Capítulo 22: Luchando Contra el Pasado

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Sasuke

— ¡Naruto! — Lo llamé por el intercomunicador, pero no contesto. — ¡Naruto! Tsk. Maldita sea... Hinata ¿Ves algo?

— Parece que Naruto se encuentra al otro lado del muro entre ustedes, pero su intercomunicador debe haberse descompuesto... No estoy segura, pero creo que habla con alguien. Aunque no puedo ver muy bien quién es. — Miré al individuo frente a mí y fruncí el ceño. — Creo que puedo hacerme una idea.

Frente a mí se hallaba un niño de tez blanca y cabello oscuro algo largo. Su vestimenta era negra y no debía tener más de doce años... porque esa era la edad que yo tenía en los exámenes Chūnin. Y quien se hallaba frente a mí, con una mirada de hielo, no era un muchacho cualquiera, sino mi viva imagen veinte años atrás. Asumí que era una ilusión creada por Satoshi para jugar, una vez más, con nuestros recuerdos. No existía otra posibilidad. Pero ilusión o no, era molesto.

— Presta atención a los movimientos de Naruto y, si ocurre algo, repórtamelo inmediatamente. — Le dije a Hinata mientras avanzaba un par de pasos sin separar la mirada del chico frente a mí. — Intentaré alcanzarlo por el otro lado.

— ¿Qué acaso no vas a decir nada? — Me desafió el niño cuando lo rebasé sin mucho interés hasta darle la espalda. — Así que veinte años después sólo soy un niño asustado.

— Sé lo que planea hacer. — Dije levantando la voz con la esperanza de que el anciano estuviera escuchando desde alguna parte. — y sus tontas ilusiones no funcionarán conmigo. Desde que toda esta misión inició, ha disfrutado jugar con nuestras cabezas ¿no es así? — Encaré al niño con un vistazo asesino, aunque en quién pensaba no era en él, precisamente. — Si está escuchando, Satoshi, quiero que sepa que me las pagará cuando lo encuentre.

— Eso ya suena familiar. — Rió el niño con unos ojos embriagados en locura. — No tengo la más mínima idea de lo que está hablando, ni quién es ese tal Satoshi, pero... — De pronto, el chico desapareció de mi vista y volvió justo a tiempo para golpearme certeramente en la mandíbula, pecho y, próximamente, rostro. Con la guardia baja, apenas tuve tiempo de detener su última patada anonadado y ordenar mis pensamientos. Esta cosa no sólo se veía como yo, sino que también se movía y atacaba idénticamente. Y lo peor... era tan real como la sangre que ahora corría por mi labio. — ¿Esto parece una ilusión para ti?

— ¿Qué demonios es esto, Hinata? — Pregunté molesto. Si tan sólo pudiera usar mis endemoniados ojos...

— Parece que parte del Chakra del laberinto se fragmentó en ese individuo. Según mis cálculos, parece tener el nivel de energía de una persona normal. Y, por ende, puede hacer el mismo daño.

— Eso no explica por qué se mueve como yo. — A diferencia del Bosque de las Almas, esta vez no me sentía aturdido y somnoliento. Además no había ningún indicio de que fuera un Genjutsu, así que estaba seguro de que no habían entrado a mi mente.

— No lo sé... Sasuke. Quizás la persona que creó el Jutsu te vio...

— Por supuesto. — Ese idiota lleva planeando todo esto desde hace veinte años. Cuando estuvo en los exámenes Chūnin observó y grabó todas nuestras técnicas y movimientos. Cuando nos enfrentamos en aquel callejón, él ya lo sabía. Siempre lo había sabido.

— Me alegra que ya te estés dando cuenta de en qué posición te encuentras. — Dijo el niño con una arrogante sonrisa. Y de repente quise darme un puñetazo a mí mismo. — Pero esto no será divertido si me sigues mirando con esa expresión de animal herido. Así que, quizás, podría hacer algo para animarte. — Súbitamente el chico movió su mano al bolsillo en su pantalón y sacó una banda ninja envuelta en una cinta roja. Ahogué un gruñido e intenté controlar el creciente nivel de Chakra en mi interior. Sakura... — ¡Oh! ¿La quieres? Entonces quítamela. — Y entonces, comenzó a formar rápidas posiciones de manos.

Recuerdos de la Hoja: Confesiones de los Once de KonohaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon