No Te Impliques

Od SoniaLopezSouto

2.3M 204K 40.1K

Kathleen es una joven volcada en su trabajo. La muerte de sus padres siendo una niña y más tarde la de su abu... Více

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
EPÍLOGO

28

42.8K 3.7K 373
Od SoniaLopezSouto

Únete a nosotros en:

https://www.facebook.com/groups/SoniaLopezSouto/

Sígueme en:

Facebook: Sonia López Souto

Instagram: @sonialopezsouto

Tik Tok: sonialopezsouto

Y si te gusta lo que lees, puedes adquirir mis otros libros en Amazon:

https://amzn.to/2XZaMdM
_____________________________________

Noto cosquillas en la cara y me la toco para eliminar la sensación. En cuanto se repite, abro los ojos y me encuentro la sonrisa de Alec y sus impresionantes ojos observándome divertido. Está sentado en el borde de la cama. Su cabello húmedo me dice que se ha dado una ducha y su ropa, que ya está preparado para irse a trabajar. Me da un beso rápido antes de levantarse y regresar con una bandeja donde hay tostadas y té para mí.

-¿Cuándo has hecho todo esto? - le digo sentándome en la cama y recostando la espalda en el cabecero - Ni siquiera oí el despertador.

-No llegó a sonar. Quería darte una sorpresa - deposita un nuevo beso, esta vez en mi frente antes de sentarse en la cama para ponerse los zapatos - Tengo que irme ya. El trabajo me reclama.

-Yo me iré también.

-Desayuna primero - me mira - Sabes que no tienes por qué irte, ¿verdad?

-Tu casa es mi casa - sonrío - pero tengo que ducharme y cambiarme de ropa. Y necesito hacer algunas cosas antes de entrar a trabajar.

-De acuerdo.

Intento beber mi té con calma, pero se me queda mirando tanto tiempo, que empiezo a sentirme un poco incómoda.

-¿Qué? - pregunto en cuanto lo acabo.

-Nada - sonríe antes de continuar con lo que estaba haciendo - Por la tarde iré a ver a Faith. Nos veremos allí, pero tranquila que haré como que no te conozco.

-Con respecto a eso - aclaro la voz - Ya no es necesario.

-¿Ah, no? - me observa de ese modo en que creo que puede ver en mi interior y finjo acomodar la bandeja en mi regazo para evitar mirarlo.

-No.

-¿Qué ha cambiado? Porque no creo que sea por esto - nos señala y me rio. Parece que no va a olvidarse de eso. Y que tampoco se conformará sin una explicación.

-En realidad, Adelaide - decido contarle la verdad, aunque me va a costar hacerlo. Pero ayer le dije que no debería haber ni mentiras ni secretos entre nosotros y ahora tengo que ser consecuente con ello - me había prohibido acercarme a Faith cuando estuvieses con ella. No tiene nada que ver con las normas del hospital como te dije.

-¿Te lo prohibió? ¿Por qué?

-Porque hice una tontería por ella - muerdo mi labio, vacilando.

Alec aguarda en silencio. Sé que tiene que irse pero aún así no me presiona, por lo que lo hago yo misma. Inspiro profundamente antes de hablar atropelladamente. Tal vez me resulte más fácil de ese modo. Anoche me funcionó.

-Faith ingresó en Neonatos en mi turno. Suelo encariñarme con todos los niños que cuidamos a medida que los voy conociendo, pero con ella resultó de lo más extraño. En cuanto su manita se aferró a la mía, sentí como una conexión más profunda entre nosotras. Me tocó el corazón co ese gesto - tomo aire de nuevo - Mis compañeras decidieron pensar que Faith no lograría salir adelante sólo porque era muy pequeña y parecía demasiado débil. Estaban dispuestas a darla por perdida antes incluso de ver si podía lograrlo. Me enfadé tanto... estaba dispuesta a demostrarles lo equivocadas que estaban. Por eso decidí intercambiar turnos con algunas de mis compañeras y estuve prácticamente tres días seguidos trabajando para no perderla de vista. Cuando Adelaide se enteró, me envió a casa y me prohibió acercarme a vosotros porque no quería que...

No puedo seguir hablando porque Alec me besa. Mi desayuno se desparrama por la cama, pero parece no importarle porque no se detiene. El beso es intenso y acelera mis pulsaciones. Me atrapa entre sus brazos y me alza sin dificultad hasta dejarme de rodillas en la cama. Me pego a él tanto como puedo y revuelvo su cabello con mis manos mientras mi boca devora la suya. Sus manos recorren mi espalda y se meten bajo la camiseta. Mi piel reacciona a su contacto y se me escapa un gemido, que lo hace detenerse.

-Tengo que ir a trabajar - dice con pena, ocultando su cabeza en el hueco de mi cuello. Su acelerada respiración cintra él continúa acelerando mi corazón, pero no lo alejo. Me gusta estar abrazada a él - Pero hablaremos de eso más tarde. Quiero saberlo todo.

-No hay mucho más que decir.

