No Te Impliques

By SoniaLopezSouto

2.3M 204K 40.1K

Kathleen es una joven volcada en su trabajo. La muerte de sus padres siendo una niña y más tarde la de su abu... More

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
EPÍLOGO

17

43.8K 3.8K 368
By SoniaLopezSouto

Únete a nosotros en:

https://www.facebook.com/groups/SoniaLopezSouto/

Sígueme en:

Facebook: Sonia López Souto

Instagram: @sonialopezsouto

Tik Tok: sonialopezsouto

Y si te gusta lo que lees, puedes adquirir mis otros libros en Amazon:

https://amzn.to/2XZaMdM
_____________________________________

Nunca me cansaré de decirlo, porque es la pura verdad. Me encanta trabajar en el turno de noche. Y sobre todo cuando mis compañeras son Eleanor y Anna. Ambas son voluntariosas y disfrutan tanto como yo de nuestro trabajo. Así se pasan más rápido las horas y estamos más relajadas. Esa camaradería se nota en el ambiente. Los niños están más tranquilos que nunca.

Y eso es algo bueno porque la pérdida de Roger todavía pende sobre nosotras. A pesar de las risas y la buena charla, en ciertas ocasiones nos puede la pena. La incubadora donde solía estar permanece vacía y es imposible no verla. La mirada huye hacia ella una y otra vez, esperando verlo allí tan vivo como hace unas horas. Pero no podrá ser y, para bien o para mal, la vida continúa. Los demás niños nos necesitan.

-Esta tarde me encontré con Logan - Anna nos habla en un momento de mayor calma - Coincidimos en el centro comercial. Prácticamente chocamos.

-¿En serio? - Eleanor parece entusiasmada.

Sé que a muchas de las enfermeras les gusta Logan. Hablábamos de eso continuamente cuando éramos amigos. En más de una ocasión, desde que me confesó que le gustaba, deseé que se hubiese fijado en cualquiera de ellas. Hubiese sido lo mejor para ambos.

-Bueno, yo ayudé en eso - se le escapa esa tonta risa suya que tiene - No pude resistirme. Se veía triste que pensé que podría intentar animarlo.

-¿Qué te dijo?

-Al principio ni me reconoció. Creo que se disculpó sin mirarme siquiera.

-Vaya. Que corte.

-Cuando lo llamé y se giró hacia mí fue cuando me vio de verdad - sonríe - Acabamos en el Starbucks tomando algo juntos y hablando. Es tan divertido.

-¡Qué suerte tienes!

-Al final intercambiamos números para quedar otro día.

Parece muy ilusionada y yo no quiero estropearlo con un comentario indebido, así que prefiero retirarme en silencio. Sólo espero que no la esté usando para olvidarse de mí. Me dolería por Anna. Es buena chica y no se merece que la lastimen. Pongo todas mis esperanzas en que su interés sea genuino. Yo, desde luego, no voy a meterme en eso. Casi lo estoy deseando.

-Hola de nuevo, hermosa - Faith agarra mi dedo con fuerza cuando la acaricio y sonrío - Vamos a quitar esa sonda incómoda de tu naricita, ¿de acuerdo? Queremos que tus pulmones se vuelvan fuertes. Tanto como tú lo eres. Porque queremos que tu papá esté todavía más orgulloso de ti. Está haciendo todo lo posible para que cuando puedas irte del hospital, te sientas en tu hogar. Acogida y querida. Serás su princesa guerrera.

Le retiro la sonda con cuidado de no lastimarla y vigilo que siga respirando sin dificultad. Por ahora no puede permanecer mucho tiempo sin ella, pero a medida que pase el tiempo y sus pulmones se fuercen un poco a trabajar, irá aguantando más. Permanece tranquila y feliz de verse libre de la sonda. Patalea con tanta energía como siempre y eso es bueno. Mi sonrisa se ensancha al verla tan activa. Faith está llena de vida. Me aferro a eso para no sucumbir al llanto cada vez que pienso en Roger. Como siempre, la supervivencia de unos hace un poco más soportable la pérdida de los otros. Y muy reconfortante el trabajo.

