ZOE
Termino el examen de probabilidad y estadística, me levanto y lo entrego al profesor. Caminando hacia afuera del salón me doy cuenta que la mitad del salón ya lo terminó, pero aún queda Lily y Kayla; por lo que me quedo esperándolas frente al aula.
Alrededor de unos veinte minutos, Lily sale por la puerta y su cara no es la mejor de todas.
– Soy una mierda en esta materia, – Dice con frustración. – y esto es solo un pretexto para echarme en la cara lo buen alumno que era el idiota de Harry.
Para ser sinceras, me sorprende de la manera que Lily se expresa de Harry. Sé que a veces han tenido sus diferencias, pero nunca lo ha insultado de esa manera; es como si tuviera resentimiento alguno hacia él.
– ¿Por qué estás tan molesta? ¿Te pasa algo? – Me siento dudosa sobre mis preguntas, es obvio que algo le sucede.
Ella niega con la cabeza lentamente. – N-no, solo que no es un buen día.
La contestación de Lily no me deja del todo convencida, por lo que espero que pueda contarme la verdad. Coloco mi mano sobre su hombro mientras sus ojos azules, me observan y puedo jurar que hay algo de culpa en ella.
– ¿Recuerdas lo que te conté con Damon? – Pregunto y ella asiente con la cabeza. – Eso es algo que nadie lo sabe, a excepción de Kayla, y si te lo conté fue porque confío en ti, y espero que tú también lo hagas...– Susurro con esperanza de que en serio pueda cambiar de opinión y yo pueda ayudarla, si es que algo le pasa.
Su mirada baja y se queda unos segundos en el suelo, después poco a poco comienza a subir. – Está bien... lo que pasa es que...– Lily cierra sus ojos, como si estuviera pensando sus palabras o algo. – Harry se va a casar con Kendall.
Al escuchar esto, puedo sentir mi piel erizarse por completo, sin si quiera poder controlarlo. Estoy segura que los colores de mi rostro de han ido, mi respiración de ha atorado en mi garganta y por si fuera poco mi corazón ha aumentado su ritmo cardiaco.
Ahora me doy cuenta del porque siento que Harry me ha estado evitando. He dejado de verlo por las mañanas o incluso en el edificio. También recuerdo la vez que sin querer, me ha encontrado llorando por culpa de Damon. Tengo que aceptar que me alegro mucho el hecho de tenerlo frente a mí, pero algo que me decepciono fue que su novia –ahora prometida– le hablara.
Él jamás me menciono algo de esto o incluso que estuviera pensando comprometerse y más sin embargo, hemos estado besándonos, en repetidas ocasiones. A pesar de saber que Harry y yo nunca tendríamos algo, podría decir que algo dentro de mí se ilusiono.
Quiero decir, es un chico muy lindo y simpático ¿quién no se ilusionaría con alguien así? Siento una decepción horrible dentro de mí.
– ¿Zoe? – Lily mueve su mano frente a mi rostro. Sus movimientos me hacen regresar en sí.
– ¿Mande? – Respondo rápidamente, tratando de no parecer más idiota de lo que seguro me vi.
– Te quedaste muy seria...
– A-ah si es que... simplemente me quedé pensando en lo que me acabas de decir.
– Lo siento, de verdad lo siento mucho. Yo que daría porque todo est...–
– No, no... está bien, es una buena decisión de él. Lo que tengo entendido es que han estado muchos años juntos y bueno, si eso lo hace feliz, está bien ¿no?
Lily frunce su ceño. – Yo pensé que...
– Sé lo que pensaste Lily, – La corto antes de que pueda continuar. – pero no.
Su mirada es de decepción, al igual lo que yo siento por dentro pero no me atrevo a aceptarlo.
– ¡Seguro que no paso esta clase! – Lily y yo nos sorprendemos al tener a Kayla frente a nosotros. Ella nos mira y luce confundida. – ¿Pasa algo?
Niego con la cabeza mientras que Lily, simplemente agacha su mirada disimuladamente. – ¿Les parece si vamos a cafetería? – Pregunto con esperanza de que este incomodo momento pase.
Lily se levanta del asiento y aunque Kayla se da cuenta que algo sucede, no dice nada y simplemente nos sigue.
{...}
Siento que mi cabeza en algún momento explotará. Estoy esperando que me manden un e-mail con la confirmación de unos traspasos que ocupamos realizar a Chicago y si no llegan en poco, probablemente haya problemas en la empresa.
Y por otro lado, tengo a Kendall en mi departamento hablando con la encargada de decorar el lugar donde se hará públicamente nuestro compromiso. No me importa que esté aquí, al contrario me gusta pero hoy estoy con todo el estrés encima, escuchando sus quejas con todo lo que tiene que ver en ese evento.
– No, los manteles serán de seda pura color vino ¡Eso ya se lo dije miles de veces! – Escucho exigir a Kendall, luce frustrada pero me encuentro más frustrado yo al escucharla.
Trato de no poner la más mínima atención en eso, ya que creo yo que esto es más importante. Me concentro leyendo las miles de hojas que tengo sobre mi escritorio.
– Dígame si no es lo suficientemente competente como para hacer lo que le pido, que para eso le estoy pagando. – Vuelve a decir con grandeza. Suspiro colocando mi mano sobre mi mentón. – Solo hábleme cuando ya tenga todo listo.
Después de esto, ella cuelga. Escucho como bufa y se deja caer en el sillón casi frente a mí. – ¿No te importa saber cómo va nuestra fiesta de compromiso? – Escucho su voz con un tono de indignación.
Levanto rápidamente la cabeza hacia ella, su ceja esta levantada exigiendo respuesta alguna. Me pongo nervioso, ya que mis manos comienzan a sudar. – ¿De qué hablas? ¡Claro que me importa, Kendall! – Ahora el indignado soy yo.
Levanta su cuerpo del sillón y camina hacia mí. Se coloca por detrás, se agacha y pasa sus manos por mi pecho y después me abraza desde la misma posición.
– Bueno, lo siento bebé. Solo que siento que no estás tomando mucha importancia en esto. – Su voz es más baja que en un principio e incluso parece un poco más relajada.
– Amor, sabes que he estado muy ocupado con unos negocios que haremos en Minnesota y no puedo desaprovechar esta oportunidad. – Tomo sus manos y beso la primera que está a mi alcance. Suspira pero sé que ese suspiro está disfrazado de un bufido. – Aparte, mi madre dijo que estaba dispuesta ayudarte. – Le recuerdo.
– Sí, y lo está haciendo. Ella se está encargando de otras cosas, pero como yo soy la prometida soy la que más tiene que hacer, ya que la fiesta es a mi gusto. – Ella tiene razón, Kendall no va a dejar que otros hagan lo que es para ella. Se pasa tranquilamente hacia el frente, empujando levemente la silla hacia atrás, para así acomodarse sobre mí.
Sonrío pícaramente, me encanta cuando ella se pone así, pero debo calmarme y parar antes de que pueda perder más tiempo y no termine mis informes.
– Amor, no puedo. – Susurro con tristeza. Veo a ella hacer un puchero e inmediatamente se levanta de encima de mío, haciéndome sentir mal.
Pone los ojos en blanco antes de contestar. – Está bien, continúa con lo tuyo. Me tengo que ir, necesito ir a ver que me pondré esa noche tan especial para nosotros. – Vuelve acercarse a mí, quedando a escasos milímetros de distancia. Vuelvo a sonreír y sin poder más, la acerco para besarla.
Ella corresponde a mi beso rápidamente pero así como empezó, terminó, decepcionándome un poco. – Adiós mi amor. – Me contesta riendo un poco, sabe lo mal que me deja y aun así le gusta verme sufrir.
Después de esto, ella sale de la habitación dejándome solo y frustrado. A los segundos puedo escuchar la puerta principal abrirse y rápidamente cerrarse.
