El Sabor del Pecado I

By Evil_Mar12

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Una noche de glamour y copas terminará en una venganza pasional. Sin embargo no todo quedará envuelto en las... More

I. El desfile
II. Dura de roer
III. Acalorados
IV. Fruto prohibido
V. Confusiones
VI. Reclamos
VII. Indiscreción
VIII. El ramo de rosas
IX. La otra mujer
X. Celos
XI. Juguemos con fuego
XII. ¿Enamorados?
XIII. ¿Amor o espejismo?
XIV. El divorcio
XV. Midiendo fuerzas
XVI. Complicaciones
XVII. Nido de amor
XVIII. Miedo a perderte
XIX. Cena inesperada
XX. Desesperación
XXI. El dolor de la verdad
XXII. Cayendo al precipicio
XXIII. Arrepentimientos
XXIV. Camino bloqueado
XXV. Complot por protección
XXVI. El viaje
XXVII. Corazón de hielo
XXVIII. La negación
XXIX. Nuevamente juntos
XXX. Caos en el desfile
XXXI. Enfrentamientos
XXXII. ¿Más secretos por descubrir?
XXXIII. Love is in the air
XXXIV. Doble bendición
XXXV. Personajes misteriosos
XXXVI. Conversaciones extrañas
XXXVII. Juegos de palabras
XXXVIII. Inminente peligro
XXXIX. ¿Doble vida?
XL. Un gran sacrificio
XLI. Nuevos lazos familiares
XLII. Cómplices
XLIII. ¿Quién será más inteligente?
XLIV. Mente maestra
XLV. Enfrentando el pasado
XLVI. ¿Cómo continuar...?
XLVII. Almas destrozadas
XLVIII. Reconstruyendo el camino
XLIX. Fuego cruzado
L. ¿Recuerdos perdidos?
LI. La mujer bajo el antifaz
LII. Conversaciones pendientes
LIII. Misteriosas actitudes
LIV. Una fiera y un demonio
LV. Recuerdos que matan
LVI. ¿Hermanos?
LVII. Decisiones
LIX. Amor propio
LX. Sofía Alejandra Ferrer Uriarte-Palma
LXI. Sol y luna
LXII. Pistas desconcertantes
LXIII. Vuelve a mí
LXIV. Comenzar de cero
LXV. El amor de mi vida
Epílogo
El Diamante Negro || El Sabor del Pecado II

LVIII. Revelaciones

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By Evil_Mar12

*Hola. Aquí les traigo un capítulo que seguramente han estado esperando. Las respuestas a muchas "inconsistencias o incoherencias" de la historia, están en este episodio. Ha sido complicado llegar a esto pero creo que ha quedado a la altura de sus expectativas, el siguiente es la continuación. Es un capítulo bastante largo y les pido paciencia. Tengo mucho trabajo encima pero no las abandonaré por mucho tiempo (espero).*

DISFRUTEN SU LECTURA...

O: calla, no hagas un escándalo (cerró la puerta con cautela). Vine en cuanto pude para advertirte que Luis sigue vivo. Ese hombre ha perdido la cordura, quiere tu cabeza y la de Dionisio por la muerte de Ana.

V: si alguien te ve aquí querrán matarte (preocupada).

O: ambos sabemos que no me pueden hacer nada, todo ha sido un teatro montado por los dos. Debo reconocer que supiste ser una gran aprendiz y superaste al maestro de la actuación (le sonrió).

V: (correspondió a la sonrisa) ven acá, ayúdame a levantarme y a cambiarme, en el camino te explico lo que vamos a hacer.

O: ¿cómo? (Acercándose a ayudarla).

V: hay cosas que nadie más sabe y no debe saber por este momento pero no tengo tiempo, Pedro no debe tardar.

Se terminó de vestir con un pants completamente blanco que había en la habitación, tomó las llaves del cajón y salieron del cuarto.

O: ¿algo grave pasa?

V: sí pero no durará mucho tiempo y tú me vas a ayudar. Te prometo que es el último lío en el que te meto.

O: sabes que por mí no hay problema pero ¿no se darán cuenta? Aún no te firman el alta.

V: ¿de verdad me crees tan estúpida? (Le sonrió).

Sin embargo, Victoria no contaba con la presencia de Irma. Alentó a Osvaldo a continuar y esperarla en el estacionamiento.

Ir: ¿a dónde demonios vas, mujer?

V: no es de tu incumbencia, Irma. No te metas, no quiero lastimarte.

Ir: sabes bien que no puedes hacer esfuerzos.

V: entonces no provoques una tragedia (suspiró) déjame resolver los últimos cabos sueltos que tengo. No pienso hacer cosas que me hagan daño.

Ir: Victoria, me estás pidiendo que mienta por ti.

V: una última vez, es todo lo que pido (suplicó nerviosa, el tiempo corría).

Ir: tienes dos minutos para irte, diré que te vi partir con un hombre, ¿quién es?

V: la curiosidad mató al gato (le sonrió) gracias, no te vas a arrepentir.

Victoria no dijo más y se encaminó al estacionamiento donde Osvaldo la estaba esperando. Le pidió que se agachara y que sacara las llaves de la llanta, subieron al vehículo y partieron del lugar.

*Paralelamente*

*Sala de espera*

Ese día, todos se habían reunido nuevamente en el hospital porque Pedro había dicho que la posibilidad de que Victoria saliera, era alta. Todo dependería de ella. Cuando lo vieron aparecer en el pasillo, no dudaron en abordarlo de inmediato.

Fr: Pedro, ¿cómo está mi hermana?

P: físicamente está muy bien pero me llama la atención su actitud.

Is: ¿por qué?

P: no te alarmes, Isabel. Creo que tu hija por fin ha comprendido cómo es la situación y cuál es el camino que debe seguir.

S: no entiendo, ¿a qué te refieres con eso?

P: lo mejor será que ella les explique cuando esté con ustedes.

D: ¿es malo?

P: por el contrario, yo diría que es un cambio muy bueno.

I: ¿qué sigue ahora?

P: ya comencé con los papeles del alta, muchacho, y en unos minutos más podrá irse con ustedes.

Ir: (apareciendo) dudo mucho que eso sea posible.

Todos la miraron con sorpresa e incertidumbre, incluido Pedro.

P: ¿por qué?, ¿se ha puesto mal de nuevo?

Ir: no... no fue eso. Una enfermera me dijo que la vio salir con un hombre al que nunca antes había visto.

D: ¿qué dices?

Fr: ¿estás segura de lo que dices, Irma? Victoria estaba muy delicada y no podía irse por su propio pie.

Todos se miraron preocupados pero Sergio conocía a Alejandra lo suficiente como para saber que no había actuado sola. Meditó las cosas por un momento y comprendió quién era su cómplice.

S: ¡qué imbéciles somos! Tú le estás ayudando, ¿verdad, Pedro? (Le apuntó con su arma). Todo esto que ha pasado en la semana es teatro. No has dejado que entremos a verla porque la estás protegiendo.

Pedro lo observó en silencio un momento.

P: (suspiró) lo lamento. No tuve opción. No sé qué está pasando ni qué está haciendo pero me dijo que era la última locura que haría.

Fr: pero estaba delicada de salud, ¿acaso estás loco?

P: no estaba delicada... eso fue sólo un pretexto que inventamos juntos para que no te metieras más de la cuenta.

Fr: ¿QUÉ DICES?

P: déjame explicarte las cosas, ¿recuerdas cuando llegó al hospital después de la pelea?...

>>Flashback<<

Pedro ingresó a Alejandra a urgencias mientras algunos agentes ingresaban por otras puertas y se armaba un alboroto.

P: ¿qué hacen aquí, no ven que tenemos una paciente grave?

V: (abrió los ojos con una sonrisa) tanto como grave no

P: ¡Alejandra! (Sorprendido).

V: ¡cállate y escucha! Sí estoy lastimada del cuello, me caí muy fuerte pero creo que la ropa amortiguó un poco el golpe. Considero que con un collarín por una semana será suficiente y hay algo más. Debes saber que estoy embarazada.

P: bueno, mujer, ¿tú estás loca?

V: un poco pero todo tiene explicación en esta vida. Necesito que salgas de la sala y que me dejes con los agentes. Tengo cosas que resolver.

P: no.

V: Pedro... no me hagas enojar. Realmente estoy harta de todo esto y lo que busco es tener un poco de paz y tranquilidad. Te prometo que será el último favor clandestino que te pida. Ayúdame.

P: me estás pidiendo que mienta.

V: un poquito (le sonrió). Pedro, tengo cosas pendientes que me pueden llevar a la ruina de nuevo. Sólo te pido unos minutos para que el teatro quede bien montado. ¡Vamos! No es la primera vez que haces algo así.

P: sí, pero me estás pidiendo que le mienta a Sergio y a Franco. ¡No se van a tragar el cuento tan fácil!

V: ambos sabemos que podemos hacer que se lo traguen sin problemas (le sonrió). Los conozco bien y el médico aquí eres tú. ¡Por favor, Pedro!

Pedro lo meditó en silencio un momento y después soltó un suspiro.

P: tú ganas. ¿Qué quieres hacer?

V: lo primero es que sólo se lo dirás a Franco en privado. Lo que le informarás es que el golpe o la caída no son tan graves pero que hay algo más, que estoy embarazada y que es de alto riesgo, que llegué con una amenaza de aborto por el forcejeo.

P: ¿cuánto tiempo tienes?

V: menos de tres meses... tal vez uno o dos, no estoy muy segura.

P: ya lo descubriremos pero ¿no te sientes mal, entonces?

V: en lo absoluto. Ahora, escucha, después de eso lo llevarás al cuarto donde vamos a hablar. Supongo que discutiremos fuerte, sé que me está escondiendo algo y quizá esta situación lo empuje a decirme la verdad. Además, hay algunos reclamos que debo hacerle (sonrió). "Me alteraré" dos veces. La primera cuando me confiese la verdad, necesito algo que con presionarlo dispare la presión y pueda confundirlo.

P: es peligroso pero posible si tenemos cuidado.

V: la segunda ocasión cuando ya no tengamos más de qué hablar. Después de eso necesito una semana aquí y sin visitas. Te prometo que al término del plazo te diré en qué terminaré por completo mi vida pero por lo mientras, ayúdame y permite que mis agentes cercanos puedan entrar sin ser vistos.

P: está bien pero ten por seguro que me meterás en un gran problema cuando todos se enteren de lo que estamos haciendo.

V: se los dirás después de que me dictes el alta (le sonrió).

Pedro, resignado, negó con la cabeza y salió del lugar mientras los agentes entraban a preparar todo para el plan que esa mujer estaba ideando en su cabeza.

>>Fin de Flashback<<

Fr: ¡debes estar de broma, maldita sea! (Furioso).

D: ¡nuevamente nos ha burlado a todos! ¿Cómo pudiste prestarte a esto?

P: realmente está decidida a hacer bien las cosas esta vez. Miren, sé que la situación y los antecedentes no nos ayudan pero Victoria está haciendo bien las cosas esta vez. Sé que no tengo cómo probarlo pero la vi decidida a terminar con los problemas.

Fr: esa es la cuestión, Pedro, no sabemos cuáles son los verdaderos problemas con los que quiere terminar. Si quisiera hacer esto bien, no se habría ido sin pedir ayuda.

K: (se atrevió a opinar) y debe ser algo en lo que no estaríamos de acuerdo porque en todos los años que llevo de conocerla, es la primera vez que no me pide ayuda para hacer las cosas. ¿En qué se metió ahora? (Abrumada).

Or: no lo sé pero ten por seguro que lo vamos a averiguar en este momento. Quiero que vayas a las cámaras de seguridad y consigas el número de matrícula del auto en el que se marcharon mientras llamo a la organización por apoyo. No me importa qué esté planeando pero la vamos a detener y a suspender hasta que el peligro realmente pase.

Todos se dirigieron a sus respectivas obligaciones. Encontrarían a Victoria al precio que fuere y tendrían una larga charla respecto a la situación que vivirían todos, de ahora en adelante, como familia. ¡Qué equivocados estaban! No se imaginaban la realidad.

*Paralelamente*

*Por las calles de la ciudad*

Osvaldo iba manejando a una velocidad poco recomendable pero efectiva mientras Victoria enviaba algunos mensajes de texto y realizaba algunas llamadas. Cuando eso terminó, comenzó a darle indicaciones.

O: ¿ahora qué?

V: manejaremos hasta el edificio en donde está el departamento que te renté para que escondieras a Luis hasta que yo saliera, lo subiremos a la camioneta y después nos dirigiremos a las afueras de la ciudad. Ahí nos esperan algunas personas que ayudarán con la última tarea que tengo como agente de esta organización (suspiró).

O: no sé porque tengo la impresión de que esa última tarea nos va a traer problemas a ambos.

V: ¡oh, vamos! No me salgas con la conciencia en este momento, eso lo afrontaremos después de que esté hecho. Por el momento, no me hagas pensar en las consecuencias porque terminaré arrepintiéndome y es lo último que tengo que hacer para poder vivir tranquila.

O: (sonrió resignado) de acuerdo. Lo haremos a tu manera. No preguntaré más de lo necesario.

Osvaldo manejó rápidamente hasta el edificio y, al llegar, encontraron varias camionetas negras.

O: ¿qué es eso?

V: tranquilo, son los agentes que nos están ayudando. Ahora deja de preguntar tanto y baja por ese infeliz que tenemos menos de dos minutos antes de que Orlando nos mande a buscar y dé con nosotros. ¡Anda!

Osvaldo descendió de la camioneta y se dirigió al apartamento rápidamente. Al ingresar inspeccionó que todo estuviera como lo dejó al marcharse y que Luis siguiera inconsciente. Le pidió ayuda a otro chico y entre los dos bajaron a Luis a otra de las camionetas que estaban aparcadas para evitar que pudieran seguirlos con la matrícula del auto con el que salieron del hospital.

Subió a la camioneta y se marcharon inmediatamente, pero esta vez, Victoria iba al volante. Manejaron por unos 15 minutos hasta que llegaron a una bodega abandonada.

*Paralelamente*

*Edificio abandonado*

Franco y el resto habían logrado rastrear la camioneta hasta el edificio en donde minutos antes estuviera Luis. Al llegar encontraron algunos agentes.

Or: ¿me quieren explicar qué sucede?, ¿por qué están aquí?

Agente: nos llegó la información de que buscaban a la agente Palma y decidimos ayudar, es todo.

Or: ¿encontraron algo? (Sospechando).

Agente: el edificio está vació casi por completo, sólo en el quinto piso encontramos un departamento que, al parecer, estuvo ocupado recientemente. Hay rastros de suero, medicinas y sogas en una de las habitaciones.

Fr: ¿vieron sangre o le preguntaron a los vecinos sobre alguna actividad sospechosa?

Agente: no hay rastro de sangre y los vecinos sólo nos dijeron que vieron una camioneta negra sin placas salir a toda prisa hace cerca de media hora pero no hemos encontrado rastros de ellos.

S: ¿qué demonios está tramando esa mujer? (Confundido y desesperado).

K: no lo sé pero por su actitud, no debe ser nada bueno ni que nos dé confianza.

I: ¿otra vez vas a atacar a mi madre?

K: no, Iván, no te confundas. Conozco muy bien a tu madre como agente. Algo trama y sabe que no lo apoyaríamos porque no haría esto si estuviera segura de que, por lo menos yo, le ayudaría.

Is: no tenemos mucho tiempo. Definitivamente hay que encontrarla antes de que cometa otra locura que podamos lamentar de verdad.

*Afueras de la ciudad*

*Bodega*

Victoria y Osvaldo descendieron del vehículo. Osvaldo bajó a Luis, quien seguía inconsciente, y lo colocó en una silla con los sujetadores suficientes en muñecas y tobillos. Posteriormente alcanzó a Victoria, encontrando una enorme sorpresa.

O: ¡Por Dios! ¿Qué significa esto, Ale?

V: significa que vamos a terminar con todos los problemas de una vez y para siempre. Ahora, ayúdame a llevarla a la misma sala que Luis, ¿quieres?

Osvaldo respiró profundo y accedió. Ambos trasladaron el cuerpo inconsciente a la habitación donde Luis se encontraba y lo acomodaron en otra silla, amarrado de la misma forma. Una vez listos, Victoria les echó una cubeta de agua fría encima, haciéndolos reaccionar.

L: ¿dónde... dónde estoy? (Desconcertado).

I: ¿qué ha... sucedido? (Confundida).

V: bienvenidos a la fiesta, queridos (les sonrió).

O: pensamos que reaccionarían más tarde (soltó una risita irónica).

I: ¡es imposible! Tú deberías estar muerta, ¡maldita zorra! Tienes más vidas que un gato (furiosa).

V: podría decir exactamente lo mismo que tú (sonriendo) pero creo que tus vidas se están agotando, Ana Sofía. No podrás salir viva de esta. Me he cansado de tenerte en mi vida y ver cómo arruinas cada uno de mis esfuerzos por salir adelante.

