Un Amor Imposible. Zuko & Kat...

Od LynZWay6

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Zuko se ha unido al grupo del avatar, al principio Katara lo odia, pero al fin lo ha perdonado. ¿Podrá triunf... Více

Capitulo 2. Recuerdos
Capitulo 3. El Rescate
Capitulo 4. El Antidoto (primera parte)
Capitulo 5. El Antídoto (segunda parte)
Capitulo 6. Confrontación
Capitulo 7. La Explosión
Capitulo 8. El vuelo del Fénix
Capitulo 9. Los XV años de Katara
Capitulo 10. El festival
Capitulo 11. El túnel del amor.
Capitulo 12. El día de campo.
Capitulo 13. Uniones y Rupturas
Capitulo 14. El Duelo
Capitulo 15. Confesiones
Capitulo 16. El pasado de Zuko
Capitulo 17. La Adivina
Capitulo 18. La Traición
Capitulo 19. El triunfo de Azula
Capitulo 20. La Roca Hirviente
Capitulo 21. Zuko al Rescate
Capitulo 22. Escape de Prisión
Capitulo 23. La Venganza de Azula
Capitulo 24. El Congelador
Capitulo 25. La Caída de la Roca Hirviente
Capitulo 26. Perseguidos
Capítulo 27.Sangre Control
Capítulo 28.Planes de Guerra
Capítulo 29. El Huevo Dorado
Capitulo 30. El bebé dragon
Capitulo 31. El Rey Dragon
Capitulo 32. Presentimiento
Capitulo 33. La Promesa
Capítulo 34. Ataque nocturno
Capitulo 35. Duelo de espadas (1ra Parte)
Capítulo 36. Duelo de Espadas (2da Parte) La Historia de Ursa
Capitulo 37. Duelo de Espadas (3ra parte) La Muerte de Azulon
Capitulo 38. El mejor espadachín
Capítulo 39. Enemigos del pasado.
Capitulo 40. La Emboscada
Capitulo 41. El Crepúsculo
Capitulo 42. El Amanecer
Capítulo 43. El cometa de Sozin (Primera parte)
Capitulo 44. el cometa de Sozin (Segunda Parte)
Datos Curiosos Avatar: The Last Airbender
Capítulo 45. El cometa de Sozin 3ra parte (Los refuerzos)
Capítulo 46. La técnica suprema
Capítulo 47. El consejo de los sabios
Capítulo 48. Sacrificio
Capítulo 49. Despedida (1ª parte).
Capítulo 50. La Despedida (2da parte).
Capítulo 51. Boda trágica.
Capitulo 52. El último Agni Kai.
Capítulo 53. Agonía
Capitulo 54. Viva el nuevo Señor del Fuego
Segunda Temporada?
Actualizacion del nuevo mini-fic
Zuko, el Cyrano de la Nación del Fuego. Capitulo 1- Decepción
Capítulo 2. Más decepciones.
Capítulo 3. La despedida.
Capítulo 4. La carta de amor.
Capítulo 5. El pacto.
Capítulo 6. La cámara de los secretos.

Capitulo 1. Encuentros y Reencuentros

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Od LynZWay6


En el templo de aire del oeste, el príncipe Zuko permanecía recostado sobre su cama, pensando en lo mucho que había cambiado su vida últimamente. El joven empezó a repasar los acontecimientos de los últimos años. A los 13 años su padre le quemó el rostro y lo desterró de su país. Después de pasar dos años en el mar buscando al avatar logró encontrarlo en el polo sur, desde entonces persiguió al avatar por todo el mundo durante un año. Su vida cambio radicalmente en poco tiempo, pues de príncipe exiliado se convirtió en fugitivo y terminó como mesero, viviendo en la miseria en la ciudad de Ba Sing Se. Así que cuando tuvo la oportunidad de recuperar su antigua vida, se alió con su hermana y atacó al avatar, a Katara y traiciono a su tío Iroh. Como recompensa, su padre lo recibió con honores y lleno de orgullo, lo felicitó por haber matado al avatar, pero Zuko sabía que Aang estaba vivo, así que contrato a un asesino para que terminara con él.

Confuso, Zuko le pidió consejo a su tío, pero él no quiso hablarle. Tiempo después, Iroh le confesó a Zuko que el abuelo de su padre fue el rey Zosin, quien inició la guerra por ambición, pero que el abuelo de su madre Ursa era el avatar Roku. Iroh le dijo a su sobrino: "Esa es tu herencia... tu legado. El mal y el bien habitan dentro de ti, pero tu destino es ayudar al avatar a restaurar el balance del mundo y traer una nueva era de paz".

El día del eclipse, Zuko confrontó a su padre, le dijo que haberlo quemado fue cruel y fue un error. Le confesó que fue Azula quien derrotó al avatar en Ba Sing Se, pero que aún estaba vivo y que probablemente era el avatar quien encabezaba el ataque. Le advirtió que liberaría a su tío y le pediría perdón, pero lo más importante es que se uniría al avatar y le ayudaría a restaurar el balance del mundo. A pesar de todo, Zuko se negó a atacar a su padre, alegando que ese era el destino del avatar. El maligno Ozaí intentó entretener a Zuko hasta que pasará el eclipse, así que para ganar tiempo le confesó que su madre esta viva y que fue ella quien planeo la conspiración para que Ozaí ascendiera al trono, con la única condición que salvara la vida de Zuko. Las lágrimas corrieron por el rostro del joven príncipe, pero en ese momento el eclipse terminó y Ozai atacó a Zuko con el relámpago, pero el príncipe lo redirigió muy cerca de su padre. La explosión golpeo a Ozai contra la pared y furioso se levantó de suelo sólo para darse cuenta que Zuko había escapado. Zuko buscó a su tío para liberarlo y pedirle perdón, pero él ya había escapado. En cuanto pasó el eclipse, la nación del fuego tomo el control de la batalla y todos los invasores se rindieron. Unicamente Aang, Katara, Sokka, Toph, Harú, Teo y Duque lograron escapar volado en Appa. En un globo, Zuko siguió al grupo hasta el templo e aire del Oeste, pero esta vez para enseñarle al avatar el control del fuego.

