“Oof, ¡¿qué lleva puesto?!” gritó con horror Dinah, tirando palomitas de maíz a la pantalla de TV. Para entonces la comida china había desaparecido, pero las palomitas duraban para siempre. O por lo menos, lo hacen cuando se siguen haciendo más cada veinte minutos. La mayoría estaba en el suelo delante de la televisión. Dinah tenía el hábito de expresar su emoción tirando cosas.
“No limpiaré eso” decidió Camila, su mirada yendo de las imágenes que fluctuaban en la pantalla al montón de palomitas desperdiciadas del suelo. No es que fuese tan fanática de la limpieza. Pero… aún así. Oh, Dios, las cucarachas van a darse un festín. Voy a matarla. Se desmadejó en el sofá y se cruzó de brazos.
Dinah se zampó un puñado de palomitas, viendo los eventos en pantalla con interés firme. “Ése es sexy,” comentó, señalando.
Camila sólo bostezó. Esperaba que esta cosa acabara pronto. De algún modo parecía como si se hicieran más largo con cada año que pasaba. Miró rápidamente a su mejor amiga que inclinada adelante, intentando pillar cada palabra.
“¿Quieres más refresco?” preguntó.
Dinah le entregó una taza vacía sin separar la vista de la TV. “Estúpidos anuncios.” Más palomitas volaron.
Camila se retiró a la cocina para servir las bebidas y le sorprendió cuando Dinah se le unió allí un momento después. “¿Palomitas?” adivinó.
“Sí,” contestó Dinah dirigiéndose directamente hacia el microondas. “Casi acabadas.” Mantuvo la mirada enfocada en la pantalla. “Creo que ‘Mejor Beso’ es ahora. Es lo mejor de la maldita cosa entera.”
Bien, eso significa que casi ha terminado. “Tienes una obsesión espeluznante.” Camila guardó la botella de refresco y contempló a su mejor amiga.
“¿Por qué te importa quien se lo monta con quien?”
Dinah sonrió. “Soy romántica, así que demándame,” contestó con un encogimiento de hombros. “Estoy tomando apuntes de todos los ganadores. Es una habilidad. Las cabezas tienen que estar alineadas exactamente. Y después está la acción de la lengua. Si quiero ser buena besadora, tengo que aprender de la mejor.”
Camila se preguntó si Dinah quería realmente decir la mitad de las cosas ridículas que salían de su boca o si sólo las decía para provocar una reacción.“ Nota mental: Jamás salir con actores. Están chiflados. Regresó a la sala. "Tu cosa ha vuelto.”
Dinah estaba en su lado al instante, un nuevo cuenco de palomitas anidaba en su regazo.
“Allá vamos,” dijo emocionadamente.
Cuando los presentadores pretendieron coquetear entre sí, Camila miró con preocupación el teléfono. Toda la noche había estado medio temiendo que sonara. Estaba cada vez más nerviosa sobre hablar con Laur. ¿De qué hablaríamos? No nos conocemos… Su atención saltó a la pantalla de televisión cuando oyó el nombre de Lauren Jauregui. Un clip de Lauren montándoselo con algún tipo ocupó la pantalla entera por un momento.
“Espero que ganen,” comentó Dinah.
Camila apartó la vista de la TV mientras el clip acababa. “¿Por qué?”
“¡Porque Rye es sexy!” Dinah volvió a la pantalla, preparada para tirar palomitas si Rye Philips no ganaba el premio.
“Y el ganador es… ¡Rye Philips y Lauren Jauregui!”
La cámara cortó a un plano de Lauren en el público, pareciendo feliz y sorprendida. Se inclinó para besar al tipo al lado de ella.
“¡¿Quién diablos es ese bicho raro al que está besando?!” gritó Dinah, tirando puñados de palomitas. “Jesucristo, ¡que cara culo!” Empezó a parpadear excesivamente. “¡Oh Dios, creo que me he quedado ciega!”
