Capítulo 9.

103 6 2
                                    

Tiempo. Lo único que le pidió fue tiempo. ¿Y cuánto había tardado? Él lo sabía muy bien: 16 meses y 20 días.

Pero, si había aguantado tanto, ¿por qué volver ahora? William no lo entendía. Miraba el lector de llamadas de su móvil y no lo entendía. Ese número solo podía ser de una persona. No lo había olvidado. ¿Por qué lo estaba llamando? La persona que le había robado la sonrisa y roto el corazón aparecía de nuevo en su vida. ¿Sería para devolverle lo que le había quitado y reparar lo que había roto? ¿Tanto tiempo había tardado en ir a buscar sus herramientas?

"No." Pensó. "Viene a por otra sonrisa." "Demasiado tarde." Volvió a decirse a si mismo. Su padre ya se la había quitado. 16 meses y 20 días. No sabía qué decir, qué hacer.

– ¿No piensas cogerlo? —Le preguntó Duke, irritado.

– Yo... —Respondió el castaño, siendo callado por el silencio de su teléfono.

Le había colgado. Después de un largo rato, le había colgado. Pero ahí volvía de nuevo. Finalmente contestó y se pegó el móvil al oído.

– ¿Sí? —Su voz tembló. William se maldijo a sí mismo por mostrar temor, pero no podía evitarlo. Estaba aterrado.

– Me pediste tiempo... —Dijo la otra persona desde el otro lado de la línea— Pero no puedo dejar de pensar en ti. En lo que te hice... Te quiero Will. Y sé que tú también lo haces... ¿Dónde estás? Necesito verte...

¿Qué le diría? Si le decía la verdad, volvería a contarle cosas íntimas y volvería esa confianza pasada. Si no le decía nada, no se daría por vencido hasta saberlo. Cuando encontró la solución, respiró hondo y se armó de valor.

– Lejos, Aiden. Lejos.

Aquella mañana, William se había levantado más temprano de lo normal, a causa de las llamadas de su ex. Tras la respuesta, el otro muchacho no insistió, y William le colgó sin despedirse.

Duke refunfuñaba mientras se cambiaba. Para un día que podían dormir más, el teléfono del castaño les había fastidiado el plan.

– ¿Quién es Aiden? —Preguntó el cambiaformas, llamando la ateamnción del brujo— Por como sonabas, debe de ser alguien que te hizo mucho daño...

– Y así fue. —Se limitó a contestar el castaño, colocándose bien la corbata del uniforme.

– ¿No vas a contarme nada más? Colega, somos cómplices... ¡Juntos siempre y para siempre!

William no pudo evitar reír ante ese comentario. Cuando vio la sonrisa de su compañero, supo que lo había hecho a propósito para sacarle una carcajada. Entonces, suspiró.

– Aiden es mi ex novio. Hasta que lo conocí, hace dos años, siempre había salido con chicas del pueblo... Pero lo que sentía con él... Cada vez que nos besábamos sentía un bombardeo de emociones...

– Te volviste adicto a sus labios... —Aclaró el cambiaformas, intrigado por la historia.

– Así es... E incluso dimos un paso más allá. Y perdí mi virginidad con él. Pero entonces... Hace 16 meses y 20 días le pillé enrollándose con un chico que entrenaba con nosotros en el gimnasio...

– Que capullo. —Sentenció Duke— Lo siento, pero lo que hizo... Ya le vale.

– Así que lo dejé. Él me rompió el corazón y yo le pedí tiempo y espacio. No quería volver a verle...

– Joder... ¡Bueno, alegra esa cara! ¡Tengo una idea! Vamos a fugarnos esta noche...

– ¿Qué dices? —Preguntó William, esperando que su amigo bromeara. Al ver que Duke hablaba muy en serio, continuó— ¿Qué quieres? ¿Qué nos maten las Almas?

– No sabemos si nos matarán... Además, será divertido. Tú, Olivia, Katia y yo. Esta noche. Fiesta en New Hollow.

– ¿New Hollow? ¿Y cómo esperas llegar ahí, genio?

– Eso déjamelo a mi. —Duke le guiñó el ojo, empujando a William al pasillo— ¿Qué nos toca ahora?

– Química con Beau. Me parece extraño que Raven no nos de clase a primera hora...

– Quizás acabó exhausta de ayer... –Le respondió Duke, cambiando el tono para pervertir el significado de la frase.

– Eres un cerdo. Además, el único que corrió ayer fui yo.  Ella se quedó animando al titán para que me aplastara contra el suelo...

– Sigo sin creer que lo vencieras con un tornado... –Comentó el cambiaformas.

– Yo tampoco. Creo que me está empezando a gustar ser un brujo...

William y Duke salieron al exterior, encontrándose con un círculo de alumnos amontonados en el centro del jardín.

– Vaya, vaya... Veo que Abrahel ha vuelto...

– ¿Abrahel? ¿Ese nombre no es de...?

– Tú debes ser William Morrison... —Una sensual voz femenina sonó frente al castaño, quien miró fijamente a los ojos de la portadora de dicho sonido— No nos han presentado...

– Vaya pero si tiene voz... —Comentó Duke, apoyando su brazo sobre el hombro del brujo— Lo siento, querida... Pero William queda lejos de tu liga.

– Ningún hombre puede resistirse a mis encantos, Coleman... —La chica se acercó a la oreja derecha del cambiaformas y le mordió el lóbulo de ésta justo después de susurrar en ella— Nadie.

– Tú debes ser Abrahel... He oído hablar de ti, Reina de las Succubi. También conocida como la Madre de todas las súcubos... ¿No eres demasiado mayor para tomar la forma de una adolescente?

– En realidad, aparento tener 18. ¿Y tú no eres demasiado curioso como para ser tan callado?

– Oh, no, querida... No soy tan reservado como aparento. —William imitó a la demonio, acercándose a su oreja y mordiéndola justo después de susurrar en ella— Ojalá tengas la oportunidad de verlo por ti misma...

Duke siguió a su amigo mientras que Abrahel miró al brujo con interés. ¿Se había resistido a sus encantos? ¿Era, eso, acaso posible?

– Pensé que te gustaban los chicos... —Comentó Duke, una vez alcanzó a su compañero de habitación.

– No salgo con nadie desde hace casi diecisiete meses... Así que no he podido decantarme aún.

– ¿Qué te ha parecido Abrahel? Todos le van detrás como moscas... Pero ninguno merece sus palabras, así que siéntete especial...

– Siendo una súcubo como es... No sé si especial es como debería sentirme...

–¿Supongo que habláis de Abrahel? —La voz de Olivia sonó frente a los muchachos— Desde que ha vuelto... Todos los muchachos le van detrás.

– ¿Celosa, Parker?

– Muchísimo, Coleman... Estoy tan verde como una lechuga... —Ironizó la rubia.

– Como sea. Esta noche fiesta para animar a William. Nos vamos a New Hollow. ¿Os venís?

– ¿Cómo pretendes salir? —Preguntó Katia, mirando con suspicacia al cambiaformas.

– ¿Por quñe todos me preguntáis lo mismo? Yo me encargo... Además, os necesito para el transporte...

– Lo que quieres es que te teletransportemos allí... —Comentó Olivia, de brazos cruzados. Duke asintió firme, haciendo reír a los tres muchachos junto a él— No tienes remedio... Iremos.

– Decidido, entonces. Quedamos a las once y media enfrente del laberinto del silencio.

– De acuerdo... —Dijo Katia— Pero espero que sepas lo que haces...

– No os preocupéis, chicas... Está todo bajo control.

Tras La Puerta Del Infierno [Remastered]Where stories live. Discover now