En el templo de aire del oeste, Zuko se presentó ante el grupo y se disculpó por sus acciones anteriores, pero nadie confiaba en él, así que lo corrieron. Esa noche Toph fue a buscar a Zuko, pero cuando el príncipe escucho ruidos pensó que se trataba de un enemigo y lanzó un ataque, ella se protegió con una roca pero sus pies se quemaron. Zuko le pidió perdón por el accidente, pero ella huyó asustada. Al día siguiente, el asesino contratado para matar al avatar atacó al grupo, pero Zuko los defendió. Entonces, el grupo aceptó a Zuko (con renuencia). A pesar de todo le dieron un cuarto para descansar y Zuko les prometió que no los defraudaría, pero una vez que se quedo a solas, Katara lo buscó y le dijo que los demás eran unos tontos por creer en su transformación, pero que ella sabía que tarde o temprano los iba a traicionar, así que le advirtió que al menor movimiento sospechoso o al primer intento de lastimar a Aang, ella PERSONALMENTE se encargaría de terminar con su destino para siempre. Furiosa se alejó de la habitación y Zuko se quedó en silencio lleno de tristeza. Así que después de tantos acontecimientos, aquí estaba ahora, listo para enseñarle el fuego control al avatar y dispuesto a terminar con la tiranía que su padre había impuesto sobre el mundo.

El joven se dejó caer sobre su cama y después de repasar los últimos acontecimientos de su vida, comprendió que Katara estaba en lo correcto al desconfiar de él. Después de todo, Zuko sólo les había causado problemas desde hace mucho tiempo. A lo largo de su vida, mucha gente lo había insultado, amenazado y maltratado, pero nunca le habían herido tanto unas palabras, como ahora. Los hermosos ojos azules de Katara lo habían mirado con tanta furia y desprecio, que lo habían hecho sentirse sumamente miserable. En ese momento, el joven príncipe hubiera dado cualquier cosa por borrar esa mirada de odio en los ojos de Katara y sustituirla por la forma dulce y tierna con que lo había visto cuando se quedaron a solas en la prisión de Ba Sing Se. Así que desde lo más profundo de su corazón, surgió el ferviente deseo de ganar la confianza y tal vez el afecto de todo el grupo, especialmente de Katara.

Zuko sabía que no sería fácil y que tomaría mucho tiempo, pero estaba decidido a cambiar la opinión que tenían de él y a probarles que esta vez si estaba de su lado. Lo primero que tenía que hacer era cumplir su promesa y enseñarle a Aang el fuego control. Con una ligera sonrisa en sus labios y un profundo suspiro, Zuko cerró los ojos, con la convicción de que por primera vez en su vida, estaba haciendo lo correcto.

A la mañana siguiente, Katara fue a buscar a Zuko, pues se había propuesto vigilarlo muy de cerca, pero para su sorpresa, no se encontraba en su habitación.

- ¡Lo sabía! – Exclamó ella y de inmediato fue a buscar al grupo – ¡Zuko se ha ido!

- ¿Cómo que se ha ido? – preguntó Sokka

- Fui a buscarlo a su cuarto pero no está. Sabía que no podíamos confiar en él.

- Tenemos que buscarlo – dijo Aang – no quiero poner en peligro a nadie del grupo.

- Esperen¿Dónde está Toph? – preguntó Sokka.

El trío de amigos se miró con sorpresa y de inmediato corrieron a buscar a la pequeña. Cuando entraron a la habitación, lo primero que vieron fue a Toph sentada en su cama y la espalda de Zuko quien estaba sentado en el suelo a los pies de la niña. Sin perder un segundo, Katara atacó a Zuko con un látigo de agua golpeándolo con fuerza.

- ¡Aléjate de ella! – gritó Katara, mientras Aang y Sokka se pusieron delante de Toph y el trío tomó posición de ataque.

- ¡Alto chicos! – Gritó Toph – Zuko estaba curando mis pies.

- ¡Qué! – exclamó el trío al unísono.

- Yo sólo quería ayudar – dijo Zuko con tristeza, mientras que empapado, se levantaba del suelo.

- ¡Es cierto! – Confirmó Toph – Esta mañana Zuko dijo que sentía mal por haberme quemado y dijo que sabía como tratar quemaduras. Me preguntó si le permitía curarme y yo le dije que sí. Así que primero limpio mis pies para que no se infectaran y después me puso un ungüento. Apenas iba a vendarlos cuando ustedes llegaron.

- ¡Oh, lo siento! – se disculpó Aang ­- pero creímos que... bueno... es que nos preocupamos por ella.

- Esta bien, lo entiendo – dijo Zuko – En cuanto termine llevare a Toph a desayunar.

Katara guardó el agua en su cantimplora de piel y salieron de la habitación.

- ¡Lo siento! – se disculpo la niña, que se sentía avergonzada por el comportamiento de sus amigos.

- Está bien – dijo Zuko, mientras continuaba vendando los pies de la niña – tienes suerte de tener amigos que se preocupen por ti.

- Si, aunque a veces pueden ser un poco molestos. ¿Qué hay de ti? Seguramente tus amigos también te han avergonzado alguna vez ¿verdad?

- No. De hecho, yo no tengo amigos – respondió Zuko exhalando un suspiro – No puedes tener amigos cuando el mundo entero trata de matarte.

- No exageres.

- Estoy seguro que la mayoría de las personas han sentido, alguna vez, que el mundo entero está en su contra, pero en mi caso, el mundo entero REALMENTE está contra mí, literalmente. ¿Qué esperabas?, Mi propia nación me considera un traidor y una deshonra, y para las otras naciones soy el hijo del hombre más odiado del mundo. Así que no importa a donde vaya, al enterarse de quien soy, la gente trata de matarme. Por eso no puedo tener amigos.

- Sabes, antes yo tampoco tenía amigos. Mis padres querían protegerme y me mantenían encerrada en casa, pero a veces pienso que en realidad se avergonzaban de mi, por eso no le contaban a nadie que tenían una hija ciega.

- Sé como te sientes. Toda mi vida me esforcé tratando de que mi padre se sintiera orgulloso de mi, pero a sus ojos sólo fui un fracaso y una vergüenza. Él me decía que mi hermana Azula nació con suerte y que yo tuve suerte de nacer. Yo siempre me esforce al máximo, esperando que se sintiera orgullo, pero él siempre se avengonzó de mi.

Los dos se quedaron en silencio por unos momentos, sumidos en sus propios recuerdos. Entonces Zuko suspiró y continuó vendando los pies de Toph.

- ¿Esto es necesario? – pregunto la niña.

- Por supuesto, si no tenemos cuidado las quemaduras se infectaran y créeme, no querrás que eso suceda. Lo digo por experiencia. ¡Listo, ya terminé!

Zuko abrazó a la niña y la llevó con el resto del grupo. Toph estaba confundida, siempre le habían dicho que Zuko era un malvado, pero se portaba tan dulce y gentil con ella y sus brazos eran tan calidos y reconfortantes que no comprendía porque los demás se habían formado una imagen tan negativa del joven.

Cuando llegaron con el resto del grupo todos tenían un tazón de arroz. Katara entregó una porción a Toph y otra a Zuko, pero cuando el príncipe se sentó en el suelo para comer, el grupo se puso de pie y fueron a comer a un lugar más apartado llevándose a Toph con ellos y dejando al príncipe solo.

- ¿Qué está haciendo? – le preguntó Sokka a Duque.

- Nada. Solamente está comiendo mientras sonríe.

- ¿Sonríe? – Preguntó Sokka sorprendido - ¿Por qué sonríe?

- Seguramente está tramando algo malo – dijo Katara

- Dejen de pensar mal de él – Replicó Toph – Zuko es una buena persona. No sé porque lo juzgan mal.

- ¿Y por qué estás de su lado? - Preguntó Katara con desconfianza – Ya te convenció ¿No es así? – Katara suspiró y agregó – Escucha Toph, sé que a veces Zuko puede parecer dulce y encantador pero no debes confiar en él. Yo lo hice y después nos traicionó. Esta advertencia va para todos. No intenten hablar con él porque los va a poner de su lado.

- A mí me parece que Zuko no es bueno hablando – dijo Sokka.

- ¡Estás loco! – Exclamó Katara – él convencería a una serpiente de usar zapatos, si se lo propone. No se cómo lo hace pero logra conmover a la gente. Yo quería matarlo en Ba Sing Se, pero bastaron unas horas a solas con él para que yo... bueno para que... para que creyera que había cambiado. Así que no le den oportunidad de hablar. Pase lo que pase no lo escuchen o les aseguro que los va a convencer.

- Bueno, creo que es tiempo de comenzar mi entrenamiento – dijo Aang.

- Espera, yo iré contigo – declaró Katara – No quiero que te quedes solo con él. Podría ser una trampa.

Aang y Katara se acercaron a Zuko y juntos se dirigieron a un lugar apartado para comenzar el entrenamiento. Todo el día, Aang y Zuko practicaron el control del fuego en un lugar apartado, mientras Katara practicaba el control del agua en un riachuelo cerca de ellos. Al atardecer, todos regresaron al templo. Mientras Zuko comía su cena en un lugar apartado, el avatar les contaba a sus amigos lo feliz que se sentía por los progresos que había logrado ese día. Toph también estaba contenta por las atenciones de Zuko y los dos hablaban de las cualidades del príncipe. Más tarde, Zuko fue a despedirse del grupo y se ofreció a llevar a Toph a su habitación. A pesar de las protestas de Sokka y Katara, la niña ciega extendió los brazos y aceptó con agrado. La niña sonreía mientras viajaba en los calidos brazos del príncipe exiliado. Cuando llegaron al cuarto de la pequeña, Zuko cambio los vendajes de Toph y al terminar, se marchó a su propio cuarto, pero en el camino se encontró con Teo, que en su silla de ruedas entraba a una habitación. Unos segundos más tarde, se escuchó un estruendoso golpe. Zuko regresó de inmediato y al entrar en la habitación del adolescente, lo encontró tirado en el suelo.

- ¿Qué sucedió? – Preguntó Zuko mientras levantaba al adolescente y lo recostaba en su cama - ¿Te encuentras bien?

- Sí. Estoy bien – respondió Teo sonriendo - sólo me caí de la silla cuando trataba de subir a la cama.

- Si necesitas ayuda puedo...

- ¡No! Yo puedo valerme por mí mismo sin la ayuda de nadie.

Zuko exhaló un profundo suspiro al escuchar las mismas palabras que él constantemente le decía a su tío.

- Sabes, yo también pensaba como tú. Solía creer que estaba solo y que pedir ayuda era un signo de debilidad, pero ahora comprendo que no tiene nada de malo dejar que las personas te ayuden. Pienso que todos necesitamos de los demás y cuando las personas ofrecen su ayuda no es porque te consideren débil, sino porque les importas y porque te aprecian.

- Sí, lo sé – confirmó el joven inclinando la cabeza – Zuko, podrías ayudarme a retirar los vendajes, mi padre hacía eso pero...

- Está bien – dijo Zuko colocando una mano sobre el hombro de Teo. Con sumo cuidado retiró los vendajes que mantenían unidas las piernas de Teo. Cuando terminó su trabajo, se sorprendió al observar las raquíticas piernas del adolescente - ¿Por qué usas los vendajes?

- Porque así es más fácil manejar la silla de ruedas.

- ¿Hace mucho que usas la silla de ruedas?

- Sí. Veras, cuando era pequeño, mi madre y yo tuvimos un accidente. Ella murió y yo quedé muy lastimado. Tenía múltiples fracturas en mis piernas y muchas heridas. Pasaron muchos meses para que las heridas sanaran, pero cuando al fin lo hicieron, mis piernas ya no tenían fuerzas para sostenerme y nunca más pude caminar.

- Ya veo y por eso utilizas la silla de ruedas

- Sí. Mi padre es un gran inventor y diseño la silla para mi. Ahora puedo ir a casi cualquier lado, sin ayuda de nadie. Gracias a eso me volví independiente.

- Pero me temo, que te volvió dependiente de la silla.

- ¿Qué?

- Dime ¿puedes sentir esto? – Zuko tocó cada uno de los dedos de los pies del adolescente y en cada ocasión Teo respondió de forma afirmativa – bien, parece que no has perdido la sensibilidad de tus piernas. Al parecer, después del accidente tus piernas quedaron muy débiles, pero en vez de ejercitarlas dejaste que los músculos se atrofiaran y eso incrementó el problema.

- Pero yo traté de caminar... muchas veces¡pero todo fue inútil!

- Tal vez no recibiste el tratamiento adecuado – dijo Zuko examinando más de cerca las piernas de Teo – ¿Sabes que era este lugar?

- No

- Era un monasterio habitado por mujeres del aire. Ellas se dedicaban al estudio de la medicina. Parece que conocían mucho sobre hierbas curativas y tratamientos médicos.

- ¿Cómo sabes eso?

- Porque yo ya había estado en este lugar, hace más de tres años. En ese tiempo mi tío y yo venimos aquí a buscar algún indicio para encontrar al avatar. Registramos cada rincón y encontramos un salón con cientos de libros sobre plantas medicinales y otra habitación con toda clase de remedios. En ese tiempo las heridas de mi rostro estaban recientes y se infectaron. Tuve mucha fiebre y pase varios días enfermo de gravedad, pero mi tío encontró un tratamiento que encontró en un libro de la biblioteca y utilizó las medicinas para curarme.

- ¿Y crees que puede haber algo que pueda ayudarme?

- No lo sé – confesó Zuko con sinceridad – pero si existe una cura para ti, debe encontrarse aquí. No quiero darte falsas esperanzas Teo, pero te prometo que haré todo lo que pueda para ayudarte.