I: ¿yo? (Se mofó). ¡Vamos, querida! Sabes bien que yo no soy la culpable de lo que te ocurre. Tú fuiste la que se equivocó al hacer las cosas. Tú tomaste malas decisiones, no yo.

V: sin embargo, tú fuiste quien se metió en una relación, la destruyó y todavía, se dio el lujo, de querer asesinarme en más de una ocasión.

L: ¡pero tú la provocaste de todas las formas posibles! Ana Sofía no tuvo la culpa de tus estupideces, Alejandra.

V: no, eso es cierto pero pudo aceptar mis malditas disculpas. A fin de cuentas, llegamos a un punto en el que estuvimos en igual de condiciones, no te olvides que yo también perdí un hijo por tu maldita culpa.

I: ¡perdiste dos!

V: en ese caso serían tres (fingiendo que sus últimos hijos habían muerto). Ambas sabemos que estuve embarazada de Osvaldo en más de una ocasión y tú provocaste el daño irreparable de perder al bebé. ¡Pagué mi culpa!

I: pero no era suficiente, ¡tenías que sufrir más!

V: ¿por qué?, porque descubriste que no eras hija de Isabel, ¿fue por eso? (Le sonrió). ¡Qué triste debe ser descubrir que tu madre no lo es y que la hermana que odias por no ser su hija, sea la única que en verdad lo es! (venenosa).

I: ¡cállate!

V: ¡no! Me cansé de ser la culpable de todo y si de todas formas seré la mala de la historia, no pienso darte la oportunidad de volver a lastimar a mi familia ni una sola ocasión más (se acercó furiosa). Te voy a enseñar lo que es ser realmente una verdadera desgraciada sin compasión como tanto deseaste verme.

O: ambos creen que van a poder más que Ale o que yo pero están muy equivocados, no saben con quiénes se metieron. ¡Vamos, Luis! Ambos sabemos que eras un fracaso y que nunca supiste hacer algo bien. ¡Por eso tu padre nunca confió un buen puesto en tu persona y siempre lo dejaba en Alejandra! Por eso tú decidiste conquistarla, ¡nunca la quisiste! Sólo buscabas sacarla del juego al "formar una familia" con ella.

L: eso es mentira, ¡ella siempre fue una desgraciada! (Volteó a mirarla a ella) te has dado baños de pureza pero ambos sabemos que nunca te ha preocupado la gente y que si por ti fuera, destruirías a todo el mundo.

V: eso no es cierto. Nunca me preocupé por herir a gente inocente. Yo cumplía con mi trabajo hasta que ustedes dos se cruzaron en mi maldito camino. (Comenzaba a exaltarse) Fue por salvarte la vida que llevé a mi hermano a la ruina. Tú habías cometido muchos de los cargos que se le imputaron pero yo estaba ciega por ti y cuando me traicionaste con esta estúpida decidí que era momento de dejar de ser la mujer calma e inocente que no hacía nada. Por eso fui a buscar a esta estúpida a Salónica, sabía que tú la defenderías y te haría pedazos pero todo salió mal y lo único que conseguí fue que mi hermano perdiera licencia, libertad y tranquilidad mientras creíamos que ella había muerto ¡cuando en realidad estaba viva y destruyendo nuestra vida lentamente!

I: nunca vas a poder más que nosotros, Alejandra. Admítelo. ¡Somos mejores que tú!

V: ¡eso está por verse!

Victoria se levantó de su asiento y se dirigió hacia una mesa que se encontraba en el lugar. Osvaldo la miró con nerviosismo pero decidió seguirla. Ahora comprendía de qué iba todo eso y eran un equipo.

O: hoy van a conocer a esa mujer que tanto invocan y a su fiel compañero de travesuras (sonrió con malicia).

V: bienvenidos al infierno (cargó su arma y apuntó a ellos).

L: no eres capaz de dispararnos.

V: ya me has puesto a prueba antes (se acercó a él). Pero no te preocupes, no seré yo quien se encargue de ti esta vez (sonrió). He cedido ese placer a alguien más (mirando a Osvaldo).

O. tú y yo tenemos muchas cuentas pendientes todavía y ten por seguro que no te irás de este mundo sin que las resolvamos, Luisito (atemorizante).

Osvaldo dio el primer tiro en la rodilla que Luis no tenía lastimada de la pelea anterior con Victoria.

I: son un par de cobardes. Nos tienen amarrados porque les da miedo que podamos ser mejores que ustedes y terminemos matándolos nosotros.

V: ¡claro que no les tenemos miedo! Sabemos bien que no son mejores que nosotros.

I: ¡pruébalo! (Retándola).

Victoria miró a Osvaldo y con la mirada le dio a entender que era necesario responder al reto. El hombre accedió con la mirada y se dirigieron a desatarlos.

V: muy bien, los vamos a desatar para meternos en una pelea limpia donde no podemos ganar todos, el mundo es muy pequeño para los cuatro. Sólo hay cabida para dos.

I: y te aseguro que no serán ustedes.

Victoria y Osvaldo los desataron y estos se fueron encima de ellos de inmediato. Comenzaron una pelea a golpes limpios hasta que Luis e Isadora lograron llegar a la mesa de las herramientas y tomaron lo primero que encontraron.

Los cuatro tenían una pelea que realmente se veía a muerte. Golpes, sangre y heridas se abrían paso entre ellos sin dar tregua a ninguno. Osvaldo, en un momento de suerte, logró inmovilizar a Luis y apuntarle a la boca con el arma que se encontraba tirada en el piso, debido al forcejeo.

O: llegó tu hora, infeliz. No podrás hacer más daño a nadie, ¡nunca más!

En ese momento disparó a sangre fría terminando con su vida.

Paralelamente a ellos, Victoria intentaba defenderse y era poca su respuesta en contra de Ana Sofía, los sentimientos afloraban y la fortaleza se estaba haciendo trizas, ¡ya no podía seguir fingiendo más! Realmente no deseaba herirla, cuando Osvaldo mató a Luis, tuvo un momento de suerte donde Ana Sofía se distrajo y pudo inmovilizar a su presa, debajo de ella.

V: ¡basta, Ana Sofía! Ha sido suficiente. Entiende que la única que se hace daño eres tú.

I: ¡no, eso no es cierto! Tú eres la culpable de todo lo que me sucede. Siempre ha sido tu culpa. ¡Tú mataste a mi madre! Tú me has hecho todo este daño y el hecho de que me mates no va a quitar lo que ya hiciste durante todos estos años (llorando). Eres una maldita hipócrita que sólo busca su propio beneficio, ¡siempre ha sido así! Me has odiado toda tu vida y has hecho pedazos la mía. ¡Nunca soportaste que mi papá no te quisiera! Te dolía saber que yo era su consentida y la única a la que consideraba su hija (con dolor).

V: sabes bien que eso no fue así. ¡Por Dios, Ana! Siempre supe que no eras mi hermana y no me importó (lágrimas de impotencia recorrían sus mejillas). Intenté protegerte por todos los medios posibles hasta que la situación se salió de mis manos. ¡Te puse incluso por encima de mi sangre, DE MI HERMANO! No puedes decirme que no me importas. Tú fuiste la que decidió lastimarme primero, yo te protegí hasta del mismo Alejandro cuando quería hacer pedazos tu carrera. ¡Falsifiqué documentos y una vida entera por ti! Pero siempre decidiste creer en los demás antes que en mí. ¡No fue justo! Saliste de todos tus problemas gracias a mí y no me imaginé que terminaríamos así. Por favor, Ana, lo único que quiero es que esta guerra se termine y que ambas podamos descansar.

I: eso no es cierto. ¡Como siempre sólo quieres estar bien tú! Nunca te ha interesado lo que quiera o lo que sienta. ¡Me vas a terminar matando! ¿Qué esperas? ¡Maldita zorra traidora!

Osvaldo se dio cuenta de lo que estaba pasando por la mente de Alejandra y sólo podía intentar convencerla de que actuara antes de que se arrepintiera por completo.

O: ¡mátala ya! No tenemos mucho tiempo, Ale. Sabes que estás haciendo lo único correcto que queda por ella. ¡No lo dudes más!

V: no sé... no puedo, Osvaldo (con lágrimas).

O: Ale, ella ya no es tu hermana y si la dejas vivir, sólo provocarás que te haga más daño. ¡No puedes ser tan ingenua! Su enfermedad le permite hacer todo esto pero ambos sabemos que en el fondo ella no es así. ¡Ale, mátala ya!

Victoria la observó con impotencia. ¡Quién diría que su hermana terminaría convertida en semejante monstruo! Desde el descubrimiento de su enfermedad, Alejandra era la única persona que la apoyaba y ambas sabían que todo podía resultar muy mal desde un principio.

>>Flashback<<

*35 años atrás*

Alejandra se encontraba en su habitación sumida entre los miles de pensamientos de su mente cuando vio que su hermana pasaba corriendo con lágrimas en los ojos. Salió de su cuarto y la alcanzó justo antes de que ésta cerrara la puerta.

V: ¿qué ocurre, Annie?

I: nada... vete, déjame sola, por favor.

V: no, no me digas que no te ocurre nada porque nadie llora sin razón. ¿Qué está pasando?

A sus 10 años, Alejandra era una mujer sumamente perspicaz, inteligente, madura y noble. Siempre buscaba que sus hermanos estuvieran bien y les ayudaba en todo cuanto podía. Ana Sofía era la hija de en medio y con quien Victoria más se identificaba pues, a pesar del amor que Franco le tenía, había cosas que sólo podía confiarle a su hermana.

Ana Sofía, por su lado, adoraba a su hermanita y siempre trataba de protegerla, aun cuando ambas sabían que no compartían la misma sangre. Con 15 años, Ana era la hija prodigio y el orgullo de Alejandro, su padre. Era una agente junior en la agencia de investigación y la mentora de su cómplice, Victoria.

I: ¿me prometes que no le dirás nada a papá ni a mamá? (Ella asintió). El abuelo me acompañó al médico hoy a recoger unos análisis y descubrimos que tengo una enfermedad muy rara.

V: ¿qué? (Preocupada). ¿Qué enfermedad?, ¿cómo se cura?

I: se llama Trastorno Histriónico de la Personalidad y, desgraciadamente, no existe cura para ello todavía ni medicamento que lo pueda detener. Es un tipo de trastorno mental que afecta a las personas haciéndolas muy emocionales o dramáticas y que buscan la atención sólo para ellas.

V: ¿por eso es tu actitud de odio a veces conmigo o con Franco? (Ella asintió). ¡Oh, Annie! (La abrazó). Pero seguro que podremos encontrar una solución.

I: no lo sé, pequeña. El médico me dio unas pastillas temporales que podrán darme un poco de tiempo para asimilar esto pero no lo suficiente como para remediarlo.

V: no te preocupes. Siempre vas a contar conmigo y te prometo que algún día encontraremos la solución.

I: quisiera tener tanta fe como tú (le acarició el rostro). Siempre has sido una gran hermana conmigo (le sonrió). Pero no debes involucrarte en esto, no quiero arrastrar tu vida con la mía y terminar haciéndote daño. El doctor dice que con el paso del tiempo cambiaré por completo y no reconoceré bien los sentimientos reales que tengo por las personas.

V: pero yo sé que tú me quieres y que siempre será así... nunca voy a dudar de eso.

I: Vicky, no tiene caso, lo mejor es que me vaya del país, a estudiar a otro lado para alejarme de ustedes y evitar que terminemos mal. El abuelo me ha prometido no decir nada de lo que está pasando y ambas sabemos que tampoco es algo que le importe mucho (con ironía).

V: Annie, yo no quiero alejarme de ti, eres mi hermana y aunque no llevemos la misma sangre, te quiero como tal. Tú has sido la única de la familia que me ha hecho fuerte y que no busca tenerme en una burbuja de cristal. Has sido mi apoyo y me has enseñado muchas cosas. Tal vez tengo 10 años pero sé que por dentro soy más grande y todo gracias a ti. No puedes pretender que te deje sola en este momento, además, recuerda que yo no quiero hacer una familia ni depender de nadie más, ¡mucho menos de un hombre!

I: ¡oh, vamos! No me quieras engañar (le sonrió) tú estás enamorada de Luis Velasco y seguramente tendrán algo más adelante.

V: ¡oye! Sigo siendo una niña en apariencia. ¡No me digas eso!

I: Luis no es tan grande, sólo tiene cinco años más que tú y sabemos que no es tanto cuando vas creciendo.

V: sea como sea, yo no quiero formar una familia. Quiero ser una gran agente como tú y como papá. ¡Déjame ayudarte a salir de esto! Tal vez en un futuro no muy lejano, la medicina encuentre una forma de que tu enfermedad no sea tan grave y tenga remedio. Además, si no me dejas ayudarte, ¡le cuento todo a papá!

I: (suspiró resignada) ¿no podré convencerte de lo contrario, verdad? (Ella negó). Está bien, podrás ayudarme siempre y cuando no te pongas en riesgo y me jures no decir ni una sola palabra de esto a nadie.

V: te lo prometo (sonriente).

I: ¡ah!, una cosa más... si algún día las cosas llegan a complicarse demasiado, prométeme que no dejarás que viva mi vida como una loca psicópata desquiciada, ¡harás lo necesario para eliminar el problema de raíz sin importar lo que implique! ¿Entendido?

V: ¿eso significa...? (Nerviosa y temerosa).

I: es posible.

V: ¡no, Annie, no me puedes pedir eso! Nunca podría.

I: ¡tienes que prometerme que si tu vida o aquello que tú más ames corre peligro por mi enfermedad o mi presencia en tu vida, harás lo necesario! (Victoria guardó silencio). ¡PROMÉTELO!

V: está bien, te prometo que no dejaré que vivas un infierno ni yo dejaré que me hagas vivir uno (con lágrimas en los ojos).

Victoria abrazó a Ana Sofía y ambas se desahogaron en un pequeño y profundo llanto. El miedo y la incertidumbre rodeaban el momento pues, sin imaginarlo, el futuro les haría ver que esa promesa tardaría mucho tiempo en cumplirse.

>>Fin de Flashback<<

O: ¡Ale, no podemos seguir aquí, tienes que hacerlo ya! (Su voz la sacó del pensamiento).

Ana Sofía gritaba sin parar y sin que se le pudiera entender todo lo que decía en forma de insulto a Victoria y Osvaldo.

V: Osvaldo... (Con lágrimas), de verdad, no puedo (su voz temblaba) ¡es mi hermana!

O: ¡ELLA YA NO ES TU HERMANA! (Intentando que reaccionara). ¡Dónde está tu palabra! Me dijiste que le prometiste que no la dejarías vivir un infierno, Alejandra. ¡Es lo mínimo que puedes hacer por ella en este momento! Ya no tienes otra salida. Le salvaste la vida hace una semana pero no tiene arreglo. ¡Te estás haciendo la vida un infierno y se la estás haciendo igual a ella! Vamos, Ale. ¡Deja de pensarlo y hazlo!

Victoria se dio cuenta de que todo era verdad... ya no había nada que pudiera hacer por ella. Los años habían provocado un daño permanente y los dos accidentes que había tenido en el pasado, habían empeorado paulatinamente su condición. ¡Ella lo había dicho! Esa mujer no era su hermana, ¡su hermana ya no estaba ahí, sólo era una persona que sufría y que se hacía daño!

Respiró profundo y con todo el dolor que eso le podía causar, se armó del valor suficiente y disparó su arma hasta vaciarla. El cuerpo que minutos antes forcejeara, se sintió perdido entre los brazos de Victoria, quien no pudo evitar abrazarse a ella y echarse a llorar. Tenía miles de sentimientos encontrados, sabía que había hecho lo correcto pero también sabía que eso dejaría una huella muy profunda.

Osvaldo se acercó para quitarla del cuerpo pero tuvieron que forcejear hasta que Alejandra no tuvo más fuerzas para defenderse y se dejó llevar por él.

O: (la abrazó a su pecho) sé que esto es muy duro para ti pero era lo mejor. No había más que se pudiera hacer. Hicimos todo lo posible porque ella siguiera viviendo aún a costillas nuestras y de toda tu familia.

V: ¡qué difícil es ver que todas las mentiras no sirvieron de nada y que todo el dinero fue a la basura con esto! (Sollozaba). ¡No pude ayudarla, le fallé!

O: ¡claro que no, Ale! Tú no le fallaste. Ella sabía que este día llegaría. Piensa que se encuentra mejor en este momento y que ya no está sufriendo.

V: me siento vacía, Osvaldo. ¿Cómo explico todo lo que hice por ella?, ¿cómo arreglo las mentiras y los engaños? He vivido 30 años de mi vida mintiendo por ella, ¡por dejarla vivir la vida que quería! Me he sacrificado en todos los sentidos y de nada sirvió y ahora... ahora ella se fue y yo me he quedado aquí llena de problemas, remordimientos y culpas (el llanto se hizo profundo).

O: ¡hey! No puedes reprocharte actuar de manera noble. Dejaste que te quitara todo y que hiciera su voluntad para protegerla y para protegerte a ti. Renunciar a tu familia y abandonar tus sueños han sido los dos actos más nobles que has hecho. Ella fue un gran apoyo en tu niñez cuando todo se había ido al caño al descubrir que no era tu familia. ¡Ana Sofía te dio mucho y sólo quisiste corresponder!

