulló agudamente.— Dijo que le encantaron mis fotografías, ¡A Nathan Thomson le encantaron mis fotografías, Sonic!
—Felicidades, ya no tendrás que ir a Bautizos, XV años y Bodas. —Bromeé.
—Tu bullying no me importa ahora ¡Voy a trabajar con Nathan! —Se levantó de encima de mí comenzando a dar saltitos.
Sonreí con ella e intenté portarme de la forma más empática posible, quería que supiera que lo que le provoca felicidad a ella también me lo provoca a mí.
Estaba fascinado con la idea de que Amy diese sus trabajos a relucir y fuese más valorada en el mundo de la fotografía, sin embargo, me preocupaba el sólo hecho de que tuviera que trabajar con un tipo del que no sé nada.
—¿Así que veniste hasta acá sólo para decirme que te contrataron, siendo que podías hacerlo por llamada o un simple mensaje?
—¡Sí! —Reí.
—Ya casi me voy a trabajar. ¿Quieres acompañarme? En el rato libre podemos comer algo, y en mi caso, tener que aguantarte hablando de Neymar.
—Nathan.
—Eso. —Mostró sus dientes en un ataque de risa.— ¡Vamos, déjame! Neitan, Neymar ¡Suenan casi igual! —Intenté defenderme aunque ella continuó burlándose de mi pésima memoria.
Escrito: 31/03/2018.
Publicado: 25/12/2018.
Créditos a: xDavid547. Hasta con marca de agua y todo el wey jsjsj.
Pd: He publicado una nueva historia con motivo de la Navidad, será corta y si todo sale bien, su publicación terminará a finales de año.
Sin más que decir, ¡feliz navidad!