¡Hola Chic@s! Me alegra que les guste la historia. Este es un capítulo que disfruté mucho al escribirlo. Espero que sea de su agrado y les agradezco mucho sus comentarios así como el que sigan la historia.
DISFRUTEN SU LECTURA...
O: ¿qué pretendes?, no pienso firmar estos papeles (Alzando la voz) ¡estás loca!
V: no, si no te estoy preguntando si los quieres firmar Osvaldo, te dije que LOS DEBES FIRMAR (Alzando por igual la voz).
O: ¿crees que es tan fácil? (Perdiendo más la paciencia).
V: no me interesa si lo es o no, te pondré claras las cosas, o aceptas firmar por la buena o nos vamos a juicio, piénsalo muy bien Sandoval, no te conviene el escándalo.
O: a ti tampoco (altanero).
V: es lo que menos me importa con tal de librarme de un animal como tú.
Para ese momento los muchachos ya llevaban presenciando más de media conversación, realmente atónitos de la valentía y actitud de su madre.
O: ¿animal? (Tomándola del brazo) ¡Cuida tus palabras!
V: (jaló su brazo) ¡no me hables así!, y sí, lo repito, ¡eres un animal!, jamás les habías pegado a nuestros hijos pero por defender a esa zorra lo hiciste ¿no?
Osvaldo la iba a abofetear pero Victoria le detuvo la mano mientras le lanzaba una mirada cargada de coraje, rencor y odio.
V: nunca en tu vida se te vuelva a ocurrir intentar si quiera ponerme una mano encima porque te vas a arrepentir (le aventó la mano) y ahora escúchame muy bien, estoy dispuesta a dejarte lo que quedó que son esas cinco propiedades y esta maldita casa a cambio de tu firma, no tengo más porque si lo tuviera también te lo daría pero si no aceptas, me voy a juicio donde demostrando tu infidelidad te dejaría en la calle como el perro infeliz que eres.
O: (la miraba con rabia y atónito) ¡cállate perra! (La cacheteó) ¡jamás te daré el divorcio!
V: (le regresó el gesto) ¡no me vuelvas a pegar Sandoval! Y ¿cómo no?, ¿pues no que estabas harto de mí?, ¿qué te impide firmar?, ¿no te morías de ganas por correr al lado de tu amante?
O: voy a seguir con mi amante pero a ti no te daré la libertad por puro orgullo (altanero).
V: (soltó una carcajada) no me hagas reír Sandoval, sabes muy bien que si me lo propongo te quedas en la calle y sin esposa e inclusive, no dudo que también sin amante (sonrió) así que piénsalo muy bien.
O: ¡es mi última palabra, no tengo nada más que decir! (Firme).
V: ¡cómo quieras!, te voy a dar un mes para que lo decidas por convicción mientras tanto, no pienso seguir viviendo bajo el mismo techo que tú. Esta es la casa de mis hijos y si se quieren quedar aquí están en su derecho pero yo no, ya me harté así que con permiso (tomando su bolsa) me voy, buenas noches.
Sin embargo Osvaldo la tomó fuertemente del brazo. La furia lo estaba invadiendo porque le parecía imposible que ella le hubiera ganado los planes y no lo pensaba permitir, debía ponerle un alto.
O: ¡te dije que no vas a ningún lado Victoria!, tú eres mi esposa y aunque no te guste no podrás cambiarlo. Tengo el poder suficiente para destrozarte tus planes así que mejor olvídate de la idea del divorcio porque no te lo voy a dar (echaba fuego con la mirada).
Los muchachos estaban entre asustados y nerviosos. Nada bueno podía resultar de unir el carácter de sus padres de esa forma. Alguno podía salir lastimado y lo más seguro es que ese fuera su madre pero realmente no sabían a qué atenerse.
V: (alzó la voz sumamente decidida y firme) ¿no me digas Sandoval?, ¡SE ME ACABÓ EL MIEDO!, ya no tengo ganas de seguir a tu lado. Estoy cansada de lo mismo, no vales la pena y me tardé mucho tiempo en darme cuenta pero lo hice y ahora seré libre con tu aprobación o sin ella (se soltó de él) así que deja de tratar de aparentar una actitud fuerte porque ya no me impresionas.
O: ¡no me retes Victoria, te juro que no sabes de lo que puedo ser capaz y...!
V: (interrumpiéndolo) ¡ay, ya basta contigo!, ya me hartaste. Amenaza a tu amante que la tienes dominada porque en mí perdiste todo poder y no pienso seguir discutiendo, ¡buenas noches!
Victoria caminó a la puerta dejando a un Osvaldo furioso, lleno de rabia y con mucho coraje, ¡eso no se quedaría así, Victoria le pagaría con creces esa humillación! Mientras tanto, los muchachos se observaron atónitos, era claro que el hombre con el que ahora tenía una relación le estaba haciendo un bien muy grande.
*Casa Dionisio*
Alonso estaba sentado mirando a la ventana pensando en la forma de que Dionisio fuera un poco más comprensivo con Victoria. Ella estaba dando mucho por ambos, no podía reclamarle nada. Por el contrario, debería ponerse en su lugar porque siendo una mujer casada era demasiado lo que ya le estaba dando.
*Mansión Sandoval*
Osvaldo no cabía del coraje cuando sus hijos bajaron hasta ponerse frente a él con una mirada arrogante y retadora.
Max: vaya papá, ¿no que tenías a mi madre bajo tu control?, ¿qué pasó? (Burlándose).
O: ¡cállate Maximiliano!, después vas corriendo con tu madre a decirle que te pegué así que mejor cállate.