- ¡Gracias! – respondió Teo sonriendo. Zuko se despidió del chico y lo dejó descansar.

En cuanto salió de la habitación, Zuko empezó a deambular por una serie de pasillos y túneles que no había recorrido en años. Muy de cerca, Katara seguía al joven príncipe, temiendo que intentara alguna traición. Entonces Zuko se detuvo ante una enorme puerta de madera que el joven abrió dejando ver un gigantesco cuarto lleno de antiguos pergaminos. Lentamente recorrió varios pasillos. De vez en cuando se detenía e inspeccionaba algunos rollos. Cuando Katara se convenció de que Zuko no intentaría nada peligroso se retiró a descansar. En cambio, Zuko pasó horas en su búsqueda hasta que finalmente decidió irse a dormir.

A la mañana siguiente, Katara fue a inspeccionar el cuarto de Zuko, pero para su sorpresa no lo encontró ahí. De inmediato corrió a alertar a los otros.

- ¡Zuko se ha ido! – gritó Katara con angustia - ¡Rápido, tenemos que encontrarlo!

- ¿Encontrar a quién? – preguntó Zuko que se acercaba al grupo cargando una pila de leña.

-¿Dónde estabas? – preguntó Katara molesta.

- Me levante temprano y fui a buscar algo de leña – respondió tranquilamente mientras depositaba la carga junto a una enorme pila de leña que se encontraba en un rincón. Todos observaron a Zuko atónitos.

- ¡Tú solo, trajiste toda esa leña! – exclamó Katara sorprendida.

- Sí. Es que quería ayudar.

- pero ¿a que hora trajiste todo esto?

- ya te dije, me levante muy temprano.

- Anoche te quedaste despierto hasta muy tarde ¿Es que no dormiste nada?

- En realidad, no duermo mucho.

- Ya veo. Bueno... creo.... creo que prepararé el desayuno – dijo Katara fingiendo indiferencia.

- Esta bien, yo iré con Toph.

Zuko cambio los vendajes de los pies de Toph y cuando terminó la llevo con el resto del grupo. Katara le entregó a Zuko un tazón con arroz, entonces todos se pusieron de pie preparándose para marcharse.

- Esperen, no tienen que retirarse – dijo Zuko tomando su comida – Yo estaré por allá.

Todos comieron con la vista fija en el suelo, sin saber que decir. Cuando Zuko terminó, le entregó el tazón a Katara y le agradeció por la comida. Ella recogió el plato con indiferencia. Entonces Zuko y Aang se marcharon a un lugar solitario en donde entrenaron hasta el medio día. El avatar estaba haciendo grandes progresos, pero producir fuego consume mucha energía y por la tarde el niño estaba agotado. Así que Zuko tuvo que dar por terminada la sesión de ese día.

En vez de descansar Zuko fue a la biblioteca. Cumpliendo con su promesa pasó horas buscando algo que pudiera ayudar a Teo.

- Zuko, te traigo la cena – dijo Duque que llevaba un tazón de arroz.

- ¡Gracias!

- De nada. Ojalá hubiera otra cosa para comer. Estoy cansado de comer arroz - suspiró el pequeño - Cuando vivía en e bosque con mis amigos, Jet se encargaba de cazar y los otros recolectaban frutas. Aquí no hay nada más que arroz.

- Extrañas a tus amigos.

- Mucho. Mis amigos era grandes y fuertes, yo soy tan pequeño que nadie me toma en cuenta. ¡Aquí me siento tan inútil!

- No tiene nada de malo ser pequeño.

- ¡Claro que sí! He perdido a todos mis amigos y no pude ayudar a nadie.

- No necesitas ser alto, ni fuerte para ayudar a tus amigos. Basta que tengas el deseo de ayudar – el pequeñín miró a Zuko con incredulidad - En fin, buenas noches.

- ¡Buenas noches!

Antes de ir a dormir, Katara fue a inspeccionar y encontró a Zuko hundido en la lectura de varios pergaminos. Katara se fue a dormir temprano con la intención de levantarse antes que Zuko, pero al mañana siguiente encontró que el príncipe ya se había levantado.

- ¿Qué pasa con él¡Es que nunca duerme! – exclamó frustrada.

Katara se reunió con el resto del grupo y se disponía a preparar el desayuno cuando Zuko regresó.

- ¿Dónde estabas? - preguntó Katara

- Fui a cazar – respondió tranquilamente mientras dejaba caer el cuerpo de un alce-guepardo.

- ¡Grandioso! – exclamaron todos los chicos a excepción de Aang.

- ¡Al fin vamos a comer carne! – exclamaron Sokka y Duque.

Todos los chicos estaban tan contentos que a Katara no le quedo más remedio que agradecerle a su Zuko por su acción.

- ¿No se por qué les llama la atención la carne? – dijo Aang con molestia.

- ¿Tú no comes carne? – preguntó Zuko.

- ¡Claro que no! Los monjes nos han enseñado a vivir en armonía con todos los seres vivos y eso incluye no comerlos.

- Ya veo. Ahora me explico porque en la huerta había tantos árboles frutales.

- ¡Huerta¿Cual huerta? – preguntó Aang.

- En unos edificios, cerca de aquí había un enorme jardín con árboles frutales.

- ¿Y como sabes eso?

- Porque ya había estado aquí antes. Mi tío y yo registramos el lugar, hace más de tres años y encontramos una huerta. ¿Quieres que te muestre el lugar?

- ¡Sí, vamos! – respondió Aang contento.

- Esperen – dijo Katara – Es mejor que Sokka los acompañe.

En poco tiempo, los tres chicos se encontraban volando sobre Appa. Zuko los guió hasta una enorme huerta abandonada. Cuando Aang observó el lugar se llenó de tristeza. El jardín estaba en ruinas, lleno de maleza y en deterioro total.

- Cuando la guerra termine – dijo Aang – Tendremos que reconstruir este lugar.

- Mi país ha sido el responsable de esto – confesó Zuko, mientras colocaba su mano sobre el hombro de Aang – pero te prometo que cuando la guerra termine, te ayudaremos a reconstruir todo el templo. Trataremos de reparar el mal que hemos provocado.

- ¡Gracias! – dijo el niño sonriendo.

Los tres chicos se dedicaron a la recolección de frutos. Aang utilizó su aire control y Sokka su bumerang, pero cuando el guerrero de la tribu del agua vio que Zuko utilizaba sus espadas con gran destreza para arrancar las frutas de los árboles, decidió imitarlo, pero utilizando su propia espada. Los tres reunieron una gran cantidad de frutas frescas y juntos regresaron al campamento.

- No sabía que manejabas la espada – dijo Zuko mirando a Sokka.

- Un maestro de tu nación me enseño a usarla – este comentario le sorprendió a Zuko pero no dijo nada – Lo que sucede es que me sentía inútil como guerrero. Todos saben controlar los elementos, mi hermana el agua, Aang el viento, Toph la tierra y ahora tú el fuego, pero yo sólo sabía utilizar mi bumerang, así que decidí aprender a manejar un arma, aunque me temo que no es tan útil como el control de los elementos.

- Eso no es cierto – dijo Zuko con firmeza – No necesitas controlar los elementos para ser un gran guerrero. Muchos de los guerreros más peligrosos que conozco no pueden controlar los elementos, pero son expertos en un arma.

- ¡Es mentira!

- ¡Es cierto!

- Menciona a tres – declaró Sokka desafiante.

- Jun, Jet y los jinetes de los rinos, a excepción de su líder el coronel Mongke, él es el único maestro del fuego, pero todos los demás son expertos en un arma diferente y ellos son legendarios por su peligrosidad.

- Es cierto - dijo Aang - recuerda a Jet, él pudo pelear contra los Dai-Li utilizando sus espadas y debiste ver a Zuko cuando me rescató de la prisión de Zhao. ¡Nunca vi nada igual! Zuko peleo contra todo un ejército utilizando sólo sus espadas y nunca utilizó su fuego control.

- Pero para que seas un gran espadachín debes practicar todos los días por varias horas – declaró Zuko.

- Sí, lo se, pero no tengo a nadie con quien practicar.

- Si quieres, podemos entrenar juntos – dijo Zuko.

- ¡De verdad!

- Sí. En cuanto termine con Aang puedo practicar esgrima contigo, pero te advierto que tendrás que esforzarte al máximo, porque soy un instructor muy exigente ¿no es así Aang?

- ¡Cierto! – dijo Aang con un lamento.

- Está bien. Te prometo que daré mi mayor esfuerzo.

- Eso espero.

Aang sonrió al ver como sus dos compañeros se estrechaban la mano con alegría. Cuando regresaron al campamento, Katara ya había preparado un poco de carne azada. Zuko recibió su porción y se retiró a comer solo, como era su costumbre. Ese día transcurrió sin novedades, pero en la noche, Zuko finalmente encontró lo que buscaba.

En la mañana Zuko se levantó muy temprano y revisó cada uno de los pergaminos que había encontrado la noche anterior y los estudio con sumo cuidado. Más tarde, seleccionó unos cuantos y salió de su cuarto en busca de Teo. En uno de los pasillos encontró al joven en compañía de Duque.

- Hola chicos. Tengo buenas noticias para ti Teo. Encontré unos viejos pergaminos que hablan de un tratamiento que puede ayudarte a fortalecer tus piernas.

- ¡De verdad! – exclamó el joven con alegría

- Sí. No sé si funcionará, pero creo que vale la pena tratar.

- ¿Qué tenemos que hacer?

- Bueno, en primer lugar debes dejar de utilizar las vendas. Necesitas sol y aire fresco. En este pergamino mencionan que cerca de aquí, hay un manantial con aguas termales que tienen propiedades curativas. Te llevaremos ahí después de desayunar, pero también necesitas de una terapia que se basa en una serie de ejercicios que te ayudarán a recuperar la movilidad, pero necesitamos de una persona que pueda realizar el trabajo – Zuko miró al pequeño Duque y prosiguió - Alguien confiable y que pueda tomar esa responsabilidad.

- ¡Yo lo haré! – exclamó el niño con decisión.

- Será difícil – dijo Zuko – tendrás que trabajar mucho ¿Estás seguro que puedes hacerlo?

- Sí. Lo haré bien.

- Me gusta escuchar eso – Zuko desenrolló un pergamino con varias ilustraciones y le explicó a Duque la forma en que debía ejercitar las piernas del adolescente – Recuerda que Teo no ha usado sus piernas en mucho tiempo, así que es posible que al principio los ejercicios más simples le causen dolor, por eso debes tener mucho cuidado y asegurarte de realizar los ejercicios muy despacio para que no lo lastimes.

- Tendré mucho cuidado. !Lo prometo!

- Se que lo harás bien – dijo Zuko con confianza y dirigiéndose a Teo añadió – También necesitarás una alimentación especial. Necesitas comer mucha carne, frutas y leche. Además, tienes que tomar algunas medicinas, pero no te preocupes, aquí describen como encontrar los ingredientes y como prepararlas. Teo, te prometo que juntos te ayudaremos para que puedas recuperarte.

- ¡Sí, Teo! – Exclamó con alegría Duque - ¡Todos te ayudaremos!

- ¡Gracias, chicos! – dijo el joven conmovido.

Al terminar de desayunar, el grupo llevó a Teo a los manantiales curativos que describían los pergaminos y Duque ayudó al joven con los ejercicios para sus piernas. Después, Zuko y Aang continuaron con la práctica del control del fuego. Por la tarde, Zuko practicó el arte de la esgrima con Sokka. El guerrero de la tribu del agua estaba sorprendido con la destreza del príncipe y requirió de todo su esfuerzo y toda su concentración mantenerle el paso a Zuko. Más tarde, cuando todos terminaron de cenar, Zuko se dirigió a un antiguo almacén del templo de aire del oeste, en donde se dedicó a buscar los ingredientes que necesitaba para la medicina de Teo. Mientras tanto, todos estaban intrigados con la conducta del guerrero de la nación del fuego y hacían comentarios sobre él.

- Me preguntó ¿a qué horas duerme? – Dijo Harú – parece que siempre es el primero que se levanta y el último en dormir ¿Por qué dormirá tan poco?

- Tal vez tiene problemas para dormir – Sugirió Duque.

- No sé, pero parece que tiene mucha energía – Declaró Sokka – Entrena todo el día y parece que nunca se cansa.

- ¡Por supuesto que está cansado! – Replicó Toph – pero su deseo de ayudar es muy grande. Parece que Zuko realmente se está esforzando por agradarnos a todos.

- Pues lo está logrando – confesó Aang – odio admitirlo, pero parece que esta vez, Zuko sí ha cambiado para bien.

- ¡YA BASTA! – Replicó Katara – Zuko esto, Zuko aquello. ¿Pueden hablar de otra cosa que no sea de Zuko?

- Esta bien. Esta bien – dijo Aang – pero no te molestes.

Al día siguiente, cuando Katara se disponía a preparar el desayuno, vio aparecer a Zuko lleno de tierra y con muchos raspones en su cuerpo. Traía una soga de la cual jalaba a una cabra-antílope y a su pequeño.