V: ¡pero en el camino también destrocé la vida de Franco! No me lo va a perdonar. ¡No me lo perdono yo!

O: necesito que te calmes porque esto no nos va a llevar a ningún lado, sé que significa algo muy difícil para ti y que necesitarás tiempo para asimilarlo pero no lo tenemos en este momento. Tenemos que irnos antes de que Orlando nos encuentre (preocupado) y piense cosas que no son.

Or: pues creo que no lo van a lograr (apareció furioso con el resto). ¿Así que me han estado viendo la cara de idiota?

O: por favor, agente, no es el momento, ella no está bien.

Or: en este momento no me interesa si está bien o no. Ambos quedan detenidos.

Is: momento (intervino), no tienes autoridad para decidir eso. ¿Qué no ves la situación? Aquí sucedió algo más de lo que podemos ver y el estado de Victoria lo demuestra. Permíteme hacerme cargo desde el puesto que ocupo en la organización y que tiene mayor rango que el tuyo (determinante).

Or: no tengo opción pero cuidado con encubrirlos porque te unirás al problema y serán sancionados todos. Te lo juro.

Is: esfúmate (molesta).

Isabel se acercó hasta donde estaba Alejandra y entonces se percató de cuál era el cuerpo que se encontraba detrás de ellos dos. Por un momento tuvo que recargarse en Osvaldo porque pensaba que se desvanecería.

Ese lugar parecía una carnicería. Los dos cuerpos que se encontraban inertes estaban prácticamente irreconocibles con tanto golpe y herida que tenían. Isabel se agachó a la altura de su hija y la separó de Osvaldo, notando que su ropa estaba cubierta de sangre por todos lados y de cierta forma comprendió lo ocurrido.

Is: necesito una explicación sobre todo esto, ¿señor?

O: Osvaldo, Osvaldo Sandoval Ríos (le sonrió con amabilidad). A sus órdenes, Sra. Gutiérrez.

Is: ¿nos habíamos visto antes?

O: es probable pero también lo es que no me recuerde. Sólo ha sido una vez y hace muchos años.

Isabel se quedó pensativa mirando al hombre que tenía enfrente hasta que Victoria comenzó a alterarse, al parecer, había entrado en una especie de shock emocional.

*Paralelamente*

*Afuera de la bodega*

Orlando salió furioso del lugar y alcanzó al resto en las camionetas, quienes lo abordaron con miles de preguntas.

D: ¿la encontraste?, ¿está aquí?

Fr: ¿hallaste algo importante?

S: ¿tienes alguna pista?

Or: ¡cállense todos, por favor! (Suspiró). Sí, la encontré. Está aquí pero no pueden pasar. Isabel se hará cargo de la situación.

D: ¿por qué?, ¿sucede algo que no nos quieres decir?

Or: es clasificado. A partir del momento en el que me salí perdí la autoridad para decir algo o para decidir al respecto. En este momento le debo órdenes a Isabel como mi superior y ante eso no podemos hacer nada. Les pido respeto a las reglas y paciencia. Pedro, me gustaría que entres a apoyarlos.

P: de acuerdo, general.

Pedro se encaminó al interior de la bodega mientras los demás continuaban en su discusión.

Fr: no me salgas con eso, Orlando. Antes has violado ese principio. ¿Qué está pasando?

Or: (suspiró abrumado) no lo sé con exactitud. Lo que puedo decirles es que allá dentro pasó una masacre o, por lo menos, eso parece. No ha quedado mucho de los dos cuerpos que perdieron la vida.

Fr: ¿qué?, ¿a quién ha matado, Victoria?

Or: no sólo fue Victoria, hay otro hombre haya adentro que estaba con ella... ustedes lo conocen. Era uno de los detenidos aunque en este momento dudo que sea un delincuente como nos hizo creer.

D: no estoy entendiendo nada de lo que dices. ¿Podrías organizar tus ideas y decirnos de qué va todo esto?

Or: no mataste a Isadora, bueno, Ana Sofía. Eso es lo que está pasando.

I: ¿qué dices? Nosotros la vimos morir ese día.

Or: la vieron herida pero nunca comprobaron que realmente estuviera muerta. Ustedes dieron por hecho que el balazo había matado a la mujer pero no lo comprobaron de verdad. El hecho está en que esa mujer ha muerto hoy en esta bodega a manos de Victoria o del hombre que está con ella.

K: no... espera, Orlando. La acusación que estás haciendo es muy grave. ¿Cómo llegó Victoria a tener a Ana Sofía bajo resguardo toda una semana sin que ninguno lo supiera?

Or: no lo sé, Kendra pero ha matado a Ana Sofía y a Luis.

P: ¿mi hermano se murió? (En shock). ¡Qué demonios le pasa! ¿Acaso es bipolar?

Or: no sé qué le pase pero me siento muy confundido. Cuando entré y la vi, no parecía que estuviera bien con lo que ocurrió. Realmente no entiendo nada de lo que está pasando.

*Paralelamente*

*Interior de la bodega*

Cuando Pedro ingresó, el cuadro que lo recibió lo dejó helado. Había sangre por todos lados y el lugar parecía haber sufrido una masacre. Se acercó con lentitud hasta donde Isabel estaba abrazando a Victoria y observó a Osvaldo con curiosidad. Isabel se percató de su presencia y alzó la mirada.

P: ¿qué pasó?

Is: no lo sé y este muchacho no me quiere decir nada.

P: sabes que cubrirla sólo le hará daño, ¿verdad?

O: no estoy cubriendo a nadie. Simplemente no puedo romper mi palabra de callar lo que está pasando. Seguramente, cuando recupere la cordura y se reponga del shock, ella les dirá todo. Por el momento, no pienso decir nada y si eso me va a condenar a que me detengan, que así sea.

Is: estarás en custodia conmigo y pobre de ti donde te escapes. Necesito respuestas y me las vas a dar. (Se dirigió a Pedro) Necesito que ayudes a que esta niña se calme porque nos vamos a meter en problemas si no averiguamos qué sucedió. Los forenses están trabajando ya en la escena pero quiero saberlo primero por boca de ella.

P: es un shock emocional, no creo que sea nada grave, Isabel. La voy a sedar y la llevaremos a la mansión. Una vez que despierte sondearé cómo está y tomaremos una decisión.

Is: que este hombre se vaya contigo y se mantenga al lado de ella. Quiero ver cuál es la relación que los une y el motivo que los llevó a esto. (Suspiró) Quiera o no, tengo que hacer las cosas bien. Asegúrate de que Kendra lo vigile que no salga del lugar.

Pedro asintió y de su maleta sacó el medicamento que, conociendo el estado de Victoria, sabía que no le haría daño. Le inyectó la sustancia con ayuda de Osvaldo y otro agente. Esperaron a que surtiera efecto y después salieron escoltados con Victoria en brazos. Sin embargo, al salir, todos empezaron a entrar en pánico pues ella estaba muy golpeada y todavía no le atendían eso.

Max: ¡papá!

F: ¿qué haces aquí?

M: ¡oh, por Dios! ¿Qué le pasó a mi mamá?

F: ¿está herida?

P: tranquilos, no podemos decir nada por cuestiones de seguridad pero en cuanto tengamos algo claro y posible de compartir, serán los primeros en estar informados.

Osvaldo ignoró a Pedro y se acercó a Fernanda para abrazarla pero ésta se apartó.

F: no, no me toques. ¡No sé qué clase de persona eres! Te desconozco. ¡Por Dios! Te traen esposado. ¡Sabe Dios qué has hecho!

O: hija... por favor. No he hecho nada malo.

Max: ¿nada malo? ¿De verdad? Tú crees que después de verte aliado con las personas que más lastimaron a mi mamá, ¿te vamos a creer?

O: no saben cómo son las cosas pero ya las entenderán y entonces hablaremos.

Los agentes le indicaron a Kendra las instrucciones de Isabel y subieron a una camioneta con rumbo a la mansión para dejar recostada a Victoria. A los pocos minutos salió Isabel.

Or: ¿me quieres explicar qué ha sido todo eso?

Is: sabes bien que mientras esto se encuentre en curso no puedes involucrarte, eres el padre de Luis.

Or: ¡y tú la madre de Alejandra!

Is: pero tengo el rango y el temple para mantener la calma y actuar conforme a las reglas de la organización, cosas de las que tú careces.

D: ¿podemos tener alguna información? (Tratando de calmar los ánimos).

