Capítulo 42.

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Katia aparecía sobre el lago Moraine en Canadá, el cual se encontraba completamente congelado. Duke aparecía volando, tras al parecer, recibir un golpe de Kadosh. Olivia corría tras él, resbalándose con el hielo.

–Te tengo. —Sentenció la bruja, sosteniendo al que seguramente sería su futuro cuñado.

– ¿Katia? Gracias a dios has venido...

– Acabemos con esto, Kadosh. Ahora mismo, Ajiel, Zebulón y Saúl estarán recibiendo el mismo destino que tú.

– Mucho hablar para ser Guardián del Equilibrio, Evan. Normalmente sois más de luchas sin palabrería.

Evan se lanzó contra Kadosh, rasgando su camiseta con su arma. Caleb saltó sobre el Jerarca, dispuesto a todo. Olivia y Katia usaban su magia para contener al enemigo y Duke utilizaba el hielo a su favor.

– ¡Muere! —Exclamó Evan, usando la lanza contra el Jerarca.

Kadosh no pudo esquivar el ataque y la lanza se clavó en su pecho. Las brujas sonrieron, esperando la victoria. Pero sus expresiones cambiaron cuando éste lanzó, con el uso de la magia, a sus rivales lejos de él. Sus manos se posaron sobre la lanza y ésta se volvió completamente negra.

– Ahora es mi turno... —Comentó el Jerarca, atacando a los muchachos.

Katia y Olivia esquivaron el ataque con facilidad. Al ser brujas, usaron sus poderes para evitar el golpe cuerpo a cuerpo. Evan, que había sido desarmado, intentó recuperar su arma, pero, al no conseguirlo, se llevó un corte algo profundo en un brazo.

Duke y Caleb forcejeaban contra el Jerarca, el cual usaba su recién adquirida arma para defenderse y contraatacar. Olivia usó un conjuro para detener el vuelo de Duke tras recibir otro golpe de Kadosh.

– ¡Caleb, no! —Exclamó Evan, al ver como el Jerarca le clavaba la lanza en el pecho.

En un veloz movimiento, Kadosh sujetó el hacha de Caleb, volviédola negra también.

– ¡Cuidado, Evan! —Katia intentó alcanzar al Guardián, resbalándose con el hielo.

Cuando estuvo cerca del muchacho, la cabeza de éste cayó al suelo, cortada con el hacha del que había sido su amigo. Kadosh usó sus poderes para recuperar sus dos armas y Katia sujetó el decapitado cuerpo de Evan antes de que éste cayera al suelo.

– ¡Evan! —Exclamó Caleb, cayendo de rodillas al suelo. Kadosh aprovechó el momento para cortarte la cabeza a Caleb, la cual rodaba a los pies de la bruja.

– ¡Caleb! —Exclamó la rubia, creando una onda expansiva que lanzó a Kadosh por los aires. 

Katia se levantó, ladeando la cabeza hacia el Jerarca, quien se restablecía del golpe recibido. Olivia lloraba, abrazada a Duke, quien trataba de mantenerse a flote para la bruja entre sus brazos. Los ojos de Katia parecían vacíos, carentes de alma. Hasta que tomaron un color morado intenso.

– ¡Ossox! —Exclamó la rubia, alargando el brazo derecho, dejando a Kadosh de rodillas al suelo.

Katia estiró ambos brazos, haciendo aparecer dos esferas de fuego azul. La bruja corrió hacia el Jerarca, el cual se levantaba. Kadosh cortó el aire con el hacha de Caleb, pero Katia fue más rápida, teletransportándose detrás del Jerarca.

– Demasiado lento. —Sentenció, con una gutural voz, antes de clavar sus dos manos en la espalda del Jerarca, incendiándolo por dentro con las esferas de fuego. 

Katia volvió a teletransportarse junto a su hermana, viendo como Kadosh ardía en llamas. Cuando creyó haber vengado a los Guardianes del Equilibrio, el Jerarca se reconstruyó como si nada, haciendo aparecer de nuevo el hacha.

– No ha servido de nada... —Dijo Katia, volviendo en sí— Caleb... Evan... 

– No os preocupéis por ellos... Ahora mismo los volveréis a ver en el Otro Lado.

– ¡Vámonos, Katia! —Exclamó Olivia, alcanzando a su hermana.

– No... No podemos dejarles aquí... No... No podemos...

– ¡Ya es demasiado tarde, Katia! No podemos hacer nada! – Olivia los teletransportó a la vez que el hacha rozaba sus cuerpos.

Al aparecer frente a Lexington, una profunda herida se mostró en el tronco superior de los tres muchachos, quienes cayeron de bruces al suelo. Allí se encontraban Aiden y William. Éste segundo se acercó para curar las heridas de sus amigos.

– ¿Dónde están Caleb y Evan? —Katia miró hacia el suelo, continuando con su llanto. Duke negó con la cabeza— Maldición... ¿Kadosh sigue vivo? —Olivia asintió— No por mucho tiempo... Cuidad de Aiden.

William hizo aparecer su daga de doble filo y se teletransportó al lago Moraine. Kadosh arrastraba sus nuevas armas contra el hielo, afilando el hierro. Los cadáveres de Evan y Caleb seguían en el campo de batalla.

– Me preguntaba cuánto tiempo tardarías en aparecer.

– Aquí me tienes. Terminemos con esto de una vez.

William sacó la daga de doble hoja, cortando el aire. Kadosh se protegió con el hacha, saltando sobre el Híbrido. Éste esquivó el ataque, viendo como el hielo comenzó a resquebrajarse. William corrió a por Kadosh, quien lanzó la lanza de Evan. William la partió en dos, teletransportándose frente al Jerarca, quien sintió como la daga se clavaba en su garganta.

– Esto por lo que les has hecho a Caleb y Evan. —Sentenció el Híbrido, arrancando la daga del cuello del Jerarca.

William teletransportó los cadáveres de Caleb y Evan antes de que estos cayeran al agua, al romperse el hielo a sus pies. Kadosh cayó al suelo. De su garganta no paraba de brotar sangre. En su mirada se veía el dolor y el sufrimiento que estaba padeciendo. William podía hacer dos cosas: O rematarlo y cesar con su miseria, o dejarlo morir cruelmente.

El Jerarca buscó al Híbrido con la mirada para suplicarle que lo matara. Pero este ya se había ido.

Tras La Puerta Del Infierno [Remastered]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora