𝑬𝒔𝒄𝒂𝒓𝒃𝒂𝒏𝒅𝒐

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Una ráfaga de viento azota la ventana, pretendiendo derrumbarla, el clima se ha transformado en uno más fresco, ya era hora, el calor de las afueras me hacía sentir en un horno. Y no digamos si hablamos del calor que recorrió acá dentro hace un momento... Pero así somos, un rato ardientes, alotro tiernos.

De vez en cuando nos hemos visto "obligados" a encender la llama de la pasión".

Mmm suculento.

A centímetros de mí, el señor sombritas, desvistiéndose. Se irá a bañar para disque desprenderse de la calentura. Sí, claro, lo que pretende es tentarme, pero por alguna razón específica que desconozco, me siento exhausta, y no creo que sea consecuencia del viaje ¡ni si quiera caminamos demasiado! Lo único que avanzamos fue, de la camioneta negra al centro comercial, del centro comercial al auto, ah al entrar aquí lo mismo.

Si bien lo recuerdo Matt me acaba de decir que puedo observarlo como se me de la maravillada gana. No obstante, la flojera me gana, tumbándome sobre mi cama al momento en que el primero entra al baño.

Mi objetivo no es dormirme ni nada por el estilo, digamos que me encuentro en un trance reflexivo, o al menos así le he denominado a los ratos que me dedico a pensar si he hecho bien o mal en alguna ocasión, que puedo hacer para voltear mis errores, uff, pienso hasta en la inmortalidad del sapo.

Pero el tema central en esta ocasión es Samanta, sí, esa imbécil. ¿Por qué fue tan cruel si en verdad yo le veía como todo lo contrario? Claro, mi difunta hermana una santa, casta en inmaculada no era, de hecho hubieron momentos de hermana mayor y hermana menor en los que hablamos de chicos, de nuestros fetiches, y de ella siempre salía a relucir que estaba re loca por uno de sus colegas.

Confesó que hasta fantaseó con él. Y por cuestiones conflictivas de combatir con la naturaleza femenina, le pasaba viendo el trasero, en eso no la puedo culpar. Nos reímos hasta casi mearnos al ella detallarme su anécdota, en donde ella fue pillada por su compañero, según, sintió que la cara se le cayó de la vergüenza, en cambio el muchacho le sonrió.

Mi hermana aún seguiría siendo el vivo ejemplo maduro a seguir, pero la vida da vueltas, el karma es inevitable, nadie escapa de un merecido destino. No dudo que ella esté pagando sus delitos.

Rememoro el momento considerable donde el colega de Samanta llama a mi madre. Ella, devastada, la muerte de papá la dejó despedazada, su celular impactando contra el suelo, ella cayendo de rodillas. Esa noche Junne soltó un grito desgarrador digno de una trágica escena de alguna novela. Que su primogénita muriera poco después de mi padre Jensen Havranek desistiera por una enfermedad que contrajo en su lecho de muerte.

Como he dicho, me parece muy extraño que ambos se hayan marchado de este mundo a tan solo semenas de diferencia, tal vez sea una señal de que ellos miraron y sabían algo, que no debieron saber.

En poco tiempo Junne se sumió en amargura. De hecho eso era poco comparando la depresión que cargaba al ver las fotos de Samanta. Sus lágrimas rodaban por su cutis bien cuidado dejando un amplip camino brillante. Estas mismas caían en la foto de mi difunta hermana. Mis brazos le sirvieron de consuelo por trece meses.

Fue todo un costo para ella recobrar ese brillo que la caracteriza. Por forturna lo logró. Comunicó a todos sus seguidores que volvería al mundo fashionista mejor que nunca, nunca me terminé de creer eso, ambas sabíamos que por mucho dolor que hubiera desechado, aún le afectaba.

Sin embargo Junne es Junne y se comportó como una piedra ante la adversidad, fingiendo a toda costa su muy buena actuación de mujer empoderada que recién salió del agovio.

Así funciona el mundo de la moda supongo, con la mismísima falsedad o, ¿por qué creen que critican a una modelo cuando notan alguna llantita? Claro, pretenden ser perfeccionistas cuando ni ellos lo pueden ser, así se esconden. Y eso mis amigos, si es lamentable.

I N E X P L I C A B L E © +18 [Shadows #1]  [Completa] ✔️ / EditandoWhere stories live. Discover now