Camila estaba pasándolo mal manteniendo su mirada apartada de Lauren. Algo en esos profundos ojos verdes seguía llamándola. Durante la mayoría de la tarde, Camila había estado intentando figurarse por qué Lauren aceptó venir. ¿Se habían hecho ella y Dinah tan buenas amigas? ¿O no tenía Lauren Jauregui nada mejor que hacer?
Incapaz de salir con una respuesta, Camila lanzó una mirada alrededor de la pequeña mesa, que estaba a rebosar con botellas de cerveza vacías y vasitos de chupitos. Dinah, Siope y Michael habían reclamado la mayoría del alcohol, mientras Camila todavía estaba dándole coba a su primera Corona legalmente comprada. Lauren, por otro lado, había optado para una piña colada virgen. Camila no estaba segura qué deducir de ese pedido. ¿No bebía Lauren nada?
Camila deseó tener las agallas de hacerle preguntas a Lauren. Por alguna extraña razón, estaba intrigada. O quizás no era extraña en absoluto. Lauren Jauregui era, después de todo, una estrella de Hollywood; era natural sentir curiosidad. Y aún así, todo lo que Camila podía hacer era agarrar la levemente tibia Corona y tomar otro sorbo.
Inadvertidamente, su mirada fue por la mesa y aterrizó en el rostro perfecto de Lauren. La actriz estaba mirando a la última víctima del karaoke en el escenario, lo que le daba a Camila amplia oportunidad de estudiar las pensativas facciones en la cara de Lauren. Pero, en lugar de aprovechar la situación, Camila escogió examinar a Michael.
Su novio estaba siendo inusualmente silencioso, probablemente debido en parte a todo el alcohol que había consumido. Bastante asombrosamente, no parecía particularmente borracho; sólo callado. Estaba a punto de decirle algo, cuando el móvil de Michael sonó.
“¿Sí?” contestó, metiendo un dedo en la oreja desocupada para bloquear el ruido.
Camila observó el desfile de gestos que aparecían en la cara de Michael mientras ella intentaba descifrar la naturaleza de la llamada.
“¿Él está bien?” preguntó Michael. “¿Entonces por qué tengo que ir? Es el cumpleaños de Camila. ¡Vale! ¡Vale!” Cerró de golpe el móvil y miró a Camila con aire de disculpa. “Mi hermano se torció el tobillo o algo así. Mamá quiere que los encuentre en el hospital.”
“¿Quieres que vaya contigo?” preguntó Camila automáticamente.
Michael agitó la cabeza y se levantó. “No, te mereces algo mejor que pasar el resto de tu cumpleaños en el hospital. Te llamaré mañana,” prometió agachándose para besarla.
Camila le devolvió el besó, pero se apartó tras un momento. “Vale,” concordó.
“Lo siento,” se disculpó Michael. La besó en la mejilla antes de alejarse. Camila le observó salir del edificio.
“Bueno, que educado,” comentó Dinah una vez que Michael hubo salido. “¿Quieres marcharte?”
“No,” contestó Camila. “¿Por qué debería?” Le echó un vistazo rápido a Lauren para observar esos intensos ojos verdes contemplándola. Camila miró a Dinah al instante.
Dinah le lanzó una mirada a Siope, entonces de nuevo a Camila. “Bueno, justamente Siope estaba hablándome de este club realmente bueno en las afueras.”
“Tiene luces de neón por todas partes,” añadió Siope.
Camila supuso que intentaban implicar un cambio de situación. “¿Club de baile?” preguntó, no sintiéndose como para bailar.
“Bueno, también puedes sentarte allí,” contestó Dinah. “Como haces ahora.”
Camila se encogió de hombros. “Como que me está entrando la música de karaoke,” dijo, pensando que era una buena forma de darle a Dinah tiempo a solas con Siope. “Por qué no siguen adelante los dos. Oh, y Lauren, si quieres.”
“Pero es tu cumpleaños,” discutió Dinah. “No voy a dejarte sola.”
Camila seguía mirando a Siope, intentando darle a Dinah algún tipo de señal de que entendía.
“En realidad,” dijo, mirando su reloj, “es pasada medianoche, así que eres libre.”
Dinah suspiró. “¿Estás segura?”
“Sí,” contestó Camila. “Tras esa salida de compras con Louis, me siento absolutamente satisfecha con sentarme aquí y escuchar música mala.”
“¿Sola?”
Lauren finalmente habló. “En realidad, creo que me quedaré por aquí y también escucharé música mala. Como que me está gustando.”
Camila se mordió el labio ante el anuncio. ¿Lauren deseaba quedarse con ella? ¿Por qué?
Dinah no ofreció mucha queja después de eso. “Vale, entonces los veo luego,” dijo. Se detuvo lo suficiente para preguntarle a Camila, “¿Pasaste un buen cumpleaños?”
“El mejor,” le aseguró Camila.
“Feliz cumpleaños,” dijo Siope, entonces siguió a Dinah fuera del bar.
