Epílogo

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*Hola. Muchas gracias por todos sus comentarios. Aquí les dejo la última parte de la historia y nos seguiremos leyendo en las otras historias. ¡Gracias por todo!*

DISFRUTEN SU LECTURA...

*Luna de miel*

Después de haberse dado el sí frente al altar, Dionisio sólo contaba las horas para poder estar a solas con su, ahora, esposa. Victoria se había pasado toda la fiesta coqueteando con él sin piedad y el hombre estaba desesperado por encontrarse a solas con ella. Ambos habían decidido que no viajarían a ningún lado... lo más importante para ellos era estar juntos, así fuera en el fin del mundo.

Victoria estaba acompañada de Ana Sofía y Leonela cuando Dionisio se acercó.

D: señoras... perdonen que las moleste pero es necesario que me robe a la novia, ¿les molesta?

AS: para nada... ¡mírate, nada más! Te urge estar a solas con la novia (burlona).

Leo: estás a nada de volverte loco (rieron). ¿Qué pasaría si no queremos prestártela?

V: ¡ya, párenle! Dejen en paz a Dionisio (seria). Además, ya es hora de que nos vayamos.

AS: sí, claro. ¡No sé quién de los dos está más urgido!

V: ¡estúpida! (Rieron). Las veremos mañana. Buenas noches.

Dionisio la tomó de la mano y se escaparon de la fiesta ante la mirada complacida de más de uno. Se subieron a una de las camionetas y subieron la pared de privacidad para que el empleado no los observara de camino al hotel, que habían elegido para su primera noche como marido y mujer, los mimos y los arrumacos no dejaron de estar presentes.

D: no tienes idea de cuánto te deseo (su voz la estremeció).

V: créeme que es mutuo pero quiero que lleguemos al hotel, ¡no seas ansioso!

D: ¡tú tienes la culpa! Estuviste jugando conmigo toda la fiesta (sonriendo pícaro), ¡no te hagas la inocente!

V: ¿yo? No sé de qué hablas (siguiendo su juego).

D: te voy a demostrar de qué estoy hablando.

Dionisio se acercó a ella peligrosamente y la besó. Victoria correspondió con pasión y deseo mientras él dejaba vagar su mano entre la falda del vestido para llegar a un sitio de gloria para él. Cuando alcanzó a tocarla, Victoria se arqueó de placer y una oleada de calor la recorrió internamente. Su marido supo en dónde y cómo acariciarla para llevarla a la cima.

D: y eso sólo es el principio (le susurró al oído mientras ella intentaba recuperarse).

Victoria lo abrazó y volvió a besarlo. Estuvieron jugando y encendiendo la pasión hasta que llegaron al hotel. Dionisio ayudó a Victoria a bajarse de la camioneta y subieron a la habitación.

 Dionisio ayudó a Victoria a bajarse de la camioneta y subieron a la habitación

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El Sabor del Pecado Iحيث تعيش القصص. اكتشف الآن