XV. Midiendo fuerzas

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¡Hola Chic@s! Me alegra que les guste la historia. Este es un capítulo que disfruté mucho al escribirlo. Espero que sea de su agrado y les agradezco mucho sus comentarios así como el que sigan la historia.

DISFRUTEN SU LECTURA...

O: ¿qué pretendes?, no pienso firmar estos papeles (Alzando la voz) ¡estás loca!

V: no, si no te estoy preguntando si los quieres firmar Osvaldo, te dije que LOS DEBES FIRMAR (Alzando por igual la voz).

O: ¿crees que es tan fácil? (Perdiendo más la paciencia).

V: no me interesa si lo es o no, te pondré claras las cosas, o aceptas firmar por la buena o nos vamos a juicio, piénsalo muy bien Sandoval, no te conviene el escándalo.

O: a ti tampoco (altanero).

V: es lo que menos me importa con tal de librarme de un animal como tú.

Para ese momento los muchachos ya llevaban presenciando más de media conversación, realmente atónitos de la valentía y actitud de su madre.

O: ¿animal? (Tomándola del brazo) ¡Cuida tus palabras!

V: (jaló su brazo) ¡no me hables así!, y sí, lo repito, ¡eres un animal!, jamás les habías pegado a nuestros hijos pero por defender a esa zorra lo hiciste ¿no?

Osvaldo la iba a abofetear pero Victoria le detuvo la mano mientras le lanzaba una mirada cargada de coraje, rencor y odio.

V: nunca en tu vida se te vuelva a ocurrir intentar si quiera ponerme una mano encima porque te vas a arrepentir (le aventó la mano) y ahora escúchame muy bien, estoy dispuesta a dejarte lo que quedó que son esas cinco propiedades y esta maldita casa a cambio de tu firma, no tengo más porque si lo tuviera también te lo daría pero si no aceptas, me voy a juicio donde demostrando tu infidelidad te dejaría en la calle como el perro infeliz que eres.

O: (la miraba con rabia y atónito) ¡cállate perra! (La cacheteó) ¡jamás te daré el divorcio!

V: (le regresó el gesto) ¡no me vuelvas a pegar Sandoval! Y ¿cómo no?, ¿pues no que estabas harto de mí?, ¿qué te impide firmar?, ¿no te morías de ganas por correr al lado de tu amante?

O: voy a seguir con mi amante pero a ti no te daré la libertad por puro orgullo (altanero).

V: (soltó una carcajada) no me hagas reír Sandoval, sabes muy bien que si me lo propongo te quedas en la calle y sin esposa e inclusive, no dudo que también sin amante (sonrió) así que piénsalo muy bien.

O: ¡es mi última palabra, no tengo nada más que decir! (Firme).

V: ¡cómo quieras!, te voy a dar un mes para que lo decidas por convicción mientras tanto, no pienso seguir viviendo bajo el mismo techo que tú. Esta es la casa de mis hijos y si se quieren quedar aquí están en su derecho pero yo no, ya me harté así que con permiso (tomando su bolsa) me voy, buenas noches.

Sin embargo Osvaldo la tomó fuertemente del brazo. La furia lo estaba invadiendo porque le parecía imposible que ella le hubiera ganado los planes y no lo pensaba permitir, debía ponerle un alto.

O: ¡te dije que no vas a ningún lado Victoria!, tú eres mi esposa y aunque no te guste no podrás cambiarlo. Tengo el poder suficiente para destrozarte tus planes así que mejor olvídate de la idea del divorcio porque no te lo voy a dar (echaba fuego con la mirada).

Los muchachos estaban entre asustados y nerviosos. Nada bueno podía resultar de unir el carácter de sus padres de esa forma. Alguno podía salir lastimado y lo más seguro es que ese fuera su madre pero realmente no sabían a qué atenerse.

El Sabor del Pecado IWhere stories live. Discover now