Después de cinco minutos sin sonda, Faith parece que empieza a fatigarse, por lo que se la coloco de nuevo, a pesar de sus protestas. Más tarde lo intentaremos de nuevo, pero no conviene abusar. Aunque el médico dice que es viable, yo creo que todavía es pronto. Anoto la hora y el tiempo que permaneció sin la sonda en su historial. Observo los otros registros y compruebo que en esta ocasión ha aguantado más que otras veces. Sonrío de nuevo, emocionada.

-¿Te importa si nos vamos juntas al descanso? - Eleanor está junto a mí mientras Anna la espera ya en la puerta.

No es la primera vez ni será la última en que me piden algo así. Todas mis compañeras saben que no me opongo a que me dejen sola, siempre que no sea por demasiado tiempo. Las únicas que se lo toman con calma son Cristine y Becka, algo que a nadie sorprende, por otro lado. Esas dos son especiales. Especialmente molestas.

-Adelante - le digo - Sin problema.

En cuanto me quedo sola, reviso a cada niño para comprobar que están bien. Por suerte, la noche está resultando bastante tranquila. Ya tuvimos suficiente esta mañana. Dejo, como siempre, a Faith para el final. Así puedo permanecer más tiempo con ella. No me canso de observarla. Nunca se está quieta, ni cuando duerme. Me temo que será una niña inquieta que realmente volverá loco a su padre.

Agarra de nuevo mi dedo y tira de él con fuerza. Un pequeño estornudo suyo me hace reír. Están tan simpáticos cuando hacen eso. Se ha movido así que la coloco bien. Noto el aumento de peso cuando la alzo. Un milagro médico, la llamó Adelaide. Y puede que tenga razón. Nunca antes había visto una evolución como la suya. Es impresionante lo que ha cambiado en tan sólo quince días.

Como cada vez que estoy sola, no puedo evitar cantarle la nana que mi madre me cantaba a mí de pequeña. Su recuerdo ya no duele tanto desde que es a Faith a quien se la canto. Sobre todo porque parece que la disfruta. Al menos eso quiero creer porque, mientras lo hago, es el único momento en que se está quieta.

Baloo baleerie,

Baloo baleerie

Baloo baleerie,

Baloo balee.

Gang awa' peerie faeries,

Gang awa' peerie faeries,

Gang awa' peerie faeries,

Frae oor ben noo.

Doon come the bonny angels,

Doon come the bonny angels,

Doon come the bonny angels,

Tae oor ben noo.

Sleep saft my baby,

Sleep saft my baby,

Sleep saft my baby,

In oor ben noo.

Ni se mueve mientras parece escucharme atentamente. Su mano continúa apretando mi dedo en todo momento y casi ni pestañea. Al menos las dos primeras veces que canto la nana entera, porque a la tercera, sus ojitos se cierran y termina dormida. Es tan dulce que resulta imposible no quererla. Nadie con corazón podría quedar indiferente ante ella.

-Ya hemos vuelto - me informa Anna - Gracias por quedarte sola, Kat.

-No tiene importancia - le sonrío - Al menos vosotras regresáis rápido.

No necesita que le diga nada más, me ha entendido perfectamente. A nadie le agradan ni Cristine ni Becka. Mucho menos cuando están juntas. Y aunque todas tienen quejas, ninguna dirá nada. No quieren ser las que den la cara. Creo que esperan que lo haga yo, pero tampoco me interesa. Tal vez, si me enfadan lo suficiente, podría acabar hablando con Adelaide. De momento, prefiero ignorarlas.

-Tómate el tiempo que quieras, Kat - me dice Eleanor - Has de estar agotada después de venir también por la mañana.

-Regresaré en quince minutos - les informo - No necesito más tiempo.