Me mira y parece que sus ojos son más azules que nunca. Hay emoción en ellos, mezclada con el deseo. Podría vivir sólo de mirarlos.

-Yo creo que sí lo hay - me da un beso rápido antes de separarse y mirar el desastre que es ahora la cama - Creo que he estropeado tu desayuno sorpresa.

-No importa - salgo de la cama de un salto - Yo lo recojo. Tú ve a trabajar.

-Nos vemos después - me abraza una vez más y deposita un tierno beso en mis labios - Quédate el tiempo que quieras.

-Llegarás tarde - sonrío antes de darle la vuelta y empujarlo hacia la salida.

Se resiste un poco y tengo que hacer más fuerza. Está tan apoyado en mis manos, que si las aparto, probablemente se caerá al suelo. La tentación es muy grande, pero creo que es mejor que se vaya a trabajar. No es cuestión de que llegue tarde el primer día de su reincorporación. Cuando alcanzamos la puerta, me besa una última vez y se va. Me deja con una tonta sonrisa en los labios y la sensación de que realmente podría funcionar lo que estamos iniciando.

Mi confesión de anoche ha sido como una liberación para mí. Un punto de inflexión. Ahora me siento más relajada a su lado y aunque tendré que obligarme a ser más abierta con él al principio, creo que llegaremos al día en que me salga de forma natural. Alec también sabe cómo hacer que desee hablar con él de cualquier tema sin presionarme y eso es una gran ventaja. Porque no siento que deba protegerme de él.

Antes de ir a mi casa, limpio los restos del desayuno, arreglo la cama y me pongo mi ropa, ya seca. Cuando salgo por el portal, me cruzo con un hombre que me resulta conocido al momento. Vuelvo mi mirada hacia él después de unos pasos vacilantes, pero ya está lejos y no puedo verle la cara de nuevo para comprobar si estoy en lo cierto. Entro en el coche, todavía con la sensación de que lo he visto en alguna parte no hace mucho, pero lo dejo estar. Soy muy despistada para eso. Suelo recordar las caras de la gente, pero no sus nombres o donde nos conocimos.

Después de dos años trabajando en el hospital, he coincidido con tanta gente que sería incapaz de recordarlos a todos. Muchas veces, yendo por la calle, me han saludado como si me conociesen desde siempre y yo he tenido que responder como si también lo hiciese, aunque no tuviese idea que quienes eran. La mayoría son padres agradecidos por los cuidados que di a sus hijos en algún momento de su estancia en el hospital y después de hablar con ellos por un rato, acabo recordando a los niños. A ellos me es imposible olvidarlos.

Hoy se siente especialmente grande y vacía la casa, cuando llego. Y los recuerdos parecen estar más presentes que en otras ocasiones. Casi puedo ver a mi abuela sentaba en su butaca, frente a la ventana, con la mirada perdida allí donde su mente se fue mucho antes que su cuerpo. Al menos fue una enferma fácil de cuidar, salvo en las ocasiones en que su consciencia despertaba y no me conocía. Era muy duro tener que pelear con ella para que se tranquilizase y ver el pánico en sus ojos al no reconocerme. Tantas noches lloré en la soledad de mi habitación por ella y su maldita enfermedad. Me la arrebató demasiado pronto y me quedé sin familia.

Apuro todo lo que tengo que hacer en ella y salgo fuera en cuanto termino. No soporto estar más tiempo sola en la casa. Decido ir a visitar a Sally en su tienda. Hace tiempo que no voy y estoy segura de que se alegrará de verme. Además, me envió un mensaje el domingo por la tarde para quedar, pero no quise irme de casa de Alec y me inventé una excusa para ella. Ahora me siento mal por mentirle y espero que una charla en su tienda sea suficiente para calmar esa ansiedad.

Me sorprende lo que he cambiado en las últimas semanas. Antes no me habría importado si la ofendía. En realidad, ni siquiera habría alimentado su amistad, mucho menos habría salido de fiesta con ella. Faith inició la tranformación, que luego se convirtió fue una cascada descontrolada de nuevos cambios. Uno pedía al otro y no puedo frenarlos ahora.

-Buenos días, tortolitos - saludo en cuanto entro por la puerta.

Ni siquiera me sorprendo cuando me encuentro a Duncan allí. Supongo que de momento tiene mucho tiempo libre y lo aprovechará para estar con Sally. Me acerco a ellos y Duncan me besa en la mejilla, como cada vez que me ve. Lo de ser tan cariñoso lo aprendió de Adelaide. Eso siempre me incomodaba al principio. Ahora ya me he acostumbrado ambos. Cuando Sally me abraza, tampoco protesto y se lo devuelvo.

-Justo hablábamos de ti - me dice con una sonrisa en los labios.

-Espero que algo bueno.

-Nos preguntábamos qué era eso tan importante que tenías que hacer - contesta Duncan - para no poder quedar con nosotros ayer.

-Sois una pareja recién estrenada - mejor irse por la tangente que contarle la verdad - merecéis tiempo a solas.

-Menuda excusa más tonta. No molestas, Kat.

-Lo sé - sonrío - Pero seguro que no me extrañasteis demasiado.