Is: sólo les puedo pedir que se dirijan a la mansión también pero que eviten tener contacto con Alejandra o con Osvaldo. Mientras no logre averiguar lo que está pasando, no pueden hablar con ellos.

Fr: no entiendo. ¿Qué fue tan grave?

Is: no lo sé. No entiendo nada tampoco. Debo ser honesta, en este momento sólo sé que hay dos muertos y dos personas eran las únicas que estaban con ellos. ¿Qué sucedió? No lo sé pero tampoco quiero imaginarlo o sacar conclusiones que me hagan daño. Lo mejor es esperar a Victoria se despierte y hable.

S: ¿por qué no confesaste a ese idiota?

Is: porque no quiso decir nada y, por el momento, está en su derecho. Por favor, no me cuestionen más. Vamos a la mansión. Los agentes se encargarán de este desastre y después nos alcanzarán allá.

*Dos horas después*

Al llegar a la mansión, Pedro recostó a Victoria en una de las habitaciones que Kendra le indicó y le atendió las heridas y golpes que tenía rogando porque no le hubiera pasado nada al bebé. Al revisarla, descubrió que esa mujer era demasiado inteligente, se había cubierto el vientre con una faja especial y seguramente todo estaría bien. disimuló su descubrimiento y terminó de curar las heridas para después salir a verse con el resto.

*Mansión Uriarte - Palma Gutiérrez*

Todos estaban sentados en la sala de la lujosa construcción esperando a que Victoria despertara. Habían conectado micrófonos y cámaras en la habitación que podían observarse desde la pantalla de la sala para no tener que estar adentro del cuarto con ellos dos sin que ellos lo notaran pues Kendra se había ocupado de eso cuando recién llegaron.

Kendra les había informado que Osvaldo se seguía negando a hablar y Pedro tampoco quería decir más sobre lo poco que él sabía. Los minutos transcurrían y la desesperación se estaba apoderando de ellos.

Fr: no sé cómo pudo pasar esto. El reporte de la muerte de Luis y de Ana Sofía es horrible.

Is: te dije que no metieras las narices donde no te llamaban.

Or: ¡oh, vamos, Isabel! Todos somos parte de la misma organización, deja de jugar a la persona importante. Aquí se ha cometido un crimen y ha sido tu hija.

Is: ¡esto es precisamente lo que quería evitar! No puedo creer que lo primero que hagas sea culparla. No sabemos qué pasó y si realmente fue así, tomaremos las medidas necesarias pero sino, estás haciendo una calumnia.

D: quizá fue ese imbécil de Sandoval, digo, ¿qué rayos hacía con ella?

Fr: no lo sé, nunca lo había visto.

K: la verdad es que yo tampoco, su cara no me es familiar en lo absoluto.

Is: yo debo reconocer que sí se me hace familiar, tal vez lo haya visto antes pero tampoco entiendo nada.

En ese momento se escucharon ruidos a través de la pantalla y descubrieron que Victoria estaba despertando así que se pusieron alertas y atentos a lo que pudieran decir.

*Habitación*

V: ¿qué... qué pasó?

O: pasó que nos encontró el equipo y estamos aquí encerrados en un cuarto esperando a que despiertes para ser interrogados (suspiró).

V: vaya... no veo por qué te sorprende.

O: ¿esperabas que eso pasara?

V: si te refieres a que lo planeé, no. Sin embargo, perdimos mucho tiempo.

O: no podía ser de otra forma, la situación era muy complicada pero, ¿te sientes mejor?

V: ¿la verdad? No. Me siento pésimo por lo que hice. Sé que cumplí con lo que prometí pero de todos modos no me siento cómoda y me siento culpable.

O: te puedo entender, a veces uno tiene que hacer cosas difíciles y que no desea pero al final son por una buena razón.

V: creo que fue por una razón egoísta.

O: ¿te estás escuchando? (Algo molesto). Lo que hiciste no fue por una razón egoísta. Alejandra, llevas años intentando arreglar las cosas y mira dónde demonios terminaste. ¡Te tardaste mucho en cumplir tu promesa!

V: ¡quizá! Quizá tengas razón pero no podía dejar de intentarlo. Los años han pasado y supuse que la medicina encontraría algo que ayudara para siempre.

O: bueno... no tiene caso pelear por eso. Hay algo más importante, tu madre me tiene detenido y supongo que tú estás con el mismo status. Quieren saber lo que pasó.

V: ¿qué vamos a decir?

O: ¿es en serio tu pregunta? (Sorprendido). ¡Vamos a decir la verdad!

V: ¿qué?

O: no me salgas con eso. Acordamos que sería la última mentira el decir que estabas grave en el hospital. No pienso mentir más. ¡No existe razón para hacerlo!

V: ¿te parece poco que me voy a echar encima a todo mundo?

O: ¿soy yo o tú tienes miedo de quedarte sola?

V: (guardó silencio).

O: Ale, no puedes seguir así. Tenemos muchas mentiras encima, no es justo contigo misma ni con los demás ni conmigo. Has cometido muchos errores pero eres un ser humano, ¡no eres perfecta!

V: lo sé... tengo claro eso pero tengo miedo. Osvaldo, ambos sabemos que Franco no me lo va a perdonar. ¡Le destruí la vida consciente de las cosas!

O: oye, él tampoco es un santo y también te ha hecho daño. Mira, si no hubiera sido por lo que pasó con Ana Sofía y Luis años atrás, él no habría dado la cara por ti de la forma en que lo hizo. ¿Cuántos años te hizo a un lado? No me vengas con el cuento de que siempre fue el hermano perfecto porque ambos sabemos que no. Franco no fue obligado a hacer lo que hizo, él decidió por voluntad propia ayudarte así como tú decidiste hacer todo este desastre.

V: (agachó la mirada).

O: no... tú no estás preocupada por Franco. ¡No quieras engañarme! Tú te preocupas por lo que Dionisio va a decir a todo esto y cómo van a reaccionar tus hijos a la verdad completa.

V: pues sí... no puedo dejar de pensar en el odio que me van a tener todos y en que no me van a volver a creer ni una sola palabra. ¡He dicho mentira tras mentira! Siempre que me piden la verdad, vuelvo a mentir por cobarde y por miedosa.

O: y porque todavía tenías a Ana Sofía viva pero ahora no vas a romper ninguna promesa. ¡Por Dios, Ale! Ya es demasiado. Son muchos años con lo mismo.

Victoria lo miró un momento y suspiró profundo. Quizá era cierto. Había llegado el momento de confesar todo sin mentir más o sin ocultar o proteger a nadie.

V: está bien. Dile a mi madre que entre. Es momento de empezar el interrogatorio.

Osvaldo salió de la habitación y se dio cuenta que todos escuchaban y veían a través de la televisión.

O: creo que está de más decirles las cosas.

Is: bien. Permanece aquí mientras entro a hablar con ella.

O: perdone que sea indiscreto o metiche pero creo que si van a estar de chismosos, lo mejor es que entre Dionisio a verla primero. Cuando él sepa todo, no habrá más que descubrir.

Se miraron un momento sin saber qué decisión tomar pero Sergio y Orlando estuvieron de acuerdo en eso. Quizá fuera lo mejor. Enviaron a Dionisio a la habitación y cuando entró, la imagen de Victoria con esa ropa llena de sangre lo dejó un poco frío y ella no supo qué decir.

V: (reaccionando) ¿qué... qué haces tú aquí?

D: tu madre me mandó, dijo que hables conmigo todo lo que le tengas que decir o me tengas que decir (lo más serio y calmo que pudo).

V: (se dio cuenta de las cosas) la habitación tiene micrófonos y cámara (negó con la cabeza) ¡cómo no lo pensé!

D: bien... te escucho.

V: no.

D: ¿qué?

V: no pienso decirte nada a ti.

D: ¿por qué no?

V: porque no estoy lista para hablar contigo sobre...

D: (interrumpiéndola) ¡oh, vamos, Ale! No me salgas con esas cosas, ya no tiene caso que sigamos jugando a los detectives y los misterios. Sea lo que sea, necesito que seas sincera porque nos estamos haciendo daño con tanta mentira.

V: (lo miró un momento) ¿estás seguro? (Él asintió). Sé bien que después de esto las cosas entre nosotros se van a terminar en serio, dudo mucho que te quedes cuando te diga la verdad.

D: nuevamente, como te dije tiempo atrás, deja que sea yo quien decida eso.

Victoria tragó saliva y se armó de valor para comenzar a hablar... sería una tarde muy difícil.

