Tener a mi esposo y a mi amante bajo el mismo techo... Vaya... Eso era algo que ni siquiera me había pasado por la cabeza, bueno, tampoco es como si Luke fuera mi amante... "Tener a mi esposo y a quien quisiera que fuera mi esposo" suena como una mejor descripción. Tardé un poco de tiempo en explicarle a Bridgett en como es que Luke había terminado en el Tour con nosotros, y no sabía si eso la había hecho enojar más o me ayudaba a ponerla de mi lado.
-Harry me jura que a él también lo engañaron, igual que a mí. ¿Es verdad? – pregunté, con los ojos llenos de lagrimas - ¡Contéstame! ¡Porque yo necesito creer en algo, en alguien!
-Ya no te atormentes con esos pensamientos, mi vida – me pidió, acariciando dulcemente mi mejilla – Necesitas descansar, mira nada más que carita traes... No dormiste en toda la noche por estar al pendiente de tu marido, ¿verdad? – Preguntó y yo me ruboricé – Tú dices que no lo quieres, pero por la manera en la que lo cuidas, yo diría que es todo lo contrario...
-Es que... cuando lo veo así, tan débil, tan vulnerable... Me da ternura – respondí, sonriendo – Pero... pero cuando lo veo seguro de sí mismo no puedo evitar recordar la manera en la que entro en mi vida, con esa prepotencia ¡Me compró, nana! ¡Me compró! – Le recordé – No le importo nada, no le importó como iba a sentirme yo como mujer, ¡Porque él pagó por mí! Y eso hace que me sienta humillada, que me enoje, que me de coraje...
-Hija, si sientes que yo te presioné de alguna manera para que aceptaras a Harry... te pido que me disculpes, mi única intención es y será siempre procurar tu felicidad.
-¿Y todas las mentiras? – insistí.
-¿Qué mentiras? – repitió consternada.
-No te hagas, nana, todos querían que yo pensara que Luke había dejado plantada a otra muchacha después de haberle robado no sé cuánto dinero, pero todo eso fue para separarme de él, con tal de que yo me casara con Harry por despecho – recordé, hablar de eso con alguien más aparte de Harry se sentía en exceso liberador.
-¿Pero que no fue esa misma muchachita a la casa para decirte que ese tipo es un patán? – preguntó.
-¡Es mentira, nana! – dije - ¡No es cierto! ¡Alguien la contrato para que fuera a decirme todas esas tonterías!
-¿Pero quién te dijo eso? – comenzaba a pensar que Bridgett realmente no tenía idea de lo que yo le estaba diciendo.
-¡Luke! Es por eso que quería escaparme con él el día de mi boda, ¡Porque me había dado cuenta de que me estaban viendo la cara! – admití y ella se llevó las manos a su cara, como si no pudiera creer lo que yo le decía.
-¡Pero si tú misma me dijiste que ese muchacho se fue! ¡Que te dejó sin darte ningún tipo de explicación!
-¡Sí, así fue! ¡Pero a causa de otra de mentira! – repliqué - ¡Mi madre hizo que lo deportaran!
-¡Dios mio! – exclamó sin poder creerlo, ¿Qué nadie iba a ser capaz de decirme la verdad alguna vez?
-Hace un par de noches le pregunté todo esto a Harry, y me dijo que él no tenía ni la menor idea de lo que yo le estaba hablando... Pero si Harry no fue, entonces tuvo que ser ella, ¡Mi madre! – concluí.
-No mi amor, no... En primera, no me parece que tu madre haya sido capaz de planear algo así, si se le hubiera ocurrido un plan tan elaborado me lo hubiera dicho – admitió, y que mi nana pudiera haber sido su complice lastimo un poco más mi corazón – No me parece que juzgues tan mal a tu madre; y en segunda, sí, tu madre tiene muchos defectos, pero no creo que se atreva a hacer cosas tan terribles.
-Pues si tu estás tan segura que mi madre no fue quien hizo todo esto, entonces Harry no me ha dicho toda la verdad – contrarresté, y que ahora estuviera culpando a Harry era algo que mi nana definitivamente estaba tratando de evitar.
