*Hola. Aquí les traigo un capítulo que desata lo que están esperando... ¡Muchas gracias por todos sus comentarios! Alientan a que siga escribiendo y posteando historias. Sé que voy atrasada con las otras dos pero me enfocaré a cada una y ésta, en particular, está en la recta final así que será la más actualizada.*
DISFRUTEN EL CAPÍTULO...
SA: ¿estás... viva? (Se sostuvo de Óscar).
Ana Sofía se quedó en silencio observando a su hija, ¡eran muy similares! Era hermosa. Por primera vez en 15 años la podía ver. Mientras tanto, Victoria intentaba reaccionar.
V: sé que están un poco confundidos pero vamos a la casa, tenemos que hablar.
Leo: ¿te parece que tenemos que hablar? (Un poco alterada). ¿Me quieres explicar por qué el teatro con las cenizas? Otra vez estás jugando y mintiendo.
AS: ¡hey! Cálmense, ¿quieren? (Reaccionó). Ale no les ha mentido en nada... las cosas son más complicadas de lo que parecen y no creo que tengas calidad moral para cuestionarla, Leonela.
Eso los dejó sorprendidos. ¿Qué había sucedido? Respiraron profundo. Dieron media vuelta para ingresar a la sala de la casa y se sentaron todos. Se hizo un silencio momentáneo hasta que Sofía comenzó a hablar.
SA: bien... ¿cuál es la explicación a todo esto, mamá? (Mirando a Victoria). Porque honestamente no entiendo nada y no quiero sacar conclusiones.
AS: y está bien que no las saques (calma y con nervios). Tu... madre no tiene la culpa de esto. En realidad, ninguna de las dos.
V: Las notas, los sobres y la fotografía me las envió ella. No lo sabía... bueno, sospechaba que ella era la autora por el dibujo, la frase y lo escrito en las notas pero no podía creer que eso fuese cierto. ¡Se suponía que estaba muerta y era una locura pensar lo contrario! Sin embargo, cuando las máquinas me dieron los resultados, el tiempo de su muerte no cuadraba con el de creación así que me fui a la dirección que estaba ahí para obtener respuestas.
Os: ¿por qué no nos dijiste nada?
V: no quería que fueran conmigo. La verdad me daba miedo saber lo que había detrás de esos mensajes. Pensé que eran amenazas y que alguien estaba jugando una mala pasada.
Leo: pero, no entiendo, ¿a quién mataste entonces?
V: a Ana Paula, la hermana gemela de Annie.
Leo: ¿están de broma? (Sorprendida). ¿Cómo es que no te diste cuenta de que había una gemela?
AS: no sabemos qué pasó realmente... todavía estamos tratando de averiguar cómo sucedieron las cosas, Leo. Lo único que sabemos es que hace 15 años me encerraron en el hospital psiquiátrico y después de eso, la vida de ambas se volvió un infierno espantoso... ¡realmente espantoso!
SA: entonces, ¿no he convivido contigo? (Confundida).
V: mi amor (se acercó a ella y le acarició el rostro), me temo que te utilizaron como un arma en contra de las dos. Annie, tu madre, no te abandonó y tampoco me entregó la custodia legalmente hablando. Todo fue manipulación. Ella se moría por conocerte, desde tu nacimiento ella no te pudo ver. No te conocía. Es la primera vez que te puede ver.
Sofía las observó confundida y nerviosa. Algunas lágrimas inundaron sus ojos y se abrazó a Victoria. Ana las miró con ternura y suspiró... les quedaba un largo camino por recorrer. Se acercó lentamente y acarició el cabello de su hija.
AS: sé que soy una desconocida en este momento pero te amo más que a mi vida y prometo ser paciente para ganarme tu confianza y tu afecto como lo que soy, tu madre. No pretendo que dejes de querer a Ale, ella ha sido tu madre y no soy nadie para cambiarlo pero puedes tener dos mamás (le sonrió entre lágrimas).
Leonela y Óscar miraban muy sorprendidos la situación. Sofía extendió su brazo hacia Ana y la unió al abrazo. Algunas lágrimas fueron derramadas.
Leo: ¿y... cómo sigues?
AS: siempre he estado bien (la miraron sorprendidos), bueno... me refiero a que nunca padecí ningún trastorno. En realidad ese padecimiento lo tenía mi hermana, a mí me suministraron medicamentos que provocaban síntomas parecidos pero era un cuadro agudo de depresión. Eso era todo.
Leo: ¿es en serio? (Entre sorprendida y molesta). ¡Qué infelices fueron Luis y esa mujer!
AS: lo sé y no sabes cómo lo lamento. Hoy me pregunto si las cosas no comenzaron tiempo atrás.
V: tenemos lagunas mentales de muchas situaciones y platicando hemos descubierto que ella no recuerda algunas cosas. Sin embargo, su memoria está bien así que puede ser que no fuese ella la culpable.
Leo: ¿cosas, cómo qué?
V: el intento de asesinato a María, el conocer a Padilla, entre otras cosas.
Os: quieren decir que la mujer que suplantó la identidad de tu hermana y que todos conocimos como Isadora, ¿llegó mucho antes a nuestras vidas?
V: sí. Ana dice que un día llegó y Luis le informó que ahora tendría una nueva identidad pero ella nunca la solicitó.
AS: fueron cosas extrañas y sin explicación coherente. De hecho... el padre de Sofía fue una casualidad de ese tipo.
V: ¿qué? (Sorprendida).
AS: sí, conocí a ese hombre porque Luis me pidió un favor, me dijo que necesitaba cerrar un negocio muy importante con él y que actuaría como si ya me conociese porque él le había hablado mucho de mí. El día que conocí a ese hombre, algo estaba mal, se portó muy extraño, como si en verdad me hubiera tratado antes y pues... pasaron las cosas que pasaron pero no con mucho entusiasmo de mi parte. Ni siquiera recuerdo bien su nombre.
SA: Dionisio... Dionisio Ferrer.
AS: ¿tú cómo sabes eso? (Sorprendida). Efectivamente, ese era su nombre. ¿Lo has visto?
V: no. No lo ha visto pero yo sí.
AS: (ató cabos) ¿ese es el infeliz que te abandonó? (Ella asintió). ¿Cómo llegaste a sus manos, Ale? Era un delincuente y de los peores.
V: la vida, Raymond, los problemas, ¡no lo sé! El punto es que nos conocimos y las cosas terminaron bastante mal.
AS: ¡claro que terminaron mal! Sólo a ti se te ocurre enredarte con un hombre como Dionisio. Ese cabrón nunca supo amar y nunca sabrá hacerlo. Luis decía que era un idiota que se dejaba envolver cuando veía una mujer bonita pero que jamás se dejaría atar por nadie.
Os: pues déjame te digo que por tu hermana ha dejado casi todo... hasta la soltería quiso perderla.
AS: ¿qué? (Desconcertada). ¿Te propuso matrimonio? (Ella asintió). ¡Qué estúpida eres!
V: ¡oye, no te pases!
AS: ¿cómo es posible que no te casaras con él? No entiendo nada. Tú (a Óscar), no te conozco pero veo que sabes bastante. ¿Qué relación tenían ellos dos?
Os: pues... ya vivían como matrimonio, tienen tres hijos y uno más en camino. ¿No te contó? (Ella negó). Victoria lo quiere pero siempre puso trabas y las mentiras no ayudaron.
AS: ¡por Dios!, ¿por qué no le contaste la verdad cuando lo conociste? (Reprochándole).
V: él tampoco ha sido un santo y también me ocultó que era un delincuente.
AS: pero pudo sentir más confianza... ¡con razón te mandó al carajo! Lo has arruinado pero si bien bonito, Ale.
Leo: ¡por fin, alguien que le dice lo mismo que yo! (Sonriendo).
V: Ana...
AS: ¡Ana, nada!, ¿por qué no lo has buscado?, ¿dónde está? No... déjame adivinar (recordando lo que le contó). Después de que le dijiste la verdad, realmente saliste huyendo y cuando él te buscó, volviste a huir. Por eso no te quedaste en Santorini y te viniste a México. ¡No sólo fue la nota... ese fue tu pretexto porque no querías verlo!
V: pues sí... está bien, reconozco que salí huyendo pero no quería volverlo a escuchar con sus reproches ni diciéndome que era un monstruo. ¡Sé que lo soy pero no era necesario escucharlo todo el tiempo!
AS: no seas estúpida, me estás haciendo enojar. ¡No eres un monstruo! Te has equivocado muchas veces en la vida y has tomado malas decisiones pero eso no te convierte en uno. El problema aquí es que ninguno de los dos dará su brazo a torcer y el orgullo será lo que los separe, no las mentiras.
V: quiero que demuestre un poco de interés, ¿tan difícil es?
AS: ¿para qué? Para salir corriendo en cuanto se acerque. ¡Tú lo que tienes es miedo de amar! Tienes miedo a salir lastimada y por eso prefieres alejarlo con pretextos estúpidos.
V: ¿no te parece que después de todo lo que hemos vivido, es normal que sienta miedo? No sé si realmente estamos seguras, aún tengo la paranoia de los últimos 35 años.
AS: pero no puedes vivir siempre así, tienes que arriesgarte. ¡Por Dios, Ale! La vida no va a detener su curso porque tú sientas paranoia. La vida sigue y no le importa si te deja atrás... mírame a mí, soy el claro ejemplo de eso. Mi hija nació y creció sin importar que yo la añoraba y que me dolía no tenerla. ¡El mundo no se detiene por el dolor que uno sienta! Deja ya de hacerte víctima y ponte las pilas. ¡Tienes que seguir tu vida y pensar muy bien lo que quieres hacer porque tampoco puedes jugar con los sentimientos ajenos!
Óscar y Leonela se miraron sorprendidos. Era la primera vez, en muchos años, que alguien le hablaba tan crudamente a Victoria. Inclusive, Sofía y Zara se quedaron mudas al escuchar a Ana hablarle así.
AS: así que escúchame muy bien, esta noche vas a pensar con mucho detenimiento qué es lo que quieres y después veremos qué haremos respecto a todo el desastre pero lo primero es que definas cómo quieres seguir tu vida: con Dionisio, sin él, con tus hijos, sin ellos o sola por completo con los tres pequeños. ¿Quedó claro, Victoria Alejandra?
V: quedó claro, Ana (seria).
*Jet*
Dionisio no dejaba de darle vueltas a la situación, ¿qué era lo que estaba haciendo mal? Una y otra vez traía a su mente las interminables discusiones y los miles de problemas repasando todas sus acciones y palabras. Entonces... sólo entonces se dio cuenta de su terrible error.
D: creo que ya sé por qué las cosas nunca han funcionado y ella está furiosa con mi actitud.
El resto le prestó atención y se acercaron a él.
F: ¿de qué hablas, Dionisio?
D: ¿se han dado cuenta de lo que ha sucedido entre nosotros desde el momento que recibimos los papeles en la mansión?
Max: discusiones y reproches pero ¿qué tiene eso que ver?
D: ¿se acuerdan qué pasó cuando yo le mentí y nos reconciliamos en Miami?
M: ella te perdonó de inmediato... muy fácil, para nuestro gusto.
D: me perdonó pero aceptó escuchar mis explicaciones y fue cuando hablamos...
>>Flashback<<
D: Victoria por favor, sólo te pido que me escuches, necesito que hablemos y después ya no te volveré a buscar si es lo que tú quieres, si estoy aquí es por una causa importante pero después te dejaré en paz como me lo pediste ese día (ella sólo lo miró) ¿se puede?
V: tienes cinco minutos, ¡no más! (Seria).
Dionisio la guio hasta el sillón para poder hablar y fue entonces cuando se decidió a contarle absolutamente todo lo que había sido su vida. Inclusive, le tuvo que decir lo que realmente había pasado con Hugo la noche en que discutieron, cuando terminaron.
D: sé muy bien que no te merezco pero eres lo único bueno que me ha pasado en la vida y no quisiera perderte. Intenté que con mi mentira todo estuviera bien entre nosotros y creo que resultó peor pero te amo. Eso no lo dudes nunca y por ti es que he hecho muchas cosas que no debería (con algunas lágrimas).
V: (lo abrazó) no digas que no me mereces Dionisio. Eres el único que tiene todo el derecho de merecerme porque a pesar de cualquier mentira siempre fuiste un caballero y me demostraste mucho amor (sonriéndole) de hecho, no dejas de hacerlo y no me vas a perder.
D: ¿cómo? (Sorprendido).
