Capítulo 21.

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La hora de la cena llegaba, haciendo que los alumnos de Lexington Academy se dirigieran al comedor. Una vez allí, Marie Duvall se levantaba para decir unas palabras.

– Esta tarde, el director Terrance falleció por un ataque al corazón. —Sentenció la pelirroja, llamando la atención de los alumnos. Los que conocían la verdad, se cruzaron de brazos— Por eso, os notifico que, a partir de hoy, yo seré la nueva directora de Lexington Academy. Y, a causa de la muerte de Blair Edwards en manos de las Almas, decido incrementar la seguridad. Las puertas de los dormitorios serán selladas a las diez en punto de la noche. Todo aquel que no se encuentre dentro de los dormitorios, tendrá que refugiarse toda la noche o ser atrapado por las Almas.

Los alumnos empezaron a quejarse. Zachary los mandó a callar, dejando que la nueva directora siguiera indicando algunos cambios que se verían en la academia. Duke, Olivia, Katia y William no podían creerse lo que estaba pasando.

– Suerte que tus poderes no están bloqueados, William... —Comentó Duke, entre susurros— Después de esto, voy a necesitar salir de fiesta. ¿Os apuntáis?

– Siempre, Duke... Ya lo sabes...

Los alumnos empezaron a cenar, hablando de sus cosas. Era la primera vez que William disfrutaba del rato que debía pasar en aquel comedor para desayunar, comer y cenar. Duke planeaba como y cuándo escaparse para dirigirse de nuevo a New Hollow y volver a algún club nocturno de la gran ciudad.

Hasta que, la entrada de un hombre apuesto, llamó la atención de todos los alumnos y profesores de la sala. El hombre iba vestido con una camiseta de tirantes ajustada al cuerpo, dibujando el relieve de todos sus músculos, unos shorts de chándal negros y unas deportivas del mismo color que los pantalones.

Algunas alumnas suspiraron. Otras, miraron al hombre con interés, esperando a ver dónde se paraba aquel adonis. En cuanto lo hizo, William no pudo evitar mirar al apuesto ser que estaba delante suyo.

– ¿Elemiah? Estás... Diferente. —Sentenció el Híbrido, mirando al serafín encargado de entrenarlo— ¿Esa es mi ropa?

– Eh... Sí. —Sentenció el hombre, con un tono neutro— He estado observando a los humanos que nos encontramos esta mañana. Algunos iban vestidos con estas ropas, aunque no parecían tan incómodos como yo... A ellos no los miraban tanto.

– Eso es porque te ves demasiado sexy con ese chándal, Elemiah. —Sentenció William, sonrojándose al darse cuenta de cómo había dicho aquello— ¿Por qué te has puesto un chándal, de todas formas?

– Vengo a buscarte para seguir entrenando. Y, al ver la flexibilidad que te proporciona esta ropa, he pensado que estaría bien vestirse así.

– ¿Entrenar? ¿Ahora? No puedo salir después de las diez de la noche de la academia, Elemiah. La directora Duvall ha incrementado la seguridad.

– Pues volveremos a las seis de la mañana. —Sentenció el serafín, sujetando a William del brazo— Mi misión es bastante clara: Ayudar al Híbrido a dominar sus poderes. Y, para eso, necesitas mucho entrenamiento.

– De... Acuerdo.

Antes de que cualquier profesor pudiera abrir la boca, Elemiah se llevaba a William a un lugar que conocía a la perfección. Allí, había experimentado su primer beso. Allí, había experimentado su primer sentimiento de orgullo. Allí, había experimentado los amargos sabores de una ruptura y de una derrota. Porque ambos se encontraban en el campo de Lacrosse del instituto al que William solía asistir antes de conocer su mayor secreto.

– ¡En guardia! 

Elemiah creó dos esferas de luz, las cuales lanzó a William, quien las esquivó con bastante destreza. El muchacho usó sus poderes para rechazar los ataques del serafín, el cual atacaba sin cesar. El Híbrido tomó el control del cuerpo de William.

