El Sabor del Pecado I

LIX. Amor propio

*Hola. ¡Gracias por todos sus comentarios! Me alegra haber logrado el propósito causar sorpresa con el giro de la historia. Es complicado, pónganse un poco en el lugar de ellos. Sin embargo, vamos saliendo del hoyo y todo tiene razón de ser en la historia. Pensé que ya estaría terminando la historia pero hay varias cosas pendientes de aclarar. Si aún tienen alguna duda por aclarar, es el momento de decirlo para que vea si hay forma de explicarla en la historia. Este episodio es un poco triste... pero quiero proyectar también otras cosas en el personaje. No les mareo más con mi explicación.*

DISFRUTEN SU LECTURA...

En la sala, todos estaban sollozando en diferentes formas. El único que se encontraba bien era Osvaldo. Él sólo los observaba sin saber qué hacer o qué decir, sentía que estaba fuera de lugar pero esposado era imposible hacer algo o irse del lugar.

Max: ¿por qué no dijiste nada nunca, papá? (Entre molesto y decepcionado).

O: entiende que no era mi papel. Tu madre... bueno, Victoria, me había pedido silencio y yo no podía traicionar eso.

F: (corrió a abrazarlo entre sollozos) tú no podías ser una mala persona, ¡no sabes el alivio que me da! Te adoro, papi.

O: mi princesa (intentó corresponder al abrazo) tú y tu hermano son lo mejor que me ha pasado en la vida. Bueno... debo reconocer que conocer a tu madre y a María fue toda una aventura que nunca planeé.

M: no es divertido (estaba herida).

O: sé que estás dolida, María, pero quiero que sepas que tu madre nunca dejó de estar al pendiente de ti y que siempre se ha sentido muy culpable de negarles tanto a ti como a Iván la oportunidad de criarse con ella pero son lo más valioso que tiene. No quería ponerlos en peligro y sé que dejarlos solos no tiene justificación posible pero hay momentos en la vida que realmente nos ponen en aprietos.

M: ¡pero me cambió por una hermana que ni siquiera llevaba su sangre! (Dolida).

O: no... tal vez Ana Sofía no llevaba su sangre pero fue una mujer maravillosa con tu madre mientras la enfermedad no causaba estragos tan graves. De hecho, aún con todos los problemas, hubo momentos lúcidos en ella que la hicieron disfrutar cosas increíbles con tu madre.

M: ¿ah sí, como qué?

O: cuando estuvo embarazada de ti. Ana Sofía y ella se veían en Estados Unidos. Mucha de la ropa que tenías te la regaló ella y hay un álbum de fotos entero entre ellas dos. (Suspiró) Sé que no comprenden bien el contexto porque realmente es muy complicado pero ellas pasaron momentos increíbles y también muchos terribles. ¿Crees que tu madre hizo todo esto porque sí? No, María. Alejandra quiso mucho a su hermana y sabía que Luis la estaba manipulando, intentó arreglar las cosas y ayudarla en lo que pudo pero las cosas se salieron de control y cuando Fer llegó a nuestras vidas esa relación estaba completamente fragmentada. Ya no tenía el remedio que tu madre creía y por más que lo buscó, nunca lo consiguió. ¡No quiso arriesgar tu vida, no puedes ser tan injusta! Max jamás fue un peligro porque Ana no lo quería... decía cosas malas por herir a tu madre. Esa mujer fue manipulada y puesta en contra de Ale. No seas tan dura.

Is: ¿te estás escuchando? (Desconcertada). Estás defendiendo algo indefendible, Osvaldo.

Fr: ¡por Dios! Mi hermana cruzó todo límite y toda decisión sensata. ¡Nos puso en riesgo a todos! (Rencoroso).

K: ¡oh, vamos! Tengo que entrar en su defensa. ¡No eres un santo! Cuando ella me contaba sobre su "salvador", no era para darme información completamente de admiración. Tú también te equivocaste y decidiste proteger a quien no debías en el proceso. No puedo creer que seas tan egoísta pero bueno... ¡me quedó claro cuando no quisiste arreglar las cosas conmigo! Eres un verdadero idiota. Ahora entiendo por qué nunca te tuvo la confianza para decir esto.