V: como escuchaste, desde la noche en la que te hirieron me di cuenta de que te juzgué muy rápido y no tenía derecho.
D: ¿cómo que no tenías derecho? (Confundido).
V: no porque en un momento hice lo mismo que tú durante mi matrimonio con Osvaldo (él la miró con sorpresa). Creí que ocultándole que tenía una hija perdida y todo lo que había padecido en mi vida podría estar tranquila pero por desgracia, cuando eso se descubrió, mi matrimonio se perdió a pesar de todos mis esfuerzos por recuperarlo (nostálgica).
D: eso nunca me lo habías contado y estoy sorprendido, no me imaginé que tú también hubieras hecho algo así.
V: por eso te entendí, en el momento me molesté mucho y me sentí herida y traicionada de nuevo pero después pensé fríamente las cosas y me di cuenta de que en muchas ocasiones tú me dabas a entender las cosas pero no me di cuenta.
D: entonces ¿por qué te fuiste? (Desconcertado).
V: porque Hannah me prohibió tener cualquier tipo de contacto contigo, me dijo que no me permitiría volver a acercarme a ti aun en contra de mi voluntad.
D: (ahora entendía todo) y ¿sabes qué?, se lo agradezco en el alma porque lo hizo por tu bien.
V: ¿qué? (Desconcertada).
D: realmente ninguno de ellos sabía en ese momento que ya me había salido del negocio pero normalmente cuando hay un problema así, hay acciones en tu contra nuevamente y evitaron que pudieran hacerte daño (abrazándola).
Victoria correspondió al abrazo y durante unos instantes permanecieron, juntos y rodeados de silencio, cada uno con sus pensamientos.
>>Fin Flashback<<
F: ella te escuchó y te dio la oportunidad de defenderte (reaccionando), entendió tu situación y decidió seguir a tu lado mientras tú le reprochaste y jamás la entendiste de verdad. No te pusiste en sus zapatos nunca.
D: exactamente y quiero que me escuchen con atención. Desde el momento en que pisemos México nos encontraremos en mi territorio, así que haremos las cosas a mi manera.
K: pero cualquier error...
D: lo asumiré como debe ser pero comprendan que, en este momento, Victoria está en México y para mí sigue siendo la mujer de la que me enamoré en este mismo país. No sabemos exactamente dónde se encuentra pero tengo opciones. Confíen en mis instintos y en mi amor por ella.
S: está bien, Dionisio pero, por favor, haz las cosas bien. Tienes una sola oportunidad para convencerla.
D: y tengo el plan perfecto porque si hay algo en esta vida que sé hacer muy bien es conquistar a una mujer (sonrió con picardía).
I: no creo que sea tan sencillo.
D: no... la primera vez no lo fue pero ya recorrí este camino y puedo hacerlo mejor.
M: a mí me van a disculpar todos pero no quiero ser parte de esto.
D: María...
M: no, Dionisio. No estoy en el mejor momento y no quiero verla.
D: no puedes ser injusta, tu madre se equivocó pero nunca te ha fallado. Puedes pensar lo contrario y puedes decirlo pero en el fondo de tu corazón sabes que tengo razón. Además, ¿por qué vas a seguir desperdiciando el tiempo? Ella te entregó a un orfanato, es cierto, pero desde el día en que regresaste a su vida ocupando el lugar de su hija, no ha hecho nada diferente a protegerte o amarte. ¿Me equivoco?
M: no, pero...
D: no hay pero que valga, María. Ella es la mujer que te dio la vida y así te pongas de cabeza, eso no va a cambiar. Existes en este mundo gracias a ella. No me digas más, sólo piénsalo. Aún hay horas de vuelo para que todos pensemos bien qué diremos y qué no. Hay cosas que no vamos a poder cambiar y sólo podemos mirar hacia adelante. No tenemos otra opción.
Después de eso, nadie replicó una palabra más y Dionisio aprovechó para explicarles cuál era el plan que había trazado en su mente.
*Varias horas después*
*México, Mansión Ferrer - Gutiérrez*
Durante ese tiempo, todos platicaron sobre el pasado y las dudas que los asaltaban. Aún no comprendían muchas cosas pero lo que les quedaba claro era que Ana Paula había llegado a la vida de todos desde mucho tiempo antes del encierro de Ana Sofía.