- ¡Zuko! - exclamó Katara - ¿Cómo conseguiste este animal?

- Creme que no fue fácil, pero al fin la atrapé. Este animal nos dará la leche que necesitamos para fortalecer los huesos de Teo.

- Zuko, no me gusta esto, Qué tal si no funciona ¿Has pensado en como se sentirá Teo si nada de esto resulta? Él está muy emocionado con el tratamiento y temo que se decepcionará sino puede curarse. Creo que no está bien darle esperanzas.

- Muchas veces la esperanza es lo único que te ayuda a seguir adelante. A veces, necesitamos aferrarnos firmemente a un sueño, por imposible que parezca, y creer que puede ser real. Sino fuera por eso no estaríamos aquí, peleando y tratando de mejorar el mundo – Zuko sacó su daga y se la enseñó a Katara – Esto fue un regalo de mi tío. La inscripción dice "Nunca te rindas sin pelear" Si después de todo el esfuerzo, Teo no puede caminar, al menos sabremos que hicimos todo lo posible, pero si no hacemos nada, nos quedaremos con el remordimiento de que pudimos haber hecho algo, que pudimos hablerlo intentado. Yo pienso que la esperanza es buena, fue lo que mantuvo con vida todos estos años y es lo que le ayudará a Teo a caminar de nuevo.

Katara no dijo nada, solamente inclinó su cabeza y comenzó a preparar el desayuno. Más tarde, cuando todos se fueron a realizar sus actividades diarias, Katara se quedó a solas con Toph. Mientras la joven de la tribu del agua lavaba los platos, Toph le dijo:

- Katara, hay algo que he querido preguntarte desde hace mucho.

- ¿De que se trata?

- ¿Cómo es Zuko?

- Es arrogante, altanero, obsesivo y con muy mal carácter.

- A mi, me parece que es dulce, tierno y gentil – la niña suspiro y continuó – pero yo quiero saber ¿cómo es Zuko físicamente?

- ¿Qué?

- Se que es alto y muy atlético. Cuando sujetaba el brazo de Sokka pensaba que él tenía buen cuerpo, pero cuando toque los brazos de Zuko... bueno... no hay comparación. Sus brazos son tan fuertes y llenos de músculos. Debe tener un cuerpo perfecto, pero no sé como es su rostro. Dime ¿Es guapo?

- No es tan simple – dijo Katara.

- ¿Por qué?

- Porque Zuko... tiene quemado la mitad de su rostro – Toph abrió los ojos sorprendida – Zuko tiene una enorme cicatriz que deforma el lado izquierdo de su cara.

- ¡Con razón su voz suena siempre tan triste! - la niña suspiró - Entonces debe lucir horrible.

- No me malinterpretes. Cuando vez a Zuko, lo primero que notas es esa horrible cicatriz en su rostro, pero si lo observas con más cuidado... bueno... lo que estoy tratando de decir es que pienso que Zuko es atractivo... a pesar de la cicatriz.

- ¿De verdad?

- Sí. Es una lástima lo que le sucedió – dijo Katara con pena – Si no fuera por esa cicatriz, Zuko sería increíblemente apuesto - Las dos chicas sonrieron y continuaron con sus actividades.

A partir de ese día, las actividades del grupo se volvieron una rutina. Todas las mañanas Zuko se levantaba temprano y salía a cazar o a conseguir plantas medicinales para el tratamiento de Teo. También ayudaba a curar los pies de Toph. Después de desayunar, apartado del grupo, se dedicaba a enseñarle a Aang el control del fuego. Más tarde practicaba con Sokka el manejo de las espadas hasta que llegaba la hora de cenar. Finalmente, se dedicaba a meditar por horas.

En poco tiempo, Toph mejoró mucho y pudo caminar de nuevo. Aang hacía grandes progresos y Sokka se estaba convirtiendo en un experto espadachín. Katara también practicaba todo el día, al igual que Harú y Toph. El grupo entero sabía que era necesario entrenar al máximo si querían enfrentar al señor del fuego Ozaí. Durante este tiempo, Teo continuó con su tratamiento con la ayuda de Duque. Poco a poco, Zuko fue ganando la admiración y el respeto de todo el grupo, a excepción de Katara, quien aprovechaba cualquier ocasión para mostrar su enfado y desprecio al príncipe.

Una mañana, estando todo el grupo reunido, Teo les dio una demostración de sus progresos. Con mucho esfuerzo logró mover sus piernas, levantándolas unos centímetros del piso. Aunque aún faltaba mucho trabajo, este había sido un logró muy importante. Llenos de alegría, todos estallaron en risas, aplausos y felicitaciones para Teo. El grupo armó un gran alboroto al enterarse de que los esfuerzos de todos habían dado frutos y todos sabían que gran parte de este éxito se lo debían a Zuko.

Más tarde, cuando Zuko recibió su porción de comida, se retiró a comer solo, como siempre. Aang lo vio alejarse y les dijo a sus amigos.

- Chicos¿no creen que deberíamos dejar que Zuko coma con nosotros?

- ¡Sí! – repitieron todos.

- ¡No! no estoy de acuerdo – Replicó Katara - Zuko no es de fiar, no debemos confiar en él.

- Sé que Zuko fue malo en el pasado, pero parece que ha cambiado – Dijo Aang.

- ¡No, no ha cambiado! – Replicó Katara con la voz quebrada – En Ba Sing Se creí que Zuko tenía sentimientos... creí... creí que había cambiado pero fue un engaño. Confié en él una vez pero no pienso volver a hacerlo.

- Pero te guste o no, ahora forma parte del grupo y pienso que debemos ser más amables con él.

- ¡Sokka, cómo es posible que también tú estés de su lado! – Exclamó Katara molesta, pero al ver la mirada de todos suspiró – ¡Esta bien, hagan lo que quieran!

- ¡Bien, yo iré a decirle! – Exclamó Toph y corriendo fue a buscar al príncipe - ¡Zuko, queremos que nos acompañes a desayunar!

- ¡Qué! – Zuko no podía creer lo que escuchaba, se sentía confundido pero feliz. Así que de inmediato se unió al grupo - ¡Gracias por invitarme! – dijo Zuko sonriendo. Cuando Katara vio la expresión agradecida del príncipe, sus tiernos ojos amarillos y la sonrisa en su rostro, no pudo soportarlo más y se alejó del grupo sin decir nada.

- ¡Mantente firme Katara! – Se decía la joven mientras caminaba nerviosamente de un lado a otro pensando en voz alta - Alguien tiene conservar la cordura. Recuerda que Zuko es malvado, es tramposo, traicionero, maligno y cruel. No me engañara de nuevo, no volveré a confiar en él porque lo odio ¡LO ODIO! – Katara respiraba agitadamente y gritó furiosa - ¡ODIO A ZUKO CON TODAS MIS FUERZAS Y NUNCA... NUNCA LO PERDONARÉ!

