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ALEC
-Chicos - Thomas nos habla por la radio - Quedaos al margen hasta que los tengamos rodeados y entretenidos. No quiero que os vean llegar. Cuanto más desapercibidos paséis, más fácil os resultará adentraros en el barco.
-De acuerdo, jefe - contesta Rory.
En estos casos, es él quien se ocupa de dirigir a nuestro equipo. Su vasta experiencia en el campo lo hace el más adecuado para el puesto. En más de una ocasión ha sido ese bagaje suyo lo que nos ha salvado. No puedo imaginar a nadie mejor que él para encararme a un grupo armado. O para cualquier otra situación, sea peligrosa o no, la verdad. Es un gran compañero. Y mejor amigo.
Movemos la lancha a una posición más retrasada para no ser detectados y esperamos pacientemente a que la acción dé comienzo. En cuanto estén lo suficientemente ocupados, abordaremos el barco en silencio, buscaremos a las mujeres y los niños e intentaremos sacarlos sin ser vistos. Ese será nuestro método de acción y nuestro objetivo prioritario esta noche.
-¿Has visto la escalerilla de popa? - me susurra Rory.
Dudo que nos puedan escuchar estando tan lejos, pero es algo instintivo el hablar de ese modo. Es como si temiésemos que el viento pudiese llevar nuestras voces sobre el mar hasta el barco. Asiento en su dirección para no tener que contestarle. Tampoco lo necesita, creo que estamos pensando en lo mismo.
-Si logramos alcanzarla, será fácil subir al barco - continúa.
-Y menos ruidoso que lanzar los ganchos - asiento de nuevo.
-Empezaremos por ahí - sonríe - Si no es posible, improvisaremos.
-Tú y tus improvisaciones.
-¡Eh! - me guiña un ojo - Que siempre salen bien.
No puedo refutarlo porque siempre resultan provechosas de un modo u otro, aunque también es cierto que nos han metido en algunos líos que podríamos habernos evitado si siguiésemos las instrucciones. Pero es sabido que Rory no siempre hace caso a lo que se le dice. O más bien nunca. Thomas ya lo da por imposible y se limita a indicarle lo que quiere de él dejando a su elección el modo de hacerlo. Desde que entendió eso, se acabaron los conflictos y discusiones entre ellos. Y las intervenciones obtuvieron mejores resultados.
-Cuando salen - me permito bromear con él. Me golpea el hombro con el suyo.
Thomas ha dejado la radio encendida para que podamos escuchar su conversación con el capitán del barco. Al parecer el hombre no está dispuesto a permitirles una inspección y se resiste como puede, con pésimas excusas que no le llevarán a ninguna parte. De todas formas, aunque fuesen válidas, no podría evitarlo, pues se encuentra ya en aguas escocesas y Vigilancia Aduanera tiene jurisdicción para intervenir siempre que lo considere oportuno. En este caso su misión es simplemente entretenerlos, pero ellos no lo saben. Ocuparán toda su atención en ellos, dejándonos vía libre a nosotros. Thomas quiere evitar el fuego cruzado mientras nos sea posible. Si es cierto que hay niños, son más asustadizos que los adultos y no queremos que ninguno de ellos salga herido por una bala perdida.
-Llegó la hora - Rory se frota la manos y me mira entusiasmado. Thomas y varios de sus hombres han subido a bordo y esa es nuestra señal para intervenir.
Damos un rodeo para evitar que nos vean y nos acercamos a la zona donde la olvidada escalerilla se balancea con la fuerte brisa del mar. No está muy alta así que es probable que podamos alcanzarla y ascender por ella. Las ganzúas son demasiado ruidosas y hay que tener una buena puntería para usarlas. Y en este caso también un brazo fuerte, pues el barco es realmente grande. Lo que nos da esperanzas de que sea el definitivo, por lo que no vamos a quejarnos.
Arthur es el encargado de intentar llegar hasta la escalerilla, pues es el más alto de nosotros. Necesitamos impulsarlo un poco, pero lo logra sin apenas esfuerzo. Nos ayuda uno a uno a subir y ascendemos con cuidado hasta llegar a cubierta. Por suerte para nosotros, la tripulación está en la proa, donde Thomas sigue manteniéndolos ocupados, y nadie se percata de nuestra presencia.
-A la bodega de carga - me susurra Rory mientras da instrucciones con sus manos a los que están más lejos.
Somos pocos, pero contamos con no encontrarnos con demasiada resistencia en nuestro camino. Por si no es así, tengo la radio preparada para pedir refuerzos a la mínima dificultad. Confío en que Rory sepa sacarnos del lío, pero no quiero arriesgarme. En cuanto dé aviso, Thomas no tardará en acudir en nuestra ayuda.
-Este bicho es enorme - se queja cuando vemos un pasillo interminable en el interior del barco.