Camila no estaba completamente segura de qué hacer o decir. En realidad, podía pensar unas cuantas cosas, simplemente no tenía las agallas de decirlas. Aún no, al menos. Volcó su atención al hombre en el escenario, que estaba en mitad de cantar una desafinada rendición de Last Dance. Al menos era una buena canción.
Estaba tan absorbida en la dolorosa exhibición ante ella que no notó que Lauren se había acercado. Es decir, hasta que sintió el suave aliento en su oreja.
“No te tomé por fan del karaoke,” comentó Lauren.
Camila sonrió. “Disfruto la tortura ocasional.”
“Masoquista,” le chinchó Lauren.
Camila se volvió, obligando a la actriz a sentarse atrás. “¿Cuál es tu excusa?”
La pregunta pareció coger a la actriz con la guardia baja. Finalmente, respondió, “No me va mucho el baile,” dijo.
“O beber,” notó Camila.
Lauren se encogió de hombros. “Me gusta mantener la concentración.” Sonrió sesgadamente. “Aunque creo que le pusieron ron por equivocación a esto.”
Camila arqueó una ceja. “¿Puedo verlo?”
Lauren le entregó la bebida y esperó pacientemente que Camila la probase.
“Definitivamente no es virgen,” confirmó Camila, devolviéndoselo en seguida.
Lauren tomó un sorbo. “Me siento picarona tan sólo bebiéndola.”
Camila estalló en carcajadas.
“¿Qué?” preguntó Lauren inocentemente.
Camila se encogió de hombros, divertida. “Es que no esperaba que dijeras eso.” No que tuviera la menor idea de qué debiera esperar. Su atención de repente fue al escenario, donde acababa la actuación anterior. “¿Sabes cantar?” se encontró preguntando.
“Cantar no está en mi curriculum, si es lo que preguntas,” contestó Lauren echando una preocupada ojeada al escenario.
Camila sonrió perversamente, preguntándose si la botella de Corona estaba surtiendo efecto, o simplemente había perdido la cabeza. “Te desafío,” dijo.
“¿Me desafías a qué?” Lauren preguntó pare ciendo perpleja. Entonces sus ojos captaron el significado. “¿Allí arriba?”
Camila asintió, imaginando que no tenía nada que perder. “Sí,” contestó. “Canta.. um, Like A Virgin.”
Lauren inclinó la cabeza a un lado, mirando a Camila con curiosidad. “¿Y por qué quieres que haga eso?”
“Eres actriz, ¿no?”
Lauren sonrió y se puso en pie. “Si esto aparece en las noticias de mañana, voy a por ti,” dijo y fue hacia el escenario.
Camila se rió no creyendo a sus ojos. ¿Iba Lauren en serio? Aparentemente sí.
Lauren subió de un salto al pequeño escenario y agarró el micrófono como si lo hubiera hecho mil veces antes. La multitud de repente enmudeció.
Camila echó una mirada alrededor, asombrada por que cada ojo de la sala estaba de repente sobre Lauren. Entonces, también ella, volcó su atención en la actriz sobre el escenario, que parecía haber encontrado la canción que quería.
“¿Cómo les va esta noche?” preguntó Lauren. Algunos contestaron. Algunos aplaudieron. “Mi nombre es Lauren Jauregui—” Fue interrumpida por una ruidosa ovación. “Y voy a cantarles una canción. Pero, antes de que lo haga, me gustaría que le deseen a mi amiga Camila un feliz cumpleaños. Hoy acaba de cumplir veintiuno.”
Camila se hundió en su silla mientras de repente todos los ojos se volvían hacia ella. Deseó escurrirse bajo la mesa y quedarse allí.
Cuando las congratulaciones de feliz cumpleaños se calmaron, Lauren continuó. “Camila pidió esta canción y allá va.”
Agradecida porque el foco ya no estaba sobre ella, Camila se enderezó. Su corazón le martilleaba en el pecho por razones indescifrables para ella. De repente se sentía exaltada, nerviosa y asombrada. Por un largo momento, todo pareció surreal.
Y entonces empezó la canción. Y el gentío empezó a vitorear. Y Camila se encontró incapaz de dejar de reír e incapaz de apartar su mirada de la enigmática mujer del escenario.
“I was beat incomplete
I’d been had, I was sad and blue
But you made me feel
Yeah, you made me feel
Shiny and new
Like a virgin
Touched for the very first time…"
Lauren sacó el micrófono del soporte y saltó fuera del escenario sin perder comba. Empezó a cantarle a una joven pareja cercana. Camila notó que la mandíbula del chico colgaba levemente abierta, para gran irritación de su compañera.
La actriz le guiñó a la mujer y siguió a una mesa diferente.
Camila no podía dejar de sonreír y, de vez en cuando, de reírse. En un momento la actriz estaba completamente silenciosa y al siguiente estaba saltando alrededor de la barra, cantando Like A Virgin como si su vida dependiera de ello. Camila no tenía ni idea de qué pensar de ello. Y estaba divirtiéndose demasiado para preocuparse al respecto.