-Mira, mi niña, yo no entiendo muy bien como está todo este asunto, pero de lo único que sí estoy segura es de que tu madre no quería a Harry para ti... - confesó y fue algo que me costó asimilar – Luego no sé qué pasó, pero un día simplemente llegó con la idea de que tenías que casarte con él, y no hubo poder humano que se lo sacara de la cabeza.
-¡Claro! Pues entonces fue en ese lapso de tiempo cuando ella y Harry hicieron el trato – relacioné, los espacios en blanco de las historias empezaban a rellenarse.
-¿Trato? ¿Qué trato? – volvió a preguntar inquieta.
-¿Cómo que que trato? – repetí – No me digas que no sabes de lo que te estoy hablando...
-Ay, mi niña, pues si supiera no te estaría yo preguntando – respondió sarcástica.
-Nana... Harry se ofreció a pagar todas las deudas de la familia a cambio de que mi mamá lo dejara acercarse a mí y apoyarlo en todo para que yo me casara con él – aclaré con algo de cautela, comenzaba a pensar que Bridgett se desmayaría con toda la información que estaba recibiendo.
-Entonces... ¿Tu mamá y Harry siempre estuvieron de acuerdo?
-Mi mamá por dinero hace cualquier cosa – confesé.
-Ay Dios, ya no sé ni que decirte... - admitió, sentándose sobre la cama, tratando de aclarar un poco sus ideas.
-Harry seguramente estuvo detrás de esa mujer... - comenté al aire, prácticamente hablando conmigo misma – La tal Sydeney... Y estoy segura que junto con mi madre estuvo detrás de que deportaran a Luke y al resto de su banda, ¡Los dos se aprovecharon de las influencias de mi papá para que sacaran a Luke del país y de mi vida! – Concluí – Y todavía se atreve el muy descarado a decirme que él no sabía nada. ¡Y yo de tonta que le creo!
-Mi niña... tu me estás describiendo un monstruo – dijo Bridgett – Yo no creo que tu marido haya sido capaz de tanto. Debe haber otra explicación...
-No, nana, Harry es un monstruo – Repetí – Es un desgraciado que se aprovechó de nuestra situación económica, de la enfermedad de mi papa... Todo eso lo planeó junto con mi madre para casarse conmigo, ¡Y lo logró, nana! Ahora es mi esposo... Y se supone que tengo que pasar toda la vida con él...
Antes de que yo pudiera continuar con mi larga lista de acusaciones alguien llamó a la puerta y mi nana de prisa corrió a abrir, me sequé como pude las lagrimas que corrian por mis mejillas y le di la vuelta a la puerta, seguramente me veía como un desastre andante.
-¡Val! – gritó Gemma emocionada – Harry está mucho mejor, acaba de pedir él mismo que le lleven algo de comer – me explicó muy emocionada.
-¡Qué gusto! – dije sarcástica.
-Muchas gracias por avisarnos, señorita Gemma... - respondió mi nana por mí antes de que mi cuñada pudiera notar mi mala actitud, la escuché retirarse y cerrar la puerta que tenía detrás de mí - Anda mi niña, ve a ver a tu marido – pidió Bridgett.
-Yo ya hice demasiado por él – respondí sin ganas.
-¡Eres una terca y una orgullosa, Valery Alexey! – regañó y el que usara mis dos nombres me sobresaltó un poco – Ese pobre hombre está con un hoyo en el brazo y tú aquí pensando lo peor de él.
-Pues es que no hay otra cosa que se pueda pensar de él – respondí.
-Pues sí me disculpas, yo no creo que sea el monstruo que tú dices – admitió, poniéndose totalmente en mi contra – Para mí, el que te está viendo la cara es el otro, el tal Luke. Ese hombre te está envenenando el alma, llenándote la cabeza de mentiras, a ver, ¿Por qué no dudas de él?
-Porque Luke nunca me dijo mentiras – dije.
-¡Por favor! ¡Sí ese chiquillo nunca dio la cara! – continuó regañándome, hacía ya un tiempo que nadie hacia eso – Ahora resulta que se aparece aquí con engaños, haciéndose pasar por otra persona, ¿Qué cosa puedes esperar de alguien así? ¡O dime! ¿Dónde tiene Luke la areola de ángel? Porque yo francamente no se la veo...