-Démonos prisa - respondo yo - No quiero permanecer aquí abajo demasiado tiempo.
-Somos vulnerables - asiente.
Continuamos nuestro camino y al llegar a una bifurcación, dudamos por un momento. Siempre me he orientado mejor que cualquiera y le sugiero seguir por la derecha. Rory asiente y da la orden de nuevo con las manos. Cuando encontramos una puerta que da a unas escaleras, me sonríe. He acertado.
Escuchamos las voces mucho antes de llegar hasta ellas. Rory echa un vistazo y nos indica que son al menos seis hombres los que custodian la puerta de la bodega. Nos reparte en tres grupos y traza un plan para noquearlos sin llegar a usar las armas. Un disparo pondría en alerta al resto y eso es lo último que queremos. Necesitamos discreción para llevarnos a las víctimas sin causar bajas entre ellos. Si algo tenemos claro, es que a la tripulación no les importará disparar sobre ellos si así logran evitar que los capturemos.
-Tú te vienes conmigo - me dice. No necesita decirme qué tiene en mente, sé que seremos la distracción que necesitan los demás para posicionarse alrededor de los hombres.
-Como no - le respondo con una sonrisa. No me agrada la idea, demasiado temeraria, pero lo seguiría hasta el mismísimo infierno si así me lo pidiese.
Nos adelantamos, dejándonos ver sin ningún pudor. Están tan centrados en su juego de cartas, que tardan unos segundos en descubrirnos. En cuanto lo hacen, se levantan y nos apuntan con sus armas. Mi corazón comienza a bombear con fuerza y la adrenalina invade mi cuerpo. Nunca seré capaz de acostumbrarme a esto.
-Buenas noches, caballeros - dice Rory levantando las manos - ¿Alguien podría indicarnos por donde se sale del barco?
-¿Quién diablos sois? ¿Cómo habéis llegado hasta aquí?
-Nos hemos perdido - responde Rory con calma y aparentando indiferencia. Admiro su entereza en situaciones como esta - Creo que este no es el crucero en el que llegamos esta mañana.
Me habría reído si no estuviese tan preocupado por cómo reaccionarán lo seis hombres que nos están encañonando directamente a la cabeza. Rory da un paso más hacia ellos y le apuntan todos a él. Aprovecho para sacar mi arma y hacer lo propio con el que creo que es el cabecilla del grupo. Y esa es la señal que hemos acordado para que los demás los reduzcan. Ni siquiera les dan tiempo para desviar sus pistolas hacia mí, en cuestión de segundos, nuestros hombres ya los tienen en el suelo esposados y amordazados para que no den la alarma.
-Buen trabajo, chicos - dice Rory mientas los revisa uno a uno en busca de las llaves. Le ayudo y rápidamente damos con ellas.
En cuanto abrimos la puerta, el olor a humanidad nos da de pleno y tapo mi nariz para no sentir náuseas. A saber en qué condiciones estarán ahí dentro. Se escuchan murmullos y algún que otro lloro. Puedo distinguir el de varios niños y doy gracias porque no nos hayamos equivocado. Aquí han de estar el resto de los que aparecían en la web.
-Tranquilos - digo en cuanto Rory prende la luz y vemos los rostros asustados de todos ellos - Hemos venido a sacaros de aquí. Necesitaremos de vuestra colaboración. ¿Estáis todos en condiciones de caminar?
A medida que hablo, las voces de las mujeres comienzan a elevarse y no entiendo nada de lo que dicen. Miro a Rory y sé que piensa lo mismo que yo. La comunicación será un gran inconveniente con el que no contábamos. Al notar su agitación, tengo que llamarlas a la calma para que no alerten a los que se encuentran fuera. Tampoco ellas me entienden a mí, así que les explico la situación lo mejor que puedo por señas y gestos. Parece que mi seguridad las tranquiliza y ellas mismas hacen lo propio con los niños. Algunos de ellos no tienen más de cuatro o cinco años y siento deseos de subir a cubierta y acabar con toda la tripulación. Y Neville sería el siguiente. Se me revuelven las tripas sólo de pensar en lo que tendrían que vivir esos niños si no los hubiésemos interceptado.
-Esto va a ser complicado - me dice Rory mirándolos con preocupación - Son muchos.
-Lo sé - pienso igual que él - pero tenemos que hacerlo. No dejaremos a nadie atrás.
-Desde luego que no. Pero habrá que improvisar un poco.
Nos ponemos en movimiento. Algunas mujeres están en peores condiciones y tienen que ser ayudadas por las más resistentes. Muchos de los niños son cargados en brazos para que no lloren. Yo mismo llevo a una niña que parece no saber muy bien donde está ni qué está sucediendo. Mi corazón se comprime al notar sus frágiles brazos rodeando mi cuello. Está temblando y mi instinto protector me insta a acariciarle la espalda hasta que se calma.