V: ya no quiero seguir hablando del tema, por hoy ha sido suficiente, ¿no creen?
AS: estoy de acuerdo, además, ya es muy tarde (mirando la hora), son casi las dos de la mañana.
Os: lo mejor será irnos a descansar.
V: concuerdo con Óscar así que vamos a que te instale en alguna habitación (a Ana Sofía).
Leo: pero, por favor, Ale, no duermas en la habitación principal.
AS: ¿por qué no?
Leo: ahí fue donde todo el problema con Dionisio comenzó hace casi dos años y todo está como lo dejaron, hay sangre, ropa tirada, algunos papeles y...
AS: ¡no se dirá más! Dormirás conmigo por esta noche y mañana veremos qué hacer con esas cosas.
Todos se despidieron y se fueron a las respectivas habitaciones. Ana Sofía y Victoria se quedaron en una de huéspedes de la planta alta que tenía puerta a la terraza y se pusieron a platicar un rato más.
*Hangar en México*
Fr: bien, ya estamos aquí, ¿ahora qué?
D: Fernanda tiene las llaves de la mansión Sandoval y allá pasaran la noche ustedes mientras yo me voy a la casa a hablar con Victoria.
K: ¿irás solo?
D: primero necesito hablar yo con ella. Todos ustedes están resentidos con ella y no pueden verla en ese estado. Les pido que me dejen intentarlo a mi manera y si no funciona, ustedes deciden cómo se hace. Mañana a medio día, si no he dado señales de vida, los espero en la mansión donde vivíamos, ¿de acuerdo?
S: ¿cómo estás tan seguro de su paradero?
D: instinto... no lo sé. Lo único que tengo claro es que sólo existen dos posibles lugares para encontrarla, la mansión o el departamento. En este momento no regresará a la mansión Sandoval ni a la empresa.
Is: ojalá tengas razón.
D: los veo mañana.
Dionisio se despidió, se subió a la camioneta que había pedido que se tuviera lista para cuando llegaran y se encaminó a su antiguo hogar rogando encontrar a Victoria.
*Mansión Ferrer - Gutiérrez*
AS: ¿estás bien?
V: no... a ti no puedo mentirte. No estoy bien y no sé cuándo vaya a estarlo pero me debo reponer. Mis hijos me necesitan.
AS: ¡cómo se te ocurrió enamorarte! Todavía no me cabe en la cabeza, Ale. No puedo creer que la chica que siempre hablaba de la soltería, de lo perfecta que sería su vida sin hijos, hoy tenga casi ocho.
V: (riendo) yo tampoco sé qué pasó. No hay forma de explicarlo... bueno, el idiota de Dionisio tuvo la culpa.
AS: ¿cómo?
V: él es el hombre de la fiesta de disfraces, ¿lo recuerdas?
AS: ¡no puede ser! (Sorprendida). ¡Qué pequeño es el mundo, Ale!, ¿cuándo lo supiste? Porque allá afuera me dijiste de todo menos cómo entró a tu vida y cómo te enamoró.
Victoria le explicó lo que había pasado desde que lo conoció y cada uno de los detalles que tuvo, el problema del departamento cuando llegó "ella" (Isadora) y lo que sucedió cuando llegó el sobre con los papeles.
AS: bueno... debo reconocer que el hombre ha hecho su esfuerzo aunque no es el esperado. Debes comprender que tú también te equivocaste.
V: soy muy consciente de eso pero hubiera querido que me escuchara.
AS: te dio la oportunidad de decirle las cosas.
V: no lo entiendes... me refiero a que no sólo lo oyera, sino que lo escuchara, ¡que me prestara atención! Estoy segura que no entendió las cosas y que sólo explotó en coraje.
AS: mira... sé que no soy nadie para decirte esto pero, en cierta forma, le doy la razón (suspiró). Esto que nos pasó fue culpa de las dos y no fue correcto. Aunque intentemos justificarnos, no debimos mentir y manipular tanto.
V: es cierto, no puedo contradecirte. Leonela tiene razón en decirme que el Vaticano no me va a santificar por lo que hice pero, en su momento, creímos que era lo correcto.
AS: lamento mucho haber echado a perder la vida de las dos (con culpa y remordimiento).