- ¡Katara! – Cuando ella se dio la vuelta, se encontró con los ojos ámbar de Zuko que la miraban llenos de tristeza – comprendo que me odies tanto – dijo el joven mirando hacia el suelo – Sé que he cometido muchos errores en el pasado y ¡Lo siento!

- La última vez que dijiste "lo siento" terminaste atacándonos a Aang y a mi.

- Lo sé y no sabe como me arrepiento.

- ¡Aang casi muere ese día! Pudiste... pudiste acabar con la última esperanza para salvar al mundo. Así que no me digas que lo lamentas porque no te creo – la voz de Katara sonaba ahogada y a pesar de sus esfuerzos no pudo contener las lagrimas que empezaron a deslizarles por sus mejillas - Tal vez hayas podido convencer a los demás pero a mi no podrás engañarme.

- ¡Katara!, no sabes cuanto he lamentado el haber traicionado a mi tío, al avatar y a ti. Ustedes tres fueron buenos conmigo y yo les falle... les falle a todos. Tenías razón¡soy una persona horrible! Se que no puedes perdonarme y no te culpo, pero tienes que creerme cuando te digo que preferiría morir a lastimarte de nuevo – Zuko se detuvo, exhaló un suspiro y continuo - Por eso te prometo que no volveré a molestarte. Me iré del templo y no volverás a verme.

- ¡Qué! - exlcamó sorprendida - ¿Entonces ya no vas a enseñarle a Aang el control del fuego?

- Sí, voy a enseñarle al avatar el control del fuego, pero lejos de aquí. Sé que me odias y que mi presencia te molesta demasiado, por eso te doy mi palabra de honor que mientras permanezcas en el templo no volverás a verme.

- Creí que habías dicho que habías perdido tu honor – dijo Katara intentando sonreir.

- ¡Cierto! – sonrió Zuko – Bien. Entonces, por el poco honor que aún me queda, te prometo que no volveré a buscarte, ni hablarte. Es más, ni siquiera sabrás que estoy aquí – Después de una pausa, continuo - ¡Adiós, Katara! Adiós... para siempre... y perdóname por todo el daño que pude haberte causado.

Zuko se dio la vuelta y se marchó en silencio. Katara lo vio alejarse y entonces se dejo caer en el suelo y comenzó a llorar amargamente, por largo rato.

- ¿Katara, estás bien? – Preguntó su hermano, que al notar la tardanza de Katara había ido a buscarla – Cuando escapamos de Ba Sin Se llorabas todo el tiempo, en ese tiempo pensé que estabas preocupada por Aang, pero ahora te encuentro llorando de nuevo ¿Qué esta sucediendo?

- Nada. Estoy bien.

- Ví a Zuko salir de aquí y te encuentro llorando¿Estuvieron peleando?

- No. De hecho, él se disculpó conmigo y dijo que no volvería a molestarme.

- Katara ¿por qué lo odias tanto? Dime ¿Qué fue lo que realmente paso entre ustedes en Ba Sin Se?

- Nada¡No sucedió nada! – Dijo la joven llorando – es sólo que... cuando estuvimos a solas en la prisión, se porto tan dulce y gentil que pensé que había cambiado. Se veía tan... triste y vulnerable que le ofrecí curar su cicatriz con el agua de los espíritus

- ¡QUE!

- Si, ya sé, ya sé. Fue algo tonto y estúpido, pero lo hice.

- Katara, ni siquiera utilizaste esa agua para salvar a Jet, que estaba gravemente herido.

- Lo sé – dijo la joven llorando – y si hubiera curado a Zuko, Aang estaría muerto. ¿Te das cuenta? Yo iba a desperdiciar el agua en curar a una persona que era malvada. Yo confié en Zuko y Aang casi muere por mi culpa - Katara no podía dejar de llorar, así que Sokka la abrazó con fuerza, hasta que logró calmarla - Pero eso no sucederá de nuevo – declaró la joven con decisión - No volveré a arriesgar la vida de Aang, nunca más. No permitiré que lo lastimen de nuevo.

Ese día, después de una ardua jornada de trabajo, Aang finalmente logró dominar la mayoría de los ejercicios básicos para controlar el fuego.

- ¡Muy bien, Aang! – Dijo Zuko – A mí me tomó meses aprender esos movimientos y tu has logrado dominarlos en pocos días.

- ¡Gracias Zuko! Pero estos son ejercicios básicos ¿Cuándo vas a enseñarme la serie avanzada?

- En cuanto estés listo.

- En Ba Sing Se, utilizaste un ataque espectacular que no había visto antes. Fue tan poderoso que logró destruir las rocas.

- Esa técnica es muy peligrosa, si no tienes suficiente control puede explotar en tu cara.

- ¿así fue como te hiciste la cicatriz?

- No - respondió cortante.

- !Lo siento! No debí decir eso.

- No te preocupes. Debemos enfocarnos en el entrenamiento.

- Cierto. Tenemos que derrotar a Ozaí antes de que llegue el cometa o no podremos vencerlo. Nos queda poco tiempo y esa técnica es muy poderosa ¡Por favor, déjame intentarlo!

- Esta bien. Después de todo tu eres el avatar. Supongo que podrás manejarlo. Lo primero que debes hacer es crear una esfera de fuego y después debes acumular en su interior una inmensa... una gran cantidad de energía. Es como si vaciarás en el interior de la esfera toda tu fuerza y todo tu poder. La energía acumulada en el interior empezará a crecer y crecer hasta que finalmente la esfera exterior no podrá contenerla y provocará una gran explosión, pero debes asegurarte de lanzar la esfera antes de que se vuelva inestable o explotará en tus manos. La clave está en controlar la esfera exterior. Te mostraré como hacerlo y después lo intentarás tú.

Zuko realizó el ejercicio con éxito, arrojando una enorme bola de fuego que dirigió hacia el cielo y explotó en el aire. No muy lejos de ahí, se encontraba Katara practicando el control del agua en el riachuelo. A pesar de la distancia, escuchó la explosión y se alarmó. Su primera reacción fue ir a buscar a Aang, pero luego pensó que probablemente sería parte del entrenamiento, así que desistió y siguió practicando.

Ahora era el turno de Aang, primero formó la esfera de fuego y después acumuló una gran cantidad de energía en el interior. La esfera empezó a crecer y crecer pero en forma inestable.

- ¡Zuko, no puedo controlarla!

- ¡ARROJALA O EXPLOTARÁ EN TUS MANOS!

- ¡NO PUEDO!

