Estiro mis brazos y piernas antes de iniciar a trotar en dirección al campus, llevo mi mochila con mi uniforme deportivo en el hombro y tomo breves inhalaciones para no cansarme previo al juego, es hoy, la final de prácticamente todos los deportes de la Universidad, el club de ajedrez tendrá su encuentro a las diez, el de futbol americano a las tres y por último, las chicas de fútbol jugaremos la final a las seis. Quiero llegar temprano para ir a observar a Abel y asegurarme que llevo todo lo necesario para mi encuentro.
Papá y Mer estarán ahí hoy. Han estado más tranquilos desde que me reconcilié con los mellizos, aún no saben que pasó, pero sospecho que Meredith tiene sus ideas. Su barriga de dos meses aún no se nota lo suficiente como para adivinar que esta embarazada, pero confieso que tener un hermano o hermana me emociona a millones, me encantará pasar tiempo a su lado. Los nervios comienzan a apoderarse de mi sistema cuando veo a muchas personas entrando al campus, algunos me saludan y me desean suerte, ser capitán no es sencillo, muchos esperan que tu seas quien lidere el equipo a la victoria.
La mayoría de universitarios se amontonan con pancartas, ya esta el equipo de animadoras, y los puestos de comida abiertos. Me fascina este día porque se ve la unión de estudiantes. A lo lejos veo a Cain con su equipo lanzándose el balón, cuando me ve me saluda desde lo lejos y yo le devuelvo el gesto.
—¡Ven! ¡El sexo lo arregla todo!— pego un brinco cuando Kevyn aparece con las chicas gritando incoherencias— Ahora dime querida, ¿ya escogiste alguno?
—De hecho, me arreglé con ambos— contesto despreocupada.
—O sea que la has cagado más— responde Carla impresionada.
—¡Deja de hacerles eso!— me grita Anne, captando la atención de los tres— ¡No puedes jugar con sus sentimientos de esa forma!
—Eso es mi problema Ana— comienzo a enfurecerme. Nadie tiene derecho a meterse en mis asuntos.
—Creo que deberíamos calmarnos— sugiere Ari cuando ve que la situación comienza a calentarse—, no tenemos derecho a opinar en asuntos ajenos.
Anne no vuelve a dirigirme la palabra en el trayecto al gimnasio, donde seria el campeonato de ajedrez. Paso por mi casillero a guardar mis cosas, las aulas están vacías.
—¿Vas al gimnasio?—pregunta el castaño caminando hacia mi.
—Si, después de todo las promesas no se rompen—sonrío aliviada, él asiente.
—¿Cómo te sientes para hoy?
—Estoy aterrada, Las Águilas son un buen equipo, nos patearon el trasero hace dos años.
—Lo harás bien, no tienes porque preocuparte.
—¿Cómo te mantienes tan sereno en los juegos? Es que te ves tan...calmado.
—Pues veo a Abel en las gradas y me siento tranquilo—sonrío satisfecha—, y luego te veo a ti, y siento que soy capaz de todo.
El corazón comienza a latirme rápido de nuevo. Debo hacerlo bien esta vez, debo mantenerme Neutral, Serena. Tomo una profunda inhalación.
—¿Controlando esas hormonas? —intento encontrar mi voz, pero es más rápido y me toma de la cintura—No voy a ponértelo fácil sexy, y es que para ganar, recuerda que el primero siempre soy yo.
Deposita un húmedo y lento beso en la comisura de mis labios, y me obligo a no cerrar las piernas para no mostrar lo mucho que me ha afectado el acto. Se separa y me da una sonrisa burlona y egocéntrica, camina hacia el otro lado dirigiéndose al gimnasio. Cierro la puerta de mi casillero y espero un rato para controlarme y dirigirme al gimnasio con los demás.
Al llegar Kevyn levanta su mano para señalarme donde están, y cuando los localizo me siento a su lado en las gradas, Cain se sienta delante de mi. La mesa de Abel frente a nuestra vista.
Las chicas del frente de la fila chillan el nombre de Abel y no puedo evitar girar mis ojos ante sus estupideces, se paran y gritan como si fuera un equipo de animadoras.
—¡Hey! —grita el entrenador—¡Sí, ustedes par de bragas mojadas! Ya que tienen mucha energía y poco cerebro, quiero que den cincuenta vueltas—grita enfadado a las chicas, estas lo ven entre confusas y divertidas—, ¡ahora par de locas!
Salen disparadas a correr por las orillas de la cancha mientras nos reímos de las ocurrencias del entrenador.
—¡Ríanse ahora que tienen oportunidad! —nos advierte—Que en la tarde les daré una patada en el culo si no ganan.