Mientras me tomo el té, reviso mi teléfono. Por primera vez en mucho tiempo tengo varios mensajes. Parece que mi vida social ha resucitado. Dos de ellos son de Duncan, que me recuerda que este sábado volvemos a salir todos juntos. Le comenté que libraba el fin de semana y no ha querido dejar escapar la oportunidad. Un tercer mensaje es de Sally, que me pide perdón por haber cogido de mi ficha el número, pero que quiere saber si saldré con ellos. Sonrío al pensar que tal vez ninguno de los dos sabe que el otro me ha escrito por el mismo motivo. Les contesto a ambos del mismo modo, aceptando la invitación.

El cuarto mensaje que tengo es de Megan. Eso sí que me extraña, porque normalmente mis compañeras no me llaman. Me dice que sigue mal y que necesita hablar conmigo. Que la llame en cuanto lea el mensaje. Me preocupa bastante, así que la llamo inmediatamente a pesar de ser de madrugada. No tarda ni dos tonos en contestar y lo hace con voz pastosa.

-Kat, perdona que te moleste - me dice al momento - Pero necesito pedirte un favor. Uno enorme.

-Tú dirás.

-No creo que pueda ir a trabajar por la mañana - vacila antes de continuar - Sé que lo que te voy a pedir es una locura, después de tu turno de noche pero Adelaide no me contesta el teléfono y no sé a quien más acudir.

-Quieres que haga tu turno - le digo con calma. En cuanto vi el mensaje imaginé que sería por eso.

-Se lo pediría a otra pero no creo que nadie acepte. Si Adelaide...

-Tranquila - la interrumpo - No te preocupes. Yo hago tu turno. Tú intenta descansar.

-¿Segura? Vas a doblar turno.

-No sería la primera vez - sonrío aunque no pueda verme - Cuídate. Mejórate. Eso es lo importante.

-Te compensaré - parece aliviada.

-Preocúpate de curarte. Ya hablaremos de eso después.

-Muchísimas gracias, Kat. Sabía que podía contar contigo. Eres una amiga como pocas.

Sus últimas palabras me dejan un poco descolocada y sólo acierto a despedirme de ella, recomendándole nuevamente que descanse. Nunca he creído que mis compañeras de trabajo me considerasen amiga. No tenemos trato más allá del hospital, pero supongo que compartir tantas horas aquí ya es suficiente. No me había parado a pensarlo, la verdad.

-Va a resultar que tengo más amigos de los que creía - me digo antes de regresar a Neonatos.

Anna y Eleanor han empezado con los biberones cuando llego. Con la llamada me he retrasado más de lo que tenía planeado, pero ninguna de ellas dice nada. Ocupamos las siguientes horas en atender a los bebés en un silencio roto tan sólo por el ruido de las máquinas. Con Eleanor y Anna se trabaja bien. Es relajado.

Cuando finaliza el turno y llegan las de la mañana, me despido de mis compañeras, después de explicarles que me quedaré para cubrir a Megan. Hemos estado tan entretenidas que me he olvidado de comentárselo antes. Me conocen tan bien en ese sentido, que no les extraña que haya aceptado hacer su turno también. Y con eso me planteo de nuevo la idea de que realmente sí somos amigas. No de las íntimas, pero sí de esas con las que puedes contar en algún momento de tu vida.

-¿Qué haces todavía aquí, Kat? - me pregunta Adelaide en cuanto me ve.

-Cubrir a Megan. Hablamos durante mi descanso. Sigue enferma.

-Vi sus llamadas demasiado tarde - me dice asintiendo - No he estado muy pendiente del teléfono hoy.

-¿Algún problema?

-Ninguno - me sonríe - Duncan se ha mudado a la casa que visitasteis el otro día y le estuvimos ayudando.

-¿No le convencían las otras?

-No miró ninguna más - ríe - Llamó al agente el lunes por la mañana para arreglarlo todo.

-No me extraña, la verdad. Era preciosa. Y perfecta para él.

-Creo que estaba ansioso por irse de casa - suspiró con algo de pena - Me hubiese gustado tenerlo un poco más con nosotros pero lo entiendo. Lleva demasiado tiempo viviendo por su cuenta. Volver con los padres no ha de ser agradable.

-Vosotros sois agradables - la abrazo en un impulso. Después de unos segundos noto como responde rodeándome con sus brazos - Y Duncan sólo quiere daros vuestro espacio.