Camila inclinó la cabeza al lado. Hizo una leve mueca. “Laur me dijo que se le parece,” se encontró comentando por absolutamente ninguna razón. Le gustaba decir su nombre. Laur. Era bonito.
“Ya. Eso quiere,” contestó Dinah con un resoplido. “Las mujeres como ella no existen en la vida real. Quiero decir, mira eso.” Apuntó a la pantalla, donde Lauren estaba aceptando el premio. “¿Quién hace que vaqueros y camiseta parezcan tan sexys? ¡No es justo!” Llovieron palomitas frente a la televisión por un momento.
Camila miró la imagen de Lauren Jauregui en pantalla. “Allá vamos,” dijo, cuando notó que el discurso de aceptación estaba a punto de comenzar. “Aquí es donde alardea de lo maravillosa que es.” Se encontró inclinándose adelante.
En pantalla, Lauren miró el premio un momento. Entonces su cara se quebró con una leve sonrisa que causó que Camila entrecerrara los ojos.
Vaya, parece casi humana.
“Bueno, no hay mucho que pueda decirse tras ganar un premio como éste,” bromeó Lauren, “excepto gracias. Siempre es un honor ser reconocida por ser buena besadora.”
Camila miró al cielo. “¿Ves?”
Dinah la miró rápidamente. “Creo que se llama chiste.”
Camila le sacó la lengua, entonces se dio cuenta que Lauren todavía estaba hablando.
“… algo tonto recibir un premio por besar a alguien en pantalla. Como que descarté la nominación con una risa al primer momento de recibirla. Pero entonces, empecé a pensar en cómo me siento cada vez que me atrapa el romance en pantalla de otros y cómo no puedo esperar ese momento cuando finalmente expresen su amor. Quiero decir, es lo que todos buscamos, ¿verdad? Amor.”
Una clara ceja se fue elevando lentamente.
“Creo que como actores lo único que realmente podemos esperar es que, de algún modo, nuestra actuación conmueva a los espectadores de alguna forma, les motive a creer en la magia de la posibilidad y la promesa del amor. Me gustaría pretender que este premio significa que he logrado algo de ese estilo. O eso, o que muchas chicas creen que Rye Phillips era muy atractivo.”
Lauren soltó una risita. “Pero cualesquiera fueran tus razones para votar, gracias.”
Dinah silbó mientras aplaudía. “Oh, sí, que completa bruja.”
Camila estaba a punto de responde… pero el teléfono sonó.
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Lauren paseaba por su cuarto nerviosamente mientras esperaba que alguien lo cogiese. Por favor, que no esté en casa. Por favor, no estés en casa. ¿Por qué estoy haciendo esto?
“¿Hola?”
La boca de Lauren se quedó seca. ¿¿Qué digo?? Señor, sin guión soy un asco. “Uh, hola,” dijo, deseando abofetearse. No es demasiado tarde. Cuelga el teléfono y huye. “¿E-está Camila?” continuó. Tartamudeando.Excelente. Gran primera impresión, payasa.
“Soy yo.” Una breve pausa. “¿Laur?”
Lauren iba a responder, pero una voz al fondo la cortó.
“¡Oh, Dios mío! ¿Es la lesbiana?”
Oscuras cejas se fruncieron juntas. Nunca se habían referido a ella como “la lesbiana”. Hubo un ruido súbito, seguido por un fuerte golpe. Algunos gritos atenuados.¿Qué diablos?
“Hola, ¿Laur?” dijo una voz diferente. “Soy Dinah, la mejor amiga de Camila. Está enamorada de ti. Quiere tu sexy cuer—” Otro fuerte golpe. Seguido por lo que parecían dinosaurios chillando.
Lauren se quedó mirando el receptor un momento, antes de volverlo a poner en su oreja.
Decidió sentarse para esto. A pesar de su nerviosismo, estaba ligeramente divertida. Quiere mi sexy cuerpo, ¿uh? O quizá no era cuerpo. Quizá era cuer…da. No, eso no tendría sentido.