Sí, necesitaba desesperadamente que alguien tomara el control y se atreviera a llamarme la atención de esa manera, pero una cosa era pensar que lo necesitaba con urgencia y otra muy diferente recibirlo. No lo resistí. Salí corriendo de la habitación siendo un mar de lagrimas, no dejé de correr hasta que llegué a la parte más alejada de la piscina. Me senté en la orilla al lado de un árbol para asegurarme que nadie pudiera verme y me quedé allí un buen rato hasta que me calmé, fue el tiempo justo que le tomó a Luke encontrarme.
-Comenzaba a pensar que te habías escapado sin mí – comentó cuando se sentó a mi lado.
-Bridgett piensa que eres tú el que me ha estado viendo la cara todo este tiempo – dije, ignorando totalmente su intento de simpatía.
-Val, mírame a los ojos... - me pidió – Mirame... – Repitió cuando yo no lo obedecí, tomando mi mentón entre sus dedos, obligándome suavemente a perderme en esos ojos azules – Te juro que yo nunca te he mentido en mi vida...
No pude evitarlo, comencé a llorar de nuevo, quité de un manazo sus dedos de mi cara y me giré. No quería que me viera así.
-Como se ha ensañado el destino contra nosotros – dije cuando logré controlar mis sollozos.
-¿De qué rayos me hablas? – Me preguntó divertido – El destino se puede cambiar... ¿No te acuerdas cuando me decías que nada nos iba a separar? ¿Cuándo me decías que estabas dispuesta a cualquier cosa para casarte conmigo?
-Luke, eso ya no puede ser... - le recordé – Harry nunca me va a dar el divorcio.
-¡Pero es que no lo necesitamos! – dijo – Aún estamos a tiempo, aún estamos a tiempo para ser felices...
-¿Tú crees que se puede vivir escapándose y escondiéndose todo el tiempo? - ¿Por qué no era capaz de entender eso? Ya se lo había explicado mas de una vez – Con el temor de que alguien algún día te encuentre...
-Claro que sí – trató de explicarme él – Val, podríamos irnos a otro país, rodearnos de gente que no nos conoce, que no sepa de donde venimos... Pero estaríamos juntos, amándonos, queriéndonos como locos... - me recitaba, convencido de que era una idea totalmente brillante – Val, nuestro amor es transparente, es puro... Y sucedió antes de que todo esto pasara... Nos están separando, bonita... Nos quieren separar con puras mentiras, están manchando nuestro amor... Y yo creo que todos tenemos derecho a esa felicidad, entiéndelo... - hizo una pausa, como dándome tiempo para que yo le diera una respuesta, pero no lo hice – No tienes idea de cuánto te amo... Te amo... Y si me dices que sí, ahorita mismo nos vamos de aquí... dime que sí, acepta que está es la única opción que tenemos para vivir juntos... acéptalo ya... - No sabía en que momento me había girado para verlo de nuevo a los ojos, cuando me di cuenta yo ya tenía su nariz rosando la mía, ya me encontraba a unos escasos centímetros de su boca.
-¡Aquí están! – exclamó Gemma, asustándonos por completo, pero dándonos el tiempo justo para separarnos – Los he buscado por todas partes, Harry los busca a ambos... ¿interrumpí algo? – me preguntó cuándo notó los restos de mis lágrimas por toda mi cara y yo solamente me limité a negar con la cabeza. Nos abandonó antes de poner la situación mas tensa.
Luke y yo nos levantamos al mismo tiempo y en ese reducido espacio en el que estábamos, nuestros cuerpos se encontraron más cerca de lo que quisiera, basto de un simple movimiento para que me arrinconará contra el árbol que nos cubría. Volví a sentir su aliento sobre mi boca.
-Ve, no hagas esperar a Harry – susurré.
-Bien – aceptó, presionándome un poco más contra el árbol – Y no te beso a la fuerza porque no soy ese tipo de hombre...
Y ese simple comentario casi me empuja a besarlo yo misma, pero antes de decidirme a hacerlo él ya se había alejado de mí. Definitivamente el premio a esposa del año no iba a ser mío.
Me quedé todavía unos minutos más recargada contra el árbol, necesitaba controlar mi respiración un poco más antes de volver a esa realidad que me esperaba en el piso 11. Cuando por fin decidí volver a hacerme presente, Zayn me interceptó en el lobby de nuestro piso.
-Val, Harry está preguntando por ti – me dijo y estuve a nada de hacerme la que no lo había escuchado.