-Kat - me mira sorprendida al separarnos - No te reconozco.

-¿Por qué?

-Es la primera vez desde que nos conocemos, que me abrazas por iniciativa propia.

-Estoy intentando mejorar mi relación con el mundo - me encojo de hombros, de repente cohibida - Como tú siempre me aconsejas.

-Y yo me alegro - ahora es ella la que me abraza - Ya era hora de que decidieses darle al mundo un poco de la Kat que yo conozco. La que todos amarán.

-Tampoco quiero eso - intento bromear para dejar de sentirme incómoda con la situación.

-Ya sabes a lo que me refiero, cariño - me mira con dulzura - Pero, ahora pongámonos profesionales. Te irás a las doce.

-¿Qué? ¿Por qué? - mi desconcierto la hace reír.

-Has trabajado tres horas ayer por la mañana y ahora pretendes doblar turno - me explica - Te quiero fuera a las doce. Así ya no te debo nada.

-¿Y qué haréis sin mí las últimas tres horas?

-Hoy la mañana estará tranquila. Podremos hacer el trabajo con una menos. No te preocupes por eso.

Está usando su tono de no me lleves la contraria, así que lo dejo estar. Tampoco me voy a quejar por eso. Las últimas horas han sido intensas y estoy deseando irme a casa a descansar. Aunque, en el fondo agradezco el poder doblar turno. Mantenerme ocupada me ha ayudado a no pensar en Roger.

-Ve a desayunar - me dice Adelaide.

-No - me niego - esperaré a que terminen las visitas de los padres. No os voy a dejar solas en un momento como ese.

-Está bien - asiente al ver que empiezan a aparecer los primeros padres - Pero después te tomas un descanso de al menos media hora.

No le contesto. No voy a hacer eso y no quiero que empiece a insistir. Me centro en una pareja joven que parece perdida y les guio hasta su hijo en cuanto me dicen su nombre. Es uno de los niños que ingresó ayer por la mañana. La madre todavía está en el hospital y ha venido en camisón y bata. Se la ve nerviosa y agotada. Aparte de tener un hijo prematuro, es el primero. Parece que se les acumulan los problemas. Les explico un poco como funciona Neonatales y cómo han de interactuar con su hijo. Me escuchan con atención y casi puedo imaginármelos anotando todo en una libreta, si la tuviesen a mano.

He conocido a muchos como ellos. Padres ansiosos y temerosos de todo lo relacionado con sus hijos. Deseosos de asimilar y seguir al pie de la letra cada consejo que les den. Y eso no es lo más adecuado. Cada padre ha de encontrar su ritmo y su forma de hacer las cosas, porque cada niño es un mundo. Por eso mis consejos suelen ser siempre generales, para que no puedan seguirlos como si de una guía se tratase.

En cuanto les dejo con su hijo, ya más relajados y ensimismados en admirarlo a través del cristal, me giro para buscar a quien más ayudar y mi mirada se topa de bruces con una tan azul e intensa como un cielo despejado de verano.

____________________________________

Traducción de la nana:

Nana nanita

Nana nanita

Nana nanita

Nana nani.

Marchaos, pequeñas hadas,

Marchaos, pequeñas hadas,

Marchaos, pequeñas hadas,

De nuestra casa ya.

Bajan los lindos ángeles,

Bajan los lindos ángeles,

Bajan los lindos ángeles,

A casa nuestra ya.

Duerme suavemente, mi bebé,

Duerme suavemente, mi bebé,

Duerme suavemente, mi bebé.

En nuestra casa ya.

Continue Reading

You'll Also Like

652K 29K 79
○Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes○ Kate vive bajo las redes de sus tios, quienes no desaprovechan n...
44.8K 1.1K 36
Poppy Halper y su odioso jefe, Nicholas Kuesel, no son el prototipo de jefe y secretaria perfectos. Es más, sus diferentes formas de pensar, de socia...
35.8K 3.4K 20
Fue la primera vez que Chifuyu tuvo el corazón completamente destrozado. BajiFuyu <3 Espero que disfruten la historia <3