"¿Por qué es gay?" gimoteó Dinah golpeando la cabeza contra la mesa de la cocina. "Es demasiado sexy para ser gay."
Camila se encogió de hombros. "Los sexys normalmente son gays. Rupert Everett... Ricky Martin... Elton John..."
"Ricky Martin no es gay," discutió Dinah.
"Continua diciéndotelo," dijo Camila palmeando el brazo de su mejor amiga.
Dinah abrió la boca para responder. Entonces frunció el entrecejo. "Espera un segundo, Elton John no es sexy."
"Estoy segura que hay quien lo cree," replicó Camila. "Y, en cualquier caso, no podía pensar en otro."
Dinah suspiró, de repente recordando el tema original. "Bueno, ¿cómo llevas todo esto?"
"No hay mucho que llevar," contestó Camila con un encogimiento de hombros. "Realmente no lo pillo, pero no voy a volverle la espalda ni nada. Sólo me siento mal por el resto de la familia. No van a hacérselo pasar bien."
"Que rollo," comentó Dinah. "Realmente debieran darle un respiro. No es el fin del mundo."
"No van a verlo así. Andrew está molesto porque piensa que crió a su hijo para ser una nenaza. Y mamá cree que Harry va a ir directo al infierno. Sofi... no sé. Probablemente le asusta que sus amigos lo averigüen y empiecen a gastarle bromas."
"¿Y Harry?" sugirió Dinah. Camila frunció el ceño. "No lo sé..."
Su conversación fue interrumpida de repente por el teléfono sonando, que Camila procedió a coger. "¿Sí?" dijo.
"Hola," respondió una voz masculina. "¿Me recuerdas? Hablamos antes."
Camila le lanzó una mirada cuestionadora a Dinah.
"¿Hablamos?"
"Sí, me diste tu número."
"¿Te lo di?"
Una pausa. "Quizá tengo el número equivocado."
"Probablemente."
"Lamento esto."
"Sin problema."
"Adiós."
"Adiós." Camila colgó el teléfono.
"¿Y bien?" preguntó Dinah expectante.
"Número equivocado," explicó Camila. "Bueno, ¿qué crees que debería hacer con Harry? ¿Debería ir a verle? ¿Llamarle? ¿Escribirle un anónimo?"
Dinah se rió. "'Querido Harry, te escribo un anónimo para hacerte saber que me parece totalmente bien que seas gay... '"
"Vale, quizá lo llame mañana," dijo Camila. "¿O crees que debería ir a su apartamento? Aunque no estoy segura de qué decirle."
Dinah lo consideró. "Bueno, podrías decirle exactamente lo mismo que le dirías si no supieras que era gay. Estoy bastante segura de que tuvieron conversaciones previas a este anuncio."
Camila soltó un suspiro exasperado. "Tienes razón. No sé por qué estoy armando semejante barullo."
"Bueno, sabes, es un gran barullo. Ahora, en vez de no saber con que chicas está durmiendo, no sabrás con qué chicos está durmiendo. Un enorme cambio en tu vida. Permíteme llamar a tu comecocos."
"Graciosa," replicó Camila. "Le llamaré mañana. Sólo para ver cómo le va."
Dinah asintió con aprobación. "Fabulosa idea."
~~~~~
Keaton colgó el teléfono. "Bueno, aquí tienes," le dijo a Lauren. "Llamé. Debe haberme dado un número falso."
Lauren se le quedó mirando. "¿Se te ocurrió preguntar por ella?"
Keaton lo consideró. "Bueno... no..." Se encogió de hombros. "Pero, de todas formas, el trato era que llamase. En ninguna parte del contrato se declara que tenía realmente que hablar con ella."
"Rollista" le informó Lauren.
Keaton le tiró la tarjeta. "Disfruta tu correo de fans. Voy a tomar una ducha."
