A Little Death

Από Rachel-SF

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La universidad es lo único que le preocupa a Ellie Woods, de veinte años. Pasa sus tardes escribiendo, jugand... Περισσότερα

A Little Death
Capítulo 1 - Corazón acelerado
Capítulo 2 - ¿Quién eres, Jax?
Capítulo 3 - Acepto
Capítulo 4 - Asesino suelto
Capítulo 5 - Alcohol, verdades y un Jax bastante caliente
Capítulo 6 - No puede ser tan malo
Capítulo 7 - Una charla amistosa
Capítulo 8 - Gracias
Capítulo 9 - Un poco de muerte
Capítulo 11 - Jason, cambiaste bastante
Capítulo 12 - Guerra de miradas
Capítulo 13 - Café
Capítulo 14 - Cuídate
Capítulo 15 - Un poco de dolor
Capítulo 16 - Perdiendo el control
Capítulo 17 - Enchiladas
Capítulo 18 - Casa del terror (Parte 1)
Capítulo 18 - Casa del terror (Parte 2)
Capítulo 19 - Caída libre
Capítulo 20 - Misión imposible (parte 1)
Capítulo 20 - Misión Imposible (parte 2)
Capítulo 21 - Un poco de sangre
Capítulo 22 - Me salvaste
Capítulo 23 - Injusticias de la vida (parte 1)
Capítulo 23 - Injusticias de la vida (parte 2)
Capítulo 24 - Sentimientos ante todo (parte 1)
Capítulo 24 - Sentimientos ante todo (parte 2)
Capítulo 25 - Respirando
Capítulo 26 - Prófugo de la ley
Capítulo 27 - ¿Dónde estás?
Capítulo 28 - Noche de teatro
Capítulo 29 - Marcas en la piel
Capítulo 30 - La pequeña muerte
Capítulo 31 - Las apariencias engañan
Capítulo 32 - Sam
Capítulo 33 - Hermanos
Capítulo 34 - Sed de venganza
Capítulo 35 - Traición
Capítulo 36 - Miedo a morir
Capítulo 37 - Locura (parte 1)
Capítulo 37 - Locura (parte 2)
Capítulo 38 - Lo siento mucho (parte 1)
Capítulo 38 - Lo siento mucho (parte 2)
Capítulo 39 - Ángel
Epílogo
Entre Páginas
Mi Nueva Novela: Veneno

Capítulo 10 - Mis demonios

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Από Rachel-SF

Respiré hondo y por fin junté el valor para bajarme de mi coche. Las luces del departamento de Gloria se encontraban encendidas, mas no las del mío. Mi corazón comenzó a latir con fuerza cuando giré la manija de la puerta, con mucho sigilo. Tal vez Jax estaba durmiendo, o eso me gustaba pensar. Pero todos mis esfuerzos para creer que él era inocente, que sus manos no estaban manchadas por la sangre de la pobre chica, se esfumaron cuando comprobé que el departamento se encontraba desértico. Mis ánimos cayeron hasta el suelo, ni siquiera los ronroneos de George me subieron el ánimo.

Me saqué el vestido y lo lancé hasta el otro lado de la habitación con un grito. Acto seguido, hice lo mismo con mis zapatillas sin dudarlo. Necesitaba sacar la culpa que sentía. Porque era mi culpa. Esa chica murió por mí, por mi indiferencia ante el hecho de que Jackson o Sam era un asesino. ¿Lo peor de todo? Pude haberlo evitado, pude haber reunido un poco de valentía y llamar a la policía. Pero no lo hice, por el miedo de que James cumpliera lo que prometió. Ahora estaba encerrada en un caparazón sin salida.  Si decía algo, moría; si permanecía callada, habría otra víctima. El ángel a mi derecha me decía que llamara a las autoridades en cuanto Jax apareciera, pero el demonio a mi izquierda me susurraba, con bastante euforia, que permaneciera callada. 

Y cada quien decidía que hacer con sus demonios.

