El Sabor del Pecado I

XII. ¿Enamorados?

*Mañana siguiente, 12:00 pm*

*Casa de Carlos y Daniela*

La fiesta había terminado a las 5 am y ellos apenas iban despertando. María fue la primera en ver el reloj y saltar preocupada despertando al resto.

M: Max, Fer (moviéndolos) despierten, son las doce del día, mi mamá nos va a matar.

Max: (despertó de golpe) ¿qué cosa?

F: ¡ay, no!, mi mamá no nos dejará salir como en un mes.

Max: entonces ya para qué nos preocupamos, mejor hagamos las cosas con calma, a fin de cuentas ya nos llevamos un buen regaño.

M: y el hecho de que no ha llamado es una buena señal (checando su celular).

F: y en últimas recurrimos a Antonieta para que nos ayude a obtener el indulto (riendo).

*Mansión Sandoval*

Dionisio fue el primero en despertar y al ver la hora casi le da un infarto, eran las doce y los hijos de Victoria llegarían en cualquier momento.

D: (despertándola con besos) Victoria, Victoria despierta que ya es muy tarde.

V: (soñolienta) otro ratito.

D: (riendo) Victoria son las doce del día.

V: (se despertó) ¿qué cosa?, mis hijos deben estar por llegar.

D: ya lo sé por eso te desperté porque estamos en una posición algo extraña (riendo).

Era cierto, seguían unidos íntimamente y abrazados porque no tenían cobija.

V: (se sonrojó toda) ah... sí, es un poco extraña (escondió la cara en la curva del cuello masculino).

D: (riendo) pero no te preocupes si quieres cierro los ojos para que te puedas levantar.

V: no te burles Ferrer, mejor pásame mi bata que está ahí (señalándola) y te queda más cerca a ti.

D: está bien (sonriendo).

Dionisio le pasó la bata y le ayudó a ponérsela, después se separaron con cuidado y él se vistió con el bóxer.

V: (miró el reloj) son las doce en punto y esos tres no han llegado.

D: (la abrazó por atrás) veamos el lado positivo, no tienes que dar explicaciones de nada (le dio un beso en el cuello).

V: pues sí es cierto pero quedamos en algo así que me van a oír cuando lleguen.

D: no los regañes, piensa que nos hicieron un favor, sólo pregúntales por qué su tardanza.

V: ¿ahora resulta que vas a abogar por ellos? (Más sorprendida).

D: ¿por qué no?, gracias a que ellos salieron yo pude platicar contigo y arreglar las cosas (sonriendo) ¿entonces qué, se las perdonas?

V: está bien, se las perdono pero ahora tienes que irte porque no han de tardar y de verdad no quiero dar explicaciones o por lo menos no todavía.

D: lo que tú digas (le dio un beso).

Dionisio se vistió y ayudó a recoger el desastre de la noche anterior. Después Victoria lo acompañó a la puerta, se despidieron y se fue de ahí. Victoria subió a darse un baño y a vestirse, a la hora llegaron los muchachos.

Max: (nervioso) ya llegamos mamá.

V: (bajó las escaleras) bonita hora para llegar ¿verdad?

M: perdónanos mami pero es que la fiesta acabó muy tarde y justo a las doce nos despertamos, en lo que desayunábamos, nos vestíamos y veníamos se nos hizo tarde (justificándose).