Lauren le observó alejarse, entonces giró la tarjeta comercial en su mano. Era blanca, simple. En la cara se leía: "Camila Cabello. Obras de arte original: pinturas, bocetos a carboncillo, óleo & lápiz. E-mail: camilacabello@hotmail.com". También tenía su dirección y número de teléfono. Que confiada.
Se quedó mirando la dirección de correo electrónico durante un rato, decidiendo el curso de acción. Sólo una nota rápida, decidió, abriendo su buzón. Notó el mensaje urgente de su agente pero lo ignoró, pulsando el botón de 'correo nuevo' en cambio.
Asunto: tu arte
Mensaje:
Lauren miró el parpadeante cursor, insegura de qué escribir.
Mensaje:
Estimada Srta. Cabello,
Compré un boceto suyo antes. La figura en la imagen reflejaba tanto de cómo me siento a veces, que era como si hubiera sido dibujado conmigo en mente. Me pregunto si tiene una galería aquí, en Nueva York, dónde pueda quizá ver más de su obra.
Atentamente,
Lauren hizo una pausa. ¿Atentamente quién? Miró por el apartamento en busca de un nombre para terminar el correo. Finalmente, se decidió.
Atentamente,
L. Michelle.
De todas formas, nadie sabía su segundo nombre. Leyó por encima el correo y, decidiendo que era lo bastante discreto, lo puso en camino.
~~~~~
Camila se sentaba a la mesa de su cocina, tarde el día siguiente. Se había pasado el fin de semana entero evitando el temido ensayo y ahora no tenía otra opción salvo concentrarse.
"Concéntrate," se dijo, mirando fijamente la pantalla del ordenador. "Había hadas... y un tipo con un asno en la cabeza." Agitó la cabeza.
"Shakespeare debía haberse metido algo." Hojeó la obra en sus manos. "Titania era genial. Quizá puedo hablar de ella. Reina de las hadas y todo. Suena divertido. Reina de las hadas."
Se detuvo a considerarlo. "Necesito dejar de hablar sola."
Llegó hasta escribir, "Titania, Reina de las hadas," cuando el teléfono sonó, interrumpiendo su productividad.
Secretamente aliviada por la interrupción, agarró el receptor de su sitio en la pared. "Hola."
"Hola, hermosa." Camila sonrió levemente. "Eh, Wesley."
"Te extrañé este fin de semana," dijo. "¿Quieres hacer algo esta noche?"
Camila miró a su ordenador. "Desearía poder, pero tengo este ensayo que he estado retrasando dos semanas. Es para mañana."
"Oh," dijo él, desilusión en su tono. "¿Que tal si nos vemos después de tu clase de mañana? Podemos ir a comer algo."
Camila tuvo en cuenta su horario del lunes. "Supongo que puedo meterte," contestó, sonriendo. "De todas formas quiero hablarte de algo."
Wesley hizo una pausa. "¿Sobre nosotros?"
"No, en absoluto," contestó rápidamente. "Cosafamiliar."
"Hablando al respecto," empezó Wesley, "hablé con tu padre antes. Cenamos en su casa el viernes."
Camila se sintió de repente irritada. ¿Por qué siempre creían que podían planearle la vida? ¿Y qué si tenía algo importante que hacer el viernes? ¿Alguna vez se les ocurría preguntar primero? "Vale," dijo, no deseando empezar una discusión. "Oh, eh, vendí tres obras el otro día."
"Eso está bien, nena," respondió Wesley. "Bueno, tengo que irme. Le estoy poniendo un sistema estereo de muerte al 'stang. Sofi va a morirse cuando lo vea."
Camila intentó ignorar la punzada de desilusión que le recorrió. No era la primera vez que Wesley desechaba sus logros. Sabía que él pensaba que la pintura era una pérdida de tiempo. "Como si mi hermano no se te adorara ya lo bastante," bromeó.
Wesley se rió. "Sí, bueno... pero yo te adoro a ti."