Esto era injusto, mi vida era injusta. Lo único que deseaba era terminar mis estudios y graduarme con honores, para después vivir en una casa acogedora con un esposo que me ame. Sin embargo, el mundo da muchas vueltas. Ahora mi único deseo era sobrevivir esta tormenta que se hacía llamar Jax. A parte de encontrar paz, después de saber que yo asesiné a una pobre chica esta noche. Tanto daño hace el que me mata a la vaca, como el que la detiene. Pude haber muerto ante las manos de los amigos de Mackenzie, pero el corazón de esa chica seguiría latiendo.

 Era mi culpa. Es mi culpa.

Jax tenía razón, era jodidamente débil.

Presioné mi cara contra la almohada y grité, grité todo lo que pude. Las lágrimas bajaban por mis mejillas y no parecían tener fin, manchando con maquillaje la tela blanca. Sorbí mi nariz, limpiándola con un pañuelo, y cerré los ojos para conseguir un poco de sueño. Mañana seria otro día. Pensaba enfrentar a Jax y llamar a las autoridades. Eso tranquilizaría mi conciencia.

Pero el mañana no llego. Los días pasaron, todos parecían estar cohibidos por el ahorcamiento de Lila Flynn, y Jackson jamás apareció en mi casa. El día después del asesinato, estuve frente a la puerta esperándolo con ansias, sin embargo la puerta nunca se abrió. Lo mismo hice el día siguiente y el siguiente, hasta que Hailey llegó a mi casa preocupada por mi estado de salud. Le aseguré que estaba bien, solo un poco pasmada por lo sucedido; obviamente no me creyó en lo absoluto, pero asintió comprensivamente. Las clases continuaron de la misma manera, aunque todos nos sentíamos bastante decaídos. Las chicas buscaban refugio en los brazos de sus parejas y estas se dedicaban a tranquilizarlas.

Yo me limitaba a jugar con George y escribir relatos cortos en mi blog de escritura. A veces pasaba las tardes con Hal, siempre y cuando no se encontrara con Billie, e inclusive salimos de compras unas cuantas veces.

Fue una semana bastante larga.

—Tú y yo, comiendo palomitas de maíz mientras vemos una película exageradamente empalagosa. —Hizo un puchero y me tomó del brazo—. ¿Qué dices?

Hice una mueca y me incliné de hombros.

—No lo sé —suspiré—. No me siento de humor como para ir al cine en este momento, quiero terminar el proyecto de filosofía y...

— ¡No, Ellie! Deja de poner peros, toda la semana ha sido lo mismo contigo. Sí, lo que le sucedió a Lila fue horrible, pero las autoridades se están encargando de eso. Necesitas relajarte mientras ves una película con tu mejor amiga. Y, como si fuera poco, es viernes. ¿Quién hace tareas en viernes?

—Yo —me levanté de mi sofá y caminé hasta el refrigerador. Tomé una botella de agua, bebiéndomela de un trago. Después, encaré a mi mejor amiga, quien tronaba sus tacones rojos en mi suelo.

Recién se había teñido su cabello a un chocolate oscuro, casi negro, haciendo que sus ojos resalten más, los cuales me estaban fulminando.

— ¿Sabes? No te lo estaba preguntando.

Avanzó lentamente a mí, con sus manos listas para agarrarme. Oh no. Corrí hasta mi habitación, pero sus manos alcanzaron mi codo izquierdo.

— ¡Suéltame, estás loca!

Sonrió con maldad y me arrastró hasta su coche, no sin cerrar la puerta con llave antes. Arrancó sin darme tiempo para protestar.

—Necesitas ganar un poco de musculo, Ellie. Una pluma es más fuerte que tú.

 Mordí mi labio inferior y le paré el dedo de en medio.

—Por lo menos hubieras dejado que me arreglara un poco, parezco sacada de una película de zombis. En cambio, tú luces como una actriz.

Sonrió socarronamente e hizo a un lado su cabello oscuro—. ¿Enserio?

—Si —continué—. Como una actriz porno.

Su expresión cayó y ahora fue su turno para pararme el dedo corazón.

—Eso no fue gracioso, idiota.

— ¿Entonces porque te estas muriendo de ganas por reírte?

Efectivamente, sus labios estaban luchando para no soltarse en una carcajada. Al llegar al cine, compramos boletos para la película más cursi que había en cartelera. Una pequeña parte de mí se alegraba de haber salido del encierro, pero otra no deseaba otra cosa más que dormir. La película terminó y Hal condujo de vuelta al departamento. Nos despedimos con un beso en la mejilla. Saludé con la mano a Gloria y salté los pequeños escalones hasta la puerta de mi hogar. Inserté la llave, pero esta no cedía. Que extraño. Entonces, se me ocurrió que tal vez la puerta estaba abierta. Giré la manija y la puerta se abrió. Demonios, recordaba perfectamente haber cerrado la puerta con llave. Esto solo podía significar una cosa.

— ¿Jax? —pregunté, mientras cerraba la puerta detrás de mí. Arrojé mis llaves a la barra y estas chocaron con un ruido estruendoso, sobresaltándome. Mis manos temblaban.

La idea de llamar a la policía ya no me parecía tan apetecible.

— ¿Ellie? —Escuche su voz proviniendo del baño. La puerta se abrió y...

Mierda.

Un Jax en toalla —simplemente toalla— estaba posado en el umbral de la puerta, con un bote de crema para afeitar en la mano. Me dio una mirada rápida, sin ningún sentimiento visible, y volvió a girarse hacia el espejo para continuar con el rasurado. Esto era el colmo. No podía seguir actuando tan... tan indiferente, por lo menos no en mi casa. Me crucé de brazos y seguí mirándolo. No me importaba parecer una acosadora. A parte, su cuerpo perfectamente esculpido era un postre para mis ojos. La manera en la que sus brazos se flexionaban cada vez que pasaba la cuchilla por su cara era endemoniadamente caliente. Y ni se diga de su V. No todos los hombres tienen esa parte del cuerpo marcada, Mase no la tenía; recordé haberlo visto sin camisetas un millón de veces, íbamos bastante a nadar a la alberca de la universidad, y ningún rastro de esa V. En cambio, Jax la lucía como si fuera un modelo nato. Por su sonrisa egocéntrica, él también lo sabía.

Mojó su rostro y lo secó con una toalla blanca, para después apagar la luz del baño. Se detuvo frente a mí y se cruzó de brazos.

— ¿Vas a decir algo o prefieres seguir comiéndome con la vista?

Tragué saliva y comencé a jugar con mi cabello. No dejes que te distraiga, Ellie.

— ¿Qué estás haciendo aquí? —Le pregunté, mirándolo a los ojos tratando de descifrar sus palabras y su halo de secretos. El hizo lo mismo y eso solo logro distraerme más. Mis manos habían dejado de temblar, pero ahora era el turno de mi corazón para acelerarse. Jax me miraba diferente. Antes de la mascarada, siempre había un toque cálido en su mirada fría. Ahora, sus ojos estaban en los míos como si yo fuera su presa y el mi depredador. No había sarcasmo o humor, solo odio. Sentí un estrujón en mi pecho ante ese descubrimiento.

Pensó un momento antes de responder—. Creí que teníamos un acuerdo y que yo sepa, no ha caducado.

¿Acuerdo? ¡El puto acuerdo se canceló cuando mataste a esa chica!

—Solo aférrate a tu plan A —me dije a mi misma—. Encuentra pruebas suficientes para incriminar a James y entrega a Jax. No tomes medidas apresuradas. Él notara tus nervios, actúa tranquila.

Respiré hondo y pensé con cuidado mi próxima pregunta.

— ¿Dónde estabas? Desapareciste por una semana.

Soltó el aire que no sabía que estaba aguantando y se dio media vuelta.

—Compre más huevos y jamón, también me encargué de los recibos. Buenas noches.

Y de esa manera, logró ignorar mi pregunta.

____

Hola personitas, ¿Como han estado? Espero que bien =)

Díganme que les pareció el capítulo, acepto con mucho gusto las criticas constructivas; siempre hay algo que mejorar.

También quiero darles las gracias por todo el apoyo que me dan, enserio me hacen muy feliz con sus comentarios y votos. Si alguien quiere que le dedique un capítulo, puede decírmelo y con gusto lo haré.

Bueno, eso es todo por hoy.

Besos <3

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