Levantamos las manos en señal de paz, y cuando llega el que supervisará la final todos quedan en completo silencio, expectantes a lo que demandará el futuro del club ajedrez, yo confío en Abel, sé que va a patearle el trasero intelectualmente al club de los Cowboys. Ambos contrincantes se aprietan la mano y se sientan de frente comenzando la partida, ambos son rápidos y precisos al parar el cronómetro con cada movimiento que hacen.
Hoy es nuestra última oportunidad de destacar en esta Universidad, no habrá uno próximo juego u otro final para nosotros acá, este es el fin, aquí cerramos esta etapa. Dejan los juegos al final que termina la universidad para que tengamos una última razón para volver.
El miedo me carcome el estómago, la incertidumbre del futuro es algo que siempre me pondrá los pelos de punta, algunos planean su futuro y otros se dejan llevar, yo vivo el presente esperando el futuro. No puedo atormentarme por cosas inciertas.
Y la incertidumbre causa miedo.
—Venga hermano... —escucho a Cain susurrar para si mismo pasándose las manos por el pantalón angustiado.
Y es que los movimientos de Abel se han vuelto más lentos, y eso sólo significa una cosa:
Lo tienen acorralado.
Me armo y desarmo la coleta de caballo debido al nerviosismo, cuando voy a hacerlo por decimoquinta vez Ari toma mi mano, le agradezco el gesto apretando su mano devuelta.
—Jaqué—anuncia el juez dando la primera alerta para Abel.
Abel logra correr a la reina y anular la jugada, el chico de los Cowboys se frustra. Vuelve a mover de nuevo dejando a Abel con suficiente espacio para avanzar. Cain y yo nos vemos con entusiasmo cuando lo vemos venir.
—Jaque—dice de nuevo el juez.
Veo como las piezas se mueven dos veces más, hasta que por fin para el cronómetro.
—Es Jaque mate.
Todos están en silencio, nadie sabe como reaccionar. Hasta las chicas que corrían alrededor de la cancha se detuvieron. El entrenador se gira a las personas de las gradas.
—¡Ahora si griten idiotas!
Todo el mundo reacciona de inmediato cuando Abel da por terminada su partida anunciándose como el ganador. El juez le entrega su listón mientras gritamos orgullosos. Abel nos encuentra entre las gradas y sonríe satisfecho.
Cuando salimos del gimnasio todos decidimos ir a almorzar, cuando mencionan la comida se me revuelve el estómago, lo había olvidado de nuevo. Cain me observa intentando leer mis gestos mientras que intento parecer lo más relajada posible.
—¡Le explotaste el cerebro guapo! —Victorea Anne a Abel.
—Los hombres inteligentes son atractivos—suspira Kevyn.
Ruedo los ojos de nuevo cuando veo que se dirigen a subway. La ansiedad comienza a hacer estragos, necesito algo más, no esto.
—¿Cara? ¿Estás bien? Es subway—dice obvia Carla—, no vas a engordar con esto.
Engordar.
Engordar.
Engordar.
Necesito comer algo más que eso, ellos no pueden enterarse, no pueden.
—De hecho, yo si tengo problema—anuncia Cain llamando la atención—, soy jugador de americano, necesito comer algo de Carbo hidratos.
—El pan los tiene—contesta Anne confundida.
—¿Crees qué este cuerpo se formó solo de comer subway?
Me rio ante su respuesta olvidándome del resto, todos terminan buscando otro lugar para comer y inmediatamente siento el alivio recorriéndome. Como si no hubiera un mañana y Anne me reprocha que coma despacio.
Me levanto para ir al baño y me arreglo un poco frente al espejo. Mi celular tintinea con las nuevas notificaciones y me alegro cuando veo distintos mensajes y post deseándome suerte. La pantalla se ilumina con un nuevo mensaje y la sonrisa se me borra en un instante.
"No podía no desearte suerte. Al necesitado siempre se le desea. ¿Nerviosa? Te enviaré mis buenos deseos".
Eso jamás significó algo bueno.
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Bueno buenoooo, gracias mis dioses y diosas por recibirme de nuevo. Esta vez les traigo un capítulo más tranqui, para que se relajen que se relajen. También quisiera hacerles una pequeña invitación para seguirme en mis redes, estaré haciendo un live cuando lleguemos a los 7k donde podrán preguntarme lo que deseen.
Ahora si se viene lo chido.
Cain
Abel
Me tiro a ambos
Team Cara
Desconocido
Pst Pst ya te preguntaste "¿y la madre de Cara?"
Bye bye