Intensos rayos de energía empezaron a salir de la esfera y uno de ellos golpeo a Aang haciéndolo caer, entonces la esfera explotó en frente de los chicos, pero antes de que fuera tarde, Zuko formo una pared de fuego para protegerlos a ambos. Lamentablemente la explosión fue tan intensa que a pesar de los esfuerzos de Zuko por contener la explosión, los dos amigos fueron lanzados por el aire. Aang se golpeo contra el tronco de un árbol y lo último que pudo ver fue a Zuko que se levantaba del suelo con sus manos llenas de ampollas.

Zuko corrió hacia Aang y se dio cuenta que estaba con vida pero necesitaba atención medica. Él le había prometido a Katara que no la molestaría más, pero ella tenía propiedades curativas y en este momento Aang necesitaba ayuda, así que tomo en brazos al avatar y corrió hacia el río, pues sabía que la joven practicaba el control del agua en ese lugar.

Tan pronto como Katara vio que Zuko se acercaba con el cuerpo inconsciente del avatar se puso furiosa y sin darle tiempo de nada lanzó un potente chorro de agua que derribo a Zuko.

- ¡Lo sabía! Sabía que ibas a traicionarnos de nuevo.

- ¡No, espera! – Zuko intentó acercarse al cuerpo inmóvil del avatar, que permanecía tirado en el suelo muy cerca de él, pero Katara lanzó varias estacas de hielo impidiéndole acercarse.

- ¡No te acerques a él! No te atrevas.

- ¡Katara, no entiendes!, Aang necesita ...

- ¡Cállate!

- ¡Fue un accidente!, yo sólo...

- ¡Ah sí!, un accidente. Igual que cuando quemaste a Toph.

- Katara, déjame explicarte – Zuko se levantó muy lentamente con las manos en alto en señal de rendición – Puedo explicarlo todo.

- ¡No! – Katara se colocó en posición de ataque y le dijo - Te lo advertí. Te advertí lo que pasaría si intentabas lastimar a Aang. ¡Ahora defiéndete!

- Has lo que quieras – dijo Zuko fríamente – pero yo no voy a pelear contigo.

Por unos segundos, los dos adolescentes permanecieron inmóviles, mirándose en forma desafiante. Entonces la expresión de Zuko cambio.

- ¡KATARA! – gritó el joven y se preparó para lanzar un ataque, pero Katara ya estaba lista y en fracciones de segundo arrojó varias puntiagudas estacas de hielo hacia Zuko. Casi al mismo tiempo, Zuko lanzó una poderosa ráfaga de fuego que paso muy cerca de Katara, pero sin tocarla. En cambio, las dagas de hielo hicieron blanco en el cuerpo de Zuko, que cayó al suelo con múltiples heridas leves, pero una enorme daga hielo atravesó su hombro izquierdo provocando una intensa hemorragia. En un desesperado intento, Zuko formo una débil flama en su mano derecha, con la esperanza de derretir el hielo que lo había herido, pero la llama se desvaneció en el aire cuando sus fuerzas lo abandonaron. Entonces su mano cayo al suelo, mientras él perdía la conciencia.

Katara estaba petrificada, no podía creer lo que había hecho. Entonces giró su cabeza y se dio cuenta que a sus espaldas se encontraba un gigantesco monstruo que herido de muerte por el disparo de Zuko trataba de mantenerse en pie, pero después de pocos segundos se derrumbo en el suelo sin vida.

Katara palideció al comprender lo que había sucedido. Zuko no estaba tratando de atacarla a ella, estaba tratando de salvarle la vida. Con los ojos llenos de lágrimas Katara observaba el cuerpo inmóvil de Zuko, sin atreverse a hacer nada. La joven estaba tan conmocionada que no podía moverse. En ese momento Aang abrió los ojos y se levantó con dificultad.

- ¿¡Katara, qué sucedió? – Ella observo a Aang con ojos horrorizados - ¿Katara, que tienes?

- Yo... yo... acabo de matar a Zuko.

- ¡QUE! – gritó Aang. Entonces vio el cuerpo del príncipe y corrió a su lado.

- ¿KATARA QUE HICISTE?

- Él... trató de matarte – respondió ella señalando las quemaduras que Aang tenía como resultado de la explosión.

- ¡No, Katara! Fue un accidente – Dijo gravemente el avatar - Zuko salvó mi vida.

Este fue el golpe definitivo en el corazón de Katara, que llorando incontrolablemente, retrocedió unos pasos.

- Creí... creí que te había atacado.

- No, Katara, no lo hizo.

- ¡Yo! ... ¡yo lo maté!... ¡YO LO MATÉ!

La joven empezó a correr a toda prisa, horrorizada por lo que acababa de hacer. Aang pensó en ir tras ella, pero escuchó un débil quejido que le hizo comprender que Zuko estaba con vida. Aang estaba muy preocupado por Katara, pero en este momento Zuko lo necesitaba más.

El pequeño monje derritió las estacas de hielo, pero entonces la herida de su hombro empezó a sangrar intensamente. El avatar rasgó la ropa del príncipe y usó la tela para detener la hemorragia.

Entre lágrimas y sollozos, Katara corría desesperadamente por el bosque tratando de olvidar lo sucedido. Mientras tanto, Zuko permanecía inmóvil en el suelo, luchando por sobrevivir.



NOTA DE CRYSTAL VIOLETA (DE HACE MUCHO TIEMPO ATRÁS):

Esta es una historia corta y no sé si tenga final, porque no tiene una trama seria, pero después de ver el capítulo 12, no pude resistirme a escribir esto. En realidad es lo que pienso que pudiera pasar en la serie, porque no dejo de pensar que Zuko va a ganarse a todo el grupo menos a Katara, y como ella le advirtió que lo matará si intenta algo en contra de Aang, supongo que en la serie Katara va a atacar a Zuko, entonces ella se sentirá culpable y de ahí puede surgir el Zutara. Además, como Katara ya aprendió a controlar la sangre, pienso que Zuko va a quedar muy malherido y va a perder mucha sangre y entonces Ursa va a hacer su aparición para que Katara le pase parte de su sangre a Zuko. Es lo que pienso que sucederá ¿ustedes que opinan?

NOTA DE UNA Y MIL PALABRAS: Admiro el trabajo que realizo Crystal en este fanfic, pense que muchas fans del zutara les encantaria leer este fanfic que he traido aqui (que de hecho lo pueden encontrar en Fanfiction). un favor, si conocen a la autora, me gustaria hablar con ella, para saber si cuento con su autorizacion para  subir el fic, le estoy dando los creditos a ella, dado a que es su obra y seria una falta de respeto no mencionarla aqui.

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