A Little Death

By Rachel-SF

3.6M 254K 54K

La universidad es lo único que le preocupa a Ellie Woods, de veinte años. Pasa sus tardes escribiendo, jugand... More

A Little Death
Capítulo 1 - Corazón acelerado
Capítulo 2 - ¿Quién eres, Jax?
Capítulo 3 - Acepto
Capítulo 4 - Asesino suelto
Capítulo 5 - Alcohol, verdades y un Jax bastante caliente
Capítulo 6 - No puede ser tan malo
Capítulo 7 - Una charla amistosa
Capítulo 8 - Gracias
Capítulo 9 - Un poco de muerte
Capítulo 10 - Mis demonios
Capítulo 11 - Jason, cambiaste bastante
Capítulo 12 - Guerra de miradas
Capítulo 13 - Café
Capítulo 14 - Cuídate
Capítulo 15 - Un poco de dolor
Capítulo 16 - Perdiendo el control
Capítulo 17 - Enchiladas
Capítulo 18 - Casa del terror (Parte 1)
Capítulo 18 - Casa del terror (Parte 2)
Capítulo 19 - Caída libre
Capítulo 20 - Misión imposible (parte 1)
Capítulo 20 - Misión Imposible (parte 2)
Capítulo 21 - Un poco de sangre
Capítulo 22 - Me salvaste
Capítulo 23 - Injusticias de la vida (parte 1)
Capítulo 23 - Injusticias de la vida (parte 2)
Capítulo 24 - Sentimientos ante todo (parte 1)
Capítulo 24 - Sentimientos ante todo (parte 2)
Capítulo 25 - Respirando
Capítulo 26 - Prófugo de la ley
Capítulo 27 - ¿Dónde estás?
Capítulo 28 - Noche de teatro
Capítulo 30 - La pequeña muerte
Capítulo 31 - Las apariencias engañan
Capítulo 32 - Sam
Capítulo 33 - Hermanos
Capítulo 34 - Sed de venganza
Capítulo 35 - Traición
Capítulo 36 - Miedo a morir
Capítulo 37 - Locura (parte 1)
Capítulo 37 - Locura (parte 2)
Capítulo 38 - Lo siento mucho (parte 1)
Capítulo 38 - Lo siento mucho (parte 2)
Capítulo 39 - Ángel
Epílogo
Entre Páginas
Mi Nueva Novela: Veneno

Capítulo 29 - Marcas en la piel

69.3K 4.9K 2K
By Rachel-SF

Capítulo dedicado a PorSiempreAntoo, gracias por tu hermoso mensaje <3
_____________

Seguía congelada y la mirada de James me estaba quemando. Sin embargó permaneció en silencio, nada salía de su boca entreabierta. Mi visión se tornó borrosa y estaba a segundos de salir corriendo, pero de nada me serviría. Él estaba acompañado de chicos más fuertes y aunque tenía a Wyatt conmigo, no era suficiente.

Estaba teniendo un ataque de pánico.

Giré mi cabeza para buscar cualquier salida de emergencia, pero lo único que había en este pequeño pasillo eran cajas y basura. Las escaleras estaban a dos metro de donde me encontraba, si era lo suficientemente veloz tal vez podría subirlas y Wyatt podría distraerlo. Alguien tenía que sacrificarse y estaba segura como el infierno de que no sería yo.

Okay, eso era bastante egoísta de mi parte.

James soltó una maldición casi inaudible y retrocedió un pasó, no sin antes hacernos una seña con las manos. Si no lo estaba malentendiendo, quería que nos encontráramos en el estacionamiento. Entró a la habitación en la que se encontraba y escuché como se dirigió a los hombres que estaban con él.

Nos estaba ganando tiempo para escapar.

Aun estupefacta, escuché como Wyatt susurró en mi odio que ya era hora de salir corriendo. Con la mirada donde antiguamente había estado James, asentí y lo seguí.

¿James acababa de salvarnos el trasero? No podía creerlo. Tal vez ya estaba muerta y este era un tipo de limbo. Me pellizqué a mí misma una vez que ya estábamos fuera del edificio.

—Demonios, mierda, joder. — Pasó sus manos repetidamente por su cabello y eso solo logró causarme más nervios.

Mi garganta estaba completamente seca y mientras esperábamos a James en el estacionamiento vacío, solo podía pensar en una botella de agua. Si no pensaba en algo tan mundano como beber agua, probablemente terminaría igual de estresada que Wyatt. Recordar que aún tenía necesidades comunes —como beber agua— me mantenían fuera de la histeria. Tenía que apreciar cada cosa normal en mi vida.

