Tras La Puerta Del Infierno [...

By andrewruiz10

3.3K 173 26

La historia de William Morrison está a punto de empezar. Brujas, vampiros, hombres lobo y otras criaturas sob... More

Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 23.
Capítulo 24
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Epílogo.

Capítulo 22.

36 1 0
By andrewruiz10

Elemiah seguía besando a William, incrementando la pasión. Aiden, dolido, no pudo evitar mirar hacia otro lado. Una vez ambos muchachos se separaron, William recobró el aliento. ¿Elemiah acababa de besarlo? ¿Por qué?

– Ya veo... —Dijo Aiden, dándose la vuelta— Con que tiempo y espacio, ¿eh?

– Fuiste tú quien besó a Marcos estando conmigo, Aiden... Lo siento.

Aiden se dio media vuelta, indicándole a los vecinos que no había fuego. De hecho, en ese instante, la llama de amor entre Aiden y William acababa de extinguirse por completo. Y, todo aquello que tenía pensado hacer para disculparse, simplemente se desvaneció, dando paso al recuerdo del beso entre aquel hombre y el que fue el amor de su vida.

William miró a Elemiah, sin saber que decir. ¿Por qué lo había besado? ¿Por qué lo había defendido de aquella manera frente a Aiden? Como si el serafín hubiese leído la mente del muchacho, Elemiah empezó a hablar antes de que William formulara sus dudas.

– He notado que ese chico te ha hecho mucho daño, así que he asumido que no querrías hablar con él. Como veía que no creía que yo era tu nueva pareja, te he besado porque es lo que hacen las parejas. 

– Oh, ya veo... Gracias, supongo.

– No hay de qué, Will... —Susurró Elemiah, aunque el muchacho lo escuchó a la perfección.

– ¡Will! —Exclamó Elizabeth, corriendo hacia su hermano.

– Hola, enana... ¿Qué tal estás?

– Bueno... Nadie se mete conmigo. Aunque Mindy no deja de recordarme nuestra conversación cuando se enteró de que estaba durmiendo en casa de los Marsh... Además, Mike está raro. Dice que siente como si tuviera algo importante qué hacer, pero que no recuerda que es...

– Oh, vaya... ¿Sabes si Aiden se está quedando en su casa estos días? 

– Solo se queda esta noche. Mañana se vuelve a New Hollow. ¿Qué tal en Lexington Academy?

– Bueno, no me salvo de las asignaturas de los mortales... Aunque ya domino mejor mis poderes. ¿Verdad, Elemiah? —El hombre miró fijamente a la niña frente a él. ¿Por qué William le estaba contando todo aquello?

– William. ¿Por qué le cuentas todo esto a esta niña y no a Aiden?

– Porque, esta niña, es mi hermana. Por eso.

– Oh, ya veo... Soy Elemiah, el serafín encargado de entrenar a William para que domine sus poderes.

– Encantada... —Dijo la niña, viendo el torso desnudo del hombre frente a ella. 

Elizabeth miró a su hermano y volvió a mirar al serafín. William se sonrojó, sabiendo lo que su hermana estaba pensando en aquel momento. Elemiah chasqueó los dedos, mostrando sus grandes alas blancas a una niña que se quedaba boquiabierta.

– ¿Recuerdas qué creía que era un brujo? —Dijo William, mostrando sus alas también— Resulta que Pop era un serafín. Como Elemiah.

– ¿El abuelo era un serafín? —Preguntó Elizabeth, sorprendida— Entonces, tú...

– Soy mitad brujo y mitad serafín. —Sentenció William, sonriendo a su hermana.

– ¿William? —Preguntó la niña,mirando fijamente a su hermano— ¿Puedes hacerme volar? Siempre he querido volar por el bosque...

– Nunca lo he probado. —Sentenció William, mirando a su entrenador— ¿Qué piensas, Elemiah?

– ¿Por qué no? —William estiró el brazo, apuntando hacia la muchacha.

Unas chispas de colores flotaban alrededor de los dedos de William, quien veía como su hermana lo miraba con entusiasmo. Con un suave vaivén de su mano, las chispas salieron disparadas hacia la muchacha, la cual empezó a elevarse del suelo.

– ¡Mírame, William! ¡Estoy volando! —Exclamó la niña, con mucho entusiasmo.

– Vamos, enana... ¡A ver quien llega antes al bosque!

Tanto William como Elemiah alzaron el vuelo, volando junto a la niña, quien gritaba y reía eufórica. Una vez llegaron al bosque, los tres se camuflaban a la perfección entre los árboles, haciendo rutas zigzagueantes. William hacía algunas piruetas aéreas, viendo como su hermana pequeña disfrutaba de ese pequeño momento íntimo con él. 