Sally se ríe y nos mira divertida. El sábado en casa de Duncan se sorprendió mucho con mi actitud y la forma en que les hablaba, tan distinta a la que suelo mostrar con ella en la tienda. Tal y como dijo, no se esperaba que fuese tan divertida. Comentarios como ese son los que me hacen ver que estaba tan aislada del mundo, que daba una imagen de mí bastante penosa. Y no puedo evitar preguntarme cómo Alec pudo ver más allá de esa fachada, porque al parecer siempre fui bastante convincente en mi faceta de mujer distante.

-¿Y tú a nosotros? - me pregunta Duncan.

-Muchísimo - contesto, tomando en mis manos una de las películas que hay en el mostrador con indiferencia - Me pasé la tarde llorando, pero aún así quería daros espacio.

-Fingiré que me lo creo - me dice él riendo y me da un abrazo - Esta tarde iremos de ruta, ¿te animas?

Después de comprobar que hay ciertos días al mes en que las ventas bajan drásticamente, Sally decidió cerrar esos días por las tardes para contrarrestar el gasto que le supone estar allí sin hacer nada. Aunque muchos decían que saldría perdiendo, se comprobó que en realidad había sido todo lo contrario. Los beneficios aumentan y ella disfruta de más tiempo libre, bien merecido.

-Algunas trabajamos, Duncan - lo miro y le hago burla.

-Tienes que darme un croquis con tus horarios - me dice - para poder planear algo juntos.

-Tal vez Jack se anime a venir - sugiere Sally mirándome directamente a mí.

-Preferiría que no - la imito - Ni siquiera es capaz de recordar mi nombre.

-¿En serio? - abre mucho los ojos - Pues parecía muy interesado en ti.

-Tanto como en la camarera que nos sirvió las copas. O en cualquier otra que se le pusiese a tiro - miro ahora a Duncan - No sé cómo podéis ser amigos.

-En realidad es el primo de uno de mis amigos - se justifica.

-Ahora lo entiendo todo - rio.

-Nada de Jack - interviene Sally - Habrá que pensar en otro, entonces.

Y nos pasamos la siguiente hora y media discutiendo sobre eso. Ella insiste y yo trato de convencerla de que no es necesario, sin nombrar a Alec en ningún momento. Pero la desesperación es mala consejera y la paciencia tiene un límite.

-Déjalo Sally - digo sin pensarlo - En realidad ya tengo novio.

-¿Qué? - preguntan al unísono y es entonces cuando entiendo que he hablado de más.

Por más que me intento evitar sus insistentes preguntas, termino contándoles la historia, omitiendo toda la parte sobre Faith. Lo que supone otra hora más de nuestro tiempo.

Cuando se dan por satisfechos, me despido de ellos y me voy directamente al hospital. Me queda tan sólo una hora para entrar y así que comeré en la cafetería del mismo.

Llegando a Neonatos, veo frente a la puerta al supuesto novio nuevo de Vivian hablando, esta vez con Becka. Desde luego sabe a quién acercarse para intentar obtener información que no le pertenece.

-Becka, entra ya - le digo, mirando directamente al hombre.

-Tú otra vez - dice él.

-Eso mismo podría decir yo - cruzo los brazos en el pecho - Me mintió. Vivian no tiene hermanos. No sé quien es ni lo que está buscando, pero le aseguro que no conseguirá acercarse a la niña. Así que le sugiero que se marche por donde ha venido o tendré que llamar a seguridad. Y, por su bien, no vuelva.

-¿Me estás amenazando, bella?

-Le estoy advirtiendo que lo que intenta hacer es ilegal y puedo denunciarlo si insiste en volver.

-No deberías meterte donde no te llaman - se ha acercado tanto a mí, que noto su aliento en mi cara. Huele a menta.

-Ni usted tampoco - me ha puesto nerviosa, pero no reculo porque sé que es lo que busca.

-Ten cuidado, bella. Algún día tu lengua podría meterte en problemas.

Intenta acariciar mi mejilla, pero la aparto para que no me toque. Lejos de molestarle, se ríe. Inclina la cabeza hacia mí a modo de saludo y se va sin decir una sola palabra más. Cuando lo pierdo de vista, mis piernas empiezan a temblar y necesito apoyarme en la pared para no caerme. Ha sido intenso y amenazante. Ese hombre es peligroso y ahora sé que tengo que hablar con Alec sobre lo que ha ocurrido. Por el bien de Faith. Siento que está en peligro.

Pokračovat ve čtení

Mohlo by se ti líbit

8.5K 1.5K 51
Maximilien Josep Louis -Max-, Príncipe de Liechtenstein, nunca se ha enamorado. Su fama de casanova es más que conocida, aunque a él parece no preocu...
1.3M 98K 80
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...
101K 5.2K 47
Un matrimonio en que nada es lo que parece 🔥
339K 17K 36
Una pequeña pero rara, divertida y bonita historia sobre tu y Katsuki llena de sorpresas y cosas buenas aclaro que aquí si existe la liga de villanos...