– Esto es inútil, Elemiah. Soy la forma completa de William Morrison. Él jamás será tan fuerte como yo.

– Yo estoy seguro de que sí lo será. Y te lo voy a mostrar.

– Ahora mismo estoy intrigado...

Elemiah se quitó la camiseta, dejando su torso al desnudo. William observó cada centímetro del cuerpo musculado del serafín, recuperando el control de su cuerpo, sonrojándose ante la presencia de aquel ser celestial.

– Te lo dije. —Sentenció el serafín, invocando una espada de fuego— ¡En guardia, William!

William saltó hacia atrás, esquivando el ataque de Elemiah, quien le sonrió. El Híbrido trató de retomar el control, pero William se resistía, esquivando todos los ataques del serafín. Cuando Elemiah se teletransportó para aparecer detrás de William, este se dio la vuelta, bloqueando el ataque con una espada de fuego que acababa de aparecer en sus manos.

– Bravo... Acabas de invocar tu primera espada de fuego. —Sentenció Elemiah, saltando hacia atrás para separarse de William— Para hacerlo, necesitas mucha energía celestial... Por lo que ya dominas mejor tus poderes.

– ¡En guardia, Elemiah! 

Los ataques de William eran rápidos y ágiles. Elemiah esquivaba, bloqueaba y atacaba con dificultad, pero el Híbrido no se daba por vencido. En cuestión de minutos, los muchachos pasaron de lucha de espadas a una lucha con poderes, creando destellos cegadores y rayos que ascendían hacia el cielo. Algunos vecinos de Lexington observaron los destellos y los ruidos, creyendo que se trataban de explosiones. 

Ambos muchachos pararon al sentir la presencia de algunas personas en el campo. El primero en aparecer era la persona que menos quería ver William en ese momento. Aiden Marsh llegaba al campo de Lacrosse, en busca del fuego que los vecinos creían que se había originado. 

Al llegar, lo único que encontró fue a William y a un musculoso hombre joven sin camiseta mirándose el uno al otro. En cuanto ambos notaron su presencia, los ojos del muchacho se encontraron con los del Híbrido.

– Aiden...

– Will. —Sentenció el muchacho, seguido de algunos vecinos— ¿Qué haces aquí? 

– Yo... Estaba enseñándole a Elemiah mis sitios preferidos del pueblo. ¿Qué hacéis vosotros aquí?

– Hemos visto destellos y oído explosiones en esta zona... Pero no parece haber fuego.

– William. —Sentenció el serafín, mirando fijamente al muchacho— Noto cierta incomodidad por tu parte.

– Pues... Elemiah, él es Aiden. Mi ex. Aiden, él es Elemiah...

– El entrenador de William. Mi misión es conseguir que domine sus...

– Capacidades físicas y pueda mejorarlas. —Sentenció el Híbrido, haciendo que Elemiah se diera cuenta de que Aiden no sabía la verdad.

– Eso mismo. —Sentenció el serafín.

– ¿Podemos hablar, Will? —Preguntó Aiden— Apareces y desapareces sin más, todos creen que estás en la India pero te encuentro de fiesta en New Hollow... ¿Puedes contarme la verdad?

– La verdad... —William no sabía qué hacer. No sabía qué decir. Pero, entonces, Elemiah abrió la boca.

– La verdad es que William está en la India. Allí nos conocimos. La verdad es que no soy solo su entrenador personal. También soy su nueva pareja.

– ¿Tu nueva pareja? —Preguntó Aiden, acercándose a William. Éste desviaba la mirada, incapaz de enfrentarse al muchacho frente a él— No me lo creo.

Y, sin más, Elemiah sujetó a William de la mejilla, le giró la cara para mirarlo fijamente a los ojos y le dio el beso más tierno y suave que le habían dado jamás. 

Tras La Puerta Del Infierno [Remastered]Where stories live. Discover now