Camila forzó una sonrisa que no sentía. "Debiera volver a mi ensayo," dijo, no deteniendo a preguntarse por qué, de repente, prefería escribir su ensayo a hablar con su novio. "Aunque te veré mañana."
"Te veo entonces, nena," respondió Wesley. "Te quiero."
"Yo también te quiero," le contestó.
Tras colgar el teléfono, suspiró. Estaba deprimida y no estaba segura por qué. Miró la pantalla del ordenador resignadamente. Quizá debiera abandonar la facultad. No necesitaba una licenciatura en Artes Visuales para ser artista. Por la forma en que iban las cosas, de todas formas se casaría pronto con Wesley y entonces no tendría que preocuparse del dinero. Iba a ser un abogado de los buenos, después de todo. Con un automóvil de los buenos. Y una vida de las buenas. Y una abandona estudios por esposa.
Cerró la ventana del ensayo y pulsó su conexión a Internet. Quizás su padre le había respondido. Él normalmente le hacía sentirse mejor. Con frecuencia consideraba mudarse a México. Pero no podía irse y dejar atrás a su madre y hermana. Y a Andrew. Y a Harry. Y a Dinah. Oh, y a Wesley, por supuesto.
Dos mensajes nuevos. Sonrió cuando notó que su padre había escrito. Ansiosamente, pulsó en la carta.
¿Cómo le va a mi bebé? Confío que acabases tu ensayo para ahora pero, conociéndote, será domingo noche y todavía no tendrás un tema escogido. LOL. ¿Verdad? Bueno, estoy seguro que saldrás con algo. Porque eres brillante (justo como tu padre). El trabajo me mantiene ocupado. Acabo de regresar del sitio de construcción hace un ratito. Estamos reconstruyendo una vieja capilla. Pero no te preocupes por eso.
Te dejaré volver a tu tarea
Te quiero,
Papá
Camila sonrió sintiéndose levemente mejor. Le escribió una nota preguntándole cómo la conocía tan bien y diciéndole que tuviera cuidado en el trabajo. Entonces siguió al siguiente mensaje de su bandeja de entrada. No reconoció la dirección. El correo se abrió en pantalla y examinó el contenido, esperando que fuera correo basura. Le sorprendió ver que no lo era. Así que lo leyó de nuevo.
"Bueno, es una primera vez," dijo aturdida. Cualquier tristeza que hubiera sentido momentos antes fue, de repente, reemplazada por júbilo. ¡A alguien realmente le gustaba su obra! Se sentía tan feliz que deseaba levantarse de la silla y bailar por la cocina. Nunca nadie le había escrito antes. Habían comprado sus trabajos y dicho que eran preciosos, pero tomarse el tiempo para realmente escribirle. Uau.
Camila se enderezó en su silla, poniendo su pelo detrás de las orejas. Se mordió el interior del labio, mientras debatía qué responder.
Estimado L. Michelle
Me complace que disfrutara mi obra. Me agrada que le hablase. ¿Puedo preguntar cuál era? Podría darle una mejor idea de lo que estaba pensando cuando la creé, si le interesa. Me temo que no tengo galería, pero gracias por preguntar. Quizá algún día, si todos mis sueños se cumplen.
Gracias por su carta. Fue una inesperada aunque bienvenida sorpresa. No sólo me permitió diez minutos extras de remoloneo, sino que también alegró un día, por otra parte, deprimente.
Atentamente,
Camila Cabello
Leyó el correo un par de veces, esperando que no sonara demasiado bobo. Debatió si borrar o no el segundo párrafo. Después de mucho debatir, al final decidió dejarlo. Era la verdad, después de todo.
Correo enviado, volvió a abrir el archivo de su pseudo-ensayo. Pero ahora no podía concentrarse en Shakespeare. Estaba demasiado emocionada por el hecho de recibir su primer el correo de un fan.
Se rió para sí mientras el concepto calaba. "En alguna parte ahí fuera, tengo un fan."