I N E X P L I C A B L E © +18 [Shadows #1] [Completa] ✔️ / Editando

¡𝑫𝒊𝒍𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒔𝒂𝒍𝒈𝒂!

Despierto y veo que Dax aún se encuentra dormido al igual que Matt, decido dormir un poco más, en eso miro el reloj que marca las 9:26 am así que me levanto.

Dax siente mis movimientos y se despierta, me mira y con los ojos entre abiertos y cerrados y me dice:

—Hoy es que viene la bruja, digo, Junne ¿verdad?

—Sí —le respondo riéndome. 

—Manos a la obra, deja me baño.

—Tómate tu tiempo, si Junne me dijo que prepare el almuerzo es porque llegará después de las 12:00 pm, así que no te apresures.

—Aun así hay que actuar rápido.

—Entiendo —le digo mientras le toco el hombro en señal de comprensión.

Matt se mete al baño y cierra la puerta.

Yo me quedo sentada en la cama al mismo tiempo que observo a Matt, con detenimiento se mira tan jodidamente angelical al estar dormido, como si no fuese capaz de ejecutar todas sus extrañas habilidades. Me quedo ida en su rostro y de un momento a otro se despierta.

Me mira con detalle y luego vuelve a cerrar sus ojos ¡pero qué cortesía! Puede que aún esté agotado, por ello no le tomo mucha importancia.

Dax sale del baño, recién duchado y hasta vestido, sí, si se trata de realizar algo Dax vuela prácticamente.

—Todo tuyo —me dice señalando el baño de manera simultánea.

Asiento y entro al baño, me desvisto y tomo una ducha, escucho que Dax cierra la puerta, en un descuido la dejé abierta no lo culpo, de seguro teme que Matt entre al baño a espiarme (aunque lo puede hacer teletransportándose). Siento el agua más fría que nunca recorrer mi cuerpo, minutos después salgo de la ducha y me envuelvo en una toalla.

Abro la puerta del baño y me asomo para pedirle mi ropa a Dax.

—Pásame un vestido.

—Vaya pues tú dime cual, espera ¿vestido? ¿Tú con un vestido?

—Sí, un vestido, soy una chica y es normal que me quiera vestir con uno, ¿me pasas uno del armario por favor?

—Aaaah ahora entiendo el motivo de tu repentino arranque de arreglo personal.

—¡Mejor tarde que nunca! 

—Hazte la tonta Beth, yo sé el motivo y justo se encuentra a mi derecha —señala a Matt aún dormido o fingiendo estar dormido.

—¡Rápido pásame el vestido! —le exijo.

—Tranquila madame ¿Cuál te paso? —me pregunta sonriente.

—El rojo escotado.

—Uy querida, rojo pasión, entiendo perfectamente.

—Solo pásamelo.

Dax toma el vestido y me lo entrega.

—Gracias —le digo sonriente y cierro la puerta.

Me visto con rapidez y salgo del baño con el cabello mojado, pero ya con mi vestido "rojo pasión" como dice Dax, el cual me observa con asombro y me empieza a halagar:

—¡Uy mi vida, qué curvas y yo sin frenos!

—¿Tan bien me miro?

—Si fuera hetero ¡cuidado!

Me observo en el espejo y vaya que es un cambio, procedo a secar mi cabello con la secadora ya conectada, después de cinco minutos queda listo.

Me acerco a Matt y lo despierto moviéndolo de un lado a otro, da resultado y al despertar mira mi rostro, luego mi vestido y se asombra de repente se incorpora sobre el colchón aún con esa expresión  de asombro plasmada en su rostro.

—Creo que no solo yo pienso que te ves preciosa cariño.

Lo volteo a ver con cara de ¡no me digas! Vuelvo a ver a Matt y le digo:

Matt hoy viene mi madre a casa, ¿te acuerdas de lo te expliqué anoche?

—Sí —responde.

—Bien ahora bajaremos a la cocina y haré el almuerzo tú esperarás ahí o en la sala viendo la televisión y en cuanto almuerces te irás a la casita y no saldrás de ahí ¿entendido?

Matt asiente y le hago un ademán para que me siga, lo hace, Dax sale da último y cierra la puerta. Bajamos las gradas tranquilamente y entramos a la cocina, Dax se sienta en un banquito y Matt lo copia, ahora Matt está observándome con un brillo que adorna sus ojos y Dax le susurra:

—¡Hey! Mucho cuidado por como piensas en ella muchacho —le hace esa seña de "¡te vigilo!".

Salgo por curiosidad a ver la hora y el reloj marca las 11:03 am ¡qué rápido pasa el tiempo!
De repente escucho la bocina del carro de Junne y se me sale el corazón del susto, creo que a Dax le pasó lo mismo.

Se asoma y me mira sin saber qué hacer con susto en su rostro.

—¡Dile que se vaya a la casita!

—¿Sólo eso? —me pregunta alterado.

—¡Dile que no salga! —le grito alterada.

Dax lo jala del brazo y corriendo sale de la cocina para esconderlo en la casita.

Yo abro la puerta más asustada que nunca, rezando repetidas veces en mi cabeza.