V: bien... pero te pido que no me interrumpas hasta que terminé. (Suspiró). Todo este desastre y todas estas mentiras fueron idea mía. Siempre te he mentido respecto a lo que hago y por qué lo hago. No soy la tonta que todos han creído, Dionisio. Siempre he estado enterada de que Isadora era Ana Sofía y que no es mi hermana, desde muy joven sé que no soy hija de Alejandro y que no comparto genes con Ana. Quise hacerles creer lo contrario por protegerla, realmente nunca odié a mi hermana, sólo que había cosas que nadie sabía.

Hace 35 años ella descubrió que sufría una enfermedad llamada "trastorno histriónico de la personalidad" y yo fui la única que lo supo. En aquél entonces yo tenía diez años y juré que la protegería siempre y que guardaría el secreto de todo el mundo, incluyendo a Franco. Después de esa noticia, las cosas empezaron a complicarse en nuestra relación, cada año Ana se ponía peor y el trastorno se hacía más y más intenso en su vida. Cuando cumplí 15 años las cosas se salieron de control. Ella comenzó a buscar quitarme todo lo que yo tenía. Para su desgracia, fui mejor agente que ella y no pudo soportarlo por la enfermedad. Esa cosa es horrible, la volvía egocéntrica. Ella no era así cuando estábamos chicas.

A partir de ese momento y en los dos años siguientes, me hizo la vida imposible. Debo confesarte que sí quise a Luis y sí anduve con él pero Ana destruyó todo. Se embarazó de él y Luis la utilizó a su favor para poder quitarme de su camino, él nunca me quiso y tampoco quiso a Ana. Sólo le estorbábamos y encontró la forma perfecta de hacernos a un lado: ponernos en contra entre nosotras. La usó para montar el teatro en Salónica y fingir que se había muerto siendo que quien realmente se murió fue el bebé que ella esperaba y por mi culpa (con un nudo en la garganta). Pero no se conformó con eso, después quiso hacer el teatro en Puerto del Pireo y culparme de las muertes que ahí se dieron.

Sin embargo... no soy mejor que él. En esos momentos me sentía impotente de ver que ese idiota usara a mi hermana de esa manera y que yo estuviera de manos atadas. Así que decidí usar a Franco, en esos años nos habíamos unido más y pensé que era la forma perfecta para sacar a Luis de la vida de Ana Sofía pero las cosas me salieron mal y terminé echando a perder la vida de mi hermano también. Tuve que abandonar a Iván en manos de Paloma porque corría el riesgo de que lo mataran. Debo confesar que sabía que no era hijo de Luis y que era hijo del hombre de la fiesta de disfraces pero no tenía idea de quién era ese hombre y para proteger a Iván de ellos, lo mejor era mentir pues a su sangre no le haría daño. Yo sabía que la noche de los disfraces Luis se había puesto muy borracho así que fue fácil que creyera la mentira. Después yo fui enviada a prisión y entre Sergio y Franco me ayudaron a escapar.

Cuando llegué a México busqué a Osvaldo... sí, él también es un agente de la organización pero en otro nivel. Él decidió ayudarme desde el principio y fue al único al que le confesé lo que pasaba con Ana porque sentía que me estaba volviendo loca. Osvaldo decidió salir de la organización "bajo el agua" y aparentar una vida normal en otro país. Desde que yo pisé México nos empezamos a ver seguido y entonces me presentó a Juan Pablo y a Bernarda de Iturbide. Sí, también son agentes pero en la sede de México.

Comencé una relación con Juan Pablo que resultó en el nacimiento de María. Sin embargo, a los dos años de nuestra relación, Ana me buscó para pedirme ayuda y al ver a María se puso como loca, incluso amenazó con matar a mi hija (lágrimas escurrían por su rostro). No le negué mi ayuda, ¡cómo podía hacerlo, era mi hermana! Fabriqué todos los documentos necesarios como parte de la agencia con ayuda de Bernarda para darle la identidad de Eva (agachó la mirada). A los pocos meses de eso, Sergio me buscó para deshacerme de Blanca y... y ahí descubrí que no sólo era la mujer que andaba detrás del hijo de Sergio, ahí todavía no sabía que eras tú, sino que era la madre de Max, Leonela, pero utilizando otro nombre. Osvaldo y yo lo hablamos mucho pero tomamos la decisión de hacer algo cuando les hizo daño a Max y a María. Quiso matarlos a ambos pero no lo logró y yo la terminé matando a ella. Desgraciadamente eso no detuvo a Ana... la enfermedad había avanzado y tenía ramificaciones. Se había descuidado mucho y había sufrido un accidente que le provocó un trauma en la cabeza que desató más cosas en ella.

Cuando intentó matar de nuevo a María fue que tuve que tomar la peor decisión de mi vida. Yo sabía que Max no corría peligro a mi lado pero María sí... así que... la di en adopción a un orfanato (se soltó en llanto). Tenía que proteger a mi hija de la forma que fuese. Ella no tenía la culpa de la vida que su madre había decidido llevar. Juan Pablo estuvo de acuerdo conmigo y para cortar todo lazo que la pusiera en riesgo decidió ser transferido.

Todos en la sala de televisión estaban en shock. Los muchachos no lo podían creer y María estaba llorando horrible. ¡Eso parecía una película de terror!

Sin embargo, yo no vivía tranquila con esa situación y decidí disfrazarme cada mes para ir a visitarla. La monja del orfanato no sabía que era mi hija y me permitió ser un tipo de madrina para ella. Durante cinco años la visité mes con mes y conviví con ella pero después me dio miedo que me reconociera o que alguien nos ligara así que decidí dejarla y sólo tener noticias de ella en la lejanía pero nunca la descuidé, siempre procuré que tuviera todo lo necesario. A la par de esos años, Osvaldo me propuso que montáramos la farsa de un matrimonio porque nadie sabía que él era agente y pensarían que al casarme con un actor, mi vida no tendría nada que ver con mi pasado. Accedí y pocos meses después nació Fer (sonrió entre las lágrimas) y fue una de las cosas más hermosas porque de cierta forma sabía que ella no correría peligro. La tuvimos en silencio muchos años, nadie supo que tuve otra hija y le dimos una escuela desde casa para evitar que la conocieran. Además, durante todos esos años, viajaba en secreto y con todos los cuidados del mundo a España para cuidar de Iván y donar los supuestos "autotrasplantes" con tal de que no se pusiera mal.

Pero nada puede ser perfecto... cuando Fer entró a la edad adulta tuvo que ir a una institución. Ahí conoció a Padilla y él tenía nexos con Ana... de hecho, él le había proporcionado el nombre de Isadora desde que yo estaba con ella en España. Por eso tú la conociste bajo ese nombre... yo me enteré de eso cuando conocí a Padilla. Poco después María llegó a pedirme trabajo y yo intenté alejarla todo lo posible para evitar que le hicieran daño. Juan Pablo también era blanco de Luis y de Ana por ser un buen agente pero mi hija fue obstinada y Max se terminó enamorando de ella. En esos momentos sentía el mundo encima.

Los meses siguieron su curso y yo estuve pagando el silencio de Padilla hasta que tú llegaste a mi vida. Supe que andabas investigándome desde mucho antes de lo que crees y supuse que, al conocer a Isadora, ella tendría algo que ver pero no fue así. Después de meses de investigación, me di cuenta que mi hermana ya no era consciente de sí misma y que no me ubicaba. Me crucé con ella en algunas ocasiones pero estábamos tan cambiadas que no supo ver quién era yo. Decidí que su vida no era tan mala y que podía seguir de largo sin ver nada de ella pero tú te encaprichaste más y más conmigo.

Osvaldo me advirtió que dejarte entrar sería peligroso para todos. Mi vida estaba de cabeza con todos los "problemas" que nos habíamos inventando en el falso matrimonio que llevábamos y si a eso le sumábamos el odio de mi hija al descubrir que yo era su madre pues no logré pensar mucho las cosas. El accidente de Fer, el problema de Max con Ximena, la relación frustrada con María y el regreso de Juan Pablo me complicaron la vida. Sin embargo, los tres me sorprendieron al ser fuertes y reponerse solos dándome una oportunidad más mientras Juan Pablo cumplía con su rol de sacerdote y me apoya con ellos. En ese momento sentí que me había equivocado de nuevo por no lograr alejarlos a todos pero es que... aunque me lo negara, amaba a mi familia más que a mi vida misma y Juan Pablo era una forma de conectarme de nuevo a España para saber también de Iván.