Cuando Lauren se acercó lo suficiente, se quitó su chaqueta de cuero en un veloz movimiento y se la echó a Camila. La artista la cogió fácilmente, sus sentidos repentinamente afinados a la agradable mezcla de cuero y perfume.
“You’re so fine and you’re mine
Make me strong, yeah you make me bold
Oh your love thawed out
Yeah, your love thawed out
What was scared and cold…"
La mirada de Camila capturó la de Lauren y, por un momento interminable, olvidó cómo respirar.
De repente Lauren olvidó la letra de la canción que estaba cantando y tuvo que romper el contacto visual con Camila para pillar la letra en la máquina. Por suerte, cogió la siguiente estrofa antes de que desapareciera de la pantalla. Asegurándose de mantener sus ojos lejos de la cara de Camila, se concentró en el resto de la canción.
“You’re so fine and you’re mine
I’ll be yours ‘till the end of time
'Cause you made me feel
Yeah, you made me feel
I’ve nothing to hide…"
De algún modo logró llegar al final sin mayor catástrofe. Hizo una inclinación al momento que todos empezaron a aplaudir. De algún modo, el acabar de cantar en público no la conmocionaba. Quizás era el ron. Realmente no le gustaba el alcohol. Le hacía hacer tonterías como ésta. Y ni siquiera estaba entonada. Si se emborrachara, estaba segura que haría un striptease con Human Nature.
Reemplazando el micrófono, se volvió entonces y regresó a la mesa. De repente se le ocurrió que tendría que encarar a Camila. Esa parte sí que le incomodaba, aunque no retardó su paso. Bueno, me desafió.
“Creí que dijiste que cantar no estaba en tu curriculum,” comentó Camila en cuanto Lauren se sentó.
Lauren sonrió. “Lo estuvo,” admitió. “Pero lo quité. Ahora está reservado para ocasiones especiales y desafíos ocasionales.”
“¿Por qué lo quitaste?” Camila preguntó con curiosidad.
Encogiéndose de hombros, Lauren dijo, “No es algo que me encante. Y cuando empecé, mi agente me dijo que cualquier pequeña habilidad ayudaba. Así que lo puse.”
Camila asintió, su atención repentinamente distraída por la camarera que se acercaba.
La camarera puso una nueva piña colada delante de Lauren. “De ella,” dijo indicando una figura solitaria sentada a la barra.
Sorprendida, Lauren se volvió y alzó su bebida en apreciación. Asintió con la cabeza y se volvió a Camila.
“¿Las mujeres te invitan a copas a menudo?” preguntó Camila.
Lauren estrujó su memoria y se encogió de hombros. “Estoy segura que ha pasado antes. La gente hace cosas extrañas por mí.” Casi tartamudeó cuando las palabras salieron de sus labios. ¿Demasiado pretencioso?
Pero Camila simplemente asintió. Le lanzó una mirada a la mujer de la barra. “Está mirando fijamente,” dijo su mirada regresando a la cara de Lauren. “Probablemente te desea.”
Casi ahogándose en su bebida, Lauren se quedó mirando a Camila. “¿Perdona?”
“¿Esa clase de cosa te molesta?” preguntó Camila. “Quiero decir que las mujeres se interesen en ti.”
Lauren no tenía idea de cómo contestar esa pregunta. “No. ¿Por qué?”
Camila volvió a mirar a la mujer y sonrió. “Te desafío a ir a charlar con ella.”
“Um, ¿por qué?”
Camila sonrió. “Comprobaba dónde trazas la frontera en los retos,” contestó.
Lauren entrecerró los ojos, pero sonrió. “Astuta.” Miró por encima de su hombro a la mujer.
Era de aspecto medio, pero no particularmente del tipo de Lauren. Se volvió a Camila y sonrió.
“Muy bien.” Se levantó y, tomando su bebida, se dirigido hacia la barra.
La mujer se paralizó al momento que divisó a Lauren yendo hacia ella.
Lauren tomó asiento en el taburete al lado de ella y sonrió. Le ofreció la mano. “Hola, soy Lauren.”
Le costó a la mujer un momento recobrar la calma, pero estrechó la mano de Lauren ávidamente. “Ariana. Ariana Grande.”
“Gracias por la copa,” dijo Lauren.
La sonrisa de Ariana no podría ser más amplia. “Oh, de nada.”
Lauren se inclinó adelante para susurrar en la oreja de la mujer, que se tensó ante el gesto. “Vale, no mires pero, ¿sabes la chica con la que estaba sentada?”
Ariana asintió.
“Hoy es su cumpleaños y está actuando un poco juguetonamente,” anunció Lauren sentándose atrás. “Me envió aquí para que hablara contigo… así que no sé…”
Ariana miró a Camila, que estaba haciendo un pésimo trabajo fingiendo no estar mirando. “Es hermosa.”
Lauren intentó mucho parecer casual al respecto. “¿Por qué no vas y se lo dices?” le sugirió.
Ariana pareció considerar la oferta, entonces finalmente dijo, “¿Qué está tomando de beber?”
La actriz sonrió. “Corona.”