Capitulo 9. Los XV años de Katara

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Disclaimer: Los personajes de Avatar el último maestro aire, no me pertenecen a mí, sino a sus creadores.

Después de dejar a Iroh con sus amigos del Loto blanco, Appa regresó volando al campamento. En cuanto el bisonte aterrizó, Aang corrió a su encuentro y lo abrazó lleno de alegría.

Para organizar la fiesta de Katara, necesitaban dinero, pero no tenían suficiente. Zuko les confesó a sus compañeros que cuando abandono el palacio tuvo la precaución de traer muchas monedas de oro (después de los tiempos de miseria que había vivido en Ba Sin Se, había aprendido la importancia del dinero). Lamentablemente sus cosas se habían quedado en el templo de aire del oeste. Sin embargo, ahora que Appa estaba de regreso, podían ir al templo y recuperarlo todo. Zuko quería ir de inmediato, pero Aang dijo que el bisonte estaba muy cansado y que sería mejor esperar a que amaneciera. Todos estuvieron de acuerdo.

Al anochecer, el grupo se reunió alrededor de una fogata mientras comían la cena preparada por Katara. El grupo empezó a hacer bromas y sin darse cuenta empezaron a hacer concursos para saber quién eructaba más fuerte. Harú y Teo fueron los primeros, seguidos por Sokka y Toph. Los chicos aplaudieron al comprobar que la niña hacía más ruido que sus compañeros. Aang lo intentó después, logrando una indiscutible victoria. Casi todo el grupo estalló en carcajadas, mientras que Zuko y Katara los observaban con extrañeza.

– ¿Siempre son así? – le preguntó Zuko a la chica.

– La mayor parte del tiempo – respondió ella con un suspiro – pensé que con Toph en el grupo, al fin tendríamos a alguien con refinamiento para charlar, pero me equivoque. Ella tiene los peores modales que jamás he visto y lo peor es que alienta a los chicos en sus disparates.

– ¡Chicos! – gritó Toph poniéndose de pie – ¡concurso de flatulencias!

– ¡Siiiii! – gritaron Aang, Sokka, Teo, Haru y Duque.

Zuko y Katara hicieron un ligero gesto de repugnancia. Entonces Katara le susurró al oído:

– No te lo dije.

– Bueno, creo que es tiempo de retirarme – Zuko se levantó y empezó a recoger sus cosas.

– ¿A dónde vas? – preguntó Katara.

– A buscar un lugar para dormir – respondió Zuko.

– ¿Por qué no te quedas con nosotros?

– No creo que sea buena idea.

– ¡Por supuesto que no! – replicó ella en tono molesto – ¡los príncipes no se mezclan con la gente común!

– No es eso – respondió el príncipe contrariado.

– ¿Y entonces?

– Es que... es que no quiero despertarlos.

– ¿Despertarnos?

– Sí... bueno... es que... es que... ronco mucho.

– ¡Son mentiras! – exclamó Katara – lo que pasa es que "su alteza no quiere convivir con campesinos"

– ¡Eso no es cierto!

– Entonces demuéstralo.

– ¡Está bien! – dijo Zuko con un suspiro – Me quedaré.

Más tarde, todo el grupo estaba listo para dormir, pero Zuko seguía haciendo ejercicio. Había realizado varias sentadillas, lagartijas y abdominales hasta quedar exhausto. Esta era la única forma que conocía para conciliar el sueño. Finalmente, el príncipe se fue a dormir y cerró los ojos con la esperanza de que esta noche fuera diferente...

Un Amor Imposible. Zuko & KataraWhere stories live. Discover now