Capitulo 44. el cometa de Sozin (Segunda Parte)

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Mini Maraton 5/5

Por Crystal Violeta.

Si dejas que la energía de tu cuerpo fluya, el rayo la seguirá. Pones la energía de tu oponente en su contra... Es muy estimulante, pero aterrador. Te sientes poderoso con toda esa energía contenida en tu cuerpo, pero sabes que si haces algo mal... es el fin.

Zuko. Libro: Fuego. Capítulo: 18. El cometa de sozin.


– ¡Tú eres un patético perdedor miserable! – gritó Azula histérica mientras sacudía sus manos empuñadas – ¡no es posible que pudieras controlar el relámpago!

Zuko extendió los brazos y separó las energías nuevamente para crear otro relámpago que dirigió contra las rocas en que apoyaba Azula. La princesa apenas tuvo tiempo de saltar a un lado y esquivar el ataque.

– ¿Sorprendida? – preguntó Zuko con una sonrisa – Mi tío tenía razón. No podía dominar el relámpago mientras no lidiara con la confusión en mi interior, pero lo logré, gracias al avatar.

Aang sonrió al recordar la sesión de sanación interior que ayudó a Zuko a superar sus conflictos. Los resultados eran evidentes.

El príncipe alzó la vista y le gritó a Ozaí:

– ¡Lo siento, padre! pero tendrás que enfrentar al avatar sin ayuda.

– ¡Eres un traidor estúpido! – rugió Ozaí con verdadero odio – Dijiste que lo único que querías es que yo te quisiera, pero ¡cómo podría querer a un fracasado, débil e inútil como tú! ¿Quererte?... ¿a ti? Si lo único que he sentido por ti es vergüenza. Ser tu padre ha sido mi único fracaso. Tuviste suerte de nacer, pero tu nacimiento fue mi mayor desgracia. Hubiera sido mucho más feliz si te hubieras muerto cuando eras un débil sietemesino – Ozaí respiraba agitadamente mientras sacudía sus manos empuñadas – ¡Debí matarte con mis propias manos durante el Agni Kai!, pero ese es un error que pienso corregir.

Zuko estaba lívido. Incapaz de moverse, se quedó ahí, en silencio, temblando, mientras escuchaba las ofensivas palabras de su padre. Sabía que Ozaí era un monstruo, lo había experimentado muchas veces en carne propia, pero una cosa era conocer la maldad del monarca, y otra, muy diferente, escucharlo pronunciar palabras tan hirientes.

– ¡Tu pelea es conmigo! – replicó el Avatar. Sus palabras tuvieron la virtud de sacar a Zuko de su letargo.

– Insolente mocoso. Crees que dominar los cuatro elementos será suficiente para vencerme ¡Yo soy el Señor del Fuego! y gracias al cometa me he vuelto invencible. Te derrotaré sin problemas y después vendré por ti – advirtió señalando a Zuko.

– Déjamelo a mí, padre – intervino Azula – Yo me encargaré de Zuko.

– Está bien, Azula. Derrótalo pero no lo mates. Quiero tener el placer de acabar con su vida con mis propias manos – Luego, dirigiéndose a su hijo le advirtió – Vas a pagar muy caro por este desafío. Voy a hacer que te arrepientas de haber nacido y tu muerte servirá de escarmiento para el mundo entero.

Entonces Ozaí arrojó fuego de sus manos y voló lejos de sus hijos. Aang lo siguió en su planeador y juntos volaron hacia un lugar alejado, en donde pudieran continuar con el enfrentamiento. Mientras se alejaban, el dragón rojo agitó sus alas y rugió, exhalando humo denso. Katara, se acercó al príncipe, que aún no recuperaba su color normal, y sujetándolo del brazo le preguntó:

– ¿Estás bien?

– Sí. Hace tiempo que acepté el desprecio de mi padre y sus palabras ya no pueden lastimarse.

Un Amor Imposible. Zuko & KataraWhere stories live. Discover now