KENDALL
Tan pronto salgo de la casa de Harry, tomo mi celular de mi bolso y tecleo rápidamente el número de Dylan.
– ¿Qué pasa bebé? – Habla con un tono ronco y seductor, lo que me hace emocionar.
– ¿Estás ocupado? – Muerdo mi labio inferior mientras camino al ascensor.
– Para ti nunca estoy ocupado...– Muerdo mi labio aún más fuerte, para no reír. Amo cuando todo está a mi disposición y se hace como yo quiero.
– Está bien, te espero en mi departamento en una hora. – Presiono el botón del ascensor y me adentro en este, marcando el primer piso.
Cuelgo la llamada y cuando el ascensor me lleva al primer piso, me encuentro con la idiota de vecina de Harry, la estúpida de Zoe. Veo que va con el chico con el cual vive y tengo que aceptar que es todo un cuero.
Con esa barba de varios días, su estatura y sin mencionar esos seductores ojos azules. Ella me importa una mierda, simplemente me dedico a observar al bombón que tiene a su lado. Al parecer, ambos notan mi presencia a lo que Zoe, baja la mirada haciéndome sentir que tiene miedo de mí y eso es bueno. En cambio él, me sostiene la mirada y lentamente una sonrisa de lado aparece en su rostro.
Cada quien sigue su camino y rápidamente ellos desaparecen entre el ascensor, mientras yo me monto en mi coche.
{...}
Me dispongo a repasar para el examen de historia que comienza en exactamente 15 minutos. Tan solo minutos después siento la puerta de la biblioteca abrirse y por aquí entra Kayla.
Al verme, se dispone a caminar a mi lugar. Cuando llega me doy cuenta que su cabello está despeinado y su respiración es agitada.
– Me he quedado dormida. Juro que ya no volveré a irme a casa de mi madre a dormir. – Dice con cierta diversión en sus palabras.
No contesto, simplemente sonrío y vuelvo a mis apuntes. Escucho como la puerta de la biblioteca vuelve abrirse pero no levanto la mirada.
– Allí viene Lily. – Me informa Kayla. Levanto la mirada y efectivamente, Lily camina hacía nosotras.
– Me imaginé que estarían aquí. – Murmura una vez que llega a la mesa y se sienta. De su mochila saca su carpeta y la pone de mala gana en la mesa.
Levanto mi mirada hacia ella y Kayla hace lo mismo. – ¡Hey! ¿Sucede algo? ¡Es viernes! Deberías de estar feliz. – Pregunta Kayla.
Lily suspira y me mira por unos segundos, después fija su mirada en Kayla. – Mañana es la fiesta de compromiso de Harry. – Mi cuerpo se tensa al escuchar esas palabras.
Hace apenas y una semana y días Lily me informo que Harry se había comprometido y mañana ya es su fiesta de compromiso.
– ¿N-no es muy pronto? – Decido preguntar, sin importar si me veo muy entrometida.
– Lo es, Zoe, sí lo es. Pero Kendall quiere casarse lo más rápido posible, el día que nos dieron la noticia juntos ella insistió que quería casarse con Harry lo más rápido posible y mis padres lo respetaron.
Bajo nuevamente la mirada a mis apuntes, los cuales ahora se notan un poco borrosos. Trato de respirar profundamente y hacer como si no importara.
– Quería preguntarles algo...– Lily se escucha indecisa y no muy segura.
– Sí, claro. – Contesta Kayla por ambas. De seguro sabe que me siento mal.
– Sé que es mucho pedir, especialmente para ti Zoe. No creas que no me doy cuenta que esto te duele... pero realmente no quiero estar en esa estúpida fiesta y por eso quería pedirles si pudieran acompañarme.
Un silencio invade nuestra mesa. ¿En verdad me sentiría bien yendo a la fiesta de compromiso de Harry y Kendall? La respuesta a esa pregunta es obvio que no, pero Lily es mi amiga y se supone que las amigas están juntas en las buenas y malas. Tal vez y me arrepienta una y otra vez por mi decisión pero bueno, no me voy a comportar como una niña simplemente por celos o tristeza de ver al hombre que me ha hecho sentir varías cosas en tan poco tiempo, comprometiéndose.
– S-sí vamos a ir, Lily. – Contesto y la mirada de ambas, se pone sobre mí. Sé que pensaron que no lo haría, pero no dejaré sola a Lily en esto, y también en parte, quiero ver a Harry, aunque sea en su compromiso.
Kayla medio sonríe asintiendo con la cabeza. – Gracias chicas. – Agradece Lily y en ese momento, se escucha la campana sonar indicando que toca hacer nuestro examen.
{...}
– ¿Estás segura que quieres ir? – Pregunta Kayla mientras se ve en el espejo con cual vestido quedarse.
– No estoy cien por ciento segura, pero quiero hacerlo, por Lily. – Admito, mientras sigo sentada en su cama viéndola.
– ¿Cómo crees que reaccionara Harry al verte allí?
– No tengo la menor idea. – Suspiro.
– Solo quiero que sepas que conmigo no tienes que ocultar nada Zoe. Sé que te enamoraste de Harry o algo parecido. – Kayla deja los vestidos en la cama y se sienta frente a mí.
Asiento con una sonrisa. – Gracias.
– Ahora levanta tu pequeño trasero de esta cama y vamos alistarnos. – Kayla me anima y me jala del brazo para ayudar a levantarme.
Me muestra todos los vestidos que están sobre la cama y que tal vez puedan gustarme. Fácil, puedo decir que aquí hay más de diez vestidos de diferentes formas y colores. Tomo uno color beige de encaje el cual tiene mangas ni tan gruesas ni delgadas.
Miro a mi amiga, la cual al verme con este vestido me guiña un ojo. Mi cabello sigue secándose así que decido por comenzar a maquillarme. Debido al tiempo que tenemos encima, no alcanzo a poner sombra en mis ojos. Suelto mi cabello y sujeto un poco con una pequeña liga.
Kayla ha terminado de maquillarse y peinarse. Nos ponemos nuestra ropa y zapatillas, ya que la cena comenzaba a las 7:30 de la noche y exactamente faltan diez minutos para que sea la hora.
– ¿Cuándo regresa el idiota de Damon? – Me pregunta Kayla, cuando estamos por salir de su departamento.
Me encojo de hombros. – No lo sé, pero ha dejado diez dólares en el microondas, y cuando deja dinero quiere decir que se irá por días.
– Perfecto.
Caminamos fuera del edificio al coche de Kayla. Salimos del lugar y nos dirigimos al salón donde se organiza la fiesta.
Alrededor de unos veinte minutos, llegamos a nuestro destino. Estacionamos el auto y Kayla le marca por teléfono a Lily avisándole que ya estamos allí.
Caminamos a la entrada del lugar y allí se encuentra un hombre algo con un porta hojas preguntando el nombre a todas las personas que van entrando.
Segundos más tarde, Lily aparece por la entrada y al vernos, nos regala una sonrisa. Corre a nosotros, a pesar que está en tacones. Nos sostiene a ambas en un fuerte abrazo.
– Gracias chicas, gracias por haber venido. – Agradece sin dejar de abrazarnos. Momentos después, se aleja y habla para el hombre de la entrada.
El asiente con una sonrisa y nos deja pasar. Conforme vamos caminando, puedo escuchar la música versátil sonar y mis piernas comienzan a temblar, mis manos a sudar y mi corazón a palpitar aceleradamente.
Unas largas y grandes puertas cafés se abren y nos dejan a la vista el lugar. Tengo que aceptar que me he quedado impresionado de la forma que está todo. Todo luce muy elegante y extremadamente precioso. Las personas que están aquí adentro, se ven refinadas encajando perfectamente con el aire del lugar.
– ¡Por acá chicas! Les presentaré a mis padres. – Lily nos dice con emoción y nos jala. Tengo que aceptar que mientras recorremos el lugar en busca de sus padres, disimuladamente, busco a Harry con la mirada. – ¡Aquí están!
Alzo mi cabeza pero siento algo golpear con mi hombro. Levanto la mirada y entonces lo veo frente a mí. Su expresión me muestra que está más que sorprendido. Luce un bonito y elegante traje negro, su cabello está muy bien peinado hacia atrás.
Quiero sonreír y saludarlo, pero en ese momento, la figura que está a su lado, hace presencia frente a nosotros. Ella tiene puesto una falda y blusa blanca, luciendo perfecta. Se ve hermosa y muy elegante.
Su prometida me mira al igual que Harry de impresionado, pero acepto que en la mirada de Kendall hay algo más que impresión, podría jurar que está molesta.
– ¿Zoe? – Me vuelve del trance Lily. Miro hacia ella y veo a las dos personas que están frente a ella. Me alejo de Harry y su prometida y voy a donde se encuentra Lily. – Mamá, papá, ella es Zoe. – Lily me presenta.
– Mucho gusto Zoe, soy Anne. – Se presenta amablemente la guapa mujer frente a mí. Mientras me estira su mano en saludo.
– El gusto es mío. – Respondo a su saludo.
– Y él es mi padre, Des. – El hombre junto a Anne sonríe y me extiende su mano.
– Mucho gusto, Zoe.
Rápidamente tomo su mano, contestando a su saludo. – Igualmente, mucho gusto.
– Bueno, ella es Kayla. – Ahora presenta a Kayla y puedo mirar como Harry y Kendall nos miran de la misma manera de sorprendidos. Entonces creo que tal vez esto no fue buena idea.
– Y bueno, pues ya conocen a Harry y su preciosa novia. – Lily ironiza, mientras sonríe a la pareja que se está celebrando hoy.
– Prometida. – Corrige Kendall de la misma manera que Lily.
En ese momento, nos quedamos en un incómodo silencio. Harry sigue mirándome pero no me siento capaz de sostenerle la mirada por más de cinco segundos, menos estando aquí su novia.
– Tomen asiento en cualquier mesa que encuentren disponible, chicas. Ahora les mando a un mesero para que les sirva algo de beber. – Interviene la mamá de Harry y Lily. Sonreímos y Lily nos saca de allí.
{...}
Miro la hora en mi reloj ya son casi las 11 de la noche. Lily está platicando con un chico el cual nos presentó como su primo y Kayla se encuentra platicando muy entretenidamente con Zayn.
Me siento incomoda y rara al ver a todas las personas felicitando a Kendall y Harry –claro tonta, es su fiesta de "compromiso" – dice una voz en mi mente.
Me levanto de la mesa y todos me miran. – Iré al baño. – Les informo antes de que pregunten algo.
– ¿Te acompaño? – Preguntan al unísono mis amigas.
Niego con la cabeza. – Puedo ir yo sola. Ahora vuelvo.
Camino atravesando el lugar. Cuando por fin llego a mi destino, entro y me miro en el espejo por unos minutos. Quiero irme, sabía que estar aquí sería muy incómodo pero nunca me imaginé que tanto. Ver como él no se aleja ni un segundo de ella, como se abrazan o están tomados de la mano, hace que algo dentro de mí, haga sentirme mal.
Cuando me siento bien para salir, dispongo hacer mi camino de vuelta a la mesa. Tan solo soy capaz de dar unos pasos cuando una mano sostiene mi brazo. Me sobresalto y me giro al ver el rostro de la persona que me sostiene y me sorprendo cuando veo que es Harry.
Mi corazón vuelve a bombear sangre como loco por todo mi cuerpo.
– ¿Podemos hablar? – Su voz es densa y tranquila. Escucharlo provoca que mi piel se erice completamente de pies a cabeza.
No contesto pero simplemente asiento con la cabeza. Me suelta lentamente del brazo y mira a los lados. – Pero aquí no, ¿Vamos al jardín? – Vuelve a preguntarme, lo que me hace poner más nerviosa.