William sentía una pequeña cantidad de maná en el interior de su hermana, confirmando sus miedos. Tarde o temprano, los poderes de Elizabeth se activarían. Y, aunque William no quisiera, parecía ser el destino de su hermana. Así que se prometió controlar sus poderes, para poder ayudar a su hermana si alguna vez se le despertaban los suyos.

– ¡Ahora sé lo que sintieron los niños cuando Peter Pan los llevó a Nunca Jamás!

– Recuerda que ir hacia el internado es peligroso... Así que no te alejes mucho, ¿vale?

– Eres una gran figura paterna, William. —Sentenció Elemiah, haciendo que el muchacho se girara para mirarlo— Aun siendo su hermano mayor, te comportas como un padre con ella. Y, teniendo en cuenta el que yo tengo... Te puedo asegurar que es un cumplido.

– Gracias...

William se quedó mirando a Elemiah, quien le regalaba una pequeña sonrisa. Ambos se mantuvieron la mirada, sin decir ninguna palabra. Elizabeth veía a su hermano, sonriendo. Quizás había tardado unos meses, pero, al fin, había conseguido pasar página y perdonarse a sí mismo por el error de Aiden.

Después de un largo rato, William bajó a Elizabeth, la cual quería seguir volando.

– Liz... Es muy tarde. Mañana hay clase y deberías estar durmiendo.

– ¿Y tú? —Preguntó la niña, de brazos cruzados.

– La seguridad en la academia se ha visto incrementada. Las puertas de los dormitorios están bloqueadas por lo que no podemos entrar hasta las seis de la mañana.

– ¿Y no puedes teletransportarte dentro directamente?

Aquellas palabras hicieron mella en la cabeza de William. ¡Pues claro que podía teletransportarse adentro! Al fin y al cabo, los bloqueadores no funcionaban con él. El muchacho reía, negando con la cabeza. ¿Cómo era posible que su hermana pequeña fuera tan inteligente? ¿Cómo era posible que no se le hubiese ocurrido antes? Al dejarla frente a la casa de los Marsh, ésta abrió la puerta con una llave que le dio la madre de Mike.

– ¿Adónde vas sin darle un beso en la mejilla a tu hermano mayor?

– Jo, Will... Ya soy mayor para eso...

– Para mí siempre serás mi enana, Liz... —William puso la mejilla y ésta le besó.

Elizabeth entró en la casa, cerrando la puerta. A Elemiah se le escapó una tierna sonrisa ante aquella escena, haciendo que William se sonrojara. Al darse la vuelta, el Híbrido sintió la fuerza de la dama de blanco.

– Puedo sentirte, mamá. —Sentenció, haciendo que Delia saliera de su escondite.

– Veo que ya dominas mejor tus poderes, Will. Buen trabajo, Elemiah...

– Deberías ir a ver a papá. —Sentenció William, sin mirar a su madre— Contarle la verdad. O si no, tendrás que desaparecer de nuestras vidas... No puedo dejar que Lizzie se ilusione de tenerte si no te tuvo cuando te necesitó.

– No pretendo quedarme... Solo estoy aquí para vigilar que no le hagan daño. Y que tú no dejes salir a los Cuatro Jerarcas del Otro Lado.

– Como sea. —William se agarró a Elemiah, teletransportándose al interior del pasillo de los dormitorios masculinos. 

Ambos aparecieron dentro de los pasillos. William sonrió al ver que sus poderes habían funcionado y que los bloqueadores siguieran sin funcionar con él. Ambos se encaminaron en silencio hasta la habitación de Duke y William. Frente a ella, el Híbrido se detuvo, dándose la media vuelta.

– Gracias por ayudarme con Aiden y por jugar con Liz, Elemiah. No tenías por qué hacerlo, así que gracias.

– No hay de qué, William. —Sentenció el serafín, mirando fijamente al muchacho.

Ninguno de los dos decía nada. Ninguno de los dos se movía. William le deseó buenas noches, sujetando el pomo de la puerta. En ese momento, Elemiah le sujetó del brazo, haciéndole dar media vuelta. Los ojos de ambos conectaron como dos piezas de rompecabezas, diciéndolo todo... Sin decir nada.

Y, antes de que William pudiese reaccionar, Elemiah se inclinaba para besarle en los labios. Otra vez.


Continue Reading

You'll Also Like

350K 22.2K 28
Todo en mi vida era normal. Hasta que entre a ese bar. ¿Dirás cuál es el problema? Ahi los conocí, conocí el secreto de este pueblo. No puedes confia...
7.6K 247 50
Eres una chica que una noche has sido violada. Meses después la forma en la que Louis Tomlinson, un compañero de tu curso te comienza a tratar de una...
32K 2.2K 38
Luego del asesinato de sus padres, Halley se vió obligada a escapar de las personas que querían asesinarla, tras perder la memoria por un fuerte golp...
4.9K 356 10
Quiero que vuelvas, pero necesito olvidarte.