V: ¡hey! (Le tomó las manos), no fue tu culpa, Annie. Ambas decidimos hacerlo, no me obligaste a nada y si perdí todo fue por mis malas decisiones. Debí ser honesta desde el principio.
De momento, escucharon ruido en el exterior de la casa. ¿A quién rayos le habían llevado serenata a esas horas y en un vecindario tan tranquilo?
AS: ¿y eso? (Sorprendida).
V: no lo sé pero tampoco me interesa averiguarlo. Sabrá Dios quién es el idiota que trajo serenata creyendo que con eso va a lograr cogerse a alguien (con cierto tono de celos y envidia).
AS: (soltó una carcajada) no seas aburrida ni amargada, ven, vamos a asomarnos.
V: Ana, no es para nosotras, qué nos importa para quién es.
Ana Sofía ignoró a Victoria y se encaminó a la ventana para observar con cautela quién era la afortunada a la que le llevaban gallo a esas horas. Sin embargo, al mirar al culpable, se dio cuenta de quién era la persona a la que iba dedicada.
AS: Ale... creo que deberías asomarte (nerviosa pero emocionada) porque el idiota que trajo serenata para cogerse a alguien dudo mucho que lo haga con dedicación a Leonela o a mí.
V: ¿qué dices? (Entendiendo quién era). ¡Es imposible!
AS: acércate a la ventana y comprueba por ti misma que no es imposible. Dionisio está allá afuera con un ramo hermoso entre las manos.
Victoria sintió que el corazón le latía a mil. Se levantó de la cama con cautela y se acercó a su hermana. Respiró profundo y se asomó muy poco, logrando visualizar la figura de Dionisio. El pulso se le aceleró más.
AS: ¡vaya! Veo que Leonela y Óscar tenían razón... ese imbécil está enamorado y te va a buscar en el fin del mundo si es necesario pues mira que seguirte desde Santorini es una locura.
V: ¡ni siquiera sabemos si estaba allá!
AS: haz cuentas, ¡no seas estúpida! Está claro que después que te marchaste, él tomó un vuelo y salió detrás de ti. ¡No era esto lo que querías! (Molesta).
V: no sé qué hacer (reconoció abrumada).
AS: por el momento, disfruta el detalle y ya después decides si dejas que te vea o no (le sonrió cómplice).
Ella sonrió de vuelta y se quedaron en silencio disfrutando de la letra...
"Nadie... como ese ser que yo amé alguna vez,
Hoy simplemente forma parte de mi ayer,
Mas hoy yo siento sus caricias en mi piel, así...
Nadie, con esos ojos que me miran desde lejos,
Como esa musa que entibiaba mi tristeza,
Con esa boca de ternura tan audaz, ¿por qué?
Vuelve a mí... que solo y triste me quedé sin ti,
Y vivo sin hallar a quién querer,
¡Escúchame, mi amor!
Vuelve a mí... que solo y triste me quedé sin ti,
Y vivo sin hallar a quién querer,
¡Escúchame... mi amor!
-
Nadie, con esos ojos que me miran desde lejos,
Como esa musa que entibiaba mi tristeza,
Con esa boca de ternura tan audaz, ¿por qué?
Vuelve a mí... que solo y triste me quede sin ti.
Y vivo sin hallar a quién querer,
¡Escúchame, mi amor!
Vuelve a mí que solo y triste me quede sin ti.
Y vivo sin hallar a quien querer,
¡Vuelve mi amor!" (1)
La música cesó sorprendiéndola una vez más...
D: ¡Victoria, te amo! No estoy dispuesto a perderte y si tengo que cruzar un infierno por recuperarte, te juro que lo voy a hacer (se atrevió a gritar entre lágrimas).
(1) Canción "Vuelve a mí" de Alejandro Fernández.
*Continuará...*
¿Cómo convencerá Dionisio a Victoria de hablar? ¿Los muchachos la perdonarán? ¿Dónde está Osvaldo? ¿Recuerdan a Linda, qué habrá sido realmente de ella?
¡MIL GRACIAS POR TODOS SUS HERMOSOS COMENTARIOS! NO SABEN CÓMO SE LOS AGRADEZCO. ¡ES UN GUSTO ESCRIBIR PARA USTEDES!