En la distancia vi como la sombra de un hombre se acercaba a nosotros. Tragué saliva y parpadeé repetidamente. Cuando menos lo pensé ya estábamos cara a cara e hice todo mi esfuerzo para no parecer débil. Levanté el rostro y crucé mis brazos debajo de mi pecho, ignorando el sudor que salía de mis manos.

—Que sorpresa encontrarlos por aquí —dijo James, con una sonrisa para nada amigable. Por un segundo me recordó al lobo de Caperucita Roja. Sus dientes blancos listos para comernos.

Después de un minuto de silencio, Wyatt fue el primero en hablar.

—Venimos a ver el musical, como la gente normal —contestó Wyatt, derrochando sarcasmo—. La sorpresa fue encontrarte a ti, pensé que odiabas el teatro.

Los ojos de James se prendieron en llamas y supe que estaba enfurecido por el comentario de Wyatt. Oh oh.

— ¿Entonces que hacían en el sótano? El musical ya había terminado —señaló, entrecerrando los ojos.

Wyatt permaneció en silencio, sin saber cómo responder a eso. La mirada triunfante de James me dio la fuerza que necesitaba para dar un paso adelante y decir algo:

—Estábamos buscando un lugar oscuro para besarnos.

Los ojos de Wyatt se abrieron como platos y me miró como si me hubiera crecido otra cabeza. James parecía estar igual de sorprendió, pero luego frunció el ceño y negó con la cabeza.

—No soy tan estúpido como para creerme eso, sé que estás enamorada de Jax —dijo, como si se tratara de algo obvio—. Y eres demasiado mojigata como para besarte con alguien más.

Mis mejillas se volvieron encendieron y una sensación extraña apareció en mi estómago al escuchar sus palabras. ¿Yo? ¿Enamorada de Jax? No, no era posible. Aunque mentiría si dijera que el pensar en Jax no era uno de mis pasatiempos favoritos. Pero de ahí a estar a enamorada de él, ya era otra cosa.

Y no era una mojigata.

¿Verdad?

— ¿Con quién estabas hablando? —le preguntó Wyatt, cambiando de tema antes de que el ambiente se volviera más denso.

—No es tu problema. ¿Qué estaban haciendo juntos?

—No es tu problema —contestó Wyatt de igual manera.

Rodé los ojos. Esto era absurdo, James nunca revelaría su conversación y nosotros nunca le diríamos que lo estábamos espiando.

— ¿Dónde está Jax? —Las palabras salieron de mi boca como si tuvieran vida propia.

James detuvo su pelea verbal con Wyatt y se giró para encararme. Sus ojos se suavizaron un poco y se inclinó de hombros.

—Salió esta mañana a Richmond, pensé que ya lo sabias.

¿A Richmond? ¿Qué hacia Jax en Richmond? Él no me dijo a donde se dirigía y si lo hubiera hecho, probablemente nos hubiéramos ahorrado todo este desastre. Me quedé pensativa por unos instantes y sentí escalofríos por la mirada penetrante de James. Ahora él sabía que estaba trabajando con Wyatt y eso no podía ser bueno, ya que le diría a Jax. Tragué saliva y traté de cubrir mi cuerpo con mis brazos. Estaba haciendo una corriente de aire y el vestido no me cubría mucho. Por lo menos agradecía que no estuviera lloviendo.

—Me voy, pero no crean que olvidaré nuestro encuentro —dijo James, acercándose a su coche—. Hablaremos después, pueden estar seguros de ello.

Subió a su coche y condujo hasta salir de nuestra vista.

Bufé e ignore los ojos entrecerrados de Wyatt. Me daba pena mirarlo después de que insinué que nos habíamos besado. Era una estúpida bocona.

— ¿Nos vamos o qué? —le pregunté sin esperar una respuesta.

Wyatt se detuvo frente a mi casa y se despidió con una simple sonrisa. Empujé la puerta del coche para salir, pero escuché como llamó mi nombre.

—Ellie, por favor dile a Jax que no nos besamos. No quiero que me de otra paliza —bromeó, aunque había un borde de seriedad en sus palabras. Aún no había olvidado su último encuentro, cuando Jax prácticamente le dio una paliza por haberse acercado a mí.

Sonreí.

