Tras La Puerta Del Infierno [...

By andrewruiz10

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La historia de William Morrison está a punto de empezar. Brujas, vampiros, hombres lobo y otras criaturas sob... More

Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Epílogo.

Capítulo 18.

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By andrewruiz10

Nadie decía nada. William seguía en shock, incapaz de creer que su difunta madre siguiera viva. Katia y Olivia no entendían nada y Duke observaba a su compañero de habitación por si éste tenía otro ataque de ansiedad.

– No es posible... —Consiguió decir el muchacho, parpadeando repetidamente— Estás...

– ¿Muerta? —Respondió la mujer, mostrando unos afilados colmillos— Técnicamente, sí. Solo que no.

– Eres un vampiro. Pero, ¿cómo? Te suicidaste...

– Fui convertida intentando protegeros, Will. Un vampiro vino a por ti y, cuando me convertí... Decidí que lo mejor sería fingir mi muerte...

– ¿¡Cómo has podido engañarnos todo este tiempo!? —Exclamó William, haciendo levitar a la mujer— ¡Papá lloró cada noche por perderte! ¡Yo lloré todas y cada una de esas noches! 

– William, yo...

– ¡No quiero oírlo! ¡Motus

La mujer salió disparada a la pared varios metros hacia atrás. Beau usó sus poderes, para rescatar a la vampiresa, la cual miraba a su hijo con sorpresa en los ojos. No se esperaba que la apartara de esa forma. No esperaba que controlara tan bien sus poderes. William estiró la mano a la pared junto las escaleras, sin apartar la mirada de su madre y sus padrinos. 

Revelare abscondita ianuam

– ¡Espera, William! —Exclamó Karen— Antes de entrar ahí... Deberías escuchar las respuestas de Delia.

– No tengo tiempo, Karen. Raven Lovelace está en peligro...

Y dicho eso, tanto William como sus amigos corrieron hacia la entrada escondida. La pared frente a los ángeles se volvió a cerrar, incomunicando a los que habían decidido entrar a los pasadizos subterráneos.

– Tened cuidado. Saben que estamos aquí...

– Veo que Marie sigue siendo incapaz de hacer algo bien... —Dijo una siniestra voz masculina, bastante familiar— Tenía que drogar a Raven para bloquear sus poderes, pero no. ¡Qué incompetente!

– Peter. —Sentenció Olivia, colocándose en pose de defensa.

– No lo intentes... Seguimos en la Academia. Los bloqueadores aún os afectan.

– A mí no me afectan. —Sentenció Duke, absorbiendo el material de la pared.

– Es una suerte que a mi tampoco... —Sentenció William, mirando a sus amigas— Reserare potentia. —El muchacho miró a Duke, asintiendo con la cabeza— Salvad a Raven.

Tanto Olivia como Katia comenzaron a brillar, sintiendo como sus poderes se liberaban de los bloqueadores. Peter, quien se tapaba los ojos para no cegarse, fue sujetado por William, quien se teletransportó al bosque.

– Prefiero los espacios abiertos... —Comentó William, haciendo que Peter se destapara los ojos— ¿Tú no?

– Así es más fácil matar... —Comentó el vampiro, corriendo a por el brujo, quien estiró el brazo.

Duke, Olivia y Katia veían a Peter y a William desaparecer. Dándose cuenta de lo que el muchacho le había dicho a su compañero de habitación, los tres continuaron hacia delante. Por otro lado, el vampiro sentía un estridente sonido en su cabeza. William le estaba causando derrames cerebrales, los cuales hicieron que Peter se arrodillara. 

El híbrido usó su mano libre para crear una fuerte ráfaga, que hizo volar a Peter contra los árboles de la zona. Nada más tocar el suelo, el vampiro corrió a por William, quien desapareció, esquivando el puñetazo de Peter. El muchacho apareció detrás del vampiro, y volvió a lanzarlo, con el mismo conjuro, una y otra vez hasta que el árbol que recibía los golpes no pudo más, partiéndose en dos. Los ojos de William se volvieron de un azul marino, mostrando sus alas blancas.

– Eres débil, Peter Terrance. Esperaba más del asesino de Blair Edwards.

– El híbrido... Qué honor. —Dijo Peter, con tono irónico.

– ¿Unas últimas palabras antes de morir? —Sentenció William, creando una bola de luz con su mano derecha.

– Sí. Hay algo que quiero decir: Odio huir de una buena pelea...

Peter lanzó una granada de humo frente a William, quien tuvo que deshacer la esfera de luz para poder taparse la cara. Peter aprovechó para huir, asegurándose de que William no le seguía. Una vez el humo desapareció, el Híbrido cerró los ojos, sintiendo a las brujas Parker. Al teletransportarse, apareció frente a ellas, asustándolas.

– Sigamos. —Sentenció, habiendo perdido el control.

Los pasillos eran laberínticos y cuanto a más profundidad se encontraban, menos sentían a su profesora. Olivia pisó una baldosa que dejó caer un fuerte ruido. La rubia dejó escapar un grito ensordecedor cuando el suelo bajo sus pies desapareció, haciéndola caer por un agujero sin fondo.

– ¡Liv! —Exclamó Duke, corriendo al agujero, el cual se cerró antes de que el cambiaformas pudiera hacer nada.

– Debemos continuar. —Sentenció el Híbrido, impasible— La rescataremos. Ahora, sigamos.

Los tres supervivientes continuaron recorriendo pasadizos y salas. Hasta que, en una de ellas, escucharon la risa malvada de Rebekah Terrance. 

– Vaya, vaya... ¿Raven aún tenía fuerzas para alertaros? Qué bien. Estaba empezando a...

El cuerpo inconsciente de Rebekah cayó al suelo antes de poder terminar esa frase. Katia tenía su brazo estirado, la cual había usado sus poderes activados por William para romperle el cuello a la muchacha.

– Aburrir. Sí, sí, lo sabemos... —Comentó la rubia, sin detenerse.

– Nota mental... —Comentó Duke, mirando a la bruja— No enfadar a Katia nunca...

Mientras tanto, Olivia continuaba cayendo por el agujero. Cuando finalmente llegó a una sala, vio que estaba cayendo directa a una piscina de ácido con anguilas mutadas. Usó sus activados poderes para crear un torbellino de agua que le permitió saltar a un lado de la piscina, donde había una puerta. Cuando cruzó por ella, se encontró la figura de un encapuchado, el cual la golpeó con fuerza, dejándola inconsciente.

Los tres muchachos llegaron a una sala enorme. En el centro de ella, se encontraba una inconsciente Raven.

– Esperad aquí. —Sentenció el Híbrido, teletrasportándose frente a Raven. 

El muchacho desató a su profesora, la cual cayó hacia delante por su propio peso. William la sujetó, escuchando como una puerta se abría. Antes de que pudiera reaccionar, la mujer que entraba en la sala atacaba a los dos muchachos que esperaban atrás.

– ¡Glacio

Tanto Duke como Katia quedaron envueltos en una gruesa capa de hielo. William dejó a Raven de nuevo en la silla mientras que la mujer se teletransportaba junto a estatua de hielo, arañándola con las uñas. El Híbrido miró a su atacante, dándose cuenta de que se trataba de Marie Duvall.

– ¿Sabes? —La pelirroja empezó a hablar sin mirar a William— Raven lo ha fastidiado todo. Se suponía que yo debía ayudarte a controlar tus nuevos poderes. Pero no. Raven tuvo que confesaros que la habíamos raptado...

– ¿Por qué la tenéis cautiva? —Preguntó el Híbrido, cruzándose de brazos.

– Se suponía que teníamos que usar a tu hermana para que usaras tus poderes de Híbrido para cumplir nuestro propósito... Pero la rescataste. Así que pensamos que Blair sería una buena candidata para desbloquear los poderes del Híbrido.

– Pero me contó que no debía confiar en nadie y por eso le dijisteis a Peter y Rebekah que la mataran...

– Nos pareció lo más sensato. Así no nos manchábamos las manos. No puedes derrotarme, William. Apenas dominas tus poderes de brujo. No hablemos de los otros... Además, atácame y los rompo en mil pedazos. ¡Motus

William esquivó el ataque, lanzando dos esferas de fuego, las cuales volaron lejos de donde se encontraba Marie. La mujer sonrió, preparando su siguiente ataque.

– Has fallado. —Sentenció, creando una bola de fuego.

– El ataque no iba para ti. —Respondió William, cambiándole, a la secretaria, la expresión por completo.

– ¡Motus! —Exclamó una descongelada Katia, lanzando a la mujer contra William.

– ¡Motus! —Grito William, lanzando a la bruja por los aires.

– ¡Puñetazo que te llevas! —Exclamó Duke, desde el cielo, golpeando a la pelirroja con ambas manos, lanzándola contra el suelo. 

El golpe contra el suelo fue tan duro, que Marie creó un boquete al caer.  La bruja se quedó inconsciente y, por la puerta por la que había entrado la secretaria, comenzaron a entrar un gran número de Almas que se abalanzaron contra los chicos.

– ¡Hay que irse, rápido! —Exclamó el Híbrido, recogiendo a Raven y sujetándose a Katia, quien volvía a brillar.

– Pero, Olivia... —Dijo Duke, mirando hacia la puerta detrás de las Almas.

– ¡Volveremos a por ella! ¡Ahora sujétame la mano!

Y, William, habiendo dicho eso, dejó que sus ojos brillaran, creando una explosión de luz que desvaneció a las Almas que rondaban en la sala. Al mismo tiempo, el Híbrido se teletransportaba de nuevo junto a las escaleras de la biblioteca.

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