-Anda, mi niña, ve... - dijo Bridgett, que apareció detrás de Zayn – Valery... - dijo en un tono más alto cuando vio que no obedecí enseguida – Ve a ver a tu marido.
Solté un resoplido lo suficientemente fuerte como para que Zayn me dedicara una mirada de confusión pero no quise quedarme a reparar ese desliz, me encaminé de mala gana hasta la habitación de mi esposo.
-Por fin vienes... - dijo sonriente, recostado en mi cama.
-¿Qué quieres? – dije de mala gana, con los brazos cruzados desde la puerta
-Hey, ¿qué pasa? – preguntó angustiado, y cuando no le repondí, se puso a la defensiva igual que yo – Ah... Ya, no me digas, tuviste un problema con Felicity...
-No, Harry, no tuve un problema con ella... Tuve otro problema con Felicity... - le aclaré.
-¿Es cierto que le pegaste? – preguntó.
-Sí, es totalmente cierto, y no me arrepiento – admití.
-Valery... yo te he pedido...
-¡Tú solo me pides!... Me dices que yo causo problemas, discusiones... Pero no, no es por eso que estoy enojada... Si no porque eres un mentiroso, y yo soy una estúpida confundida por tus palabras, una idiota, que se hizo una ilusión de tener una vida al lado de ti... pero sabes que, Harry, nadie va a poder hacer eso con un monstruo como tú.
No sabía de donde había venido todo eso, y era obvio que Harry tampoco lo entendía, hacía a penas un día todo estaba mejor entre nosotros... Pero no podía evitar llenarme de dudas cada vez que alguien venía a mí con un parte nueva y desconocida de la historia.
-¿Sabes cuál fue mi único error, Valery? – me preguntó después de varios minutos de un silencio incomodo entre nosotros – El creerle a una familia que me juró que estabas interesada a en mí... Y que me convenció de que iba a casarme con una mujer buena... En vez de eso acabé con una mujer prepotente como tú... - admitió el mismo – Además, ¿Cómo es que te atreves a reclamarme de algo de lo que ni siquiera yo estaba enterado? Cuanto tú te atreviste a querer abandonarme el día de nuestra boda para largarte con otro hombre... - me recordó, y para ser sinceros, le di algo de razón – Y ojalá lo hubieras hecho... Para este entonces yo ya lo habría superado, y no tendría que vivir con la tortura de tenerte cerca...
-¡Entonces dame el maldito divorcio! – grité, acercándome hasta el lado de la cama donde él se encontraba, quería que me escuchara claramente, con suerte esta vez me entendería – Déjame ir si eso es lo que quieres, si eso es lo que piensas de mí... ¿Para qué demonios me quieres tener a tu lado?
Harry me tomó con fuerza a pesar de la herida que tenía en su brazo, para tenerme aun más cerca de lo que ya me tenía.
-Nunca, entiéndeme, nunca nos vamos a divorciar – me aclaró.
-¿Por qué? - pregunté desesperada.
-Porque eres mía, Valery, mía – repitió.
-No soy un objeto que puedas tener – respondí, alejándome de él.
-Así te vendieron, y así estuviste dispuesta a ser tratada... y es muy tarde para que te arrepientas.
-¡No puedo creer lo que acabas de decir! – grité –¡Tú eres el prepotente! Pues si me quieres tener aquí a la fuerza, de una vez te digo que te voy a hacer todos los días la vida imposible.
-Yo también te puedo hacer lo mismo, Valery... - admitió – Y nada más te recuerdo que todo esto es mío... y allí, mi amor, te llevo ventaja.
-Eres un...
-¿Qué? – Me interrumpió – ¡Anda! No te quedes callada, atrévete a insultarme otra vez.
Abandoné la habitación enseguida, dando un portazo detrás de mí y no me importó que medio staff estuviera allí para verme hacer una rabieta.
Me senté al lado de la terraza para intentar deshacer alguno de los nudos que tenía en ese momento en mi cabeza, hasta que Louis se empeñó en interrumpir mis pensamientos.
-Dicen que estás ya organizando otra fiesta – me dijo para intentar hacerme la plática.
-¿De qué hablas? – pregunté confundida, no podía ni siquiera recordar mi nombre completo en ese momento y ahora resultaba que una fiesta tenia que entrar a mi lista de preocupaciones.