“Que estupenda primera impresión,” regresó la voz de Camila. “Lamento muchísimo eso. ¿Aun estás ahí?”
“Sí, estoy aquí,” le aseguró Lauren. Por favor, no la dejes reconocer mi voz. Por favor, no me dejes decir algo realmente estúpido. “Bueno, ¿es así cómo generalmente contestan al teléfono?”
Camila se rió. “Sí, damos una representación cada vez que el teléfono suena. Cada vez un poco diferente.”
Lauren sonrió cuando notó el rastro de un leve acento. Era tan dulce. Oh, Dios, tengo problemas. ¿Por qué insisto en cavarme mi propia tumba? “Oh, ¿entonces supongo que significa que no quieres mi sexy cuerpo?” Cerró los ojos mientras las palabras abandonaban su boca. ¿Dónde diablos está la tecla retroceso cuándo la necesitas? Precipitadamente, cambió de tema, “¿Y qué hacías? ¿Interrumpí algo?”
“Sólo viendo los Premios de Cine.”
Maldita sea. Olvidé que iba a estar viendo eso. Estúpida diferencia horaria. “Puedo dejarte volver a eso,” sugirió Lauren.
“¡No!” dijo rápidamente Camila. “Casi han terminado.”
Lauren estaba a punto de desvelar el final, pero cerró la boca de golpe. ¿Cómo explicarías que sabes eso? ¿Me pregunto si me vio? Necesitaba encontrar algún tipo de tema. “Bueno, ¿cómo están saliendo tus pinturas?”
“Oh, ayer terminé una, en realidad. Eh, ¿por casualidad te gustan los ángeles?”
Lauren se paralizó ante la pregunta. ¿Es algún tipo de código? ¿Lo sabe? “¿Qué te hace preguntarte si me gustan los ángeles?”
“Tu alias.”
Uh. “Oh, ya. Sí, um. Me gustan los ángeles.” Estúpida. Estúpida. Estúpida. Boba. “¿Por qué?”
Camila dudó un momento. Cuando habló, parecía avergonzada. “Te pinté algo,” admitió. “Quiero enviártelo pero no tengo tu dirección.”
¿Me pintó algo? “Es tan dulce. Jamás nadie pintó nada para mí. Pero bueno, no tengo otros amigos que sean artistas. Aunque, incluso si los tuviera, dudo que se molestasen en pintar algo para…” Estoy divagando y no puedo parar. “…mí.” Se palmeó la frente varias veces. “Hola,” agregó torpemente. Necesito que me disparen.
Camila se rió, un sonido que estaba rápidamente volviéndose uno de los favoritos de Lauren.
“¿Generalmente divagas tanto?”
“Sólo cuando estoy nerviosa,” se encontró admitiendo Lauren. “Entonces me convierto en Super Boba.” Sí, bien. Asústala desde del principio.
Camila se rió de nuevo. “¿Y cuales son tus poderes especiales?”
“Puedo ir de cero a sesenta palabras en un segundo,” explicó Lauren, con fingido orgullo.
“Impresionante.”
“Te enviaré mi autógrafo.”
“¡Genial! Estoy segura que valdrá millones algún día.”
Lauren se paralizó. Maldita sea. ¡¡Di algo ingenioso!! “¿Te gusta el queso?” dijo bruscamente. Oh. Dios. Mío.
“No sé,” Camila respondió. “¿Es esto muy importante para ti? ¿Muy querido a tu corazón? No querría ofenderte en nuestra primera conversación telefónica.”
Lauren se acomodó contra las almohadas en su cama y apagó la TV. Condenados esos anuncios de 'Presencia el poder del queso’. “Me temo que no podré proceder con esta amistad hasta que hayas contestado la pregunta.”
“Ya veo,” contestó Camila, obviamente siguiendo el juego. “En ese caso, debo admitir que no soy gran aficionada al queso. En galletas, quizá. Los emparedados de queso están bien.”
Lauren sonrió. “Entonces supongo que podemos ser amigas.”
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Nota: Podría apostar a que se rieron ;)