Intenté dejar de pensar las cosas tanto y quise creer que no sería más que un capricho tuyo, por eso en ese desfile me dejé envolver y las cosas salieron mal, tú te enamoraste y yo... yo también no pude evitarlo. Cuando te dije que me divorciaría de Osvaldo fue mentira, nunca nos casamos. Tuve que hablar con Óscar y confesarle algunas cosas por su ayuda. Osvaldo me advirtió que me haría daño dejar que mi corazón se enamorara porque nuevamente Ana se aparecería y destruiría todo pero no hice caso. Yo quise pensar, en ese momento, que no era amor, que sólo era pasión y deseo así que me dejé llevar por la magia de la situación hasta que Isadora se dio cuenta de quién era yo. Así que para encontrar solución a todo el desastre que había armado con mis mentiras decidí dejar que la bomba creciera y te estallara. Sabía que Ana se pondría muy celosa y te metería en problemas. Además... pensaba que no te amaba pero esa noche en el departamento cuando discutimos por "tu mentira" me sentí muy mal.

¡No pensé que fueras a cometer semejante locura! Me volví loca de pensar que te perdería y traté de evitarlo pero todo se complicó más y más. Mis hijos pensaban que me harías daño y Juan Pablo me dijo que Iván no estaba bien. ¿Sabes por qué no pude dispararle a Isadora en aquélla ocasión después del desfile? Porque era mi hermana, Dionisio. No me sentía capaz de herirla. Yo había hecho una promesa. Además, Osvaldo ya había comenzado a infiltrarse con Isadora para evitar que me hicieran daño. Todo el tiempo fingió estar de acuerdo con ellos para ayudarme. Sentía que el mundo me asfixiaba y para terminar de complicarme la vida, estaba embarazada. Día con día y mes con mes, las cosas se complicaban mucho más hasta que ya no supe qué hacer. Entre Osvaldo, Juan Pablo y yo discutimos las opciones que teníamos. Decidí que lo mejor sería adelantar el parto y entregarle los niños a mi hermano para que los cuidara pero también eso me salió mal.

No me esperaba que Sergio apoyara de esa forma a Isadora. Ella se había convertido en una gran delincuente del círculo de Sergio junto contigo y por obvias razones él nunca iba a investigar lo que ella hacía porque confiaba en sus decisiones y mucho menos sabía que era mi hermana. Así que sin darse cuenta me mandó a matar y me complicó la vida. Tuvimos que pensar en opciones pero el tiempo se me acababa y las cosas se pusieron peor cuando los medicamentos tuvieron otro efecto que yo no buscaba (los ojos se le cristalizaron). El día que te vi en la mansión y me gritaste todo lo que me odiabas me di cuenta que también a ti te había arrastrado al desastre que sola provoqué. Cuando desperté en España, Osvaldo me dijo que esos dos me matarían en cuanto tuvieran oportunidad. Hice todo por alejarlos y ustedes fueron necios. Intenté proteger sus vidas y mi corazón. No quería dañarlos más (sollozaba) pero mi amor por todos era mucho más fuerte.

Empecé a contactar a Franco porque debía confesarle las cosas pero nunca encontré valor y siempre que nos veíamos, Ana salía al tema como un remordimiento de él. Me sentía fatal. Me daba miedo decirle la verdad y ver que me odiara. Cuando fui a Salónica estaba dispuesta a hablar las cosas con él y pedirle algunas explicaciones sobre cosas que sabía que me estaba ocultando. Cuando llegué, Luis e Isadora se habían adelantado con Osvaldo y tenían a todos contra la pared. Tuve que escapar de ahí y mientras manejaba de regreso a Atenas me di cuenta que mi vida sólo era escapar, llorar, tener miedo, proteger a los demás y hacerme pedazos en el proceso. Medité las cosas con calma y me detuve un momento en medio de la carretera. Yo sabía todo... estaba enterada de que mi papá no era mi papá, mi hermana no llevaba la misma sangre que yo y que ambos me querían muerta. Supuse que era la mejor solución para todos. Morirme, quizá, habría sido un beneficio para ustedes pero de nuevo me salió mal.

Llamé a Alejandro para citarlo solo en Puerto del Pireo argumentando mi miedo. A esa casa no había vuelto en años... desde el día del homicidio donde descubrí la libreta de mi padre con muchas verdades, no había querido pisarla pero sabía que era el mejor lugar para morir pues creía que mi madre estaba muerta. Esa era una de las cosas que no sabía realmente y la cual nunca sospeché que fuera mentira. Ellos llegaron tal y como lo planeé pero nuevamente Franco intervino echando todo a perder. Ana Sofía no se murió con el tiro que le diste, sólo quedó mal herida y Juan Pablo se encargó de ella la semana completa mientras Osvaldo se encargaba de Luis. Nadie más sabía que ellos vivían. Ni siquiera entre ellos mismos sabían que el otro vivía.

Cuando llegué al hospital no estaba grave, sólo fue un teatro para terminar de pensar en cómo solucionar todo. Tenía miedo de hablar, no quería decir la verdad. Osvaldo habló conmigo por teléfono, al igual que Juan Pablo, y acordamos que en una semana, cuando mi cuello estuviera bien, lo volvería a intentar. Yo no quería matar a mi hermana pero era una promesa que ya me había tardado en cumplir por cobarde. Ella estaba viviendo el infierno que me hizo jurar no dejarla vivir y me estaba volviendo mi vida uno igual o peor. Además, Luis también sería una carga si lo dejábamos vivo y Osvaldo tenía cuentas pendientes con él por cuestiones de su hermana... detalles que no son relevantes para nosotros. Así que hoy... después del alta me fui con Osvaldo y le di el último gusto a Ana. La dejé que tuviéramos una "pelea en igualdad" como quería y con todo el dolor... me armé de valor y... le disparé (llorando).

Lo lamento, Dionisio. Sé que soy la peor persona que has conocido pero todo lo que hice fue por proteger a una persona que de niña me lo dio todo. Ana Sofía fue un gran apoyo y una gran hermana. Ella me confesó que no llevábamos la misma sangre pero que me adoraba y que eso nunca cambiaría. Fue la única que siempre apoyó mis deseos y mis sueños más locos. Gracias a ella entré a la organización y gran parte de mis habilidades se las debo a ella. No podía dejarla sola... Alejandro tampoco la iba a ayudar y ella tenía miedo. Mi inmadurez y mis miedos e inseguridades al no tenerla a mi lado me provocaron todo esto. Sólo me tenía a mí y yo a ella. De hecho Ana no quería que me involucrara porque sabía en dónde podíamos terminar pero le dije que pasara lo que pasara no la abandonaría nunca, era una promesa. Perdóname.

Dionisio no sabía qué decirle, estaba en shock y aún no lograba asimilar todo lo que acababa de escuchar. La miraba mientras intentaba regular su respiración y decir algo pero no lograba que nada saliera de su boca.

Perdóname, te lo ruego y no quiero más mentiras, me estaba ahogando en todo esto sola y no sabes el alivio que ha sido decirlo, por primera vez en muchos años, me siento libre. Aunque todavía hay dos cosas más que debes saber... (Suspiró profundo y agachó la mirada), nuestros hijos... no murieron... yo no tuve un aborto, pensé que así había sido porque no los escuché llorar nunca pero realmente están vivos y sanos gracias a Franco (sollozó). Él les salvó la vida y los cuidó durante estos dos años hasta que estuvieran fuera de peligro de morir, me lo confesó hace una semana cuando entré al hospital y, poco antes de eso, yo... (Los nervios la estaban traicionando) Yo... descubrí que... estaba embarazada de nuevo, lo cual fue otra razón más para decidir que era necesario terminar de una vez por todas con este desastre por completo. Lo lamento. De verdad lamento haberte metido en todo esto.

Él sólo la miró tratando de comprender lo que estaba ocurriendo. ¡Por Dios! Sus hijos estaban vivos y seguramente eran los dos niños que andaban todo el tiempo con Franco, Sergio o Isabel y no sólo eso, ¡iba a ser papá de nuevo! Se sentó un momento en la cama mirando al vacío tratando de no perderse pero fue inútil, sólo pudo soltarse en un llanto lleno de emociones.

En ese momento Victoria también se soltó a llorar dejando fluir todo el estrés que por años había guardado y sufriendo por pensar que seguramente todo se habría terminado entre ellos para siempre.

Mientras tanto, en la sala, la situación no era diferente. Había sentimientos encontrados y muchos en shock emocional. Nadie se esperaba todo ese desastre detrás de las acciones de Victoria.

Sería una tarde larga... y difícil.


*Continuará...*

¡Por fin saben la verdad!



¡GRACIAS POR SEGUIR, COMENTAR Y ESPERAR LA HISTORIA!

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☄️˚₊·] 𝘏𝘰𝘭𝘢! 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘰 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘰, 𝘴𝘰𝘺 𝘭𝘢 𝘢𝘶𝘵𝘰𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢, 𝘦𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘢𝘴 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘦...