Los Pecados que Pagan las Bes...

Par nofarahway

65.9K 5.5K 2.6K

En un mundo de bestias, aprendes a ser el cazador o te convertirán en la presa. ✔️Hermosa portada por @TheSph... Plus

LOS PECADOS QUE PAGAN LAS BESTIAS.
❴♚❵ Parte I.
01. La Ambrosía de la Bruja.
02. El Regreso del Lobo.
03. El Arte de la Guerra.
04. El Silencio en la Noche.
05. El Baile de los Titiriteros.
06. Las Sombras del Fuego.
07. Los Aliados en la Oscuridad.
08. La Doncella de Blanco.
09. Sangre en el Vino.
10. El Retrato del Horror.
11. La Luz en las Sombras.
12. El Secreto de las Bestias.
13. La Bruja del Bosque.
14. Las Dos Caras de un Cuervo.
15. El Deseo de un Lobo.
16. Sinfonía de Guerra.
17. La Claridad de la Lejanía.
18. El Deber de los Ancestros.
19. Domar a un Lobo.
20. Al Acecho del Lobo.
21. Luna de Sangre.
22. La Hermandad entre las Bestias.
23. Las Bestias Mueren Solas.
24. El precio de la paz.
25. Lealtad kanverina.
26. Presagio de victoria.
27. Prado blanco.
28. Vástagos de hielo.
29. Perfume de lilas.
30. El canto de los cisnes.
Interludio.
31. La pianista valtense sin historia.
32. La rebelión de la serpiente.
33. El duelo de los espíritus.
34. Susurros suplicantes en noches oscuras.
36. La devoción del demonio.

35. Almas en pena.

566 55 42
Par nofarahway


ALMAS EN PENA.
𖤓ཻུ

KALENA.

Cuando los primeros rayos del sol aparecieron, yo los esperaba despierta, en vela, los susurros habían desaparecido en algún punto de la noche pero la sensación de aprensión me persiguió hasta la luz del día.

Decidí ir en buscar de Killian, quizás enmendar las cosas, tal vez a la expectativa de que él quisiera hacerlo.

El frío crudo del invierno mordió las plantas de mis pies, el agua helada de la jofaina despertó mis sentidos.

Busqué un abrigo de grueso terciopelo recubierto de piel y fui en su búsqueda.

Los pasillos ya comenzaban a inundarse con sirvientes yendo de acá hacía allí, listos para comenzar el día y sus tareas, intenté esquivarlos para llegar hasta los aposentos de Killian.

Cuando ingresé la puerta seguía abierta, igual que la había dejado ayer, cerré detrás de mí y el estruendo me heló la columna vertebral.

Lo llamé tres veces antes de entrar en su habitación solo para comprobar que su cama estaba vacía y las sábanas de seda pulcras y ordenadas, no había dormido ahí.

Seguí su rastro hasta los ventanales abiertas, ambos que daban hacia el jardín y corrí el siguiente trecho, descendiendo las escaleras de piedra que bajaban al jardín interior.

Nívea saltó delante mío, lo encontró con más rapidez, pálido y frío, con la piel azulada y los labios grises dormido entre los setos.

Llevaba la misma chaqueta de cuero de la noche anterior, cubierta con salpicaduras de sangre.

Antes de que pudiera llegar a él, Blak saltó frente a mí, a la defensiva, luego retrocedió como si quisiera esconderse, esconder a Killian, indeciso, jamás había visto a la pantera recular así ante ninguna amenaza.

Acaricié su cabeza y él volvió para acostarse a un lado de su compañero.

Estaba asustado.

Toqué las mejillas de Killian, busqué su pulso y lo encontré latiendo muy débil.

Grité por ayuda.

᯽• ────── ೫ ────── •᯽

──Kalena, siéntate.

──No puedo.

Kaiser insistió, pero saltó como un resorte cuando Nezal salió de la habitación de Killian junto al máster, mi mirada debió ser desesperada porque el hombre me indicó que podía entrar con una leve inclinación de cabeza.

──Killian.

Corrí hasta él y lo abracé sin ningún cuidado, él me rodeó entre sus brazos en un gesto protector que siempre me traía paz.

No se me pasó por alto la desaprobación en la mirada del máster, entendí que era más apropiado mantener la compostura, o exigir la privacidad que necesitaba.

──Discutiremos en una reunión por la tarde.

El hombre, al entender, abandonó la habitación, dejándonos solos.

Me reincorporé lo suficiente para mirarlo a los ojos, el color apenas comenzaba a pintar sus mejillas pálidas.

──¿Cómo te sientes?

──En verdad, me siento excelente...

Killian sostuvo mi mano contra su pecho, noté su leve turbación y entendí su incomodidad ante la discusión de la noche anterior todavía volando sobre nosotros.

──No recuerdo nada de anoche ──Frunció el ceño, con frustración, como si necesitara disculparse.

──Cuando te encuentres bien, hablaremos de eso.

Borré la preocupación con un beso en sus labios.

Decidí que lo mejor sería que descansara por ese día, todavía estaba en riesgo de una neumonía o algo peor.

Por mi parte intenté lavar con un baño el peso de la noche anterior y mis pensamientos lúgubres, me vestí con una pelisse con los colores plata del dios Aeres y el rojo escarlata del Imperio y el dios Fóres.

No pudimos extendernos mucho más, y yendo a la junta, fue Kaiser quien me reclutó a un lado del pasillo.

──Mis soldados encontraron el cuerpo de tres sirvientes.

Presioné mis manos, que descansaban juntas sobre el comienzo de la falda, en intento vano de esconder el terror que me traía el descubrimiento, la confirmación de una sospecha.

──Hay que encontrar al atacante ──fingí por inercia, porque siempre había sido fácil de esa manera.

Kaiser torció una mueca de pura compasión.

Me alejé para que él siguiera mis pasos y con suerte nadie nos escuchara.

──Ocurrió lo mismo en Katreva ──advirtió, su tono grave solo empeoraba lo lúgubre de la noticia.

Busqué soporté en el arco de piedra que nos daba una salida al patio invernal.

Dejé escapar el aire.

──Igual que en Seleari ──completé──. ¿Crees que él lo sabe?

──Lo habrá sabido antes que todos nosotros...

Esperé hasta que se acercó junto a mí en el páramo de hielo.

──Cuando me ocurrió por primera vez estaba aterrado, descubrí que cargaba con el peso de la bestia ──confesó el joven lobo──, con el tiempo logré controlarlo, él también podrá.

──Tú tienes la fuerza, un don que proviene de un deseo que les concedió Rella para proteger sus tierras, Killian viene de una maldición, es solo jugar con el destino hasta que...

──¿Por qué ahora? ──me detuvo entonces.

──Creo que tiene que ver con Escar, con algo que pasó ahí, pero él no quiere decirme, supongo que no quiere que le tema ──suspiré──. Los veladores como él son más propensos a las energías, lo leí, el ministerio de Guerra fue atacado muchas veces, supongo que son los espíritus los que alteran a las sombras.

Y si Aessi no nos respondía, entonces Killian pagaría las consecuencias.

Un soldado llamó a Kaiser y aguardé ahí mientras él se despedía con una venia, Nívea se revolvió de un lado a otro, inquieta.

Decidí aprovechar ese tiempo para ir hasta el templo de la Madre, un pequeño refugio de piedra blanca con columnas sosteniendo un techo en cúpula que hacía las veces de altar para los soldados desesperados.

Nívea me siguió.

Extendí mi mano para acariciar su pelaje blanco, entonces lo noté, una gota de líquido carmín, denso, cayó para fundirse con la nieve.

Alcé la cabeza solo para notar como el ave sobrevolaba mi posición, al acecho, luego fue directo hacia la ventana de la habitación donde se encontraba descansando Killian.

Volví mi vista al castillo, en la lejanía, solo para observar a Kaiser con el rostro congestionado de rabia, salió hecho una furia en dirección al mensajero, lo ví alzar al pobre hombre del suelo, lo levantó un par de pies de alto.

Tuvieron que apartarlo dos hombres para que soltara al emisario.

Alguien me detuvo antes de que pudiera alcanzarlo.

Fue una voz suave y tenue, cargada de rencor y furia, un veneno denso que le servía de combustible.

Alcé los ojos para ver a Ciro sobre la nieve.

──¿Qué acabas de hacer? ──indagué, nunca totalmente preparada para sus infinitos trucos.

Su imagen era la de un demonio en la nieve, ojos de cuarzo y temple de hielo, afilado como el acero y tan pálido como un espectro.

──¿Te cansaste de jugar a la guerra? ──se burló.

──Ciro...

Di un paso hacia él, pero enseguida entendí que no sería prudente, él avanzó hasta mí, pasos calmos y elegantes.

Si él le había hecho algo a Keira Vaetro, si la mataba, o peor...

──Ciro...

──No temerme te volvió descuidada ──Sostuvo mi mentón en alto.

No dudé.

──Esto solo demuestra que estás acorralado, sabes muy bien que ella era tu único seguro en contra de Heletrar.

──No le tengo miedo a ningún perro mugriento ──señaló con un odio profundo envenenando sus ojos grises──. La única forma en que esto terminará bien para ese lobo que tienes como lacayo es si se arrodilla y suplica lo suficiente como para que yo me apiade y decida cortarle la cabeza muy rápido.

Cuando la furia se aplacó, en sus ojos solo quedaron el gris opaco de las cenizas.

──Estás desquiciado, más a allá del entendimiento, ya no se puede razonar contigo.

──Oh, claro que sí, querida, apelar a mi razón es la única forma en la que sabrás lo que haré.

──Killian no te lo perdonará ──insistí.

──Él la condenó cuando cedió a sus planes de venganza.

──Estás demente.

──¿Yo o tu adorable amante? Avísame si ya perdió la cabeza, avísame cuando no quede nada de lo que era, cuando debas matarlo para proteger a los tuyos, avísame cuando hayas perdido todo y estés sola y rota, y volveré a buscarte, amor, siempre que seas muy convincente.

──Estás solo, Ciro, rodeado de enemigos, nadie confía en ti y eres incapaz de hacerlo ni en tu sombra, temo por el futuro de Escar, no por ti porque sé que por tu desesperación has perdido. Te alimentaste de odio, Ciro, ahora perecerás en él.

La crueldad le dibujó una sonrisa al borde de la locura.

──Entonces reformame, conviérteme en un buen hombre ──Sostuvo mi muñeca en alto y me sorprendí porque pude sentir el tacto frío de su piel──. ¿No son para eso nuestras sacerdotisas? ¿No te instruyeron para eso en el templo? No miraras a un costado a un hombre roto...

──Al fin notaste que no puedes construir un imperio sobre cenizas ──le corté con frialdad.

Él me observó imperturbable.

──Reza por mí y mi alma, cariño, y avísale a Heletrar que las islas perdieron a su heredero y que tu amado vuelve a ser el último de los Vaetro, no por mucho.

Ciro se esfumó en el aire.

Las sombras susurraron, inquietas por no poder seguirme dentro del templo de la Madre, luego sisearon su camino lejos como almas en pena.

Podía escuchar el eco del sufrimiento de Killian en el suyo.

᯽• ────── ೫ ────── •᯽


Hola, hola.

Disculpen bueno como saben escribir esta novela siempre es medio cuesta arriba y estas últimas semanas no estuve escribiendo ni editando.

¿Qué les va pareciendo esta segunda parte de la novela hasta ahora?

Elegí poner my tears ricochet porque describe perfectamente la relación de Kalena y Ciro, alguien a quien amaste y se convirtió en un enemigo,
además la relación de ellos dos sigue siendo ─romántica o no─ un eje para la historia.

Como siempre me encanta leer sus opiniones.
Besos
🧡




Continuer la Lecture

Vous Aimerez Aussi

72.5K 10.4K 25
«Mi futuro marido sabe todo de mí... yo solo sé que cuadruplica mi edad, y que pertenece a una especie que podría matarnos a todos» Libro de la saga...
31K 4.7K 40
toda mi clase y yo fuimos transportados a todo un mundo de fantasía lleno de magia y poderes, todo para vencer al Rey demonio. ¿¡Porqué debo pelear p...
15.8K 2.6K 24
Kim rok soo despues de leer 5 volumenes de (el nacimiento de un heroe) cae dormido y al despertarse se da cuenta que se encontraba en el cuerpo de ca...
31.6K 4.3K 41
Regulus esta dispuesto a todo por el amor que nunca tuvo pero ahora está a su alcance y Severus esta arto de ser la víctima bañado de un villano .. J...