I N E X P L I C A B L E © +18 [Shadows #1] [Completa] ✔️ / Editando

𝑳𝒂𝒛𝒐𝒔 𝒊𝒏𝒒𝒖𝒆𝒃𝒓𝒂𝒏𝒕𝒂𝒃𝒍𝒆𝒔

El sabor tan ácido que aborda en la boca de los chicos es amargo con la noticia que les he dado. Lo veo en sus expresiones faciales bien remarcadas por la sed de venganza.

De verdad que me compadezco del imbécil que intentó acabar con mi respiración. En el rostro tenemos 42 músculos, bueno, esos 42 ahora se encuentran tensados en los rostros de los seis muchachos, uno ordinario, los otro siete semejantes a dioses que bajaron del Olimpo. Lo único bueno de esta situación es, que Matt no ha recibido algún arranque de furia golpeando o arrojando objetos. Eso es algo que en el interior agradezco.

Matt comienza a caminar dentro de un vaivén desesperado a lo largo del pasillo que divide a la sala de la cocina. Una frente a la otra. Solo se es necesario atravesar el ancho del pasillo para llegar a cualquiera de los dos destinos.

Rex hace el intento por tranquilizarlo, así que coloca su mano sobre el hombro derecho de Matt, quedando frente a él. Le aconseja que no se mida ante la situación, que tal vez no sepa a quiénes estamos enfrentando. Pero Rex olvidó un detalle: Matt por ningún motivo se convierte en una persona permisiva, cuando quiere decir que sí, lo dice. Y cuando es no, es no, ni modo.

Nomás fuí consciente del rostro de Dax, corro a abrazarlo como Dios manda, mi mejor amigo, mi hermano Dax de otra sangre Dax deja caer dos gotas de sus ojos, que dejan un camino bien marcado y angosto, el cual me parte el alma. A parte de su expresión verídica con pucheros, y no hablo de los pucheros que los niños hacen, estos van muy en serio.

Es algo que de verdad se ha tornado delicado, pues Dax es rara la vez que llora, tan rara como ver la Bellota de las Chicas Súper Poderosas con cara de buenos amigos. Sí, hasta puedo escuchar esos trozos partiéndose inapiadadamente dentro de mi pecho. Así duramos minutos, no los calculé ni me apetece hacerlo, solo es que... No es momento para tirármelas de matemática o inclusive adivina. Escucho como el llanto silencioso de Dax disminuye y tomo cierta distancia entre él y yo, al separarme.

Normalmente yo mantengo mi magnífica cara de culo ante una situación compleja, me dispongo a hacerme la fuerte, porque, como ya he mencionado, odio llorar en público. Sin embargo, este no es el caso. Este grupo de inusuales muchachos se ha convertido en una familia para mí. Reafirmo por si no ha quedado claro. Siento la intersecciones en mi cuerpo, esa misma que me avisa que lo que está sucediendo afuera de mí, no es nada afable. Y con mucha razón.

Puede que hace no demasiado hayamos estando bromeando con Matt sobre todo tipo de cosas en base a nuestras personalidades, recostados en la cama, viéndonos el uno al otro, felices de la vida... Y la perspectiva haya cambiado de manera hiriente.

Su servidora está algo lejos de ser feliz en estos momentos de tensión, Matt solo se dedica a rondar el pasillo de izquierda a derecha, turnando las direcciones. Dax saliendo de un deslice emocional, yo con el terror acariciando mi piel. Ojo que en ningún momento he dicho que le miedo me a haya abandonado, solo lo he sabido disimular. Verán es tan, pero tan, complicado el pensar que es necesario verte derrotada, frente a otros que también creen estarlo. Si yo mantengo mi postura, firme, puede que sea yo la que realce esos ánimos.

Como toda ama empoderada, limpio mis lágrimas, las mismas no pasan de ser un recuerdo de porquería. El presente es que ya me importan cuarenta mil hectáreas de mierda mal fabricada el tener los ojos hinchando y enrojecidos por mis lloriqueos. El objetivo propuesto es animar a estos chicos que me han resguardado como si compartiéramos lazos sanguíneos inquebrantables. Por lo mismo decido ubicarme frente a la puerta de entrada, de frente a ellos. Unos apoyados en la pared, otros en el marco de la puerta, ya sea de la sala de estar o de la cocina.

Una mitad de mí recobra la vida y se tienta a eximir mis sentimientos.

La Beth empoderada levanta ánimos se lanza a la acción.