Prácticamente subí corriendo los escalones que daban a la puerta principal y acomodé mi vestido en el acto. Este día había sido bastante largo y no podía esperar para dormir. Sin embargo, sentí como los cabellos de mi nuca se erizaron cuando vi que las luces se encontraban encendidas. Es curioso como la presencia de alguien puede afectarme de esa manera. Pero de nuevo, Jax no era solo alguien. Las palabras de James seguían rondando en mi mente y no podía dejar de analizarlas. No amaba a Jax, simplemente me sentía atraída hacia él. Intenté recordarme eso mientras abría la puerta. 

La silueta de alguien en la cocina fue lo primero que vi y al instante supe de quien se trataba. En su mano derecha descansaba George y el simple gesto me lleno de ternura. Jax, un chico malo repleto de tatuajes y aretes, disfrutaba de la compañía del gato más tierno del mundo.

En cuanto sus ojos se cruzaron con los míos, se iluminaron. Me recorrió con toda la mirada y —figurativamente— su mandíbula cayó hasta el suelo. Mis mejillas se encendieron  y retorcí un mechón de cabello entre mis dedos. Había olvidado por completo lo que me encontraba usando, pero la reacción sorprendida de Jax me lo recordó. El vestido sin mangas tenía varias partes transparentes, por lo que gran parte de mi piel estaba expuesta. Él en cambio se encontraba usando una camiseta vieja de la universidad de Los Ángeles y unos pantalones cortos. Sentía el deseo inexplicable de lanzarme hacia él y arrancarle todo.

Pero no pensaba hacerlo, no mientras hubiera un poco de sanidad en mi interior.

Frunció el ceño y se cruzó de brazos, aun sin remover su mirada de mi cuerpo.

—James me llamó.

Pude notar por la manera en la que le temblaba la voz que se le dificultaba hablar. Demonios, James era rápido. En verdad esperaba poder contarle todo a Jax, pero ahora eso ya no sería necesario. Me sentía avergonzada por haber desconfiado de él, cuando apenas ayer en la noche se abrió a mí, contándome gran parte de su pasado.

Ahora que sabía que él no era Sam, me sentía estúpida. Aun no descartaba a Jax de mi lista de chicos peligrosos, pero estaba a punto de hacerlo. Ya no sentía como si mi vida se encontrara amenazada cuando estaba junto a él, sino todo lo contrario. Me sentía protegida. Inclusive me sentía culpable por haber sido tan dura con él al principio, cuando probablemente su vida ya era demasiado difícil sin mí causando drama.

Unas vacaciones, eso era lo que necesitaba. La universidad ya era bastante difícil sin este tipo de situaciones. El día de gracias era en una semana y aun no tenía planes. Los últimos dos años pasé ese fin de semana con Mase y su familia. Sus padres tenían una hermosa cabaña en Charlottesville, destinada para todas las reuniones familiares. Pero ahora que ya no éramos pareja, no podía presentarme ahí. Solo estaba segura de una cosa: extrañaría el pavo especial que preparaba su madre.

No había tenido oportunidad de preguntarle a Jax que haría por el día de acción de gracias, pero podía deducir que tampoco tenía algo planeado.

— ¿Ellie?

Su melodiosa voz me sacó de mis pensamientos. Había olvidado completamente la realidad en la que me encontraba. Jax había hablado con James y eso solo podía significar una cosa.

— ¿Qué hacías en Richmond? —contraataqué con otra pregunta. Hacer eso solo me ganaría tiempo porque seamos honestos, este chico era capaz de sacarme hasta el último secreto con una simple mirada. Me dieron ganas de golpearme mentalmente por lo débil que era cuando él estaba a mí alrededor.

Dio un paso hacia mí y vi que mi pregunta lo tomó desprevenido. Sus ojos grises se volvieron un tono más oscuro y su mandíbula se tensó. Estaba enojado, pero no conmigo. Algo malo sucedió en Richmond y Jax no estaba haciendo mucho esfuerzo para ocultar su ira. Soltó a George, quien maulló en modo de protesta, y clavó su mirada en el suelo.

—Problema familiar —dijo, duramente—. Ahora tú explícame que hacías con Wyatt, curiosamente en el mismo teatro en el que se encontraba James.

Pestañeé varias veces y nunca deseé tanto tener la habilidad de poder ser invisible. Respiré hondo y comencé a contarle mi versión de la historia, omitiendo la mayoría de las partes. Inventé que Wyatt y yo nos habíamos encontrado en un café en el centro de la ciudad y este decidió invitarme al teatro, para matar el tiempo. Una vez ahí, nos encontramos a James por coincidencia. Sí, mi historia era terrible, pero Jax no podía saber que yo sabía sobre Sam, porque entonces le contaría a James y James haría esto aún más difícil de lo que ya era. Mis mentiras se estaban convirtiendo en una bomba de tiempo —nunca sabia cuando todas me explotarían en la cara. Odiaba mentirle a Jax, especialmente ahora que nos hemos vuelto un poco más unidos, pero no tenía otra opción.

No si quería terminar con esto de una vez por todas.

Cuando terminé de decir la última palabra, Jax hizo algo inesperado. Aplaudió.

El maldito aplaudió.

—Bravo, buena historia aunque un poco irrealista para mi gusto. —Sonrió malévolamente y yo me quedé pasmada en mi lugar. Ahora era yo la que estaba irritada—. Nena, comienza a contarme lo que verdaderamente pasó.

—Eso es lo que verdaderamente pasó —dije, intentando sonar firme. Desgraciadamente el temblor en mi voz me traicionó.

Jax estaba soliviantado y supe que no desistiría hasta que le contara lo que verdaderamente sucedió. Todos mis sentidos se pusieron alerta y tragué saliva.

Era hora del plan B.

Tomándolo inadvertido, junté mis labios con los suyos. Múltiples veces en el pasado él había evadido mis preguntas con sus besos y era hora de que me vengara. Digamos que la alumna superó al maestro.

Perdí un poco el equilibrio, pero sus manos se aferraron a mis caderas, manteniéndome en mi lugar. Era en estos momentos cuando cualquier tipo de racionalidad salía de mí. Estaba besándolo para distraerlo, pero al mismo tiempo me estaba liberando a mí misma. El arete en su labio estaba frio y la sensación era exuberante. Nuestras bocas parecían estar desesperadas y no pude evitar pasar mis manos por su cabello. Podía besarlo todo el día si eso fuera posible. Sus manos bajaron hasta colocarse en la parte baja de mi espalda y recordé como ayer en la noche estábamos haciendo lo mismo, pero sin tanta ropa. Me sonrojé por los pensamientos pervertidos que estaban cruzando mi mente.

Nos detuvimos un momento para respirar y cuando estaba a punto de lanzarme por la segunda ronda de besos, me detuvo. Comencé a protestar, pero puso un dedo sobre mis labios para callarme.

—Vamos a la habitación.

Oh.

Tomó mi mano y juntos caminamos hacia mi habitación. Cerró la puerta detrás de sí y luego se giró para mirarme directamente a los ojos. Mi cuerpo comenzó a calentarse por su mirada y una sonrisa ladeada apareció en su rostro, obviamente satisfecho con la respuesta de mi organismo. Frente a frente, sin nada que nos detuviera, me sentía vulnerable. Anoche en el bosque estaba lista para tener mi primera vez con él, pero ahora todo se sentía más real. Ya no había oscuridad, ya no había impedimentos.

Comencé a respirar con dificultad cuando acercó su boca a mi clavícula. Su barbilla me hizo cosquillas, pero en lugar de soltar una risita, solté un gemido. Mi cuerpo se estaba rebelando contra la poca cordura que quedaba dentro de mi cabeza.

Subió hacia mi cuello dejando un camino de besos y comenzó a lamerlo. Una de sus manos viajó hasta el cierre de mi vestido y mi respiración se cortó. ¿Pensaba quitarme el vestido? Repasé mentalmente la ropa interior que me encontraba usando. Normalmente no me tomaba la molestia de combinar mi sostén con mis pantis, pero por alguna razón esta mañana si decidí hacerlo. Es como si mi subconsciente me hubiera dicho: "Hey, probamente Jax te quite la ropa esta noche, ponte algo sexy." 

Mi vestido cayó al suelo y me sostuve de Jax para poder salir de él. Me encontraba usando ropa interior negra y lo peor de todo es que mi sostén no tenía tirantes. Sin la presión del vestido, este estaba a punto de caerse. Diablos.

Jax se alejó de mí para obtener una vista completa de mi cuerpo. Inconscientemente me cubrí el pecho, pero sus manos me detuvieron.

—Te veías hermosa con el vestido —dijo, con voz aterciopelada—. Pero te ves aún hermosa más sin él.