-Vamos - Rory da la señal de salir cuando ve que todo está despejado - Iremos pasándolos en grupos reducidos. No podemos permitir que nos descubran.
Mientras habla, mira a los niños y sé que le preocupan tanto como a mí. Apoyo una de mis manos sobre su hombro y se lo aprieto. Ninguno de los dos necesita decir nada más, nos entendemos a la perfección. Estamos juntos en esto.
-Saldrá bien - da voz a nuestro pensamiento segundos después - Empecemos.
No tenemos mucho tiempo, porque Thomas no puede alargar la inspección de la cubierta indefinidamente. Vamos contrarreloj y eso puede jugar en nuestra contra. Las primeras mujeres comienzan a descender por la escalerilla con algo de dificultad y ese es otro inconveniente con el que no contábamos. Ya puedo imaginar a Rory pensando en un plan alternativo, porque este no funcionará.
-Hay una escotilla en el nivel inferior - no me decepciona - He visto que sale directamente al exterior. Podemos intentar sacarlos por allí. Estarán más cerca de la lancha y menos expuestos a que los descubran.
-Excelente idea - sonrío aliviado. Suena menos peligroso y más factible que lo que estamos haciendo ahora. Sólo tendrán que saltar un par de metros hacia la lancha y estarán a salvo.
Nos comunicamos con el compañero que se quedó en ella para que nos espere junto a la salida e intentamos llevarnos a las mujeres de regreso al interior. En esta ocasión son más reacias a seguirnos. Algo bastante comprensible, teniendo en cuenta que quieren huir del barco y las estamos llevando de vuelta a él. Perdemos un tiempo valioso en hacernos entender, pero logramos que colaboren de nuevo con nosotros.
-Tenemos un problema - le digo a Rory cuando ya han salido más de la mitad de las mujeres.
-Demasiadas personas para una lancha de abordaje - me ha leído la mente.
-Necesitamos otra.
-Esperemos que no la vean venir - frunce el ceño. Su mente militar está pensando de nuevo en el modo de hacerlo sin ser descubiertos.
En ese momento oímos el alboroto en cubierta y varios disparos. Nos basta con mirarnos para saber que estamos en serios problemas. La voz de Thomas a través de la radio no hace más que confirmárnoslo. No sé cómo, pero nos han descubierto. No hay tiempo que perder.
Sin miedo ya de que vean la lancha, aviso para que se acerque a nosotros y recoja al resto de las víctimas. Ahora necesitamos ser más rápidos que nunca. Thomas no podrá contenerlos mucho más. En cuanto sepan donde estamos, vendrán a por nosotros.
-Baja con ellos - me dice Rory - Aléjate del barco todo lo que puedas. Confían en ti y se mantendrán tranquilos si los acompañas. Yo iré en la próxima lancha con el resto.
-Ten cuidado - le digo antes de saltar a la lancha con la niña todavía en brazos. La escucho gritar por la impresión y la aprieto más fuerte para que se calme.
Doy la orden de alejarnos justo en el mismo momento en que algunas voces alertan de nuestra presencia. Necesitamos poner distancia entre nosotros y el barco lo antes posible. Deposito a la niña en el suelo y la obligo a ocultarse a la vista.
-Abajo - grito a las asustadas mujeres y hago movimientos con mis manos para que me entiendan - Cubríos.
La lancha se mueve y pierdo el equilibrio. Me afianzo con firmeza y sigo moviendo las manos para que se oculten. Están tan asustadas que les cuesta reaccionar. Empiezo a obligarlas una a una y en cuanto lo hago con varias, la demás las imitan. Es entonces cuando empiezan los disparos y las apuro para que se pongan a cubierto. Todavía estamos al alcance de las balas.
En cuanto están a resguardo, escucho el llanto de la niña que he estado cargado todo el tiempo. Se ha levantado y tapa sus oídos con las manos. Está muy asustada. Temo que la alcancen y voy por ella. Las balas no dejan de caer tan cerca de la lancha, que me agacho por instinto para evitar que me alcancen.
-Vamos, pequeña - la tomo en brazos - No llores. Todo está bien.
Escucho a lo lejos el grito de Rory y lo busco con la mirada. Está en la otra lancha acercándose a toda velocidad y me señala hacia la cubierta del barco. Allí, apuntando directamente hacia nosotros, hay un hombre con una ametralladora de largo alcance. Apenas tengo tiempo de girarme y gritar de nuevo que se mantengan en el suelo antes de que una lluvia de balas comience a caer sobre nosotros. Protejo a la niña con mi cuerpo y siento el impacto de varias balas en mi espalda que me lanzan con fuerza hacia delante. Pierdo el equilibrio y lo último que capto antes de sumergirme en el agua, con la niña todavía en los brazos, es un nuevo grito de Rory.