F: ¿por qué callarnos papá?, ¿te duele la verdad?, mi madre ya no está enamorada de ti y ya no le interesa si te lleva el demonio.
Max: lo mismo que nosotros pensamos, ¡perdiste todo lo que con años de esfuerzo construiste ante nosotros en una noche de placer!
Osvaldo hizo el gesto de abofetearlo pero Maximiliano le detuvo la mano con fuerza y le alzó la mirada altiva y arrogante en gesto de reto.
Max: no te voy a permitir que me alces la mano de nuevo, no tienes derecho a corregirme cuando tú has cometido tantos errores papá (serio).
F: y nosotros tampoco queremos esta maldita casa, aquí toda nuestra familia se destruyó y no tiene caso seguir viviendo en el mismo techo que tú, así podrás traer a tu amante y serás feliz a su lado (con dolor en sus palabras).
O: pues me van a terminar haciendo un favor entonces, ¡agarren sus cosas y lárguense de mi casa en este momento! (Gritándoles).
Los muchachos sorprendidos con esa reacción porque no esperaban que los corriera, subieron las escaleras a hacer sus maletas para poder irse a algún lado mientras que Osvaldo le llamaba a Linda.
L: ¿mi amor?, ¿qué pasó?
O: Linda haz tus maletas porque te vendrás a vivir a la mansión Sandoval conmigo.
L: ¿le pediste el divorcio al fin? (Emocionada).
O: no, la muy estúpida se me adelantó pero ya te explicaré lo que pasó cuando estés aquí.
L: (desconcertada) está bien, en un rato estoy allá mi vida (colgaron).
O: esto me puede servir para ver si de verdad me quieres o sólo estás conmigo por dinero (dudoso).
*Departamento de Antonieta*
Victoria había llegado en un taxi, desde hacía varios días había sacado sus cosas de la mansión y las había llevado al departamento de su amiga para que en el momento en que decidiera salirse no tuviera problemas. Sin embargo no había definido una fecha con Antonieta y al parecer, no estaba en el departamento, por lo que decidió marcarle.
V: ¿Antonieta, estás en tu casa?
An: no amiga, salí a tomar una copa con Óscar, ¿por qué, me necesitas?
V: no para nada, no te preocupes, disfruta con Óscar y mañana nos vemos.
An: de acuerdo pero por favor, si necesitas algo me avisas.
V: sí, tranquila, todo está bien (colgaron) ¡lo que me faltaba!, estar aquí afuera sin llaves. Mi amiga vaya a faltar esta noche y yo que mandé al demonio a Osvaldo (se sentó afuera del departamento) ni modo, me toca esperar aquí sentada (suspiró).
Victoria se puso a pensar en las posibilidades de dónde podría pasar la noche, sin encontrar una solución aunque tenía la oportunidad de pedirle ayuda a Alonso porque a Dionisio ni loca le llamaba después del desplante de esa mañana.
*Casa de Dionisio*
Alonso subió a buscar a Dionisio, tenían que hablar porque él no podía seguir en ese estado de coraje con Victoria sin razón alguna.
A: (tocando la puerta) Dionisio me urge hablar contigo, ábreme la puerta.
D: (abriendo de mal humor) ¿qué demonios quieres?
A: tenemos que hablar sobre Victoria, ella no merece esto que le estás haciendo.
D: ¿no? (Irónico) ¡le está dando un lugar a ese imbécil de nuevo!
A: ¡eso no te consta!, simplemente te dijo que no podía verte porque llegaba él pero no la dejaste decirte más, ¡no seas injusto!
D: ¡no soy injusto!, me molesta demasiado que Victoria esté casada, ¡me tragan los celos de saberla con él en estos momentos! (Alzando la voz).
A: (sonó su celular) déjame contestar pero esto no ha terminado aún (contestó) ¿bueno?
V: ¿Alonso? (Algo nerviosa).
A: (desconcertado) ¿Victoria? (Dionisio lo miró fijamente) ¿estás bien?
V: eh, pues, sí, lo que pasa es que quería pedirte un enorme favor.
A: ¿a mí?
V: sí, es que no pienso hablarle a Dionisio, fue muy grosero esta mañana, me colgó el teléfono pero me imagino que ya te platicó.
A: sí, me dijo que tu marido ya llegó y por eso fue el problema ¿no es así?
V: efectivamente pero no me dejo explicarle nada, en fin (suspiró) me salí de la mansión y mis cosas están en casa de Antonieta pero ella no va a llegar hoy a dormir ahí así que...
A: (la interrumpió) ya te entendí y no te preocupes, ahorita lo solucionamos, ¿me das la dirección del lugar en donde te encuentras? (Anotó) en un momento estoy ahí (colgaron).
D: ¿qué te dijo?, ¿qué pasó?
A: que eres un imbécil, eso pasa, no sé qué hizo pero se tuvo que salir de la mansión y no tiene dónde pasar la noche por lo que entendí.
D: ¿a dónde está?
A: ¿para qué quieres saberlo?
D: ¡para ir por ella y arreglar las cosas!, ¿crees que dejaré que vayas tú?
A: no quiere verte, dijo que eres un majadero y bien merecido te lo tienes.
D: me importa un cuerno, ¡dame esa dirección si no quieres terminar en el hoyo! (Serio).
A: ¡ya!, está bien, toma pero no hagas una tontería.
Dionisio tomó la dirección, su saco y salió rumbo al departamento de Antonieta.
*Continuará...*
¿Victoria perdonará fácilmente el desplante de Dionisio?
¡Gracias por seguir la historia!