¿Mariposas en el estómago? No, en este momento sentía elefantes rosas. Jax podía subir mi autoestima con una simple oración. Cuando estaba con él nunca me sentía mal por mi físico, sino todo lo contrario. El brillo en sus ojos cada vez que me miraba me hacía sentir la mujer más bella del mundo.

Tentándome, pasó su mano por mis caderas apenas rozándolas. Se estaba burlando de mí. Mi piel estaba ansiosa por su toque y sin pedir su permiso, agarré el dobladillo de su camiseta y se la saqué por la cabeza.

Pero luego un recuerdo llegó a mi mente.

—...en uno de sus brazos se encontraba un tatuaje de un águila y, cuando estábamos forcejeando, pude ver varios más en su espalda...

La conversación que tuve con Sean, una de las víctimas, en la cafetería de Richmond. Lo había olvidado por completo. Según su descripción del asesino, este tenía varios tatuajes en la espalda. Nunca le había prestado atención a la espalda de Jax, por lo tanto no sabía si tenía tatuajes ahí. Un nudo se formó en mi estómago.

Si Jax tenía tatuajes en la espalda ¿significaba que él era el asesino? Sonaba absurdo poniéndolo de esa manera, pero algo en mi interior me incitaba a ver su espalda.

Sus manos por fin hicieron contacto con mi piel desnuda y sus labios volvieron a atacar mis labios. Le devolví el beso, mas mis pensamientos ya no estaban en el calor del momento, sino en el misterio que era Jax Mackenzie. Tenía que ver su espalda. Ahora. Retrocedí dos pasos hasta que mis piernas chocaron contra el borde de la cama. Ambos caímos sobre el edredón y él lanzó las almohadas al suelo para hacer más espacio.

Sus manos recorrieron mi cuerpo como si este fuera un mapa y aunque ansiaba su toqué, la curiosidad estaba matándome.

—Jax —balbuceé, rompiendo el beso. Confundido, se alejó un poco de mi—.  Olvide darle de comer a George.

Listo, otra noche de pasión arruinada. Genial Ellie, sigue así y llegaras virgen hasta los cincuenta.

Enarcó una ceja y soltó un bufido. Intenté poner la mejor cara de perrito callejero y pasé mi mano delicadamente por su brazo. Tragó saliva y vi cómo se le erizo la piel por mi toque.

— ¿Quieres que le de comer? —Rascó su nuca e hizo una mueca.

No, quiero ver tu maldita espalda.

—Si no es mucho pedir —mentí. Ya había alimentado a George esta mañana.

Rodó los ojos y sonrió. Se inclinó para darme un dulce beso en los labios, mordiendo mi labio inferior. Dios mío, cada vez que hacia eso mi cabeza explotaba. El lado más salvaje de mi quería tomarlo por los hombros y mantenerlo en la cama. Sin embargo, sabía que lo tenía que dejar ir. Se levantó de la cama, aun sin darme la espalda, y me guiñó un ojo.

—Ahora vuelvo.

De seguro pensaba que era rara o que no quería besarlo. Era una tonta, estúpida, idiota...

Se dio media vuelta para abrir la vuelta y por fin pude darle un buen vistazo a su espalda. Mi corazón se aceleró, tanto que pensé que saldría volando de mi pecho, y mi boca se secó.

No había nada.

Jax no tenía ningún tatuaje en la espalda.

________

¡Hola! ¿Que les pareció el capítulo? Espero que les haya gustado.

Perdonen si tardé mucho en actualizar, tuve unas semanas bastante difíciles -exámenes finales, proyectos, falta de inspiración. No soy buena escribiendo bajo presión.

Por favor déjenme en los comentarios tips para mejorar. Se que mi ortografía no es excelente y me ayudarían mucho si me dejaran en donde estoy cometiendo errores. Gracias de antemano.

En fin, muchisisimas gracias por leer mi humilde novela. Los amo a todos <3

Continue Reading

You'll Also Like

4.1K 473 46
Quinn y Thomas han sido mejores amigos a lo largo de su infancia, siempre contaron el uno con el otro y prometieron estar siempre juntos contra todo...
105K 16.9K 50
Ella no es humana y él, que debe detestar a su especie, no puede dejar de pensar en ella. Max es un joven militar y su misión es defender a la ciuda...
59.6M 875K 10
Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría el...
81.1K 10.8K 61
Adrian Wilcox, el famoso cantante, ha desaparecido misteriosamente y sus fans hacen vigilias para que lo encuentren pronto. Se rumorea que se trata d...