Capítulo 2.

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*De izquierda a derecha: Mayra Dougherty, Marie Duvall, Thomas Terrance y Elizabeth Morrison*

William necesitaba oír la voz de su hermana. Necesitaba saber si su padre le había dicho algo de Lexington Academy. De no ser así, necesitaba decirle que aquella tarde no iría a buscarla a la escuela y que no volverían juntos a casa para cenar en familia. Al menos, no en mucho tiempo. Decidió marcar su número y esperar a que la muchacha respondiera.

Un toque. Nada.
Dos toques. Nada.
Tres toques. Nada.

¿Por qué no respondía? A esa hora estarían entre clases por lo que tendrían libertad para sacar el móvil en clase... ¿Por qué no respondía a su llamada? 

– ¿Will? —La dulce voz de su hermana pequeña hizo que William comenzara a llorar— ¿Por qué me llamas? ¿Ha pasado algo?

– No... Solo quería oír tu voz, enana. —Elizabeth no sabía nada. Su padre no le había dicho que acababa de encerrar a su hermano en aquel lugar— ¿Todo bien?

– Bueno... Define bien. Vuelvo a estar castigada por tu culpa, Will... Las divas consentidas han vuelto a meterse conmigo y...

– Supongo que las has puesto en su lugar tal y como te enseñe. —Liz soltó un suave "sí", haciendo reír al muchacho.

– Ahora, en serio... ¿Te pasa algo? Suenas triste...

– ¿Yo, triste? Que va... Vaya, tengo clase... Te quiero, enana

– Yo... Yo también te quiero.

William colgó al mismo tiempo que una muchacha rubia entraba en el aula. Al principio, William creyó que se trataba de una alumna que no había venido a la clase anterior, pero, al verla sentándose en la mesa del profesor, sospechó que se trataba de la profesora de Historia.

El "te quiero "que Will le había regalado a su hermana a modo de despedida había sonado a más despedida permanente de lo que el muchacho hubiese querido. Se limpió las lágrimas y se levantó de su silla, encaminándose a la mesa del profesor.

– Disculpa, ¿eres la profesora? —La muchacha asintió, sorprendiendo al muchacho. Aquella chica aparentaba tener la edad de los alumnos— Verá... Mi hermana pequeña no sabe que mi padre me ha encerrado aquí por lo que me esperará esta tarde en la puerta de su escuela aunque yo nunca apareceré. Me preguntaba si habría alguna posibilidad de salir para despedirme de ella. 

– Eres nuevo, ¿verdad? Nunca te he visto por aquí... ¿Has entrado hoy?

– Así es... Hace unas horas.

–  Entonces aún no estarás en la lista. Por lo que puedes ir a ver al director Terrance para pedirle el permiso. 

– Muchísimas gracias...

– Mayra Dougherty, encantada de conocerte William.

– ¿Cómo sabes cómo me llamo? —Preguntó el muchacho, boquiabierto.

– Tal y como te he dicho, soy profesora. Nos han notificado tu ingreso...

– Por lo que sabías que hace unas horas que he entrado... —La muchacha se limitó a sonreír, mientras que William reía a carcajadas. 

Una vez fuera, se encaminó de nuevo a Secretaría dispuesto a suplicar por ver a su hermana pequeña. Al llegar, llamó a la puerta. 

– Adelante. —Sentenció Marie Duvall, desde el interior— Señor Morrison, ¿a qué se debe su visita? 

– Me gustaría pedir un permiso al director Terrance para volver temporalmente a Lexington.

Marie pulsó una tecla y la voz de Thomas Terrance sonó desde el teléfono. La pelirroja le notificó que William quería verle para un permiso de salida y el hombre le ordenó que lo dejara entrar.

Tras La Puerta Del Infierno [Remastered]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora