LXIII. Vuelve a mí

976 99 17
                                    

*Hola. Aquí les traigo un capítulo que desata lo que están esperando... ¡Muchas gracias por todos sus comentarios! Alientan a que siga escribiendo y posteando historias. Sé que voy atrasada con las otras dos pero me enfocaré a cada una y ésta, en particular, está en la recta final así que será la más actualizada.*

DISFRUTEN EL CAPÍTULO...


SA: ¿estás... viva? (Se sostuvo de Óscar).

Ana Sofía se quedó en silencio observando a su hija, ¡eran muy similares! Era hermosa. Por primera vez en 15 años la podía ver. Mientras tanto, Victoria intentaba reaccionar.

V: sé que están un poco confundidos pero vamos a la casa, tenemos que hablar.

Leo: ¿te parece que tenemos que hablar? (Un poco alterada). ¿Me quieres explicar por qué el teatro con las cenizas? Otra vez estás jugando y mintiendo.

AS: ¡hey! Cálmense, ¿quieren? (Reaccionó). Ale no les ha mentido en nada... las cosas son más complicadas de lo que parecen y no creo que tengas calidad moral para cuestionarla, Leonela.

Eso los dejó sorprendidos. ¿Qué había sucedido? Respiraron profundo. Dieron media vuelta para ingresar a la sala de la casa y se sentaron todos. Se hizo un silencio momentáneo hasta que Sofía comenzó a hablar.

SA: bien... ¿cuál es la explicación a todo esto, mamá? (Mirando a Victoria). Porque honestamente no entiendo nada y no quiero sacar conclusiones.

AS: y está bien que no las saques (calma y con nervios). Tu... madre no tiene la culpa de esto. En realidad, ninguna de las dos.

V: Las notas, los sobres y la fotografía me las envió ella. No lo sabía... bueno, sospechaba que ella era la autora por el dibujo, la frase y lo escrito en las notas pero no podía creer que eso fuese cierto. ¡Se suponía que estaba muerta y era una locura pensar lo contrario! Sin embargo, cuando las máquinas me dieron los resultados, el tiempo de su muerte no cuadraba con el de creación así que me fui a la dirección que estaba ahí para obtener respuestas.

Os: ¿por qué no nos dijiste nada?

V: no quería que fueran conmigo. La verdad me daba miedo saber lo que había detrás de esos mensajes. Pensé que eran amenazas y que alguien estaba jugando una mala pasada.

Leo: pero, no entiendo, ¿a quién mataste entonces?

V: a Ana Paula, la hermana gemela de Annie.

Leo: ¿están de broma? (Sorprendida). ¿Cómo es que no te diste cuenta de que había una gemela?

AS: no sabemos qué pasó realmente... todavía estamos tratando de averiguar cómo sucedieron las cosas, Leo. Lo único que sabemos es que hace 15 años me encerraron en el hospital psiquiátrico y después de eso, la vida de ambas se volvió un infierno espantoso... ¡realmente espantoso!

SA: entonces, ¿no he convivido contigo? (Confundida).

V: mi amor (se acercó a ella y le acarició el rostro), me temo que te utilizaron como un arma en contra de las dos. Annie, tu madre, no te abandonó y tampoco me entregó la custodia legalmente hablando. Todo fue manipulación. Ella se moría por conocerte, desde tu nacimiento ella no te pudo ver. No te conocía. Es la primera vez que te puede ver.

Sofía las observó confundida y nerviosa. Algunas lágrimas inundaron sus ojos y se abrazó a Victoria. Ana las miró con ternura y suspiró... les quedaba un largo camino por recorrer. Se acercó lentamente y acarició el cabello de su hija.

AS: sé que soy una desconocida en este momento pero te amo más que a mi vida y prometo ser paciente para ganarme tu confianza y tu afecto como lo que soy, tu madre. No pretendo que dejes de querer a Ale, ella ha sido tu madre y no soy nadie para cambiarlo pero puedes tener dos mamás (le sonrió entre lágrimas).

El Sabor del Pecado IWhere stories live. Discover now