-Oh... tal vez era una sorpresa... Y creo que acabo de arruinarla – concluyó – No lo sé, llegué a ver como estaba Harry y lo encontré haciendo varias llamadas.
-¿Llamadas? – insistí.
-Sí, parece que está invitando a varios de tus conocidos a unirse a nosotros en Bélgica.
-¿De mis conocidos? Lou, por favor, dime exactamente de lo que estaba hablando... - pedí, no me gustaba para nada lo que estaba ocurriendo.
-Estaba al teléfono con una tal Sydney, le estaba dando la dirección del hotel en el que nos quedaríamos – me dijo – cuando colgó me dijo que era para una cena que debió haber pasado hace mucho tiempo, me dijo que tu madre también vendría.
-¿Mi madre? – pregunté horrorizada.
-Sí, seguramente está llamándola en este momento – comentó.
Dejé al pobre hablando solo pues salí disparada hasta mi habitación, tenía que evitar esa llamada, tenpia que evitar esa invitación a unírsenos... Mi madre no podía venir al Tour, no podía encontrarse con que Luke estaba allí con nosotros. Escuché a Harry hablando antes de que yo abriera la puerta, era mi madre al telefono, corrí hasta la cama y le arrebaté el celular antes de que pudiera continuar con su conversación.
-¿Pero ahora que rayos te pasa? – me preguntó.
-No tienes que hacer esto – le dije – Louis me dijo que...
-Claro que debo de hacerlo – me interrumpió – Y creo que es algo que tuvimos que haber hecho hace ya mucho tiempo... Es hora de que todos los involucrados nos sentemos a hablar de esto – me explicó – Nos alcanzaran en Bélgica, y nos sentaremos a hablar como una gran familia feliz.
-Harry... no, no es necesario que lo hagas – le pedí – Y-yo te creo...
-¿Me crees? – me preguntó – Me crees ahora... ¿Pero hace menos de una hora estabas aquí gritándome? Yo sinceramente no te entiendo Valery...
-Harry, mi padre aún no está totalmente recuperado... El hacerlo viajar sería un esfuerzo innecesario para él, o el que mi madre lo deje solo un par de días sería algo que nos pondría muy nerviosos a todos... Y el que mandes a traer a esa pobre chica, dices que su antiguo novio la estafó... No sabes los gastos que podrías generarle en su quizá apretado presupuesto...
-Eso no sería problema – me replicó – Los gastos los cubriré yo en su totalidad, pagaré alguien especializado para que cuide a tu padre o viaje en el avión con ellos, como sea el caso.
-¿Y tú no has pensado en lo que esto podría causarle a su corazón? – pregunté – Harry... enterarse de las cosas terribles que hizo mi madre podría matarlo... - el chico se quedó pensando, parecía que consideraba mi petición. Me acomodé la ropa y me senté a su lado en la cama. Como un recurso desesperado, tome su mano entre la mía – Haz esto por mí... - le pedí en un susurro, avergonzada por estarle pidiendo algo.
-¿Por qué voy a hacer algo por ti cuando te la pasas tratándome como un completo extraño? – me preguntó, sin quitar nuestras manos de su vista.
-Te prometo que no lo voy a volver a hacer... - respondí, en el mismo tono de susurro.
-¿Qué quieres decir con eso? – insistió, y mi propuesta llamó su atención.
-Que me voy a portar bien – le expliqué, como una pequeña niña regañada – Voy a ser una buena esposa, y hacer lo que tú me digas...
-¿Todo? – preguntó, y no pude evitar recordar como habíamos acabado cuando tuvimos esa conversación antes, sentí un calor en mi vientre cuando sus dedos se deslizaron entre los míos. Pero no podía seguir con esa actuación, así que me levanté de la cama deprisa.
-Está bien, te voy a dar gusto en esto... - accedió finalmente – Val, yo no quiero que las cosas sean asi entre nosotros... - insistió, pero yo no respondí.
-Bien, como quieras... - comentó de mala gana – Valery, ve y tráeme de cenar – ordenó y me limité a asentir con la cabeza, salí de la habitación dispuesta a seguir las órdenes de mi esposo.
-Soy un imbécil... - lo escuché decirse a sí mismo mientras yo cerraba la puerta.
Por fin estábamos de acuerdo en algo.