LVIII. Revelaciones

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*Hola. Aquí les traigo un capítulo que seguramente han estado esperando. Las respuestas a muchas "inconsistencias o incoherencias" de la historia, están en este episodio. Ha sido complicado llegar a esto pero creo que ha quedado a la altura de sus expectativas, el siguiente es la continuación. Es un capítulo bastante largo y les pido paciencia. Tengo mucho trabajo encima pero no las abandonaré por mucho tiempo (espero).*

DISFRUTEN SU LECTURA...

O: calla, no hagas un escándalo (cerró la puerta con cautela). Vine en cuanto pude para advertirte que Luis sigue vivo. Ese hombre ha perdido la cordura, quiere tu cabeza y la de Dionisio por la muerte de Ana.

V: si alguien te ve aquí querrán matarte (preocupada).

O: ambos sabemos que no me pueden hacer nada, todo ha sido un teatro montado por los dos. Debo reconocer que supiste ser una gran aprendiz y superaste al maestro de la actuación (le sonrió).

V: (correspondió a la sonrisa) ven acá, ayúdame a levantarme y a cambiarme, en el camino te explico lo que vamos a hacer.

O: ¿cómo? (Acercándose a ayudarla).

V: hay cosas que nadie más sabe y no debe saber por este momento pero no tengo tiempo, Pedro no debe tardar.

Se terminó de vestir con un pants completamente blanco que había en la habitación, tomó las llaves del cajón y salieron del cuarto.

O: ¿algo grave pasa?

V: sí pero no durará mucho tiempo y tú me vas a ayudar. Te prometo que es el último lío en el que te meto.

O: sabes que por mí no hay problema pero ¿no se darán cuenta? Aún no te firman el alta.

V: ¿de verdad me crees tan estúpida? (Le sonrió).

Sin embargo, Victoria no contaba con la presencia de Irma. Alentó a Osvaldo a continuar y esperarla en el estacionamiento.

Ir: ¿a dónde demonios vas, mujer?

V: no es de tu incumbencia, Irma. No te metas, no quiero lastimarte.

Ir: sabes bien que no puedes hacer esfuerzos.

V: entonces no provoques una tragedia (suspiró) déjame resolver los últimos cabos sueltos que tengo. No pienso hacer cosas que me hagan daño.

Ir: Victoria, me estás pidiendo que mienta por ti.

V: una última vez, es todo lo que pido (suplicó nerviosa, el tiempo corría).

Ir: tienes dos minutos para irte, diré que te vi partir con un hombre, ¿quién es?

V: la curiosidad mató al gato (le sonrió) gracias, no te vas a arrepentir.

Victoria no dijo más y se encaminó al estacionamiento donde Osvaldo la estaba esperando. Le pidió que se agachara y que sacara las llaves de la llanta, subieron al vehículo y partieron del lugar.

*Paralelamente*

*Sala de espera*

Ese día, todos se habían reunido nuevamente en el hospital porque Pedro había dicho que la posibilidad de que Victoria saliera, era alta. Todo dependería de ella. Cuando lo vieron aparecer en el pasillo, no dudaron en abordarlo de inmediato.

Fr: Pedro, ¿cómo está mi hermana?

P: físicamente está muy bien pero me llama la atención su actitud.

Is: ¿por qué?

P: no te alarmes, Isabel. Creo que tu hija por fin ha comprendido cómo es la situación y cuál es el camino que debe seguir.

El Sabor del Pecado IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora