XL. Un gran sacrificio

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*Departamento de Isadora*

Luis había accedido a acompañar a Isadora a su departamento para que le explicaran el plan que tenía en mente junto con otras dos personas más. Sin embargo, al llegar se percató que Norberto y Osvaldo no habían regresado de resolver sus "asuntos".

L: tienes un bonito departamento.

I: (lo miró mientras sacaba los papeles) gracias. (Le extendió el sobre) ¿Son ciertos?

L: (observó el contenido del sobre con asombro) ¿cómo obtuviste esta información Isadora?, se supone que es confidencial.

I: (soltó una carcajada) ¿todavía crees en la confidencialidad de los documentos?

L: es en serio, tener acceso a esta información es imposible, ¿cómo lo lograste? (Más serio).

I: (suspiró) tengo contactos en tu bella organización (irónica) así que me ayudaron a encontrar la información que el detective ya había comenzado.

L ¡así que hasta detective contrataste! (Pensativo). ¿Tanto la odias?

I: (jugaba con su copa) me quitó al hombre con el que soñé compartir mi vida hasta la muerte. Lo enamoró. Lo alejó de mí (le dio un trago a su bebida). ¡Pero te juro que se va a arrepentir!

Luis la miró sorprendido. Ahora se daba cuenta que una mujer despechada era capaz de todo. Después de unos minutos de silencio.

L: ¿qué piensas hacer con esto?

I: mandárselos a Dionisio. Quiero que sepa qué clase de mujer se consiguió (sonrió con malicia).

Luis sonrió y alzó su copa para brindar con ella. El fin de Victoria estaba muy cerca...

*Parque de la Iglesia*

Óscar les explicó que durante las últimas semanas Victoria había estado muy nerviosa, con llamadas extrañas y con demasiado dolor en el vientre.

Max: ¿por qué no habías dicho nada?

Os: porque no me había puesto a pensar con detenimiento en todo lo que hacía. Hasta ahora comienzo a preguntarme quiénes eran esas personas y por qué siempre se alejaba al contestar sus llamadas.

D: ¡esto debe ser un malentendido!

De momento, Hugo llegó hasta ellos con un semblante lleno de angustia.

Hu: ¿cómo están las cosas?, ¿tienes todo listo? (A Dionisio).

D: todo está mal. Victoria ha desaparecido y sin dejar ningún rastro. Nadie sabe nada de ella (agobiado). ¿Tú sabes algo?

Hu: no. Te juro que no sé nada. Vengo llegando del aeropuerto. Me dijeron que tú estabas aquí pero, ¡vamos hombre!, no sería capaz de hacerte una canallada así.

Max: necesitamos pensar con la cabeza fría o todo estará perdido. Tal vez haya algo que pasamos por alto y que nos dé pistas sobre su paradero.

Mientras ellos discutían, Norberto llegó en busca de Dionisio. Sin tener la menor idea de lo que ocurría.

D: (al visualizarlo) ¡Desgraciado! ¡Infeliz! ¡Traidor! (Tomándolo de las solapas). ¡Te lo di todo, animal!, y ¿así me pagas? (Lo golpeó).

N: (sacó el arma y le apuntó al cuello) ¡quieto Ferrer! Primero cálmate y segundo, explícame, ¿de qué demonios hablas? (Totalmente desconcertado).

Hu: (interviniendo) ¡no seas hipócrita, Norberto! Ten los pantalones para decirle que lo has traicionado. ¡Dile que viajas a Miami a reunirte con Osvaldo e Isadora para dañar a Victoria!

El Sabor del Pecado IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora